El Gobierno del presidente Emmanuel Macron ha votado en contra de tener una edad de consentimiento en Francia, y de esta manera se rinde ante la presión de grupos internacionales que intentan normalizar la pedofilia y despenalizar el sexo con niños en todo el mundo.

De acuerdo con Le Figaro, la ley federal en Francia ahora no tiene una edad legal de consentimiento, lo que significa que los adultos que tienen relaciones sexuales con niños no serán procesados ​​por violación si la víctima no puede probar la “violencia, amenaza, coacción o sorpresa”.

El proyecto de ley contra la violencia sexual y de género, conocido como la ley Schiappa, fue promulgado el 3 de agosto por el Parlamento francés, provocando indignación en el país galo cuando los padres y grupos que defienden de derechos de los niños acusaron al Gobierno de traicionar a los niños franceses.
Estos grupos criticaron al presidente Macron por no proporcionar una edad legal de consentimiento para proteger a los menores, refiriéndose a la reciente decisión de los tribunales franceses de negarse a enjuiciar a dos pedófilos (uno de 30 años y otro de 28) por la violación cometida contra dos niñas de 11 años, ya que sus abogados no podían probar que las menores no dieron su consentimiento.

El pasado jueves, varios grupos, incluyendo el Consejo Francés de Asociaciones por los Derechos del Niño, emitieron una declaración conjunta para expresar su “indignación” por el abandono de la edad de consentimiento tras la aprobación de la nueva ley.

“Esta debería ser la medida principal del proyecto de ley: la introducción de una edad por debajo de la cual los niños serían considerados automáticamente incapaces de consentir en tener relaciones sexuales con adultos”, se lee en la declaración conjunta.

En su versión final, la ley Schiappa establece que para los niños menores de 15 años, “la restricción moral o la sorpresa se caracteriza por el abuso de la vulnerabilidad de la víctima que no tiene el discernimiento necesario para estos actos”. Sin embargo, el ex ministro de derechos de la mujer, Laurence Rossignol, dice que estas nociones de “vulnerabilidad” y “discernimiento” dejan demasiado espacio para que los pedófilos escapen del castigo bajo la ley.

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