«El rey reina pero no gobierna»


Seamos sinceros: la actual monarquía parlamentaria está inoperativa en nuestra patria.

Desgraciadamente, el que se dice rey es un monigote en manos de la partitocracia y de los poderes en la sombra. Esa era la idea en su momento. He ahí la verdadera imagen del rey-títere impulsado por el liberalismo. A mí, como monárquico convencido que soy, me duele ver eso.

El Liberalismo o, mejor dicho, las sociedades secretas crearon, entre otras cosas, ese tipo de monarquía –que no es sino una república coronada– para hacer y deshacer a su antojo en los gobiernos de las naciones sin obstáculos de ningún tipo. Por eso, en gran parte, esa inquina y también esa obstaculización desde siempre contra la rama legítima borbónica; pues esta, gracias a Dios, no «se casa» con sociedades secretas ni cosas por el estilo, ni se dejaría manipular por gobiernos corrompidos por ellas.

El rey que yo sueño para España es un rey que reina y gobierna, poder moderador, que «desencasquilla» situaciones delicadas, que tiene voz y voto... Pero ahora mismo, como parece estar configurada la actual monarquía parlamentaria, todo eso es imposible.

La actitud de la monarquía liberal desde su restauración después de la muerte de Franco, transigiendo con un sistema que nos ha llevado a la situación actual, es inaceptable, pues todo lo que nos costó sangre, sudor y lágrimas levantar a los españoles para hacer funcionar a este país lo han estado haciendo evaporarse con los años, no haciendo apenas nada los que se dicen monarcas para contrarrestarlo.

Y hoy en día, concretamente, seguimos igual, permitiendo el actual jefe del Estado la entrada de fuerzas en las cámaras y en los futuros gobiernos, que, si nadie lo remedia, a la larga, acabaran con lo poco que queda en pie, dando la estocada final a la nación y, por supuesto, de paso tirando piedras contra el propio tejado de la institución monárquica.


Reino de Granada