Afortunadamente no es más que una frase huera de las muchas que se dicen en las campañas electorales, y cuya misión es encandilar a los descerebrados de mitín. Forma parte, pues, del conjunto de despropósitos demagógicos de esta lamentable fauna política que padecemos. Ya lo dijo el "viejo profesor", Tierno Galván, "las promesas electorales están para ser incumplidas", y tales funestas palabras ahí están, recogidas por la prensa del momento para recordatorio de desmemoriados, basta con buscarlas en las hemerotecas.
Por otra parte, la irreal promesa, refleja a las claras que este personaje va a la zaga de su oposición y es una muestra más de su espíritu servil: ahora a la bajada de pantalones con su necedad de la "alianza de civilizaciones", pretende una bajada de calzoncillos "sajonizando" España.
Esperemos que, sin análisis y sin manifestación alguna por mi parte, el 9 de marzo sea su tumba política.
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