Dando en la tecla
El mal uso y el abuso del poder, sea del tipo que sea, siempre conlleva a quien lo ejerce a la posibilidad de caer en la tiranía o, cuanto menos, a rozarla de manera tangencial. Cuando ese mal uso y ese abuso se realiza de forma descarada lo llamamos dictadura. Cuando, por el contrario, se ejerce de igual manera pero con el beneplácito de un populacho engañado que cree que con su voto está decidiendo el futuro de su país, lo llamamos democracia. Y así, desde los poderes fácticos y mediáticos, se ha demonizado siempre a los regímenes dictatoriales y se ha “divinizado” a las sociedades democráticas cuando, en realidad, las consecuencias son siempre las mismas: el pueblo gobernado por una cúpula política que hace y deshace a su antojo cuanto estima conveniente, siempre de espaldas al pueblo.
Tan arraigado está este “ideal” concepto democrático en las sociedades modernas, tan grabado a fuego lo tiene en su frente el pobrecito votante y tan reiteradamente se reproduce esta cantinela desde los medios de comunicación que es prácticamente impensable que alguien se pueda desmarcar, a título individual, de esta corriente democrática, heredera, sin duda, de las corrientes liberales gestadas en las logias masónicas en los siglos XVIII y XIX. Y cuando alguien levanta su voz protestando contra el Sistema, se le tacha inmediatamente de ser “políticamente incorrecto”.
Eso es lo que le ha pasado al juez Andrew Napolitano en la panacea de la democracia moderna: los Estados Unidos. Evidentemente, tengo que decir que no tengo afinidad alguna con el citado juez. Graduado en la Universidad de Princeton y en la Escuela de Derecho de Notre Dame, (Nueva Jersey), Napolitano fue el Juez más joven de la Corte Superior de Distrito de Nueva Jersey y profesor en la Escuela de Derecho de la Universidad Seton Hall durante once años, renunciando a su posición en la Corte para dedicarse a las actividades de escritor y de analista político y jurídico para el canal de televisión Fox News Channel. Se autodefine como un “conservadurista libertario”, de ahí que diga que no tenga afinidad alguna con el citado personaje. Pero lo más importante de su carrera mediática ha sido el despido fulminante del que ha sido objeto tras diecisiete años en las pantallas de las televisiones americanas. Y todo por decir las verdades del barquero ó, al menos, por sembrar la duda en el americanito de a pie que diariamente veía su programa en el salón de su casa. En tan sólo cuatro minutos y medio ha echado por tierra una brillante carrera mediática de diecisiete años. ¿Pero qué es lo que ha dicho este buen hombre?, se preguntarán ustedes…
Simple y llanamente, lo que casi todo el mundo opina en nuestras panaderías, en nuestras fruterías, en nuestros centros de trabajo, en nuestras familias. No ha hecho ni una sola afirmación. Tan sólo se ha formulado una serie de preguntas tales como: ¿Y si las elecciones americanas fueran herramientas de manipulación social?. ¿Y si los demócratas y los republicanos fueran dos alas del mismo pájaro?. ¿Qué ocurriría si todo propósito de demócratas y republicanos no fuera ampliar las opciones de los votantes, sino limitarlas?. ¿Y si las diferencias entre ambos partidos fueran sólo una ilusión?. ¿Qué pasaría si el corazón de la política del Gobierno fuera el mismo, sin importar quién estuviera en la Casa Blanca?. ¿Qué ocurriría si las diferencias entre demócratas y republicanos sólo fueran pequeños desencuentros?. Para finalizar citó al ex Presidente Thomas Jefferson al decir que “Toda tiranía necesita para afianzarse que la gente de buena conciencia permanezca en silencio”. ¡¡Y por eso destrozan su carrera mediática y lo despiden de manera fulminante!!.
Trasladen Vds. el discurso del nuevo demandante de empleo a la política española y formúlense las siguientes preguntas adaptándolas a España: ¿Y si las elecciones en España fueran herramientas de manipulación social?. ¿Y si el PSOE y el PP fueran dos alas del mismo pájaro?. ¿Qué ocurriría si todo propósito de socialistas y peperos no fuera ampliar las opciones de los votantes, sino limitarlas?. ¿Y si las diferencias entre ambos partidos políticos fueran tan sólo una ilusión?. ¿Qué pasaría si el corazón de la política del Gobierno fuera el mismo, sin importar quien estuviera en la Moncloa?. ¿Qué ocurriría si las diferencias entre socialistas y peperos sólo fueran pequeños desencuentros?. Podríamos acabar diciendo la célebre frase de que “Todo lo que se necesita para que el mal triunfe es que los hombres de bien no hagan nada por impedirlo”. Da qué pensar, ¿verdad? Pues yo, como carlista, proclamo y suscribo las palabras del defenestrado presentador aplicándolas a la política española. Soy autónomo, así que nadie me va a despedir. Lo más que podrán hacerme es “freirme a impuestos”, pero como eso es algo que se espera, no me preocupa demasiado en estos momentos.
Este tipo ha dado en la tecla y eso escuece en las altas esferas. Ha abierto los ojos, aunque sólo haya sido durante cuatro minutos y medio, al votante americano. Ojalá la tecla que hoy se toca con este artículo abra también los ojos del electorado español, que se incorporen otras muchas manos que aprendan a tocar la tecla oportuna en los ambientes oportunos y que la sinfonía resultante sirva para abrir definitivamente los oídos del público de la sala y derrotar a un director de orquesta maquiavélico que es el mismo en América que aquí. Ya se sabe, el que vive en las logias…
Manuel Nieto de Nevareshttp://andaluciacarlista.com/2012/02...cla/#more-1033
Última edición por Donoso; 18/02/2012 a las 03:45
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