“La música es la flauta de Satán”
“LA MÚSICA ES LA VOZ DEL DEMONIO” (DE YANTAR Y DE FOLGAR, YA NI HABLEMOS)
Un grupo salafista echa raíces en Melilla y predica el islamismo más rigorista. No oyen música ni se acercan a instrumentos, considerados objetos diabólicos.
El salafismo crece en Melilla y sus costumbres más rigoristas comienzan a aflorar en las aulas de algunos colegios públicos. Es la estampa de una minoría creciente que componen algunos taxistas barbudos, mujeres con burka y niqab y mezquitas radicales donde se explica sin rubor que cantar, bailar, ir al teatro, al cine o ver la televisión es pecado. El instituto Rusadir acoge a 1.000 alumnos, casi en su totalidad musulmanes. Se levantó hace una década en el barrio del Tiro Nacional y ostenta el récord de fracaso escolar de la ciudad y uno de los mayores de España. “De cada 200 alumnos que comienzan la ESO, solo terminan 30. Casi la mitad de los padres son analfabetos”, afirma su director, Miguel Ángel López Díaz.
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