En el funeral por tu hijo, Daniel Paz Manjón, fallecido en los atentados del 11 de Marzo en Madrid expresaste en público que no pararías de luchar hasta ver a los verdaderos asesinos en la cárcel. ¿De dónde salió tal determinación?
"La tuve desde el primer momento, y porque se lo prometí a mi hijo que nunca me iba a rendir, que ni olvido ni perdono. Mi recorrido comunista de más de 25 años me ha permitido siempre hacer análisis buscando las causas y reflexionando sobre las consecuencias. Por eso, ahora no me voy a rendir en la búsqueda de la justicia contra los asesinos físicos de mi hijo. Eso en cuanto a la justicia más cercana. Pero tampoco me voy a rendir en la búsqueda de una justicia más lejana: yo quiero que los cuatro de las Islas Azores (Bush, Blair, Aznar y el presidente de Portugal) sean declarados "criminales de guerra". Para mí, todos son unos asesinos y unos desalmados por llevarnos a una guerra ilegal, injusta e inmoral. En mí han cambiado el dolor solidario por todos los que cayeron el 11-M, en Palestina, o en Irak, por un dolor real porque la puerta de mi casa ya no la abrirá mi hijo de 20 años".
¿Cómo ha cambiado tu vida desde el asesinato de tu hijo?
Nos han destrozado la vida, la mía y la de mi otro hijo. Una cosa es que yo diga que no me voy a rendir y otra que es que la vida vuelva a la normalidad. Mi hijo mayor tendría que haber acabado la carrera universitaria este curso y no ha podido, es imposible ante el dolor de haber perdido a su hermano. Yo me he convertido en una especie de vegetal que pasa del psicólogo al psiquiatra alternativamente. Soy incapaz de hacerme a la idea de que al abrirse la puerta de casa no voy a ver a mi hijo. Me hacen falta sus abrazos, sus besos. Mi vida ha dado un vuelco absoluto; ya no me parecen importantes esas batallas intestinas que a veces mantenemos política o sindicalmente. Me duele que el secretario general de CC.OO, José María Fidalgo, me haya vuelto la mirada cada vez que se ha cruzado conmigo sólo porque yo pertenezco al sector crítico. Y es que llevo 25 años militando en las Comisiones Obreras.
¿Por qué se denomina la asociación de 'afectados del 11-M' y no 'víctimas del 11-M'?
Esta asociación surge en el barrio de Santa Eugenia (en las afueras de Madrid) hay muchos vecinos afectados por el atentado. Entre ellos empieza a surgir un grupo, que decide constituir la asociación. Y se llama de 'afectados' porque nos queremos alejar de la palabra 'víctimas', ya que justo en ese momento del atentado del 11 de Marzo la Asociación de Víctimas del Terrorismo había nombrado al señor Aznar presidente honorario. Yo me niego a estar cerca de quien fue el inductor del asesinato de mi hijo.
Luego, sabes, empieza el proceso de reconocimiento de la asociación hasta su legalización. Hoy somos una asociación en la que estamos personas afectadas de casi 20 nacionalidades y rondamos los 400 socios, todos afectados directos como heridos o familiares de fallecidos. Ahí estamos, sin ningún tipo de medios o ayuda, toda esa solidaridad generada en torno al 11 de Marzo no se ha visto por la asociación. Así, estamos de prestado en el local de una asociación vecinal, esperando que la administración pública reaccione.
El Ayuntamiento de Madrid abrió una oficina de atención a las víctimas en el barrio de Vallecas. ¿Cuál ha sido vuestra relación con la misma?
A esa oficina de Peñagorbea fui un día a ver qué era. Aquello no era otra cosa que una 'oficina de viajes': te decían tienes que ir a tal sitio, luego a otro, después allí… y así con todo, pero tenía que ser yo quien fuera, con el estado en que me encontraba y me encuentro, sin ningún tipo de facilidades para ser atendidos. Yo pensé que la propia oficina resolvería mis dudas y, sin embargo, sólo me dieron direcciones. Esa oficina sólo funcionó para hacerse la foto y quedar bien. Han dicho, no obstante, que su resultado ha sido muy positivo -la oficina se cerró poco antes de cumplirse los seis meses del atentado-, que han atendido a unas 1.500 personas ya que aunque no te dieran soluciones si te abrían una ficha con los datos personales de todo el que acudía a preguntar. Eso no es atender a los afectados, porque si para mí, que me sé mover en la administración pública por mi trabajo, aquello era inoperativo, piensa en la situación planteada a los inmigrantes que no entienden nada ni siquiera el idioma.
¿Qué impresión tienes del trabajo de la Comisión de Investigación del Congreso sobre el 11-M?
Sinceramente, no esperaba y ni espero nada. Primero, porque experiencias de su inutilidad ya tenemos. Segundo, porque era demasiado pronto; todo estaba bajo secreto sumarial. Tercero, porque el pacto entre los políticos propiciará que Aznar no comparezca. Las conclusiones están ya escritas de antes de comenzar sus trabajos esta Comisión. Y son muy fáciles de adivinar: el PP dirá que el PSOE hizo campaña política entre el 11 y el 14 de marzo; el PSOE dirá que se podría haber hecho algo más. Me pareció deleznable, también, la intervención del Fiscal General del Estado (Eduardo Fungairiño), repugnante, repulsiva, cuando dijo que no sabía nada de la furgoneta, que no leía la prensa.
¿También eres muy crítica con el trabajo de IU en esa Comisión?
Sí, porque es mi grupo parlamentario, porque yo voté a IU el 14 de marzo y no me ha dado ningún dato. Y les voté con el mayor de los dolores que puede tener una madre, cuando aún no me habían devuelto el cadáver de mi hijo -se lo entregaron seis días después del atentado-, sabiendo que faltaba un voto para IU, que era el de mi hijo. Y voté a IU. Por eso duele que no hayan tenido el gesto de recibir a la Asociación de Afectados del 11-M. Y me dolió porque después de reunirme con el grupo socialista y no quedarme, una vez finalizada la reunión, a hacerme la foto con ellos durante la rueda de prensa -porque soy comunista y porque yo no regalo las fotos-, me encuentro con las dependencias de mi grupo y entré. Allí les dije, destrozada pero con serenidad, que eran mi grupo parlamentario, que nos llamaran, que nos recibieran. De eso han pasado ya más de dos meses y no sabemos nada.
¿Cómo se está ejerciendo la acusación particular?
Se ha creado una oficina de la Audiencia Nacional, donde hemos sido llamados tanto los heridos como los familiares de los fallecidos. Hay una causa penal abierta que es irrenunciable. En ella estamos representados por el Fiscal General de la Audiencia Nacional: es el Estado el que ejerce la defensa por el asesinato de mi hijo. Ahí no puedo ejercer la personificación como acusación particular. Y, por tanto, lo he hecho con dos abogados y un procurador en la Audiencia Nacional dentro de la causa civil. Ahora bien, estamos en trámites en estos momentos, porque en la causa penal sí quiero pedir actuaciones, quiero que sean llamados a declarar como imputados en la causa penal el ex ministro de Interior, Angel Acebes, y el ex presidente de Gobierno, José María Aznar. Acebes es diputado, por lo que habría que solicitar el desafuero. Tengo dudas respecto al ex presidente de Gobierno. Porque, reitero, yo no olvido ni perdono: sé cuál es mi objetivo final.
Sé que a lo mejor no son llamados como imputados, pero sí estoy segura de que si todos los afectados coincidimos en que estábamos ante unas elecciones generales, que el atentado de Casa Blanca (en 2003) ya nos puso en alerta, que hay datos sobre que se estaban grabando las conversaciones de quienes participaron en el atentado y no quiso el ministro contratar un traductor de Árabe, etc., entonces, los responsables son el ministro del Interior y el presidente de Gobierno de entonces. Eso no se lo perdono, porque tenían que haber estado alerta.
¿Temes que el 11-M se convierta sólo en una efeméride?
No es que tema por eso en un futuro, es que ya, de hecho, no interesa. Ya estamos queriendo olvidar, pasar página. Interesa el morbo. Nadie se está planteando qué ha pasado, qué está pasando. La Comunidad de Madrid tiene competencias para actuar y al recibirnos como Asociación, la señora Esperanza Aguirre -presidenta de la Comunidad de Madrid- nos dijo, entre otras lindezas, que teníamos suerte porque de la indemnización que recibiríamos no nos descontarían nada, que iban sin retenciones, no como sucede con los premios de la lotería. Yo le quiero decir a esta señora que 1.500 poliheridos no pueden ser absorbidos por la misma sanidad pública que antes del 11-M ya estaba colapsada. Y ella se negó a admitirlo porque también niega que existan listas de espera. Le pedimos un estudio de las áreas de salud donde se localizaban el grueso de los heridos, qué patologías tienen y qué tratamiento recibirán y cuantos facultativos se van a contratar. Nos negó estos datos, porque están entrando por la vía normal de las listas de espera, como todos los demás ciudadanos, cuando al daño físico múltiple hay que unir el tremendo impacto psicológico.
Y están los niños, qué pasa con ellos en las escuelas, cómo se les puede pedir que rindan igual que los demás compañeros, cómo se les apoyará ante el fracaso escolar tan alto de los colegios cercanos a los lugares del atentado. Y de todo eso no quieren saber nada. Pero sí están para las fotos, para lo que ante la prensa queda bien.
Y les pedí un plan de trabajo, un plan de empleo, para todos los afectados, donde se haga un estudio sobre las secuelas, dar formación para futuras reinserciones laborales. Y también dijo no. Lo único que se le ocurrió decir fue que nos había tocado la lotería, pero sin retenciones.
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