Yo entendería que alguien se suicidase asqueado y avergonzado de contemplar y oír uno y otro día las noticias y el aspecto horripilante de esta pocilga-manicomio en que se transformado Ex-paña; pero eso sería ya mucho pedir.
(Visto el ínfimo panorama ya ni me atrevo a escribir cosas que hubiera dicho tan campante en otra época, no vale la pena tampoco)
Marcadores