La actividad reconquistadora y la afirmación monárquica van a incidir entre los portentosos Reinos Españoles de León y Navarra. A partir de Sancho I Garcés de Navarra y García I de León se va a iniciar una política colaboracionista. Se fortalece en los muslimes pagos el poder de Qurtuba con la llegada de Abd Al Rahman III; proclamado califa en el año 929. En el Valle del Ebro se produce un vacío de poder : El declive de los Banu Qasi-descendientes del militar romano Casio, esto es, muladíes-tiende a ser suplido por la directa intervención califal en la región; con lo cual suponía la agudización del peligro, tanto para la frontera oriental de la Corona Navarra como para la frontera oriental de la Corona Leonesa. La alianza navarro-leonesa, aparte de rechazar el peligro que era común a toda la Hispanidad, favoreció la expansión reconquistadora de ambas monarquías : La de Navarra hacia el Ebro y la Rioja Alta; la de León por el pasillo del Ebro hacia Zaragoza.

Sancho I Garcés de Navarra inauguró su Reinado con un importante avance por tierras de Estella, ocupando las fortalezas musulmanas hasta el Ebro; instalándose ya definitivamente en San Esteban de Deyo ( Monjardín ) e incluso se llega a ocupar, aunque por poco tiempo, Calahorra. Simultáneamente, García de León, apoyando la acción del Rey de los Navarros, obtuvo una importante victoria en Arnedo.

También Ordoño II, que había sucedido a su hermano García de León el mismo año de la victoria de Arnedo, da muestras de agresividad frente al islam; primero, con las expediciones reconquistadoras de Évora y Mérida. Después será la colaboración con el monarca pamplonés en un ataque conjunto reconquistador hacia La Rioja y las principales plazas fuertes del Ebro : Calahorra, Viguera, Arnedo, Tudela.

La tenaz sagacidad de los Reyes Cristianos provocó la répliva de Abd Al Rahman III. El intento de Ordoño y Sancho por detener el avance del califa acabó en la derrota de Valdejunquera, muy triste para la Cristiandad. A pesar de la aparente contundencia moruna, las fronteras no experimentaron modificación. No se quiebra la decisión política de los Reyes Cristianos de Navarra y León de continuar la empresa reconquistadora, ni la correspondiente fuerza militar para su realización tres años después de Valdejunquera; Sancho I y Ordoño II emprendieron la Reconquista de La Rioja, tomando Nájera y recuperando Viguera. La alianza sancionáse con el matrimonio de Ordoño II con Sancha, hija del Rey de Navarra.

Ordoño II falleció en el 924, y Sancho I en el 926. Con ello quedaban incorporados al Reino de Navarra los territorios comprendidos entre los ríos Arga y Ebro y la Rioja Alta.

Ante los ataques repetidos de Abd Al Rahman III, se reanudó esta solemne alianza hispanista. En el 939, el califa omeya realizó una dura aceifa contra el Reino Leonés, con el propósito de quebrantar por la vía de las armas la alianza navarro-leonesa. Los ejércitos se encontraron en Simancas; y como resultado, un desastre para las tropas musulmanoides.

La victoria cristiana posibilitó el inmediato avance al sur del Duero. En los años inmediatos, Ramiro II repuebla Salamanca, Ledesma, y otra serie de plazas fortificadas a lo largo del Tormes. En el flanco oriental, el leonés Fernán González, Conde de Castilla, repobló Sepúlveda; y activando la demografía, sobre todo hacia la parte oriental de lo que va a ser la Extremadura de Castilla.