Ignoro que "problema" insalvable a la vista pueda hacer que se llegue a demoler un legado arquitectónico gótico, neogótico, etc. ¿Comprenden los franceses que imparten justicia que es tan esencialmente hereditario de la historia como el arte renacentista que le siguió? No creo. Al menos no creo que lo sientan, sino, no consentirían por dolor.

Dicen las noticias por la red, que es un problema de presupuesto, que al no poder hacer frente a su remodelación y ante la escasa afluencia a las mismas de creyentes, cuesta menos demolerlas.

Ese laicismo del que siempre sintieron orgullo, allá por el siglo I se escribió por primera vez en la literatura nuestra "cristiana", que significaba "miembro del laos", que venía a ser "del pueblo de Dios": Laikós. Y lo hizo San Clemente, en su inmensa carta, donde oro por las autoridades que les perseguían, sin negarles su autoridad, para que ejercieran con mansedumbre el poder que Dios les dio.... Pero claro, las cosas y edificios de la fe parecen ser lo que muchos creen, no lo que es. Hay que equilibrar presupuestos. Fraternidad francesa para lo que el dinero disponga.

Las iglesias hechas por la mano humana, no son solamente arquitectura artística, legado histórico a respetar, que por supuesto no es baladí esto. Jesucristo está en ellas. ¿Quién encaminó a quién? Hay una sucesión apostólica que se realizó con normas que derivan de Dios. Si Dios envío a Jesus, Él a los apóstoles, Estos a los primeros dirigentes para las comunidades, y así hasta hoy. No es política económica, es orden sacramental de la Iglesia. Las iglesias se convierten por esto y por más causas en un don de Dios, como la misma institución eclesiástica que es la Iglesia. Al final es creación de Dios, también. No pueden destruir una porción o pedazo "santo". ¿Cómo se atreven siquiera? ¿Qué temor tienen estas personas?.

No es sólo que sean necesarias para la palabra y el ordenamiento del que estamos faltos; sino que están olvidadas, dejadas, abandonadas. No se cree en su "santo suelo". No se acude a ellas con aquellas convicciones que durante siglos alimentaban la fortaleza. Tienen lo mundano en contra.
No crea Francia que ganara mucho con esa infamia. Porque no respeta al
menos el inmenso esfuerzo y memoria de sus antepasados cristianos. Aunque no se quiera serlo. Son unos decadentes modernistas que viven en una burbuja materialista llena de ego, que hoy destruyen una Iglesia, y mañana se comen la carne unos a otros. ¡Qué asco, señor!. Y qué pena.

¿Y cundirá el ejemplo, como suele pasar en esta Europa, a otros países? Decadencia envuelta en modernismo.