Por cierto, el Perú es Mariano y celebramos mañana la Inmaculada Concepción, cuyo lema es "A Cristo por Maria"
Saludos en Xto. Rex et Maria Regina
Pro Deo, Patria Régimen et Rex
No se ama lo que no se conoce
Patrona de España: "Ave Regina Hispanitatis"
Inmaculada (Zurbarán)
"Tota pulchra es Maria, et macula originalis non est in te" - "Eres toda Hermosa María, y en ti no hay mancha de pecado original". Así canta la Iglesia en este día y, si en verdad hay una criatura que pueda llamarse hermosa, es la Virgen Santísima. Por eso se ponen en su boca aquellas palabras que la Escritura dice de la Sabiduría divina: "Yo soy la Madre del Amor Hermoso" (Eccli 24,24). Un amor hermoso porque tiene como principio y como fin al Dios tres veces santo, que es toda la Hermosura, toda la Bondad y toda la grandeza.
La Hermosura de María radica en ser toda limpia, llena de gracia. Ella "en el primer instante de su concepción, fue preservada, por singular privilegio de Dios y en virtud de los méritos previstos de Cristo Redentor, de toda mancha de pecado original". Con estas palabras definía ser dogma de fe esta doctrina el Beato Pío IX el 8-diciembre-1854.
Las lecturas de la Misa nos sirven de guía para la contemplación del misterio a lo largo de un arco de tiempo que va desde la Creación hasta la Encarnación, desde el Protoevangelio al relato de la Anunciación por el Evangelista San Lucas.
En los días de la creación, el mal ha entrado en el mundo como consecuencia del pecado original de nuestros primeros padres; pero desde ese mismo instante se perfila en el horizonte la imagen de María de quien, como nueva Eva, nacerá el que vence el mal. En María, desde el primer instante de su existencia, está la plenitud de la gracia (llena de gracia, la llama el Arcángel Gabriel). A Ella, antes que a cualquier otra criatura, tienen aplicación las palabras de San Pablo: "Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en bienes celestiales en Cristo. Así como nos eligió en Él mismo antes del establecimiento del mundo, para que fuésemos santos y sin mancilla delante de Él en caridad" (Ef 1, 3-4).
Esa Mujer tan exaltada es Madre nuestra: como cristianos hemos sido redimidos por la Sangre de su Hijo y, nosotros mismos, somos hijos de sus dolores maternales. Por eso María Inmaculada es gloria de la humanidad redimida en Cristo y alegría de los fieles. Además, para nosotros, españoles, está fiesta resulta especialmente memorable pues aclamamos a la Inmaculada por celestial patrona.
A propuesta unánime de las Cortes Generales Españolas, el Rey Carlos III solicita a la Santa Sede que la Inmaculada Concepción de María sea proclamada Patrona de España.
Respondiendo a esta petición, el 8 de noviembre de 1760 el Papa Clemente XIII firmaba un Decreto proclamando a la Inmaculada como Patrona de España. Más tarde, el 25 de diciembre de 1760, la bula "Quantum Ornamenti" de manera solemne ratificaba esta proclamación. El 16 de enero de 1761 el Rey Carlos III firmaba un Decreto-Ley por el que proclamaba patrona de todos sus Reinos "a esta Señora en el misterio de su Inmaculada Concepción". Esta disposición de Ley lleva por título "Universal Patronato de Nuestra Señora en la Inmaculada Concepción en todos los Reinos de España e Indias". De esta manera alcanzaba reconocimiento oficial la veneración que durante siglos se ha dirigido en nuestra Patria a la Virgen Santísima bajo este Misterio.
"Porque el culto y el amor a la Virgen María de tal manera está encendido en los corazones españoles, que se halla enlazado con toda su historia y brilla como una honrosa distinción en el espíritu de sus hijos. No hay acto nacional de trascendental importancia en que no aparezca la imagen de María" (Vázquez de Mella).Mostrémonos dignos de nuestros antepasados por la devoción al Misterio de la Inmaculada Concepción. Seremos verdaderamente devotos de María cuando sepamos ser verdaderos adoradores de su Hijo. Que el gozo de este día se concrete en propósitos eficaces de ser como Jesús pide y exige de nosotros, de ser puntos luminosos en medio de la oscuridad de este mundo. Será el mejor obsequio que podremos ofrendar a nuestra madre en su día.
Como españoles y cristianos aprendamos a invocar a María como Madre para que vayamos creciendo cada día en amor a la Virgen y que Ella nos vaya haciendo cada día más semejantes a su Hijo Jesucristo.
Aquí corresponde hablar de aquella horrible y nunca bastante execrada y detestable libertad de la prensa, [...] la cual tienen algunos el atrevimiento de pedir y promover con gran clamoreo. Nos horrorizamos, Venerables Hermanos, al considerar cuánta extravagancia de doctrinas, o mejor, cuán estupenda monstruosidad de errores se difunden y siembran en todas partes por medio de innumerable muchedumbre de libros, opúsculos y escritos pequeños en verdad por razón del tamaño, pero grandes por su enormísima maldad, de los cuales vemos no sin muchas lágrimas que sale la maldición y que inunda toda la faz de la tierra.
Encíclica Mirari Vos, Gregorio XVI
Por cierto, el Perú es Mariano y celebramos mañana la Inmaculada Concepción, cuyo lema es "A Cristo por Maria"
Saludos en Xto. Rex et Maria Regina
Pro Deo, Patria Régimen et Rex
No se ama lo que no se conoce
Aquí corresponde hablar de aquella horrible y nunca bastante execrada y detestable libertad de la prensa, [...] la cual tienen algunos el atrevimiento de pedir y promover con gran clamoreo. Nos horrorizamos, Venerables Hermanos, al considerar cuánta extravagancia de doctrinas, o mejor, cuán estupenda monstruosidad de errores se difunden y siembran en todas partes por medio de innumerable muchedumbre de libros, opúsculos y escritos pequeños en verdad por razón del tamaño, pero grandes por su enormísima maldad, de los cuales vemos no sin muchas lágrimas que sale la maldición y que inunda toda la faz de la tierra.
Encíclica Mirari Vos, Gregorio XVI
La Inmaculada Concepción de la Virgen María, Patrona de España y del Arma de Infantería
La Inmaculada Concepción de la Virgen María Patrona de España
y del Arma de Infantería y del Servicio de Estado Mayor y de los Cuerpos Jurídico Militar, Eclesiástico, Veterinario, Farmacia, Oficinas Militares y Servicio Geográfico del Ejército
¿Qué es la Infantería española?
Nuestro estilo es el Soldado febril que exige un puesto de primera línea, le pegan tres tiros, pierde una mano y aun le quedan ganas de escribir El Quijote. Se llama Miguel de Cervantes, pero también podría contestar a lista como Alonso de Ercilla, Félix Lope de Vega o Pedro Calderón de la Barca.
Es también el Cabo que grita en la alambrada que tiren sobre él porque está rodeado; o el que se queda ciego de una explosión, y ciego y todo, destruye unos carros y rechaza al enemigo.
Es el Sargento Legionario que muere en el asalto, y viene a saberse por sus papeles que era grande de España.
O el Brigada que toma el mando de la Compañía batida y aplastada y la saca adelante.
El Alférez que pierde los dos brazos, y sostiene la Bandera con los codos; o el Teniente que entra pistola en mano en una cueva a desalojar a un puñado de enemigos armados.
Infantería es el Capitán que le han dejado cojo de un cañonazo y prepara su Compañía para empresas divinas; el Comandante que acompaña a su General al destierro, aunque ni está obligado ni comparte sus ideas; o el que cuando recibe orden de retirarse se queda con los Oficiales a cubrir la retirada de los Soldados y al final solicita “Fuego sobre nosotros”.
La Infantería es, perdonen la insistencia, el Coronel que no se rinde aunque le fusilen al hijo, el General que planta cara al amo de Europa, o el que replica la consigna terrible “que la retirada al cementerio”.
Pero todo esto sería la Infantería excepcional, o mejor aún, la Infantería que se crece cuando vienen mal dadas.
Porque la vida cotidiana de la Infantería no es heroica, solamente cansada, a veces aburrida y casi nunca triste.
Lo normal, es la fatiga, el frío, la mojadura, el sudor. Lo corriente, lo que marca el programa, es que te duele todo, tener la garganta seca y el pulso disparándose en las sienes, un chorro entrecortado de fuego en los pulmones, surcos morados en los hombros. Dormir en la nieve o salir del fragor del avión al oscuro silencio del salto nocturno. Trepar interminablemente para volver a bajar, hasta que tiemblen las rodillas. Tirarse al suelo sin resuello, para volver a saltar cada 20 metros.
Acarrear una mochila inmensa y una ametralladora, una radio o el tubo o la placa del mortero. Nunca se sabe que es peor, si la placa o el tubo, hay opiniones.
Lo ordinario, son las horas de guardia, esperando que no pase nada, que es lo mejor que puede pasar.
La sed, el hambre. Quedarse aterido o abrasarse, o ambas cosas a diferentes horas, y todo ello procurando sonreír y cantar.
Pero con todo, todo eso no agota lo que es la Infantería.
Infantería es tratar de hacer bien lo que hay que hacer, aceptando de entrada que puede salir mal, y asombrarse gozoso cuando sale bien.
Es esforzarse sin pedir nada a cambio, si acaso un rato de vidilla, porque la Infantería es humilde hasta para pedir, por no darse importancia. Como aquel que desde Filipinas pedía razonablemente una Compañía de Infantería española para conquistar China, y no se la dieron porque no la había, que si no, quien sabe cuál sería hoy la mayor nación de habla hispana.
Infantería humilde y necesaria como el pan, que moja en todas las salsas y por Dios que no falte.
Infantería machacada y estrujada, como uvas que se hacen vino alegre y suben a la garganta en palabras sencillas: “esto no es nada”, “eso está hecho”, “no importa” o “todavía aguanto”.
Naturalmente, no nos engañemos, la Infantería también raja y reniega, pero solo lo justo y para que quede claro que es estrictamente humana.
La Infantería es mayormente andar, dormir en el suelo y compartirlo todo.
Es haber entendido que se vive para los demás, y que la vida es una larga marcha hasta llegar al salto decisivo de la vida y la muerte, y verlo bien y no darse importancia y no tomarlo a la tremenda.
Y es que hasta cierto punto, solo hasta cierto punto, porque somos barro y Ella es Inmaculada, la Infantería es como su Patrona.
Fuente:
Excmo. Sr. General de Infantería D. José María Melchor Sánchez de Toca y Catalá (R), Marqués de Somió.
Memorial de Infantería, núm. 25 (abril 1993), pp. 106-107.
Núcleo de la Lealtad
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