Tema: ¿Cortina de humo?

Estamos ante la última de las tracas a las que nos tienen acostumbrados, sólo que ésta ha prendido en los matorrales próximos. Es tanto el mosqueo nacional que ya se ven toda clase de conspiraciones, ocultaciones, engaños, mentiras, falacias, y demagogias verberneras por todas partes.

A mi me preocupa el gobierno, es la verdad, pero me preocupa mucho más la mentalidad popular... ¡qué país, Señor, qué país! Ante la huelga salvaje de los controladores, en cuyo pulso con "Pepiño y Rub-Al-Kaaba" todo el mundo se fija, como ruido de fondo, al que nadie presta demasiada atención, suena el marujeo del afectado ciudadano: ¡que los despidan a todos! o "¡son los culpables!" y otras indignadas expresiones se pueden escuchar entre personas aparentemente hasta respetables, que los medios televisivos se ocupan de recoger y ofrecer a los televidentes.

Pero estas expresiones sólo son temperamentales, irreflexivas y más o menos espontáneas. ¿Realmente son culpables los controladores del caos que se ha formado? En mi opinión, se les ataca con ferocidad desde dos frentes por dos motivos: desde medios gubernamentales porque no se han sometido a los dictados de la mamandurría que se traen los miembros de la covacha. Y desde los medios y la calle por pura envidia de los salarios que perciben.

Ahora bien, ¿quién ha establecido esos salarios? ¿ellos? El aparentemente exagerado salario de un controlador aéreo ha venido siendo así desde al anterior Régimen, es decir, no es cosa de ahora. El que haya gente con aspiración a lograr un puesto semejante es por ello absolutamente normal ¿y quién pudiendo no lo haría? Y de pronto, un señor bajito, con cara de "rompetechos" que difícilmente llega a hacer "la O con un canuto" pero que tiene una cartera ministerial a su cargo que le viene enorme, después de haber sido concejal de su pueblo, les dice hace unos 10 meses "Os rebajo el sueldo un 40% porque ganáis más que el Presidente". Además, los deja sin vacaciones y con unas horas extraordinarias que se cumplen no se sabe cómo, pero después son más de las estipuladas aunque menos que las que se deben cobrar, o algo parecido. ¿Y se pretende que estos señores no se cabreen de lo lindo? Pues pongámonos en su lugar a ver qué pasaría.

Es decir, un controlador cuando jura o promete su cargo, cualquiera sabe la fórmula, se encuentra con que todo ya está hecho, es decir, configurado, estipulado en términos y mandado cumplir, o sea, que no añade nada a todo ello salvo su trabajo.

Pero, ¿cómo se hace un controlador aéreo? Decían algunos de los irreflexivos afectados que "las listas del paro están llenas de gente". ¡Claro, claro! están repletas de tíos con una titulación superior como mínimo, que han realizado y superado las pruebas de conocimiento de los estudios específicos conducentes a la capacitación como controlador aéreo, entre cuyas materias se estudia un poco de geografía, otro poco de macramé, algo de piano --eso si, con solfeo--, dibujo artístico y lineal más unas horas de gimnasio en el patio a efectos de estar en forma con el disquito de aquella profesora de "Yunooo, dos, treeesss" que la pobre acabó con no sé qué mal que a nadie se le puede desear. Y sólo son 2.500, es decir, que si los despiden a todos habría que contratar a otros tantos en el extranjero o cerrar definitivamente el espacio aéreo nacional durante unos dos años hasta que estuviese lista una remesa completa de nuevos controladores... ¡genial!

Por supuesto, cuando le echo un vistazo a la Meteorología aplicada a la aviación de LEDESMA y BALERIOLA (en PARANINFO) con sus 628 paginitas de nada, pienso que éstos estudiarán lo mismo y así deben de ser el resto de las materias, supongo yo. Pero la cosa no acaba ahí, y es que es absolutamente imprescindible saber inglés, digo "saber", no chapurrear ese inglés macarrónico tan típico de la oreja nacional, que no oído del "jaguarllú". Y, también, estar dotado de un temple, de unos nervios de acero como los de "Swatzenaguer", porque mientras un piloto es responsable del pasaje de su avión, el controlador es responsable de la seguridad de tres docenas de aeronaves simultáneamente. Mientras tanto, y a modo de ejemplo, la ex-Vice Vega de la Voque, por estar tocándose las narices en ese retiro dorado que le han buscado y tocándonos los bolsillos a los demás, se permite dos secretarias, un jefe de gabinete y un jefe de Prensa... ¿y para qué? con un sueldazo la tía de unos 147.000 euros al año, más los sueldos de las secretarias y los "jefes" ¿qué responsabilidades puede justificar esta feorra? Y podemos multiplicar este ejemplo por cientos, miles de ellos, que suponen la demostración del calamitoso parasitismo socio-político que está padeciendo nuestra nación. Y lo que es aún peor, esos protestones votan a estos parásitos. Y para colmo, "sacan los tanques en los aeropuertos", es lo que les faltaba para tener un puesto asegurado en el loquero más próximo o en la cárcel más cercana. De esta última medida habrá consecuencias, me apuesto unas cañas.

Y ahora me pregunto cuando van a protestar por los casi 5 millones de parados, por el expolio total al que han sometido a España que en seis años la han arruinado --una guerra de verdad con frentes incluidos no hubiera causado los mismos desastrosos efectos económicos--, en saber a dónde han ido a parar las toneladas de dinero y riqueza que han desaparecido... Este país cada día se parece más al "camarote de los hermanos Marx pero con 46 ó 47 millones de ocupantes."

De la Ley Orgánica 4/81 de 1 de junio, de los Estados de Alarma, Excepción y Sitio Publicada en el B.O.E. núm. 134 de 5 de junio de 1981

CAPÍTULO II
El estado de alarma

Artículo 4
El Gobierno, en uso de las facultades que le otorga el artículo 116.2, de la Constitución, podrá declarar el estado de alarma, en todo o parte del territorio nacional, cuando se produzca alguna de las siguientes alteraciones graves de la normalidad:
a) Catástrofes, calamidades o desgracias públicas, tales como terremotos, inundaciones, incendios urbanos y forestales o accidentes de gran magnitud.
b) Crisis sanitarias, tales como epidemias y situaciones de contaminación graves.
c) Paralización de servicios públicos esenciales para la comunidad, cuando no se garantice lo dispuesto en los artículos 28.2 y 37.2 de la Constitución,y concurra alguna de las demás circunstancias o situaciones contenidas en este artículo.
d) Situaciones de desabastecimiento de productos de primera necesidad.

¿Cual de las demás circunstancias o situaciones contenidas en este artículo concurre con la paralización del tráfico aéreo?
Debo ser muy bruto, pero no veo ni Catástrofes, calamidades o desgracias públicas, tales como terremotos, inundaciones, incendios urbanos y forestales o accidentes de gran magnitud, ni Crisis sanitarias ni desabastecimiento de productos de primera necesidad

¿Algún jurista puede aclara mis dudas?

Del ABC.

Economía

La ley prevé la alarma para crisis unidas a catástrofes naturales

Expertos juristas creen que, si se colapsan los servicios públicos, las Cortes deben decretar el estado de excepción

FERNANDO ROJO / MADRID

Día 05/12/2010


EFE
El Gabinete de crisis, con Zapatero al frente

Para declarar el estado de alarma, el Gobierno tuvo ayer que definir lo ocurrido en España como una «calamidad» y una «catástrofe». De lo contrario, no podría haber aplicado el artículo 4 de la Ley Orgánica 4/1981, pues éste únicamente permite poner a España en dicho estado cuando se produzca «la paralización de servicios públicos esenciales» como consecuencia de un conflicto colectivo y además concurra una catástrofe, calamidad, crisis sanitaria o situaciones de desabastecimiento de productos de primera necesidad.
El propio legislador habla del tipo de calamidades o desgracias públicas que deben acompañar necesariamente a la paralización de servicios públicos esenciales: «terremotos, inundaciones, incendios urbanos y forestales o accidentes de gran magnitud». Como no nos encontramos en ninguno de estos supuestos, el Real Decreto de ayer definió el cierre del espacio aéreo español como «una calamidad pública de enorme magnitud por el muy elevado número de ciudadanos afectados, la entidad de los derechos conculcados y la gravedad de los perjuicios causados».
Tampoco es casual la apelación del Gobierno a una «situación de catástrofe pública», pues es otro de los supuestos requeridos por la ley. Ni tampoco que se cite un apartado sobre el «desabastecimiento de productos de primera necesidad», una situación que tampoco se ha llegado a producir.
En las últimas tres décadas, expertos juristas han mostrado sus dudas sobre la correcta aplicación del estado de alarma en caso de conflictos colectivos como el que mantienen Aena y los controladores aéreos. De hecho, el ex presidente del Tribunal Constitucional Pedro Cruz Villalón recuerda en un informe que, aunque en un primer momento se pensó en incluir los conflictos laborales, finalmente «el legislador efectuó una “despolitización” del estado de alarma, dejándolo al margen de las situaciones de desorden público o conflictivad social, para destinarlo a combatir las catástrofes naturales y tecnológicas».
Según dicho informe, la paralización de los servicios públicos por una huelga o un plante como el de los controladores «deja de ser realmente el origen de un posible estado de alarma para limitarse a ser una situación agravante de cualquiera de las tres emergencias a las que el artículo 4 de la Ley Orgánica efectivamente comprende: catástrofes, epidemias y desabastecimientos».
¿Desabastecimiento?
Cruz Villalón también discrepa de que se interprete la ley como lo ha hecho el Gobierno respecto a un supuesto desabastecimiento: «La coexistencia prevista de paralización de servicios y desabastecimiento hay que entenderla ausente de cualquier relación causal. De otro modo nos encontraríamos con que la paralización de un servicio que diera lugar al desabastecimiento de un “producto” de primera necesidad podría dar lugar a un estado de alarma (por ejemplo, una huelga de panaderos), en tanto la paralización de un servicio esencial no traducible en desabastecimiento de un producto no puediera combatirse con la declaración de tal estado (por ejemplo, una huelga de médicos)».
Tanto el ex presidente del Constitucional como otros juristas consideran que, en el caso que de existir una relación causal entre la «paralización de servicios» y la situación de desabastecimiento, a la que apela ahora el Gobierno, lo que debería haberse decretado no era el estado de alarma, sino el estado de excepción, «sin que quepan situaciones intermedias».
De hecho, lo ocurrido este fin de semana se ajusta más a lo que la Ley Orgánica prevé para el estado de excepción: que el ejercicio de los derechos y libertades de los ciudadanos, el normal funcionamiento de las instituciones democráticas, el de los servicios públicos esenciales, o cualquier otro aspecto del orden público resulten gravemente alterados. Pero entonces se necesita la aprobación del Congreso de los Diputados.

Ya veo que la cortina de humo es lo de los controladores. Todas las noticias, en todos los medios, están dedicadas a esto.

Valmadian y Txapius, ambos lo plasmáis perfectamente. El primero mostrando la importancia de que los controladores sean profesionales bien preparados y, sobretodo, en plenas facultades para que no se produzca ninguna desgracia. Desgracia que luego, Fomento colgaría a los pilotos muertos para evitar responsabilidades...

Txapius muestra que legalmente no hay motivo para poner a personas agotadas y con los nervios destrozados, a punta de pistola ante los monitores.

Si ocurre una desgracia, el Gobierno será el responsable.

Os copio y pego respuestas que di en el Foro Santo Tomás Moro al respecto:

Sin decir que los controladores sean santitos, el gobierno ha enfocado esto a lo chavista, como una guerra de pobres contra ricos, y eso ya no se lo cree nadie.
Entiendo que los controladores cobran un pastón. Bien, también han tenido que pasar unos cursos y exámenes durísimos y tienen unos conocimientos elevados. ¿Lo próximo que va a ser, militarizar a los notarios, que cobran un pastón por echar una firmita?
La gente se queja porque no tiene vacaciones y yo los comprendo, debe ser una gran putada. Pero la gente debería estar con la dialéctica de los puños y las pistolas, porque por más antipáticos que sean los controladores, la culpa es de otros.
Como el concejal ese de IU destrozando bares en Sevilla el día de la huelga de los señoritos sindicalistas. Eso no fue huelga salvaje y no mereció estado de alarma. Y el tío en el ayuntamiento, tirándose la vidorra que pagamos todos.
Y eso, el ejército a punta de pistola con los controladores y la frontera de Melilla descuidada, y Marruecos riéndose en nuestra cara como se ríe la Royal Navy en el Peñón de Gibraltar, que primero fue el tabaco y después qué te voy a contar.
Yo creo que es que el gobierno está más nervioso de la cuenta y ya no sabe qué hacer porque esto se le está yendo de las manos más de la cuenta. Y esto no es sino una medida "populista", una más que hacen porque saben que no tienen oposición, cuando la situación que padecemos merece más que un 2 de Mayo.



El ejército donde tiene que estar es en Melilla y planeando como enviarle un bombazo al sultán bujarrón con capucha de condón, y no en Afganistán y en los aeropuertos.


Con respecto a nuestro tema, hay algo que sí me ha molestado. Y es la actitud de muchos que se han visto jodidos. ¿Que por qué? Pues porque es muy fácil ir en grupo como vil canalla (Aun entendiendo su cabreo de veras) a insultar a dos ó tres controladores sueltos; pero es más difícil que esa misma canalla que tanto grita para salir en la tele vaya a pegarle fuego a la Moncloa y a la Zarzuela, y vaya a pegarle fuego a las tabernas etarras y vaya a defender España en sus ciudades norteafricanas. Esto creo que nos define como país, y es muy triste.

No ha tardado nada "el okupa" de Fomento, alias Pepiño, rompetechos, "dostor en bachillerasto", en tener preparado "el conceto" de 442 expedientes sancionadores, por eso ha estado callado el muy ladino durante los dos últimos días del follón. Por eso y porque había que dejar paso a "los soldaditos del señorito Rub-al-Kaaba" que pistolita en mano obligaron a los controladores a ponerse en su puesto y "¡alá! ¡a currelá, kes lo buestro! y ¡dejá de jodé ar personá ke se bá de week end!"

Y mientras llegan o no llegan a AENA, la responsable del cierre del espacio aéreo nacional, esos dichosos expedientes sancionadores (más estopa para otra huelga el día menos pensado), sería conveniente saber si el escrito de dimisión del Pepiño ya ha llegado, o no ha llegado aún, a la Moncloa.

Sobre los controladores, me ha llegado el testimonio de una amiga que, con su madre, pretendía viajar a Milán desde Bilbao. El vuelo no era directo y en el aeropuerto del Prat se quedaron secuestradas. El viaje estaba planeado desde hacía tres meses.
Cuando corrija y trabaje un poco el texto (me ha llegado en un bloque compacto y sin guiónes de diálogo) lo publicaré junto a lo que dice en su blog una controladora aeréa, un bicho de cuidado que con lenguaje y maneras soeces, insulta a los viajeros.

Ordóñez tiene razón, es en el asunto Marruecos donde hay que desplegar a los militares, en Ceuta y Melilla. Y por supuesto, dejar de bajarse los pantalones en Gibraltar y recuperar nuestras aguas.

¡Ay!, Valmadian, no tenemos ni el consuelo de que Pepino Blando vaya al paro, mira donde está la Momia...

Hace unos minutos nada más, en el noticiario de "Intereconomía" al que habían invitado a un controlador, Eduardo GARCÍA SERRANO, después de escuchar los argumentos de dicho invitado explicando lo sucedido, ha incurrido en una lamentable pregunta capciosa: le ha pedido que contestase con un SI o un NO, al planteamiento entre demagógico (comentar o prometer algo con el fin de agradar o lograr una adscripción a lo propio) y sentimental de los derechos pisoteados de los ciudadanos a viajar, desplazarse, solazarse, etc., etc.

¿Por qué es capciosa la pregunta? Por la sencilla razón de que no deja abierta más que la posibilidad de que el controlador entrevistado reconociese su responsabilidad culposa respondiera lo que respondiera:

SI, o sea que a plena conciencia estaría cometiendo un acto abiertamente injusto y antisocial, además de ilegal por ser una huelga salvaje que no cumple con los requisitos necesarios establecidos por la norma.

NO, pues vaya colectivo de gentuza que les importa la nación y su pueblo un pimiento con chorreras y encima con lo que cobran, ¡vaya cara! ¡menuda inmoralidad!

Y el problema es muy otro, un problema que, como la hidra, tiene muchas cabezas o causas, por lo que la pregunta del Sr. GARCÍA SERRANO no sólo es capciosa sino que, además, es reduccionista.

Hace ya unos cuantos años yo había suspendido el tercer parcial de una asignatura de 4º año de carrera. El docente tenía elaborada una especie de baraja con las preguntas de los exámenes. En cada "carta" había unas preguntas concretas y todas eran diferentes, con lo que la tradición del "copieteo" al vecino no se podía llevar a cabo. Mi suspenso había venido dado por un grado de insuficiencia evidente en el conocimiento básico de la materia. Pero, he aquí que en la repetición del examen ya en junio siguiente (apenas unos 20 días después), por pura suerte me volvieron a tocar las mismas preguntas de examen. El mencionado profesor quiso quitarme la carta de las preguntas a lo que yo me opuse en el momento: ¡Son sus normas, no las mías!, le dije, y tuvo que aguantarse. Por supuesto, yo había repasado sobradamente en qué había fallado tres semanas antes y el aprobado estaba prácticamente asegurado, como así fue.

¿A dónde quiero llegar con esta anécdota personal? Pues a la siguiente reflexión: el problema de los controladores tiene un antecedente: quienes han establecido las normas de funcionamiento del control aéreo adaptadas a los usos internacionales, los modos de acceso a la función de controlador, las condiciones laborales y los salarios correspondientes, no son los controladores: SON LAS AUTORIDADES que NO CUMPLEN con sus propias normas y provocan estas situaciones.

Escandalizar con que la huelga ha vulnerado los derechos de X cientos miles de españoles, pero que apenas llegan a un 1% de la población total del país es, en efecto, una cortina de humo para tapar otros problemas mucho más graves como la situación de nuestras relaciones actuales con Marruecos, o lo que está pasando con la economía nacional al borde de la quiebra, o los problemas con las reivindicaciones nacionalistas catalanas y todo un reguero de abandonos en sus funciones por parte de estos picatostes. Por otro lado, el Gobierno también necesita sus "balones de oxígeno" y con unas encuestas que le dan 18'8 puntos más al partido de la oposición en puertas de unos comicios que les van a privar de las CCAA que todavía les quedan, aparte de los ayuntamientos que también van a perder. A las claras significa que se van a quedar sin cargos, ni dinero que repartir, es decir, su clientelismo desaparece, lo que conlleva una automática pérdida de poder y peso en la sociedad.
Por otro lado, en realidad, cualquier derecho de huelga chocará siempre con los derechos de otros, que son los afectados en mayor o menor medida e independientemente de su número. Si a mi se me ocurre hacer una huelga, mis alumnos verán su derecho a la educación mermado, pero su número es tan insignificante que no daría lugar a su exhibición impúdica en los medios, o sea que la importancia de los mencionados derechos vulnerados depende del peso de los votos en las urnas.

Pero todavía puede ser más grave que alguien como el Sr. D. José BONO en el día en el que conmemoran SU día de la Constitución, mencione el conflicto en el discurso institucional conmemorativo (mención absolutamente inadecuada) haciendo una afirmación preocupante a la "culpabilidad" de quienes se !"atreven a desafiar al Estado"!, olvidando el "principio de presunción de inocencia" establecido por la propia Carta Magna que conmemora esta gente y como si el Estado fuese un dios por encima de la Nación. Graves errores, muy graves, de quien se supone es la tercera autoridad de España.

Lo que es claro es que las autoridades son las responsables primeras y directas de este caos, y no se ha producido una cadena de dimisiones o de ceses antes de depurar posibles responsabilidades entre los controladores, que puede haberlas. Y lo que también tengo muy claro, es que si he de volar en avión quiero el mejor equipo de tíos pendientes de mi hasta el milisegundo y no un grupo de individuos amenazados, extorsionados y trabajando a punta de pistola y pensando en despidos y expropiaciones.

Luego, uno se encuentra con una encuesta en la portada del diario "La Razón" en la que se dice que el 86'5% de los encuestados opina que habría que despedir a todo este colectivo y llego a la fatal conclusión de que ahora entiendo porqué en este país gobiernan PSOE y PP.

Controladores aéreos

En una cosa se parecen los batasunos y los controladores, en que el principio de seguridad jurídica no rige para ellos


JUAN MANUEL DE PRADA

Día 11/12/2010





AFIRMABA Baudelaire que «cualquiera puede tiranizar una gran nación, apoderándose del telégrafo y de la imprenta nacional». Eso sería antaño y en una gran nación; hogaño y en una nación hecha unos zorros como la nuestra, al tirano le basta con intoxicar las tertulietas radiofónicas y televisivas, que son el oráculo de la llamada opinión pública. «Sabemos que tenemos en contra a la opinión pública», repite compungido un portavoz de los controladores aéreos; y, en efecto, no hay tertulieta radiofónica o televisiva donde no los pongan nevaditos de gargajos, como los estudiantes de Alcalá pusieron al Buscón. Y así, nevaditos de gargajos por los prohombres y prohombras de las tertulietas, los controladores son entregados a la plebe, para que desahogue con ellos su resentimiento, mientras el tirano hace lo que le peta.
España es esa nación hecha unos zorros donde el tirano puede dejar sin subsidio de subsistencia a seiscientos mil parados, sin que la «opinión pública» se inmute; en cambio, dejan sin avión a los excursionistas y en las tertulietas no hay prohombre ni prohombra que no eche su gargajo sobre los controladores aéreos, que ya se han convertido en el muñeco de pimpampum favorito del régimen. Y no le falta razón al régimen, pues lo que hicieron los controladores fue alterar la paz social del puente de la Maculada Constitución, cuando el número (decreciente) de los que trabajan y el número (creciente) de los parados se funden en una misma masa fraterna e igualitaria, en la que los parados pueden hacerse la ilusión de estar de vacaciones. Si la utopía del socialismo antañón era la sociedad sin clases, la utopía de esta gran fábrica de parados que es el socialismo hodierno es la sociedad de vacaciones, donde los parados llegan a creer que disfrutan de un domingo perpetuo; y donde quedarse sin puente jode más que quedarse sin subsidio de subsistencia. Por perturbar esta utopía, el régimen castiga a los controladores aplicándoles la ley militar. España es esa nación hecha unos zorros donde a los controladores se les aplica la ley militar para meterlos en la cárcel, mientras a los batasunos se les aplican todo tipo de tretas leguleyas para sacarlos.
En una cosa, sin embargo, se parecen los batasunos y los controladores: y es en que el principio de seguridad jurídica no rige para ellos. A los batasunos el régimen los considera hombres de paz o delincuentes según convenga a sus cálculos electoreros, hasta lograr que ellos mismos se hagan la picha un lío cuando se miran en el espejo cada mañana, sin saber si ese día les toca ser el doctor Jeckyll o míster Hyde. Y a los controladores el régimen les cambia su estatuto jurídico hasta diez veces en un año, mediante sucesivos decretazos que los condenan al limbo de la indefensión; y si se rebelan contre este baile de San Vito legal, les aplican la ley militar. Zapatero, con esa jeta en fase de derretimiento que exhibe últimamente (ya no sólo los papitos, hasta las cejas le blandulean), ha dicho muy solemnemente que nadie puede tomar como «rehenes de sus reivindicaciones a los ciudadanos»; en lo que miente como un bellaco, pues eso es lo que hicieron los empleados del metro de Madrid, para regocijo de Rubalcaba. Claro que, en aquella huelga del metro, se consiguió que los trabajadores se tuviesen que quedar en casa, como si estuviesen parados, lo que redunda en beneficio de esa utopía del socialismo hodierno, que es la sociedad de vacaciones. La huelga de los controladores aéreos, en cambio, conspira contra esa utopía, lo que los convierte en reos de alta traición. De este modo se tiraniza a una nación hecha unos zorros, Baudelaire.

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