¿Es posible que los dirigentes de la autodenominada CTC sienten la cabeza?

Los principios de la Legitimidad y de la unidad católica son innegociables, y es cuestión de que no vuelva a pasar lo que cuenta Don Miguel Ayuso que pasó en su día:


Un poco después volvimos a coincidir en un intento de agrupar carlistas de distintas divisas, bienintencionado sin duda, aunque en el fondo –eso pienso hoy– desnortado, que sólo podía concluir como concluyó, en el desmedulamiento de lo que quedaba de la Comunión. Carlos Etayo, como Rafael Gambra y un servidor, también –aunque de otro modo– como Manuel de Santa Cruz, nos arrepentimos bien pronto. En las primeras reuniones estalló el casus belli a propósito de la unidad católica. Andando el tiempo volvimos a encontrarnos en una Comunión dinásticamente afirmada, frente al tronovacantismo, y doctrinalmente segura en los grandes principios, frente a una suerte de democracia cristiana vaticanista y lábil.


Fuente: Anales de la Fundación Francisco Elías de Tejada, AÑO XII – 2006. Páginas 24 y 25.