Independientemente de que detrás de lo expresado por el catedrático pueda haber una realidad más o menos descarada de tal vinculación, esos "revoltosos", son algo más que eso, se les llama "terroristas", pues terror es lo que han provocado a las personas --hay que suponer que la mayoría bastante ancianas-- que estuviesen en la Catedral en esos momentos. Y, de cualquier modo, si tales "revoltosos" son incapaces de discernir las cosas, es que, además, son unos tarados mentales.