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Un catecismo patriótico español
ante el invasor francés
1808-1814
Capítulo I
Decidme niño, ¿cómo os llamáis?
– Español.
¿Qué quiere decir español?
– Hombre de bien.
¿Cuántas y cuáles son sus obligaciones?
– Tres: ser cristiano, católico, apostólico, romano; defender su Religión, su Patria y su Rey; y morir antes que ser vencido.
¿Quién es nuestro Rey?
– Fernando VII.
¿Con qué amor debe ser obedecido?
– Con el amor que lo han hecho acreedor sus virtudes y desgracias.
¿Quién es el enemigo de nuestra felicidad?
– El Emperador de los Franceses.
¿Y quién es este hombre?
– Un nuevo Señor infinitamente malo y codicioso, principio de todos los males, y fin de todos los bienes; es el compendio y depósito de todos los vicios y maldades.
¿Cuántas naturalezas tiene?
– Dos, una diabólica y otra inhumana.
¿Cuántos emperadores hay?
– Uno verdadero, pero trino en tres personas falsas.
¿Cuáles son?
– Napoleón, Murat y Godoy.
Es más malo uno que otro.
– No Padre, pues todos tres son iguales.
¿De quién procede Napoleón?
– Del Infierno y el Pecado.
¿Y Murat?
– De Napoleón.
¿Y Godoy?
– De la intriga de ambos.
¿Qué atributos tiene el primero?
– La soberbia, la maldad y el despotismo.
¿Y el segundo?
– Del robo, la infamia y la crueldad.
¿Y el último?
– De la traición, la lascivia y la ignorancia.
Capítulo II
¿Quiénes son los franceses?
– Los antiguos cristianos, y los herejes nuevos.
¿Quién los ha conducido a esta esclavitud?
– La falsa Filosofía, y la libertad de sus perversas costumbres.
¿De qué le sirven a este señor?
– Los unos en aumentar su altanería, los otros de instrumento a su iniquidad, y los demás para exterminio del género humano.
¿Ha de tener fin Imperio tan inicuo?
– Según el sentir de los más sabios políticos está muy próxima su ruina.
¿De quién sabes estos anuncios?
– De las disposiciones de nuestra sabia Madre la Patria.
¿Quién es nuestra Patria?
– El conjunto o congregación de muchos pueblos regidos por el Rey, y gobernados por unas mismas leyes.
¿Y son nuestros los intereses de todos pueblos?
– Si señor, por la obligación natural que tienen todos de ampararse, y ayudarse y defenderse recíprocamente.
¿Qué penas tiene el español que falta a estos justos deberes?
– La de infame, y la muerte natural como traidor, y la civil a la falta de sus leyes.
¿Qué es la muerte natural?
– La privación de la vida.
¿Qué es muerte civil?
– La de los bienes privados y las preeminencias, y los honores que da la Patria a los honrados y valerosos ciudadanos.
Capítulo III
¿Quién ha venido a España?
– La segunda Persona de la Trinidad endemoniada.
¿Cuáles son sus principales oficios?
– La de engañar, robar, asesinar y oprimir.
¿Qué doctrina nos enseñó?
– La infidelidad, la depravación de costumbres y la irreligión.
¿Quién puede librarnos de semejante enredo?
– La unión, la constancia, y las armas.
¿Será pecado matar franceses?
– No señor, antes bien se merece mucho si con esto se libra la Patria de sus insultos, robos y engaños.
Capítulo IV
¿Qué política y conducta debe regir a los españoles?
– Las máximas de Jesucristo y el Evangelio.
¿Cuáles sigue nuestro adversario?
– Las de Maquiavelo.
¿En qué se fundan?
– En el egoísmo y amor propio.
¿Qué fines llevan?
– El beneficio propio y el perjuicio del común de sus semejantes.
Capítulo V
¿Qué es valor?
– Una constancia y firmeza de espíritu que busca con prudencia, y serenidad de animo la ocasión de la Victoria.
¿Es preciso la subordinación para la conquista?
– Y en tanto grado, que es el primero de ella.
¿A quién se debe tener?
– A toda clase de jefes y superiores.
¿Quién es ante la Patria el mejor, y más noble hijo de ella?
– El que se porta con más honor, valor, y desinterés propio, sea el que fuere.
¿Quiénes son los que solicitan grandezas, honores, y ascensos antes de haber ejercitado esta virtud?
– Los necios que no saben obedecer, y por lo regular son los más inútiles.
¿Qué ideas deben llevarnos a la batalla?
– La salud de la Patria, la defensa del Estado, y de nuestros hermanos, y la gloria inmortal de la Nación.
¿Quiénes son los obligados a tomar las Armas?
– Todos aquellos que eligiese el Gobierno por más aptos, bien dispuestos, y menos útiles a la población.
¿Y los demás qué obligación tienen?
– Contribuir con generosidad con todos los bienes que han recibido de ella, manifestando su Patriotismo.
¿Y el que no tiene qué hará?
– Pedir a Dios por la felicidad de las Armas españolas, y ocuparse en los negocios, artes y oficios a que están destinados, que también es contribuir a la abundancia y felicidad política.
¿De quién debemos esperar estas cosas?
– De Dios nuestro señor, de nuestra Justicia, de la pericia y lealtad de nuestros Generales, y oficiales, y de nuestro valor y bondad.
Capítulo VI
¿Con qué medios han ocupado nuestros pueblos los tiranos?
– Con el engaño, con la traición, la vileza y la perfidia.
¿Y estos medios son bastantes, y suficientes para conseguir la corona que corresponde a otro?
– No señor, antes bien se han hecho indignos de nuestra condescendencia, y debemos resistir con todas nuestra fuerzas a un Rey que quiere entrar por medios tan injustos, y abominables.
¿Qué felicidad debemos buscar?
– La que ellos no pueden darnos.
¿Y cuál es?
– La seguridad de nuestros derechos y personas; el libre ejercicio de nuestra sagrada Religión; y el restablecimiento de un Gobierno arreglado a las costumbres actuales de la España, y relaciones con la Europa.
¿Pues no le teníamos?
– Si señor, pero desorganizado por la infectación de las calidades supremas que nos han gobernado.
¿Y quién debe arreglarlo?
– La España, a quien sólo pertenece este derecho privativamente con absoluta inhibición de todo extranjero.
¿Y quién hubiere autorizado este Plan?
– Fernando el séptimo, que quiere Dios restituirle en el seno de nuestro amor por siglos eternos. Amen.
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http://www.nodulo.org/bib/drio/18081814.htmIniciado por Kontrapoder
También se puede encontrar en el libro " La guerra de la independencia " de José Antonio Plaza
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