Tiene toda la razón del mundo: de los cuatro terroristas de Londres, tres nacieron y se criaron en el Reino Unido; la madre de uno de ellos trabaja para la propia Reina; el padre de otro es policía... no conocían más injusticia que la prosperidad británica.
Muchos abogan por la integración plena de los inmigrantes en la sociedad que los acoge; pero estos inmigrantes han preferido la desintegración.
Y lo peor es que aquí estamos cometiendo los mismos errores.
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