En este país la única manera de destacar sobre la "mediocridad" del resto de contribuyentes es, o saliendo del armario, blasfemando o insultando al vecino, a ser posible, vecino español. Si a este santo barón, que autoalimenta junto a una legión de bocazas la costra micronacionalista en los medios de comunicación catalanes, se le montara un buen pollo, el próximo "valiente" se lo pensaría tres veces.
Marcadores