Por lo que su significado es: El que camina por las nubes. O lo que es lo mismo se le aplica a la persona soñadora que vive en las nubes y no tiene los pies afirmados en la tierra, es decir, que ha perdido el contacto con la realidad.Nefelibata es una palabra griega aceptada y recogida en el diccionario de la R.A.E. compuesta de dos vocablos de este idioma que son: νεφέλη = neféle (nube) y βάτης = bátes del verbo βαίνω = baíno que quiere decir caminar, andar, deambular.
Es una palabra culta que se les aplica cariñosamente a los poetas, no porque no tengan los pies en la tierra sino porque en su ensoñación creadora parece que caminan por las nubes que son las que les inspiran la belleza que plasman en sus obras y que sirve para nuestro deleite.
Precisamente el vocablo latino poesis, tomada de la palabra griega ποίησις (poíesis), de donde se deriva poeta, significa: “Manifestación de la belleza o del sentimiento estético por medio de la locución, en verso o en prosa”.
En una palabra el poeta o nefelibata es el que nos seduce mediante su visión privilegiada de la beldad. Para mí particularmente la palabra nefelibata tiene una eufonía especial, pues contiene dos vocales abiertas (la a y la e) y una cerrada (la i), por lo que resulta muy agradable al oído.
El primero del que se tiene noticia de haber empleado esta palabra refiriéndose así mismo es el gran poeta nicaragüense Rubén Darío de la que dejó constancia en su poema Epístola, dedicada a la esposa de Leopoldo Lugones y en la que dice:
“Que ando, nefelibata, por las nubes…Entiendo.
Que no soy hombre práctico en la vida… ¡Estupendo!”
En su poema Mar Latino también utilizó dicha palabra
“Nefelibata contento,
Creo interpretar
Las confidencias del viento
La tierra y el mar…”
El nefelibata al que me refiero, si no me falla la memoria, dijo que la Tierra no era de nadie, sino del viento. No se siquiera si conoce a Rubén Darío, pero ciertamente interpreta las confidencias del viento para regir España.
Igualmente hace uso de esta palabra el insigne Antonio Machado (para mí que la tomó de Rubén Darío) que en su Cancionero Apócrifo, nos encanta con esta estrofa que transcribo:
Sube y sube, pero tenCuidado, Nefelibata,Que entre las nubes tambiénSe puede meter la pata.
Yo desconocía la capacidad premonitoria de nuestro ilustre Antonio Machado. Murió en 1939, pero da la impresión de que tuvo una visión anticipada de lo que ocurriría en España en la época actual.
En cambio yo se de un nefelibata que no tiene nada de poeta ni de creador de belleza, pero si está acreditado y es manifiesto que no asienta sus pies en el suelo.
Este ser parece que ha nacido, criado y se sigue manteniendo en las nubes sin contacto con la realidad que se le ostenta inexorablemente por los cuatro puntos cardinales.
No bajó de las nubes cuando su país marchaba sin remisión por una pendiente inclinada que lo ha llevado al borde de un precipicio del que va a costar mucho sudor, sangre, esfuerzo y colosales sacrificios para poder salir de él.
Cuando todos le advertían de lo contrario el, nefelibata, se empecinaba en que nos encontrábamos en las mejores condiciones posibles y que íbamos a la cabeza de la Liga de Campeones.
Siguió caminando entre nubes al negarse tozuda y pertinazmente a reconocer lo que el resto de los mandatarios y hasta sus mismos asesores y correligionarios le ponían ante sus ojos: Que el camino que había emprendido era equivocado y que costaría mucho enderezar el rumbo.
Fue un nefelibata cuando aseguraba que los brotes verdes se veían por doquier. Él no inventó la locución “brotes verdes” (soy un ignaro en botánica, pero espero que alguien me indique si los brotes pueden ser azules, negros o amarillos o de otro color que no sea verde. Se lo agradeceré), pero, como la religión más extendida por todo el mundo es el papanatismo, todos la utilizaron sin tener en cuenta que se daba una reiteración innecesaria.
Es un nefelibata empedernido, sin la grandeza y belleza de éstos cuando mantiene que no ha realizado recortes sociales y califica de bellacos y, poco más o menos, felones a los que así lo mantienen.
Que se lo pregunte a los funcionarios, a los jubilados a los que han perdido la ayuda de los 420€ y, finalmente a los cinco millones de parados, autónomos y pequeñas y grandes empresas que se han visto abocadas al cierre, muchas de ellas porque los organismos gubernamentales, autonomías, ayuntamientos y un largo etc no les pagan las facturas que les deben, y también a la generación perdida de nuestros jóvenes con más de un 40% de paro.
Sigue siendo un nefelibata cuando, tras el repudio general que España le ha mostrado en las últimas elecciones, manifiesta que se mantendrá hasta el final de la legislatura, cuando ya es un cadáver político.
¡Acaso es que ha perdido el contacto con la realidad y es un nefelibata que vive solo en las nubes!
No quiero extenderme más.
Desgraciado del país que se ve gobernado por un nefelibata, sin la grandeza de los poetas y con la incompetencia de los más que mediocres.
Manuel Villegas Ruiz
Doctor en Filosofía y Letras (Gª e Hª)
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