Muy acertado el artículo. Yo también he comentado estos días cómo una anécdota protagonizada por un mendrugo en un tren ha alcanzado esta popularidad (he llegado a estar realmente harto de no oir hablar de otro tema, por la calle, en el tren, en las colas...), y al mismo tiempo, todas las violaciones (bastante peor que darle una patada en la cara a alguien) y abusos originados por población inmigrante pasan desapercibidas.
El gobierno ecuatoriano también podría hacerse cargo de la defensa de todos sus nacionales que violan y delinquen por aquí, con el mismo interés que ha mostrado por la chica, si es que de verdad le preocupa la justicia.
Un circo lamentable y sin ninguna gracia, en definitiva.
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