Soy la fuente en la roca, el dique en la corriente


Ufánate generación moderna,


Ya cada entendimiento es un abismo,

Ya cada corazón una caverna.



¿Quiénes somos nosotros para detener y encauzar esas impetuosas corrientes, que hacen rodar a todos por el suelo en confuso tropel, saltando de tumbo en tumbo, y buscando a la luz de sus pasiones y de sus miserias una felicidad que solo existe en el Cielo, y que solo pueden ver y conquistar con la luz de la Fe? Esto no impide que nos consideremos obligados a oponer a este desbordamiento todas nuestras fuerzas, para que al arrollarlas y destruirlas siquiera pierda algo de su impetuosidad y violencia; y así, a fuerza de chocar y salvar diques, llegará el día en que otros hombres con mas bríos y facultades que nosotros puedan, no ya contener el torrente, sino convertirlo en manso arroyo.

Misión de cada generación es, dejar el terreno preparado para la siguiente…porque hoy soy yunque, pero mañana seré martillo.



Yo soy el eterno luchador que nunca

ha resultado en la contienda herido.

Si no fui vencedor, ¡aun es temprano!

Tampoco se dirá que fui vencido.



Me cruzaron los brazos en la liza…

A mi rival prestáronle terreno…

Agua pedí para calmar mis ansias

Y una copa me dieron de veneno.



Removiendo el escombro de mis dichas

El verme sin amparo no me aterra…

El luchador sus lágrimas reprime

Y se lanza con ímpetu a la guerra.



Yo soy como la fuente en la roca

Revienta en busca de la luz del día…

Y saltando los riscos a su paso

Pidiendo va la libertad que ansía.

EL BANDIDO REALISTA