Ecos de hispanidad (Amado Nervo, Méjico) (II)
Guerrero y Fraile.
Paseó dondequiera su airón de plumas,sus mesnadas briosas y sus pendones,y, ansioso de conquistas, a cien nacionessometió al vasallaje que las abruma.
Después, atormentado por la reuma,que no por religiosas meditaciones,confinó sus guerreras inclinacionesen la celda de un claustro lleno de bruma.
Allí comiendo el blanco pan eucarístico,vegeta, consumido de tedio místico,delira del combate con el estrago;a la voz que le manda llorar su hierrocontesta con taimado : desperta ferro,y en vez de Jesucristo reza a Santiago.
Publicado por Don Quijote en 14:13 0 comentarios Enviar por correo electrónicoEscribe un blogCompartir con TwitterCompartir con Facebook
Etiquetas: Poesía
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