Ya conocíamos a ese viejo invertido de Antonio Gala. Pero creo que nunca había estado tan vomitivo. Acabo de leer una reseña en el ABC de hoy sobre su último libro, y es ya el colmo, pues por lo que se ve es un tratado de antiespañolismo de principio a fin que llega a decir algunas barbaridades que al menos yo nunca había visto en las típicas calumnias de la Leyenda Negra. Además, se ensaña con una santa como Isabel la Católica, y no sale bien parado ni San Ignacio de Loyola. Y digo yo, ya que este señor odia tanto lo hispánico, y conociendo el filoislamismo del que siempre hace gala don Antonio, ¿por qué no se va a un país islámico y se nacionaliza renunciando a la ciudadanía española, ya que tanto odia a España. (¡La que le espera en cuanto se enteren de que es sodomita!)
http://sevilla.abc.es/20070429/opinion-firmas/antonio-perez-antonio-gala_200704290838.html
De Antonio Pérez a Antonio gala
Por José Antonio Vaca de Osma
Por principio no me gusta dar dinero a la izquierda comprando sus libros o sus periódicos. Hoy he hecho una excepción. Un conocido escritor de Brazatortas, que adquirió fama en tiempos del franquismo, ha enviado una invitación para la presentación de un libro suyo, en la que dice «Os espero, ¡vamos a levantarle las faldas a la Historia de España!».
Me figuré inmediatamente que lo que pretendía el ilustre escritor de los bastones con su engendro era vender y «epatar». Pensé que no debía quedar sin comentario, porque hay mucho ignorante inculto que podría creerse los disparates de la investigación faldera envuelta en galas literias del veterano novelista, ya un tanto decadente. Su ingenio, color de rosa, le ha llevado a inventarse y disfrazar un grueso manuscrito supuestamente firmado por Antonio Pérez, el fementido secretario traidor, el 10 de marzo de 1610 en París. ¡Qué suerte encontrar, ya escrito, un novelón, obra de un colega en aficiones melévolas y no santas!
La tarea del incombustible Gala ha sido bien fácil. Le ha bastado con recopilar los datos de un par de buenos manuales de Historia de España, desde Enrique II de Trastámara hasta la fuga y andanzas del traidor Pérez en el extranjero.
Luego, en la tercera parte hace un poco de novela, bastante reiterativa y plúmbea, con las sucias malandanzas del lamentable sodomita, vertiendo su odio rencoroso a España en Francia y en Inglaterra.
Hasta aquí, el libro, aunque sin el ingenio corrosivo habitual del autor, está bien de datos históricos y casi se le podría perdonar este pesado desliz planetario. Pero al parecer, Antoñito o don Antonio, como ustedes prefieran, no podía evitarlo.
Empieza a emporcarlo todo desde las primeras páginas. A los Trastámara los detesta por blancos, rubios, católicos y muy europeos. Para él son preferibles los moritos de la corte de don Pedro el Cruel, más fáciles para sus escarceos. Pero cuando llega al colmo de su odiosidad es contra Isabel la Católica, a la que hace hija de don Álvaro de Luna. A éste le considera pederasta «lo que no es pcado contra natura ya que la bisexualidad era la regla, como en todas las épocas».
Luego, el copista, Gala o Pérez, e adorna con este precioso párrafo: «las mayores infraccines de las reglas morales han sido siempre cometidas por quienes ocupan el pedestal de las estatuas: Papas, obispos, Emperadores y Reyes».
El matrimonio de Isabel y Fernando «no era parentesco, sino incesto, ya que eran biznietos de Juan I». A Gala Isabel le parece «rubia y abesugada. Católica no sé si sería, pero embustera, mucho más. Ella ha sido elegida por Dios y no hay más que hablar...», «firma paces falsas y capitulaciones estafadoras, dinero, dinero es lo que le interesa aunque se hunda el país. La doblez caracteriza todo el reinado de Isabel».
«Siempre he pensado que nunca debió descubirse América» dice sin la menor ironía Pérez-Gala. «Ni conquistarse Granada», añade el simpático muchacho.
«Aquello era imponer a sangre y fuego el Evangelio. Así era la santidad de Isabel, la papisa, la de la boda fraudulenta».
¿Puede llamarse España a algo concreto?— se pregunta el escritor de Brazatortas. Y se responde: «Es imposible, de fracaso en fracaso, de unidad falsa y violenta».
«Isabel, de expulsión en expulsión, estaba loca, histérica, con cuernos muy bien puestos. Todo lo que se alaba de los Reyes Católicos es una broma histórica que siguieron sus sucesores, una historia de saqueadores, de Amberes a Roma».
Y dejo todo lo que dice el pretendido historiador de las faldas y de las estatuas sobre Don Fernando. Daría para más de otro artículo.
Igualmente dejo aquí el tema de los judíos y de los conversos, moriscos, etc, «con los que la frialdad calculadora de Isabel estremece, así como su hipocresía. Eran las riquezas y el poder, no la religión, los que gobernaban, con la Inquisición como arma real».
«La gruesa y algo coja Germana de Foix, de diecinueve años, era bastante aficionada a los juegos de cama. Como Don Fernando, que la llevaba treinta y cinco años, no lograba de ella engendrar un heredero, encontró la colabración de un joven paje, llamado Íñigo de Loyola, que la dejó en estado de buena o mala esperanza». Por ciero, cuenta el brillante Gala que San Ignacio no cayó herido en el sitio de Pamplona, sino al saltar por una ventana huyendo de un marido celoso.
«Por fin España salió de los Trastámaras. Ahora le toca al feo, apocado y boquiabierto Carlos I, que llegó a España hecho una braga, a una España lo más tradicional, entre toros, vino y piojos, pordioseros que gritan en Pavía ¡Santiago y cierra España!».
Carlos V dice: «La paz y la victoria deben usarse para la paz y el bien de la Cristiandad entera». Es decir, un idiota el Emperador, sentencia Pérez-Gala.
Se me olvidaba: de sodomía en sodomía ¡qué placer! los Antonios hacen a Hernán Cortés el amante del gobernador de Cuba Velázquez de Cuellar. Y siempre, como telón de fondo, «los jóvenes esbeltos y dadivosos de su hermosura».
He llegado con estas citas solo a la página 152 del «Pedestal de las estatuas». Hasta la 538, quedan casi cuatocientas, dedicadas al Emperador Carlos V, a Felipe II y a las truculentas y pesadas andanzas del super traidor Antonio Pérez. Sus pornopolíticas historias con los adornos del otro Antonio ¡Vaya par de truchimanes! dejan pálido todo lo transcrito hasta aquí.
Si todo esto ha animado al lector a no comprar tal libro seguiré otro día. ¡Dios nos coja confesados!
Esto a mí ya me huele raro, entre el Bin Laden que cada vez que habla cita a España como tierra a recuperar por el Islam, el tío llamazares convirtiéndose, parece ser, en mahometano y la Luna de miel del gobierno socialista de ZP con el rollito islámico, pues uno empieza a pensar que se prepara el terreno para resucitar el Al Andalus de nuevo, con mezquitas y todo.
Ahora entra con fuerza en escena la “loca” del Gala y sus ensoñaciones moras, queriendo hermanar Córdoba con Samarcanda ¡¡La leche!! Como abundan por estos pagos últimamente los witizanos y don Julianes, alguno de ellos mariquitas.
El Gala seguro que ya se ve haciendo de odalisca, bailando, para algún guapo turco, la danza del vientre , o de los siete velos, en algún serrallo con ambiente oriental. Su”pasión turca” inconfesable, o quizás ya no tan inconfesable.
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