Re: Deberes y vida familiar
El derecho a los deberes
Santiago Navajas
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Un colegio | EFE
Advertencia: en este artículo se mandan deberes, tareas para realizar fuera del tiempo dedicado a leerlo. Su realización puede aumentar peligrosamente su cultura, su lucidez y su capacidad de análisis. Además, puede que se convierta en un hábito y una adicción.
Ceapa, un organización progresista de padres, pretende que los deberes desaparezcan “en su totalidad”, así que ha convocado una huelga de sus hijos para que no hagan las tareas escolares. Lo siguiente, conjeturo, será organizar una huelga contra la realidad. Por ejemplo, para pedir la anulación de la ley de gravedad, porque sus pobres niñitos se caen y se raspan las rodillas… En su gran mayoría, los profesores se coordinan para mandar tareas apropiadas en cantidad y calidad sin que venga ningún Comité de Padres a vulnerar su libertad de cátedra. Los profesores, que ya son presionados para que aprueben arbitrariamente a mayor gloria de las estadísticas, ahora tienen que soportar el acoso de esos padres en su asalto al conocimiento y su corolario, los deberes. Ni que cobrasen los docentes por tarea enviada o fueran unos sádicos. Por supuesto, podríamos avisar que algunos profesores sí mandamos deberes para que se apunten los alumnos interesados en sacar el bachillerato francés o más de diez en las reválidas. Así todos felices. La Ceapa y sus vástagos se libran de trabajo extra y nosotros de alumnos y padres favorables al dolce far niente. Herederos de (permítanme que les ponga deberes) La cultura de la queja (Hughes), La derrota del pensamiento (Finkielkraut) y La tentación de la inocencia (Bruckner), que se han creído las patrañas de Ken Robinson y sus demagógicos sermones digitales en las TED Talk (más deberes, estimado lector) a favor de la creatividad y contra la memoria (que es como estar a favor de la velocidad mientras se despotrica del tocino). De esos sofismas patéticos, estas huelgas ridículas. Gustavo Bueno denominó a toda esta morralla sentimentaloide “pensamiento Alicia” (más deberes). Porque se ha muerto, que si no esta noticia lo hubiese rematado…
Sospecho que estos demagogos de las AMPA son de Letras (ojo, no digo que todos los de Letras sean así). Porque los de Ciencias sabemos que es metafísicamente imposible aprender matemáticas o física sin hincharnos a hacer ejercicios. De los mejores docentes de mi vida fueron tanto don Manuel, profesor de Matemáticas, que nos avisaba de que era mejor morir (haciendo deberes) que perder la vida (o sea, el tiempo), o como doña María Luisa, la profesora de Lengua con la que nos dejábamos las pestañas y las dioptrías en Bachillerato haciendo análisis sintácticos que harían temblar a Chomsky: gracias a ella me pasé un COU sin hacer absolutamente nada porque mis nuevos compañeros no sabían distinguir entre un sujeto y un predicado. Y ahora puedo leer las complejas frases de Proust (¡más deberes!) sin perder la esperanza de comprenderlas ni el gusto por su lectura. La perniciosa pedagogía de la sonrisa es a la educación lo que la homeopatía a la medicina: pretenden curar el cáncer de la ignorancia con ingesta de zanahorias en lugar de con quimioterapia (más tarea para el fin de semana: estudiar lo que le pasó a Steve Jobs por no hacer sus deberes médicos).
El origen de esta campaña antideberes está en la concepción de Rousseau, planteada en el Emilio (exacto, sufrido y excelente lector: más deberes), de que desde la más tierna infancia la educación debe consistir en un laissez faire para que el niño desarrolle espontáneamente suscompetencias. Como corolario de esta concepción progresista de la naturaleza humana vienen los ataques contra las instituciones académicas. Es lo que denomina Steven Pinker el “mito del buen salvaje” en su libro La tabla rasa (ejem…). En paralelo, estamos viviendo el éxito de pseudoteorías como la del apego, que han infantilizado a los padres y creado una generación de milennials consentida y malcriada. Hemos pasado pendularmente de la cristianísima creencia de que este mundo es un valle de lágrimas al dogma progre de que el mundo debe ser una especie de Disneylandia permanente en la que todo debe ser diversión (frívola) y felicidad (impostada). Luego los niños terminan creyendo que Mickey Mouse existe de verdad y los padres que Paulo Freire es la reencarnación de Papá Noel, cuando no es más que un Paulo Coelho con ínfulas educativas.
La pedagogía de la sonrisa abomina de cualquier actividad que se haya hecho en el pasado tachándola automáticamente de “tradicional”. Maniqueos y simplificadores de la realidad educativa, esta secta pedagógica sataniza cualquier tipo de estrés porque considera en su puerilidad culpable que sólo cabe el “derecho al juego”. Pero los profesores que quieren enseñar y los alumnos que anhelan aprender tienen derecho a los deberes. La letra entra no con sangre pero sí con mucho sudor y alguna lágrima. Como decía Morfeo en Matrix: “Bienvenidos al infierno de la realidad”. O, más poéticamente, Ellen Sturgis Hooper,
dormía y soñé que la vida era belleza; desperté, y encontré que era deber.
El derecho a los deberes
Re: Deberes y vida familiar
Me temo que debo expresar mi desacuerdo con estos artículos, o al menos un desacuerdo relativo. Desconozco cual la cantidad óptima de tareas escolares, pero es verdad que las tareas que hoy día son excesivas, especialmente para niños de primaria; llegando a tener los escolares menos tareas en los últimos años de la educación secundaria y en bachillerato que en el resto de sus años de aprendizaje escolar.
Re: Deberes y vida familiar
España, según los datos, creo que era el país de Europa donde más deberes se realizaban. En cambio, los resultados de los alumnos en pruebas internacionales son pésimos. En Finlandia, por el contrario, apenas se realizan tareas y sus alumnos tienen siempre las mejores calificaciones. Quizá, habría que replantearse un poco el sistema educativo, no se aprende más por hacer veinte ejercicios diarios ni por memorizar tochos, porque ese tipo de cosas a la larga se olvidan y no se retienen. Es mejor orientar la educación a la crítica constructiva más que a la mera memorización y a la realización mecánica de las tareas.
Esta es mi opinión, supongo que otros en este foro tendrán otra. Valmadian es profesor, así que su opinión será más interesante que la mía.
Saludos.
Re: Deberes y vida familiar
Por supuesto que, como en todo, no se puede caer en excesos, y al parecer hoy en día es excesiva la cantidad de deberes que ponen a los escolares. Claro que no se puede estar una o dos horas haciendo deberes después de clase, pero también es necesario estudiar y hacer ejercicios. Por ejemplo, problemas (que no meros ejercicios sin mayor utilidad) de matemáticas, que le servirán más adelante al alumno para resolver situaciones que le surjan en la vida. Claro que hay que replantearse el sistema educativo, porque la sociedad española nunca ha sido tan ignorante. Nunca se ha enseñado tan poco y tan mal. No hay que tomarse tan al pie de la letra esos artículos que he publicado aquí, pero sí que tienen bastante razón en muchos aspectos. Es cierto que en mis tiempos no hacíamos tantos deberes como les imponen hoy en día a los escolares; pero sí había que hacer algunos, y además había que estudiar. Lo que no quería decir que tuviéramos que pasarnos horas con ello. Y, Alejandro, no sé por qué hablas de "memorizarización" y de "memorizar tochos". No sé qué te habrán contado, pero te aseguro que en mi época no teníamos que aprendernos la lista de los reyes godos (eso sólo lo he visto en los tebeos; se aprendían sólo los importantes) ni teníamos que aprendernos poesías de memoria (algunos lo hacíamos por gusto, pero no memorizándolas, sino que a fuerza de leerlas se nos quedaban). Y siempre nos enseñaban que nunca había que aprenderse las cosas como los loros para recitarlas palabra por palabra, sino entendiendo los conceptos. Nada de lecciones de memoria. Sólo se memorizaba el Catecismo porque eran respuestas breves y precisas que tenían que ver con cuestiones de fe. Lo que sí había era más espíritu de sacrificio y de trabajo. Cuando había que estudiar se estudiaba, y cuando había que jugar se jugaba, sin mezclar lo uno con lo otro. Aprendíamos a estudiar, a hincar los codos y disciplinarnos. Y no te exagero si te digo que cualquier niño de primaria hace cincuenta años tenía más cultura que muchos que se han criado con la LOGSE y todo ESO que hay ahora. Con menos libros (no había que llevar una maleta a clase como quien se va de viaje) y con deberes. No tantos como hoy, por supuesto, ni necesariamente cada día pero algunos deberes.
Re: Deberes y vida familiar
Es imposible completamente que se asuman los contenidos de las asignaturas sin dedicar horas de reflexión y estudio. Podríamos hablar sobre lo que consideramos que sería la cantidad idónea de tareas a realizar, pero pretender eliminar los deberes por principio no tiene ningún sentido. Y eso por no hablar de la disciplina y la metodología de trabajo que proporcionan al escolar cuando los realiza, que yo diría que son aspectos casi tan importantes como los contenidos que se van a aprender.
Por otro lado, la memorización es algo fundamental y no es incompatible (aunque actualmente haya una cierta tendencia a presentarlo así) ejercitar la memoria y la capacidad de razonar al mismo tiempo. Ambas capacidades se entrenan poco y mal actualmente. Por poner un ejemplo, en las matemáticas de toda la enseñanza pre-universitaria, por lo general, salvo en pocos casos, ni se proporciona un conocimiento explícito de propiedades, reglas y definiciones mínimamente importantes (por lo que muchas veces el estudiante no acaba de entender del todo lo que está haciendo) ni se suelen proponer muchos problemas que se salgan de los tres o cuatro más típicos. Por lo tanto, ni se memoriza ni se razona todo lo que se debería. Así que, evidentemente, habría que replantear muchas cosas acerca de lo que se enseña y de los métodos para hacerlo, pero a mí me parece bastante obvio que los deberes no son el problema.
En mi opinión, el problema central de la educación española reside en la quiebra del principio de autoridad en favor de planteamientos democratizantes, cuando la educación clásica jamás pudo plantearse así. La discusión sobre los deberes está, con mucho, subordinada a esta otra consideración.
Re: Deberes y vida familiar
Verdaderamente este es un tema irresoluble ya que el número de variables que intervienen es grande. Cualquier enfoque que se adopte para tratarlo encontrará tantos contra argumentos como argumentos se den. Razones puede haber todas las que se quieran, pero lograr una cierta coherencia entre todas es tarea imposible actualmente, veamos por qué digo esto en base a los actores que intervienen en el sistema educativo que es, a la postre, quien exige los deberes en casa.
-. Los niños, no, mejor los alumnos, pues hasta los universitarios pueden tener deberes para casa. Los deberes, además de una obligación y una mejora en los conocimientos, también son una responsabilidad. Por razón del desarrollo de la personalidad en cada etapa del crecimiento ¿tienen los niños asumido dicho criterio? A cualquier chavalín cuando se le intenta hacer ver que estudiar es casi, casi, su única responsabilidad, te miran con una cara sorprendida en la que se podría leer algo así como ¿pero qué cosa más rara me está diciendo éste?. Para ese chavalín ir al cole, insti, etc., no es otra cosa que una obligación, un "muermo" que obliga a madrugar, a soportar las manías de un profesorado desnortado y desmotivado que le hace la vida imposible, y la posibilidad de reunirse con los "colegas" en el recreo. Si acaso, la única actividad interesante es la educación física, sobretodo si hay posibilidades de jugar al fútbol. Invariablemente, en todos los centros se repiten las mismas situaciones: profesores retirando los móviles que llevan abiertos todos los niños, venga a cuento o no, conectados a Internet y pendientes de un mensaje tras otro en cualquier momento. Es un problemón de disciplina que, además, cuenta con el agravante de que el profesorado mantiene su móvil encendido por si acaso.
-. El profesorado, que tal como apunté más arriba, está desmotivado y desnortado. Pero ¿qué motivación puede haber en alguien que para llegar a su puesto ha tenido que superar un bachillerato, carrera, oposición o concurso, tener un C.V. extraterrestre y ser jovencísimo con experiencia para, a continuación ganar mil euros o poco más, mientras que cualquier pelagatos con una preparación muy inferior va a ganar tres veces más? A modo de anécdota recuerdo en mis comienzos como un día me quedé sin tinta en el bolígrafo y saqué la estilográfica del bolsillo para seguir haciendo mis anotaciones. Un "chavalín" de 18 ó 20 años -los míos siempre fueron mayorzotes-, dijo: "yo como ésa me puedo comprar tres o cuatro todos los meses". La estilográfica en cuestión era una Montblanc, que me habían regalado cuando me casé y lo gordo es que el "chavalín" tenía razón, él era pintor de brocha gorda, téngase en cuenta lo que cuesta pintar una casa y se tendrá una idea de lo que digo.
Pero la cuestión crematística no es la única, es importante, si, pero no decisiva. Está la cuestión vocacional de la que tanto se habla: "la educación es vocacional", y tal como afirman muchos de un modo para mi muy cursi: "muy gratificante". Es cierto, pero la cuestión puede ser si la vocación implica necesariamente ser tonto en la vida. Es decir, por tener una actividad vocacional ¿hay que renunciar a la promoción, al reconocimiento social, a llevar una vida que permita fundar una familia, etc., o hay que pasarse dicha vida en calidad de "interino" sin opción alguna? Pues en la enseñanza pública esa suele ser la realidad cotidiana de un gran número de docentes a merced de los vientos que soplen en las cabezas de los inútiles políticos y los carguetes burocráticos que nombran al servicio de sus particulares intereses partidistas.
-. Los "papases", y las "mamases", "progenitores homosex", "progenitor unifamiliar", o cualquier otro milagro extraño de la naturaleza social de nuestra época. Las asociaciones que todo lo mangonean y todo lo tergiversan. ¿Qué se puede esperar del enteradillo, o del que no sabe ni coger un lápiz, pero opina qué y cómo se debe enseñar? El primer problema a dilucidar son las diferencias entre educar y enseñar. Lo primero es ir preparando al niño desde que nace, o sea, desde el mismo instante en el que lo ponen en brazos de la madre, para que se integre en la sociedad. El niño a medida que ca creciendo lentamente va ampliando su universo personal y debe encontrar una pauta a seguir en cada momento. Pero para muchos padres, para el caso es mejor llamarlos progenitores pues no pasan de ahí, la educación pasa por dar de comer al bebé cuando berrea, limpiarle la caca y cambiar de pañal, ponerlo a dormir o llevarlo al parque, y así hasta que tiene edad suficiente para depositarlo en la guardería. Pero enseñar es otra cosa, se pasa de educar a enseñar cuando al niño se le deja en manos del profesorado, porque lo que éstos hacen es dotarlos de una serie de herramientas. No educa el profesor al alumno cuando los sistemas de valores de uno no coinciden con la escala que sea que impera en la familia del niño, y no lo hagas si no se quieren problemas. Yo soy católico, como tal debería educar en Cristo a mis alumnos, que ya son mayorcitos, pero como se me ocurra hacerlo no digo nada la que se puede liar.
Por supuesto, los niños con deberes en casa precisan de ayuda ante las cuestiones que no entienden, ¿están los "progenitores" preparados para dar tales respuestas? La mayoría no sabe coger un lápiz, tal como dije. La idea de tener que ponerse a ver si entienden algo de lo que su niño pregunta puede ser una tortura y muestra de su propia ignorancia. La importancia de la imagen del papi se puede venir abajo como un castillo de naipes. Además, los niños molestan en casa, así que hay que entretenerlos con la tele, la "plaiesteision", el ordenador o enviarlos a jugar al fútbol no vaya a ser que se tenga una mina en casa y se esté desperdiciando. A ello hay que añadir la presunta "idea" de que para qué van a estudiar si luego ganarán un pastón desempeñando cualquier curro sin cualificar.
.- Políticos, partidos, Estado, "autonosuyas", ayuntamientos (también, que son los dueños de los centros escolares de titularidad pública), administraciones varias como subdelegaciones territoriales, servicios de inspección, tutorías diversas, planes de estudios variados según comunidades autónomas, y variables según el color del gobierno de turno, etc., etc., etc., como un todo de inutilidades. Todo este entramado nunca entiende que el sujeto del sistema educativo es el alumno, y el agente el profesor. Todo lo demás sobra, los políticos, sus partidos y sus ideologías sobran, están de más. Como está de más, como sobra tantísima burocracia inservible e inútil.
.- La propia sociedad, el propio sistema, que no exige personas adecuadamente formadas e instruidas, sino gente sin criterio que sea moldeable como mano de obra barata inicialmente hasta que la empresa, sea la que sea y del ramo que sea, se haya encargado de preparar sus trabajadores para tareas muy concretas. El mejor escaparate es la universidad actual que ha pasado de formar científicos y profesionales liberales de alto nivel, a trabajadores para cubrir los puestos que demanda el sistema económico.
.- Por último, en medio de este caldo, de esta especie de sopa toda mezclada, mandar deberes para casa es perder el tiempo, sencillamente no los hacen, o los hacen mal, o "se los hacen" con lo que la inutilidad es todavía mayor. Yo soy partidario de que la enseñanza de cada día ha de ser reforzada con esos deberes, pero sé muy bien de la inutilidad de mandarlos. Así que desde hace años hago trabajar a la gente en clase. ¿Cómo? pues pasando de los libros de texto, tan útiles a las editoriales y cualquiera sabe a quien más, y "copiando en sucio" las explicaciones, como trabajo exigido junto con dichos apuntes pasados a limpio y que son materia evaluable obligatoria. De ese modo, al menos escuchan, escriben, leen y pasan de nuevo a escribir y leer. Y es que ya se sabe, "cada maestrillo, tiene su librillo". El problema es que ya estamos pagando el tremendo fracaso de un sistema educativo que renunció a su propia existencia y función cuando se aprobó la reforma de Villar Palasí en 1975 y que nos trajo la implantación de un modelo fracasado americano, la EGB, para sustituir el nuestro que tenía un siglo de existencia.
Re: Deberes y vida familiar
Hay una idea que olvidé en mi anterior mensaje, y es algo que considero muy importante en este debate abierto sobre los deberes en casa y vida familiar. A nadie se le escapa que la sociedad española -en realidad, ninguna otra-, puede ser una sociedad de abogados, ingenieros, médicos, arquitectos, historiadores y profesores, porque otras muchas profesiones también son indispensables: albañiles, fontaneros, mecánicos, camareros, comerciantes, y largo etcétera son totalmente necesarios. Pero el debate abierto ahora parte de un supuesto falso: "deberes en el cole como oposición a la vida familiar". Y es falso porque el estudiante lo es principalmente en tres medios: su centro de formación, su biblioteca y su casa. Es decir, no se estudia en la discoteca, ni en el botellón, yendo de vacaciones a la playa, subiendo a un picacho o disfrutando de un crucero por el Mediterráneo. Por tanto, se puede llegar a la conclusión de que "los deberes del cole están asociados a la vida familiar.
Pero, además, es que el mismo término "deberes" suena a castigo, a sacrificio inútil y cruel, cuando en realidad deberían ser otra cosa. Antes que profesor, abogado, médico, investigador científico..., cualquier profesional de estas actividades es, en realidad, el eterno estudiante, no sólo porque las exigencias de sus profesiones les obliguen a ese reciclaje, sino porque lo habitual, lo común, entre todos ellos es que practican una verdadera vocación de estudio, y no por los beneficios económicos que se supone podrían reportar, algo que los doctorados suelen desmentir casi siempre, sino por el placer de saber un poco más, de entender mejor las cosas, el descubrimiento por el descubrimiento. Historiadores, abogados, médicos, que se interesan por la Física o por la Biología, investigadores de ciencias puras que se apasionan por el arte, por la música o por la Filosofía, la Teología, o la Sociología, son algo muy común. Así los deberes se van transformando en placeres intelectuales y morales. Desde hace ya unos cuantos años, suelo afirmar que el estudio es el deporte del cerebro, y es que resulta curioso ver en los gimnasios a muchos "cachas" musculosos, con cerebros enclenques, porque no suele haber correspondencia, ¿quién se acuerda de aquello que afirma, mens sana in corpore sano?
Re: Deberes y vida familiar
Eso de "menos deberes y más vida familiar", ¿No es el nuevo lema de IKEA?......Ay los suecos.
Estando de acuerdo en parte con las reflexiones de todos, en especial de Raolbo y el "profe"; creo que es necesario poner encima de la mesa, primero la realidad social de familia española actual (donde tienen un tremendo peso las familias desestructuradas o con problemas emocionales importantes), y después el elevadísimo número de personal docente SIN VOCACIÓN ALGUNA (y me da exactamente lo mismo el nivel académico que esgriman).
En el primer caso, dado que el "ambiente" familiar no suele ser precisamente muy recomendable para el estudio, sería bueno que en los colegios e institutos se dieran menos horas de clase y más de estudio obligatorio con profesores de refuerzo; con eso también paliaríamos en buena medida las deficiencias culturales de los padres. En tiempos de mi padre existían horas de estudio obligatorio; me gusta por tanto el sistema de Valmadian, que busca el que los alumnos asimilen conocimientos en el propio Centro.
Estamos actualmente inmersos en un berenjenal educativo, donde existe la absurda obsesión de que los niños tienen que ser bilingües a toda costa (cuando ni siquiera se expresan bien en castellano); hay sitios donde tienen que estudiar en tres idiomas, se les carga con actividades extraescolares para no tenerlos en casa, con una inmensidad de docentes que jamás se habían planteado ser profesores o maestros en su vida y sólo lo hacen para comer, con una evidente ideologización en los libros de texto.......
¿A dónde narices vamos?
Y todo esto empezó, en efecto, según dicen los entendidos, con la reforma emprendida por Villar Palasí en 1975 a instancias de organismos internacionales; por más que el nivel educativo en la segunda mitad de esa década era considerablemente más exigente que el de hoy en día (sobre todo en ciencias).
......Luego está la cuestión de los pedagogos, no nos olvidemos nunca de ellos; inventaron tantas cosas.......