En primer lugar, cabrían exponerse breves apuntes historiográficos :
Durante los siglos XII y XIII hubo por parte del campesinado una continuada actitud de rechazo a las sernas y otras labores realizadas fuera del ámbito de las tenencias o de los comunales en provecho exclusivo de los magnates. Las sernas eran labores temporarias en campos, viñas y montes, que en los casos más extremos llegaron a dos días por semana, y en los más livianos a uno ó dos días en la época de las grandes labores ( Labranza, siembra y cosecha ) Como formas de exacción de renta en trabajo, las sernas eran una de las manifestaciones más evidentes del intento de acumulación de poder señorial; y la desgana y mala voluntad con que los campesinos las realizaban, y su insistencia en conmutarlas por pagos en moneda, se explican tanto por rechazo a un signo de demasiada dependencia como por la distorsión que estas prestaciones suponían en la economía campesina. Por otra parte, desde los inicios repobladores, se crean vínculos de solidaridad, concienciación común, que permiten pues la presentación de las distintas comunidades que van generando sus tradiciones rurales, y forman un cuerpo capaz de negociar formalmente con la nobleza. La reducción, conmutación o anulación de las sernas en muchos lugares fue uno de los logros del fuerte campesinado español, como reflejan los llamados " fueros buenos ".
En lugares y años diversos, en torno al 1200, aparecen exenciones de numerosas " obligaciones " campesinas, disminución de otras, conmutación de sernas y cargas en especie por prestaciones en dinero, etc. Reyes y nobles van pensando-junto al hombre del agro-y otorgando esos diversos fueros; de los que, grosso modo, puede hacerse una doble lectura :
- La representación práctico-formal de una mejora para la existencia de pobladores campesinos.
- Consolidación de una concepción político-social que avanzará como esencia de la Reunificación Hispánica.
La documentación foral constituye, en buena parte, un reflejo de las tradicionales reivindicaciones del ámbito ruralista :
- Rechazo de cargas que limitan la libertad de las relaciones familiares ( Contra las huesas, la mañería, el nuncio y el rapto )
- Rechazo a las cargas que afectaban en el interior de la familia ( Muerte del padre, muerte sin descendencia, casamiento de la mujer dependiente )
- Rechazo de las prestaciones personalistas, que alejaban al campesino de su casa y tierra ( Contra la castellaria, la mandadería, la anubda, el fonsado y las sernas )
- Rechazo a las dificultades de acceso al mercado ( Contra los portazos )
La segunda mitad del siglo XII y primera del XIII fue una época de pleno desarrollo del foralismo : Crecimiento de la población, expansión reconquistadora, y también expansión, por consiguiente, de poblados y cultivos. Paralelamente se fue acrecentando el poderío feudal, del cual siempre se mostró recelosa la Monarquía Católica desde sus propios cimientos; hasta las definiciones políticas de Isabel de León y Castilla y Fernando de Aragón.
Con todo, pienso que es de recibo entender los Fueros como nuestra base político-social fundamental, herencia directa de nuestro legado tradicional; pero entendiendo el foralismo como nuestra lógica política regionalista, que n otiene que dar lugar ni a cantonalismos ni a centralismos; ambas, junto con los nacionalismos separatistas que nos acucian, fórmulas políticas de la Revolución Francesa y su liberalismo masónico, que nada bueno han aportado. No se trata de volver al pasado, sino de adaptar a Las Españas a su realidad histórica pero en base a su propia esencia.
DEVS, PATRIA, TRADITIO
¡ HISPANISMO !
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