La caja tonta


La otra noche decidí mirar por la ventana de eso, que con muy buen criterio, llaman la caja tonta. Cogí el mando remoto y entrené un poco en una de esas gimnasias-ing que tan de moda se ha puesto desde que los sajones gobiernan las tendencias, por si esto os resulta oscuro, me refiero al strecthing, jogging, stepping, y por supuesto, la mas popular y difundida "zapping", es decir ese entretenido trabajo de ejercitar el pulgar sobre el mando remoto para cambiar de canal en canal.

Poco tiempo me llevo volverme experto en este arte, y debo confesar que no por mérito propio, sino porque lo absurdo de los programas y su homogeneidad cacofónica recursiva disparaba en mi ese gesto a modo de acto reflejo.

Fue entonces cuando vino a mi memoria un dicho del honorable Quevedo:

Todos los que parecen estúpidos, lo son y, además también lo son la mitad de los
que no lo parecen.

Antiguamente uno miraba a través de esa ventana películas, espectáculos, y hechos a los que dificilmente se podía tener acceso, en cambio de repente encontreme mirando la disputa conyugal de unos oligofrénicos, casi como si hubiese abierto una ventana en el domicilio de mis vecinos...., en otro canal me topé con el cotilleo sobre lo que se puso, dijo, o espeto Fulanita en la fiesta de Fulanito, vamos, peor nivel que las marujas de mi comunidad cuando se reunen en el portal de casa y ya no pude creer lo que veía cuando tomé conciencia de que la gente se prestaba a participar a modo de conejillos de india en experimentos de laboratorio sobre convivencia humana en espacios absurdos creados ad-hoc y repletos de cámara en los que el papel de los presuntos científicos eran "representados" por los mismos televidentes guiando a través de mensajes con sus teléfonos móviles los resultados del experimento. Si Pavlov viviera seguro que disfrutaría más que el marqués de Sade con este entorno...., finalmente, por temor a volverme Lelo, Memo, o sumarme a la cohorte de los estúpidos mencionados por Quevedo decidí desconectar la Caja Tonta y volver a la lectura.
Me pregunto cuantos lectores quedan que puedan aun gozar de la propia imaginación en la lectura de un libro....