LA HÉLADE EN LA PIEL DE TORO :
- Los primeros griegos en el Centro y Occidente Mediterráneos tras el segundo milenio d.C. :
El interés de los griegos por los pagos del Occidente Mediterráneo se remonta a la civilización micénica ( Ya indoeuropea ) Desde el siglo XVI a.C. navegantes procedentes de la Hélade empiezan a hacer actos de presencia en el Mar Tirreno, muy en especial en las Islas Lipari y en la Isla de Vivara en el Golfo de Nápoles; así como en otros puntos. El auge de esta actividad cabría ser situado durante los siglos XIV y XIII d.C., cuando en toda una serie de yacimientos de la costa meridional de la Península Italiana ( Scoglio del Tonno, Termitio, Broglio di Trebisacce ), Sicilia ( Tapso ) y Cerdeña ( Antigori ), abundan los restos materiales, en especial, cerámicas. Es a estos momentos a los que corresponden dos fragmentos de cerámicas micénicas, concretamente fabricadas en la Argólide, descubiertas en el yacimiento hispánico del Llanete de los Moros ( Montoro; provincia de Córdoba ). Han aparecido también cerámicas micénicas en las proximidades de Carthago Nova y en las proximidades de la hispalense localidad de Coria del Río.
A partir del siglo XII a.C. y coincidiendo con el periodo de destrucción de los palacios micénicos la situación varía; aun durante ese siglo y el siguiente sigue habiendo contactos entre el Egeo y el Mediterráneo Occidental, aunque menos intensos y sistemáticos. La disminución de esos contactos se traduce en el desarrollo, especialmente en el sur peninsular italiano y en la Sicilia, de talleres locales que retoman los prototipos artesanales micénicos y desarrollan in situ una artesanía en la que se reflejan, por una parte, los gustos nativos, pero, por otra, las intensas huellas que varios siglos de contactos ininterrumpidos con el Egeo han legado.
- Eubeos y fenicios, entre Oriente y Occidente. Los primeros objetos griegos en Iberia :
Tras el vacío dejado por los egeos; serán los fenicios ( Oriundos del Líbano; aunque hay quien le aporta algún factor etnocultural de los antiguos atlantes….No obstante, su lengua era de la familia semítica ) los que inicien contactos; con una evidente finalidad comercial, los extremos del Mediterráneo. Sobre la presencia fenicia en Hispania se ha magnificado demasiado; sobre todo por motivos ideológicos prosemitas; realmente, el fenicio nunca se interesó por Hispania más allá que por el factor mercantil, como los mismos celtíberos con los fenicios; y servidor recuerda cuando un profesor de Arqueología en plena clase reconocióme que los fenicios no crearon nada nuevo en estas tierras, y llegaron en contingentes reducidos y de ida y vuelta; teniendo como mucho, un barrio en Gadir ( Cádiz ); y teniendo algún elemento suelto en muchas fundaciones hispanas; ante los tirones de pelos del rojerío de turno….
Sea como fuere, es de recibo destacar que estamos en una época de inestabilidad que afecta cada vez más al Egipto y al Mediterráneo Oriental de las riberas de la Europa y Asia. En toda la franja costera occidental de la Península de Anatolia ( Actual Turquía ) e islas adyacentes se estaba produciendo, a partir del siglo XI a.C., el asentamiento de griegos que, procedentes del continente, iban a dar lugar a las posteriores Jonia, Eólida y Dórida, y a sus poderosas ciudades; algunas de ellas destinadas a jugar un importante papel en el proceso colonizador heleno, tales como Mileto, Samos o Focea. En otras partes de la Grecia se aprecia ya una pronta superación de las destrucciones palaciegas y ya a lo largo del siglo X a.C. en el Ática y en la Isla de Eubea asistimos al surgimiento de nuevas estructuras de poder que, organizadas sobre nuevas bases, son capaces de reconstruir, siquiera parcialmente, buena parte de las redes comerciales que sus antecesores micénicos ya pusieron en marcha. Serán estos eubeos los que reinicien ya desde los siglos X y IX a.C. los contactos con el Próximo Oriente, especialmente a través de las ciudades costeras de Siria y Fenicia, pero sin olvidar la importantísima Isla de Chipre.
- La consolidación de la llegada griega :
Muchos artículos de origen griego hallados en iberocelta solar y datables en el siglo VIII a.C. lo han sido en zonas donde los fenicios tenían asentamientos comerciales : Castillo de Doña Blanca ( Puerto de Santa María; Cádiz ), Cerro del Villar ( Guadalhorce; Málaga ), Toscanos y Cerro del Peñón ( Torre del Mar; Málaga ), Almuñécar ( Granada ). El número de objetos hallados no es muy elevado; pero se tienda a pensar que proceden en mayoría, directa o indirectamente del Mediterráneo Central, de aquellas áreas ( Pitecusa, sobre todo ) de colonizaciones helenas en la Italia. Una de las tumbas de las necrópolis fenicias de Almuñécar ( la número 19 ), datable en el primer cuarto del siglo VIII a.C., en la que junto con una urna cineraria de alabastro, un enócoe de boca trilobulada y un jarro de “ boca de seta “ , ambos en barniz rojo, todos ellos completos y algunos otros fragmentos cerámicos y metálicos, se halló una copita ( cotila ) protocorintia de fines del siglo VIII a.C. y otra de imitación, quizá realizada en Pitecusa poco después. Su presencia en una tumba fenicia hay que entenderla como consecuencia del valor intrínseco y simbólico que la cerámica helena adquiría en ambientes, como en el de los comerciantes fenicios, en los que esta clase de objetos eran escasos, al ser como eran, productos de un irregular tráfico. Surgirán, no obstante, talleres de estilo helenizante en Toscanos, Alarcón y el Cerro del Peñón.
- Las tradiciones míticas y la llegada de Héroes Griegos a Hispania :
Es curioso como la arqueología nos data de un escaso comercio, mientras la tradición griega habla de contactos con los íberos en esa época e incluso antes.
La mitología sitúa trabajos de este Héroe argivo-tebano; como el robo de los Bueyes Rojos del Gigante Gerión; o la captura de las Manzanas de Oro del Jardín de las Hespérides….Teniendo en toda esta forja una importancia crucial Tartessos, el sudoeste peninsular; cuna de la civilización ibérica. La Biblioteca de Apolodoro de Atenas dice así :
“ Como décimo trabajo ( # Euristeo ) le encargó a ( # Herakles ) traer de Eritía las vacas de Gerión. Eritía, ahora llamada Gadir, era una isla situada cerca del Océano; la habitaba Gerión, hijo de Crisaor y de la océanida Calirroe; tenía el cuerpo de tres hombres, fundidos en el vientre, y se escindía en tres desde las caderas y los muslos. Poseía unas vacas rojas, cuyo vaquero era Euritión, y su guardián Orto, el perro de las dos cabezas nacido de Tifón y Equidna. Yendo, pues, en busca de las vacas de Gerión a través de Europa, después de matar muchos animales salvajes, entró en Libia, y, una vez en Tartessos, erigió como testimonio de su viaje dos columnas enfrentadas en los límites de Europa y Libia. Abrasado por Helios en el trayecto, tendió el arco contra el dios, y éste, admirado de su audacia, le proporcionó una vasija de oro en la que cruzó el Océano. Ya en Eritía, pasó la noche en el monte Abas; el perro, al darse cuenta, lo atacó, pero él lo golpeó con la maza y mató al vaquero Euritión, que había acudido en ayuda del perro. Menetes, que apacentaba allí las vacas del Hades, comunicó lo sucedido a Gerión, quien alcanzó a Herakles cerca del río Antemunte cuando se llevaba las vacas, y, trabado combate, murió de un flechazo. Herakles embarcó el ganado en la copa, y habiendo navegado hasta Tartessos, se la devolvió a Helios. “
El caso es que, debemos tener en cuenta un distinto apreciamiento de lo que era la geografía ibérica; sobre todo el sur, poblado por un abundante archipiélago conocido como las Gadeiras; del cual sólo quedarían restos aislados como la Isla Perejil ( Identificada con la legendaria Calypso )
No obstante, el tema a tratar merece un mayor detenimiento y especificación; aunque sea a modo de resumen :
* Hermes :
Pasado el reinado de Poseidón, vuelve la rama de Atlas a predominar en el Occidente. Hermes recibe de su madre, la Atlántida Maïa, los territorios emergidos de Hispania, Italia, las Galias y las aguas del Mar Tritón ( Antiguas aguas del actual Mediterráneo ). Su abuelo Atlas le cedería después los territorios de la Mauritania y las Islas Canarias. Terminó dirigiendo todas las tierras que habían emergido después de la destrucción de la Atlántida. Hermes en griego sería Epuña; lo que es Mercurio en latín. Este dios nos acerca al origen de nuestra nomenclatura. Hermes y Pan ( His-Pan-Ia ) van muy asociados; ambos son considerados reyes de España. Asimismo, Maya ( De Maïa ) es una localidad de la provincia leonesa de Salamanca; lo que viene a refrendar aquella frase del arqueólogo protartéssico Adolf Schulten : “ En España pervive extraordinariamente lo arcaico “. Hermes es asimismo el protector del caballo ( Antiquísima y peculiar divinidad ibérica, estandarte de su marina ); y es iniciador de la relación de la fecundidad con las fiestas del gallo; matanza que simbolizaba el fin de la pubertad masculina.
* Gerión :
Gerión sería descendiente de Poseidón y de Crisaor, rey mitológico de España; teniendo como hermanos ( Hijos de Tifón y Equidna )-amén de Orto- a Cerbero, perro de tres cabezas que guardaba los infiernos ( el mundo de los muertos ); la Hidra de Lerna, serpiente marina de más de cien cabezas; la Quimera, monstruo mixto de leona, cabra y serpiente; la Esfinge, mujer con cuerpo de leona y alas de pájaro; el Gran León de Nemea; el Dragón de las Hespérides, guardián de tesoros; el Águila del Cáucaso; la Cerda de Cromión; el Dragón de Cólquida y Escila. Gerión gobernó España y durante su reinado fueron famosas sus boyadas de vacas rojas. Las cuidaba con esmero y en la labor era ayudado por su hermano Orto. Formó un vasto imperio de agricultores y ganaderos cuyas costas estaban bañadas por el Mar de Gerión ( O Mar Carón; el otro eslabón perdido del actual Mediterráneo ) Dirigía un ejército formado por tres cuerpos : Tierra, mar y aire.
En Hispania vivía este pueblo de pastores de megaceros rojos. Convivían con los agricultores del Jardín de las Hespérides, los atlantes de Anthia y los ligures del Esla. De su tiempo son las figuras piqueteadas de Megaceros encontradas en Sierra Verde ( Salamanca ). Estos ciervos con muchos cuernos vivieron en épocas prehistóricas en el espacio formado por las tierras de León, Galicia, Portugal, Irlanda y Bretaña. La llegada de Herakles con sus ejércitos a la Península Ibérica y los consiguientes cambios orogénicos ocasionados originarían el desmembramiento actual. Irlanda y Bretaña fueron separadas de Galicia por la fuerza de Herakles. Para quedar constancia del hecho fue levantada una torre; la Torre de Hércules en La Coruña. ( Se dice que, en los días claros, desde la Torre, se ven las gaélicas tierras )
* Herakles :
Era conocido como “ el que tiene Corazón de León “; de hecho se le representa con la piel del Rey de la Selva. ( Se dice que, según medidas actuales, ostentaría 250 centímetros de altitud….) Uno de sus trabajos fue matar al León de Nemea, hermano de Gerión. Llegó a ser considerado un semidiós y tuvo sus lugares de culto. En el Olimpo se le coloca al lado de Hebe, la diosa de la Eterna Juventud. Sus trabajos son realizados a lo largo de 4000 años y en lugares muy distantes; y hay una base pedagógica : El enfrentamiento entre la Juventud, que busca conocimiento; y la Jerarquía, que impone sumisión, orden, disciplina y preferencia. Uno de sus caminos fue Mónaco ( Porto Hercvlis ) y por Heraklea Cacabbaria; recorriendo llega al Jardín de las Hespérides. La defensa de las Manzanas de Oro estaban encomendadas a Anteo. Muerto éste, Herakles sigue su camino en busca del Tesoro. Desde el Valle del Esla es donde se dice que tiene lugar la lucha con Anteo; siguiendo Herakles su camino hacia Lugo ( Ciudad de la antiquísima divinidad Lug ) y continuó hacia el norte; separando Galicia de Irlanda y levantando en La Coruña su torre. El Jardín de las Hespérides estaba habitado por las Ninfas Eglé, Eristeis y Aretusa, hijas de Atlas y Hesperis. No obstante, anteriormente Herakles habría llegado al país sumamente civilizado de los Tartessos; y allí pues, se habría enfrentado con Gerión. En su retirada, levantó sus Columnas, separando el Atlas beréber de la Atlaxia Hispana. Estos adoradores de bueyes dejaron sembrados de verracos y toros de piedra por las tierras leonesas de Extremadura, Salamanca, Zamora y León. En una de las pinturas que nos han llegado de Herakles, se le ve separando el Estrecho de Gibraltar : A un lado el actual Marruecos, representado por un Ibis y un escorpión; al otro Iberia, simbolizada por un gallo y un conejo. Asimismo, se le atribuye el surgimiento del pueblo celta en el Valle del Esla; hijos de Breto y Celtine. La toponimia aún nos habla de Bretegos y Bretelo de Orense, Bretón de Arriba y Bretón de Abajo en La Coruña, Santa María de Bretoña, Bretuy de Lérida, Bretes de Guadalajara, Briteiros y Britelo en Portugal, Bretún en Soria….Cuando Herakles llegó a las tierras de Anthia fue recibido animosamente por Brentano, rey de los Valles, que lo agasajó, lo hospedó en su palacio y le proporcionó gastos para sus vacunos. Permaneció toda una primavera en el reino de Brentano, recuperándose de las batallas pasadas, recorriendo el Esla y el Tera, los santuarios de Montes Negros en Valle Oscuro y Sierra de la Culebra. Las hijas de Brentano, Beletia y Celtine, fueron sus anfitrionas y amantes. De Beletia nacería Breto que, emulando a su padre, colocaría dos grandes colinas a ambos lados del río y sobre ellas construyó un par de castillos : Breto y Bretocino. Su descendencia se extendería por los Valles del Tera y del Esla, por las montañas de León, Asturias, Salamanca, Norte Cacereño, Bretaña, Irlanda. De Celtine nacería Celto, rey de las tierras gallegas y de Tras-os-Montes portugueses. Apacentada su vacada en tierras de Brentano y recuperadas sus fuerzas, Herakles se dirigió hacia tierras de Palencia, Soria, Logroño, Navarra, Huesca y Cataluña; no sin antes despedirse del rey y dejarle como regalo además de los dos nietos, parte de su colorada vacada.
En Cataluña, Herakles fue atacado por Bergión, gigante, hijo de Poseidón, que habitaba las montañas ( Berga ). Pidió ayuda a su hermano del norte, Albión, y entre los dos le intentaron quitar las vacas. Y lo hubieran conseguido de no haber sido porque Zeus envió una gran granizada sobre los gigantes y los destruyó. En esas tierras Herakles amó a la Ninfa Pirene y a la Princesa Laia ( Los Pirineos ). De Pirene nacería una Gran Serpiente, que sería petrificada ( Los Montes Pirenaicos ) De Laia nació Laio, Padre de los Layetanos, que poblaron la llanura cercana al Mediterráneo. ( Mare Internvm, Mare Nostrvm, Mediterranea Maria, Mediterranei sinvs….) La ciudad construida entre las dos colinas terminaría por llamarse Barcino. En el año 2000 a.C. layetanos y bretones repoblarían la Ciudad de las Dos Colinas. Uno de los compañeros de Herakles, Baleo, se desplazó hasta unas islas cercanas y las repobló : Las Baleares.
Tras finalizar Diez Trabajos, Herakles se dispuso a volver a la Piel de Toro; ordenado por Euristeo. Emprende el viaje, llegando a los Pirineos, donde es detenido y atacado por Cicno, hijo de Ares y de la Ninfa Pirene; su ex amante. El dios Ares bajó a la Tierra para ayudar a su hijo. Zeus, al ver luchar a dos de sus hijos predilectos, lanzó un rayo y los separó. Herakles se revolvió hacia el norte y descansó en el actual “ Sur de Francia “. Allí las Ninfas le indicaron un camino mucho mejor : El marítimo; y lo hicieron llegar hasta donde estaba Nereo, padre de las Nereidas, que llevaba miles de años refugiado en las cálidas aguas del Mar de Tritón. Nereo, al ser localizado, trató por todos los medios de no ser atrapado. Se transformó de múltiples maneras, pero al final fue atrapado y obligado a indicar el Camino : La Vía Láctea, la ruta señalada por la leche que se había escapado por la violencia de la niñez heraclea del pecho de Hera. Herakles en verdad ya había recorrido ese camino, conocía cada montaña, cada fuente. Emprendió, otra vez, la dirección hacia el país de Brentano. Al llegar, se encontró con una región en guerra : Los bretones, descendientes de su hijo Breto, se enfrentaban a los ligures ( Caucásicos preindoeuropeos; la hipótesis de la relación de la expansión de pueblos como los cimmerios, hibero-georgianos, troyanos, etrusco-tirsenos, teucros, tartessos, vascones, íberos, bereberes, pictos o aquitanos ) en el Valle del Esla; y su otro hijo, Celto, se había desplazado hacia el Oeste. Herakles se dirigió a la Galicia donde los celtas, hijos de Celto, lo recibieron amablemente; festejando su llegada, adorando en la Torre de Hércules; que fue terminada por su sobrino Hispán…Pero Herakles seguía sin encontrar el Jardín ( Las Canarias, las Islas Afortunadas ), dejó a los celtas y volvió a la tierra de Brentano y ayudó a bretones contra ligures. Se dice que esas Manzanas pudieron haber estado escondidas entre los ríos Tera, Esla y Orbigo; las habría escondida Hera, por sus frutos sagrados. No obstante, el que conocía el lugar exacto de la ubicación del Jardín de las Hespérides era Ladón, Gigante de las Cien Cabezas, otro hijo de Tifón y Equidna; nieto de Hera. Era su guardián y vivía a la entrada. Aunque nunca había cogido una sola manzana, ni conocía su significado, ni la gran importancia; sabía que debería defender a muerte. El Gigante se alejó de la entrada, queriendo despistar a Herakles. Huyó a la cueva de la montaña de los ligures. Los druidas le aconsejaron esconderse. Herakles le siguió el rastro. Su gran cuerpo le impidió avanzar, siendo alcanzado en varios kilómetros. La lucha era desigual : Ladón había sido preparado para defender una entrada, no tenía capacidad de movimiento y sin embargo defendía su existencia a base de meterse en las cuevas y contraatacar sacando por los respiraderos alguna de sus cien cabezas. Herakles perdió la paciencia y decidió usar sus flechas; aunque en esos momentos, apareció de los Cielos Hera, dirigiéndose hacia Ladón, y lo elevó por los aires. ( Quedando constancia en forma de dragón ) Herakles había sido alejado del Jardín Secreto.
Mientras tanto, las noticias de la presencia de Herakles en Anthia le habían llegado a Anteo, rey de Libia y de Anthia; emperador del Occidente. Anteo, hijo de Poseidón y Gea-Madre Tierra-, cogobernaba el Occidente aliado con Atlas. Generalmente solía vivir en la Libia, dejando el gobierno de los pequeños reinos que formaban su imperio en manos de “ validos “. Formó un gran ejército y se dirigió al norte de la Iberia. Recorrió Anthia y se presentó ante Herakles. Lucharon cuerpo a cuerpo. Anteo comprendió que se hallaba ante un hijo de Zeus y pidió ayuda y pidió ayuda a Gea, su madre. Cada vez que Anteo tocaba la Tierra recibía toda la energía de Gea y se alejaba de los Valles. Herakles lo seguía, y volvía a empezar la lucha ( Quizás todo ello relacionado con el pugilato ancestral que se vivía en León, Vasconia, las Canarias….) Al final lo alcanzó en el África, lo levantó y no dejó que Gea lo tocase. Anteo dejó de recibir energía terráquea y pereció. No obstante, había conseguido que Herakles se encontrara bien lejos del Jardín Canario.
Remontándonos en la mitología, nos encontramos en que hubo un tiempo en el que la Tierra solamente estaba habitada por tres parejas : Atlas y Hesperis, Prometeo y Climene, Epitemeo y Pandora. De Atlas y Hesperis nacieron las Hespérides….
Atlas contemplaba ahora cómo Herakles, el hijo de Zeus, del que debía cuidarse, le pedía que fuese a por las Manzanas de Oro…Realmente, él era el único que conocía su exacta localización. Pertenecía a la primera generación de Titanes y estaba en relación directa con sus hijas, las propias Hespérides. Herakles lo tentó, ofreciéndole a cambio de tres áureas manzanas, sostener el Mundo. Atlas creyó que se podría liberar. Aceptó y, siguiendo la Vía de la Plata, se dirigió al Jardín donde Egle, Eritia y Hesperarétusa-sus hijas- cuidaban los tesoros. Era el regalo de boda que Hera le había realizado a Gea. Llegó a la ubicación, recibiendo el trío manzanero, una de cada hija, y volvió a la Mauritania. Intentó que Herakles se quedara sosteniendo el Mundo y le dijo que desde ese momento él mismo terminaría el trabajo y que llevaría las manzanas a Euristeo. Herakles empleó su astucia. En principio simuló que concordaba y le preparó una trampa : Con el pretexto de que tenía que cambiarse de postura, debido a que el Mundo pesaba mucho, le pidió a Atlas que lo sostuviese él un momento para ponerse más cómodo. Atlas dejó las manzanas en el suelo y cargó otra vez con el Orbe. Herakles aprovechó la ocasión, cogió las manzanas y se alejó con rapidez….Herakles llevóle las manzanas a Euristeo, que no aceptó, devolviéndoselas. Sabía que él no podía quedarse con un tesoro en el que estaba concentrada la esencia del Universo. El Héroe tampoco las quiso y se las entregó a Atenea. La diosa las volvió a colocar en el Jardín de las Hespérides, de donde nunca debieron haber salido…..
* Hispán :
Sobre este sobrino de Hércules conservamos una curiosa crónica; y no es de extrañar que sea una hipótesis del origen de la nomenclatura de nuestra tierra :
“ De los fechos que fizo el rey Espán en España e de cuémo pobló la isla de Cádiz :Espán, sobrino d’Hércules, que fincó por señor en España, andudo por la tierra e fízola poblar y endereçar, ca era muy maltrecha e destroída por la grand guerra que fiziera Hércules.
E com era omne sabio y entendudo, sóposse apoderar d’ella e pobló los puertos de la mar e otrossí logares en las montañas por ó entendió que podrié venir daño d’otras yentes a la tierra; e pobló muy grandes villas e buenas e fizo ý lavores maravillosas. E la una d’ellas es la cibdat a que agora llaman Segovia, e púsol este nombre porque fue poblada cab una peña que dizién Govia, e allí fizo muy maravillosa obra pora adozir ell agua a la cibdat, assí cuemo oy día parece. E acabó la torre d’Alfaro que començara Hércules, que es cabo La Cruña. E com era omne muy sabidor, fizo fazer por grand sabiduría un grand espejo que veyén en él venir las naves por el mar de muy lueñe, e púsol en somo d’aquella torre; y esto fizo él por aguardarse d’otras yentes si·l viniessen guerrear por mar.
E porque éll era omne que amava justicia e derecho e fazié bien a los omnes, amávanle todos tanto, que assí cuemo Hércules se apoderava de la tierra por fuerça, assí éste se apoderava d’ella por amor. E desque toda la ovo poblada e assesegada, escojó pora su morada Cádiz, la isla de Hércules, y esto fizo él membrándosse de la criança e del bien que Hércules le fiziera. E porque en el logar no avié poblança ninguna si no la torre que Hércules fiziera, ovo de morar en tiendas, fasta que fizo ý una villa pequeña en que morava. “
* Los Héroes del “ Ciclo Troyano “ :
Hay una serie de tradiciones, basadas en el periplo, que, tras la finalización de la Guerra de Troya habrían vagado durante largos años por el Mediterráneo hasta acabar afincándose en las tierras españolas. Es el ciclo épico de los “ Regresos “. El mayor éxito se debe a la Odisea de Homero; aunque, ni por asomo, resulta ser el único. Se atribuye, por ejemplo, la vida de un sabio de Bitinia en la Bética hacia el año 100 a.C. : Asclepiades de Mirlea….
Según afirma Estrabón en su Geografía:
“ Éste mantiene que como recuerdos del viaje de Odiseo hay colgados en el santuario de Atenea escudos y tajamares; y que algunos de los que fueron en la expedición con Teucro vivieron entre los galaicos, y que existen allá ciudades, una llamada Helenos y otra Anfílocos, porque Anfíloco habría muerto allí y porque sus compañeros habrían llegado en sus andanzas hasta el interior. Dice que se tiene testimonio de que algunos de los que iban con Herakles y de los que partieron de Mesenia se establecieron en Iberia, y que los laconios sometieron una parte de Cantabria no sólo lo sostiene él, sino también otros. Cuentan también que hay una ciudad de Opsicela en el país, fundación de Ocelas, el que cruzó el mar con Antenor y sus hijos en dirección a Italia. “
* ¿ Una colonización de Rodios ? :
La Tradición de los viajes rodios a la Iberia se establece anteriormente a los Juegos Olímpicos ( Hacia el 776 a.C. ); jugando un papel importante la homonimia entre la ciudad de Rode ( Actual Rosas ; provincia de Gerona ) y la Isla-Y Ciudad- de Rodas, importante potencia naval con altibajos desde el siglo IV a.C. . De nuevo Estrabón y su Geografía nos aportan lo siguiente :
“ Cuéntase también de los rodios que su preponderancia marítima no data sólo del tiempo en que fundaron la ciudad actual, sino que antes del establecimiento de las Olimpiadas, y con el fin de socorrer a los hombres, emprendieron largas travesías muy alejadas de su patria, navegando por ello hasta Iberia, donde fundaron Rhodos, que después pasó a ser posesión de los massaliotas, entre los Opicios Parténope, y entre los Daunios fundaron, junto con los de Cos, Elpia. “
* Los Samios :
A partir de la segunda mitad del siglo VII a.C., la referencia histórica más clara y antigua que tengamos relativa a una presencia griega en nuestros pagos la encontramos en la obra del “ Padre de la Historia “, Heródoto.; conservando cierta aura semilegendaria. Heródoto escribe-más o menos- a mediados de la segunda mitad del siglo V a.C.; y cosas como éstas :
“ Poco después, sin embargo, una nave samia-cuyo patrón era Coleo- que navegaba con rumbo a Egipto, se desvió de su ruta y arribó a la citada Platea…Acto seguido, los samios partieron de la isla y se hicieron a la mar ansioso por llegar a Egipto, pero se vieron desviados de su ruta por causa del viento de levante. Y como el aire no amainó, atravesaron las Columnas de Herakles y, bajo el amparo divino, llegaron a Tartessos. Por aquel entonces ese emporio comercial estaba sin explotar, de manera que, a su regreso a la patria, los samios, con el producto de su flete, obtuvieron, que nosotros sepamos positivamente, muchos más beneficios que cualquier otro griego ( después, eso sí, del egineta Sóstrato, hijo de Laodamante; pues con éste último no puede rivalizar nadie ) Los samios apartaron el diezmo de sus ganancias-seis talentos- y mandaron hacer una vasija de bronce, del tipo de las cráteras argólicas, alrededor de la cual hay unas cabezas de grifos en relieve. Esa vasija la consagraron en el Hereo sobre un pedestal compuesto por tres colosos de bronce de siete codos, hincados de hinojos. “
Las respectivas ofrendas que nos encontramos de los samios a su diosa protectora Hera nos hacen ver que ellos surcaban ya en el siglo VII a.C. todos los puertos del Levante Mediterráneo y Egipto, en un comercio de lujos de gran amplitud; y que para ellos no resultarían desconocidas las aguas del Mar Tirreno y del Mediterráneo Occidental. El investigador alemán G. Dunst nos viene a decir que : “ Los samios han dedicado a Hera como diezmo de sus ganancias en Tartessos, seis talentos, este monumento de bronce….”
Esas referencias a los vientos como causantes de la arribada helénica a la Iberia coinciden en los míticos viajes de Ulises, Eneas, Tlepólemo, Menelao….Samos, tal y como muestran los hallazgos efectuados en el santuario de Hera, era en el siglo VII a.C. un centro importantísimo del comercio internacional. Samos se encuentra en la isla de la misma nomenclatura, situada frente a la Costa de Jonia; zona de gran prosperidad político-económica a partir de ese siglo. La apertura del mercado egipcio, las facilidades para relacionarse con el mundo anatólico y sirio-palestino dotaron de muchas ganancias a sus metrópolis, tales como Samos, Mileto, Éfeso; y asimismo, en otro ambiente, Colofón y Focea ( Ésta última actual Foça turca; turca por desgracia…) Estos pueblos ansiaban las materias primas, sobre todo, los metales.
* La definición de la Historiografía; los Foceos en Iberia :
Heródoto nos inserta noticias al hablar de la caída de la ciudad de los foceos en manos de los persas hacia el año 545 a.C. :
“ Los habitantes de Focea, por cierto, fueron los primeros griegos que realizaron largos viajes por el mar y son ellos quienes descubrieron el Adriático, Tirrenia, Iberia y Tartessos. No navegaban en naves mercantes, sino en penteconteros. Y, al llegar a Tartessos, se hicieron muy amigos del rey de los tartesios, cuyo nombre era Argantonio, que gobernó Tartessos durante ochenta años y vivió en total ciento veinte. Pues bien, los foceos se hicieron tan grandes amigos de este hombre que, primero les animó a abandonar Jonia y a establecerse en la zona de sus dominios que prefiriesen; y posteriormente, al no lograr persuadir a los foceos sobre el particular, cuando se enteró por ellos de cómo progresaba el medo, les dio dinero para circundar su ciudad con un muro. Y se lo dio a discreción, pues el perímetro de la muralla mide, efectivamente, no pocos estadios y toda ella es de bloques de piedra grandes y bien ensamblados. De este modo, pues, fue como pudo construirse la muralla de Focea. “
El belicoso poderío del pueblo lidio influirá en contra de la Jonia Septentrional a partir de los últimos años del VII a.C. Ejercen su influencia sobre las ciudades costeras helénicas de la Anatolia; en conflicto directo con los foceos. Focea se veía cada vez más ahogada y aislada; mientras los lidios atacaban insistentemente a ciudades como Mileto, Colofón o Esmirna. De hecho, se hacen eco las crónicas de la brutal conquista de Esmirna en el año 600 a.C.; atestiguada por las excavaciones arqueológicas que, además de hallar la rampa del asedio utilizada por los invasores para penetrar en el recinto amurallado, centenares de flechas, muchas de ellas aún embutidas en los muros de las casas de la desdichada polis. La distancia en línea entre Esmirna y Focea radica en sólo unos 45 kilómetros. La constante amenaza lidia acabaría llevando al dominio que el último de sus reyes, el famoso Creso de Jonia ( 560-547 a.C. ) impondría sobre toda la Jonia, debió de ir convenciendo a los foceos de que su porvenir y sus esperanzas no se encontraban ya, al menos en esos momentos, en la Península Anatólica, sino en el Ultramar. Esta encrucijada historia pues, hizo que estos foceos se embarcaran a lejanas aventuras; no obstante, ya era conocido como uno de los lugares del más atractivo comercio el Delta del Nilo. Allí, en el lugar que se acabó conociendo como Náukratis, comerciantes griegos de muy distintas procedencias habían ido concentrándose, levantando sus propios templos, ya desde la segunda mitad del siglo VII a.C., hasta que el faraón Amasis ( 570-526 a.C. ), que necesitaba del apoyo oficial de la población helénica, acabó dando carácter oficial al asentamiento. Según asegura Heródoto, las polis helenas que tenían allí sus delegaciones eran, además de Focea y Samos, Quíos, Teos, Clazómenas, Rodas, Cnido, Halicarnaso, Fasélide, Mitilene, Egina y Mileto. El comercio con la patria de los egipcios fue un auténtico motor económico : No sólo eran cereales, sino también lino y papiro; aceptando los egipcios sólo como medio de pago la plata. Se piensa que Náukratis pudo ser un punto de partida para el conocimiento de los foceos de Iberia, a partir de los samios.
Heródoto nos asegura que los foceos viajaban en penteconteros; barco que fue durante buena parte de los siglos VII y VI a.C. el clásico barco de guerra ( y de piratería ) por antonomasia. Con una tripulación de cincuenta remeros-soldados y dotado de un poderoso espolón y vela abatible, podía alcanzar una eslora en torno a los 38 metros; su no muy elevado calado le hacía especialmente apto para poder ser sacado a tierra con facilidad y su maniobrabilidad la convertía en la nave idónea para quienes buscasen rapidez de movimientos y acciones sorpresivas. El inconveniente de este modelo de barco era que su capacidad de carga no era muy elevada, lo que obligaba o bien a llevar a bordo lo únicamente imprescindible para una travesía corta o bien disminuir la cantidad de productos con los que comerciar. Generalmente se optaba por la primera opción, lo que determinaba la necesidad de mantenerse casi de forma permanente a la vista de la costa para poder reavituallarse para dos o tres días de aguas y alimentos.
Los foceos hablan de Tartessos como un país fantástico situado en la tierra del Sol Poniente. El poeta jonio Anakreonte, natural de Teos, del VI a.C., nos dice lo siguiente :
“ Yo no querría ni el cuerno de Amaltea ni reinar en Tartessos durante ciento cincuenta años….”
El comercio con Tartessos le hizo prosperar a este aventurero pueblo de la Hélade, ante lo cual, siempre mostraron fervoroso agradecimiento.
Asimismo, los foceos también contactan con las tierras italianas; en establecimientos tales como los de Tarquinia o Caere; surgiendo también Pyrgi ( Uno de los puertos de Caere ) y de Gravisca ( Puerto de Tarquinia ) En torno al 600 a.C. un grupo de foceos erige un pequeño santuario a la diosa Afrodita, que los etruscos relacionan con su diosa Turan. Será un centro de transacciones comerciales que benefician a esos etruscos y a los distintos griegos que allí habitaban. Buena parte de los comerciantes que frecuentan el mercado o emporion de la Hélade también irán a visitar Náukratis y Tartessos. No obstante, el protagonismo de buena parte del siglo VI a.C. radicará en los foceos, al igual que ocurre en la Tartésside. También es notable la presencia focea en la Isla de Córcega; la cual cuenta con una importante dosis de estratagema. Es un auge económico que hace que Focea sea eje entre Náukratis, Gravisca y Tartessos; y que se materializa en la fundación, hacia el 560 a.C., de la ciudad de Alalia.; lamentablemente, no demasiado conocida en su etapa más antigua. Otros centros foceos, también de notable importancia, radicaron en Massalía ( La actual Marsella, en la Provenza ) y Emporion ( Ampurias ).
Tartessos actúa pues, como un auténtico revulsivo dentro de los aspectos socio-económicos foceos. Ante la amenaza pérsica y la negativa de los foceos a abandonar su terruño, Argantonio les dio el dinero necesario para construir una muralla. Según historiadores como Alfonso J. Domínguez Monedero, el relato novelado de Heródoto quiere dar a entender que, realmente, con los beneficios económicos que Focea obtiene del comercio con la Tartésside, puede permitirse el lujo de construir una muralla. En el mundo griego, las murallas tenían, amén de su evidente función defensiva, una no menos importante función simbólica. La construcción de una muralla implicaba el desembolso de sumas ingentes de dineros y, por consiguiente, una ciudad que desease que sus vecinos o rivales apreciasen su poderío. Estamos ante el avance de otro pueblo iranio : Los medos; que habían acabado con el imperialismo asirio, y se encaminaban hacia Anatolia iniciando su enfrentamiento con los lidios; hacia el 547-546 a.C. No obstante, es Ciro el Persa el que acaba arrebatando el poder a los medos, derrotando a Creso. Al año siguiente, las tropas persas iniciaron su jónica conquista. Heródoto alude a la gran longitud de la muralla de Focea, así como muestra su admiración por el tamaño de los sillares con que había sido construida y por lo bien trabado de sus piedras. La Arqueología ha podido comprobar que, tal y como mostraba Heródoto, estaba realizada en grandes bloques rectangulares de toba local y aún se yergue en algunos tramos hasta una altura en torno a los 5 metros; el perímetro total de esta muralla arcaica, datable en la primera mitad del siglo VI a.C. rondaría en torno a los 5 kilómetros; lo que convierte a Focea en una de las ciudades más grandiosas de su antigua época.
Con todo, cabría profundizar en lo siguiente….
¿ Tartessos ?
Adolf Schulten, en su obra Tartessos, nos dice lo siguiente ( Aunque no deja de ser una hipótesis más, no deja de resultarme tremendamente interesante ) :
“ Si hay algún sitio donde se debe buscar a Tartessos es debajo de las dunas de la Marismilla. Claro es que el descubrimiento se halla dificultado por las dunas. Pero quizá el arqueólogo tiene más fundamento para agradecer a las dunas que para execrarlas : puede que hayan cubierto muy pronto la ciudad destruida, y por ello preservado de la total destrucción….
Así duerme Tartessos desde hace dos mil quinientos años en la soledad de la Marisma….
El viajero que recorre aquellos parajes solitarios ve en su espíritu la imagen de la antigua ciudad comercial y reina de los mares, que antaño convirtiera este desierto en su foco de cultura. Entre las dunas y la orilla del río la mirada busca indicios de la magnificencia perdida. ¡ En vano ! Parece que no queda más que el recuerdo y el paisaje. “
Sin duda, podemos afirmar que los foceos fueron bien acogidos por los gobernantes de aquellos centros costeros que, al oeste de Cádiz, no desdeñaban los intercambios de productos exóticos que servían, asimismo, para remarcar el poder y el prestigio. Los fenicios buscaban en la zona lo mismo que acabó llevando a samios y foceos : Los metales preciosos; oro tal vez, y sobre todo, la plata.
Toda la parte meridional del Sudoeste de la Península Ibérica se halla surcada por una importantísima sucesión de formaciones geológicas en las que predomina la pirita, pero en las que también se dan abundantes cantidades de plata y oro, así como cobre, plomo y zinc; se extiende, grosso modo, a lo largo de unos 200 kilómetros en dirección Este-Oeste, situándose sus puntos extremos en torno a Aznalcóllar y Aljustrel, respectivamente, y de este cinturón pirítico forman parte centros tan significativos Riotinto o el Andévalo. Hay una ruta que jalona toda la conducción del metal, a través de establecimientos como San Bartolomé ( Almonte, Huelva ), Tejada la Vieja y Peñalosa ( Escacena, Huelva ); y bueno, la misma capital onubense; centro clave del intercambio comercial desde el siglo VIII a.C. Otros importantes centros tartéssicos fueron Sevilla ( Híspalis, de Hispal ), Mesas de Asta o el Carambolo; que se asomaban al inmenso estuario del Río Betis, conocido en la Antigüedad como el Lago Ligustino, en la actualidad prácticamente colmatado; habiendo dado lugar a las marismas de dicho río. En el curso alto del Betis, la localidad de Castulo era sede igualmente de otro rico distrito minero. Asimismo, otras regiones internas, localizadas en torno a la zona en la que hoy confluyen las provincias de Ciudad Real, Córdoba y Badajoz, también encontramos importantes centros de la minería; los cuales entrarían en esos círculos de intercambios controlados a distancia, al menos como último motor, por la capital gaditana y, en menor medida, por las costas de Málaga, Almería y Granada.
En Tartessos, como en toda la Iberia, se andaban experimentando sociedades complejas, con algunos procesos de sinecismo, aunque en verdad, poca cosa. Es a alguno de los centros tartéssicos a donde se encaminan, desde el último tercio del siglo VII los marinos samios, recalando y comerciando en alguna de las ciudades, o incluso en las factorías fenicias que se encuentran en el camino, como mostrarían los hallazgos del Cerro del Villar ( Guadalhorce, Málaga )
En todo este contexto, la antigua ciudad de Onuba jugaba un papel importantísimo. Ocupando lo que en aquella época era una clara península en el estuario común de los Ríos Tinto y Odiel, mucho mayor que en la actualidad. Onuba se beneficiaba directamente de los minerales de Riotinto y el Andévalo, muchos de los cuales eran transformados en la propia ciudad. Su poblamiento se hallaba agrupado en una serie de elevaciones ( cabezos ) que controlaban una zona baja en la que se realizaban las transacciones comerciales y las actividades artesanales. La arqueología nos atestigua que en torno a la mitad del siglo VIII a.C., en lo alto de uno de estos cabezos ( El de San Pedro ) se construyó un muro de sillares y mampuestos; se dice que de evidente factura fenicia….Desde mediados del siglo VIII a.C. están presentes en Onuba las típicas cerámicas con las que comerciaban estos libaneses, de engobe rojo, así como ánforas comerciales. A lo largo del citado siglo se fraguó la necrópolis ( La Joya ) en la que abundan objetos metálicos y que atestiguan el desarrollo social de los tartéssicos de la zona.
En general, aparte de algunos hallazgos aislados de origen griego de los siglos VIII y VI a.C.; a partir de fines del siglo VII y a lo largo de buena parte del VI a.C. se produce la llegada en cantidades considerables; todo un repertorio de cerámicas de distintos talleres que actualmente se tienden a considerar como el reflejo arqueológico de las transacciones comerciales que atestiguan las fuentes escritas entre los foceos y los tartéssicos.
Las excavaciones de los últimos años en Huelva han sacado a la luz un gran número de cerámicas griegas, muy bien datadas en la mayoría de los casos, que permiten observar con cierto detenimiento los tipos de producciones que llegan en cada momento del siglo VI a.C. Así, en los primeros momentos de los contactos con los foceos se atestiguan algunas cerámicas de alta calidad, que suelen interpretarse como regalos introductorias para ganarse la benevolencia de las élites locales; más adelante, durante la primera mitad del siglo VI a.C. el volumen de importaciones aumenta espectacularmente y junto con cerámicas de la Grecia del Este, con mucho las más abundantes, empiezan a aparecer productos áticos y laconios. A partir de ese momento el número de cerámicas helénicas va disminuyendo progresivamente al tiempo que también decrece el porcentaje de cerámicas de la Grecia Oriental; que casi llegan a equipararse con las áticas. Ya apenas aparecen productos de lujo y, según vamos llegando a finales del siglo VI a.C., el número y calidad de las importaciones van disminuyendo hasta acabar por desaparecer. El panorama que presenta Huelva no resulta aislado en el sur español, puesto que procesos similares se observan, aunque a distinta escala, en algunos centros mercantiles de la geografía andaluza; tales como Málaga, Toscanos o la Torre de Doña Blanca ( Puerto de Santa María, Cádiz )
El metal es el principal producto que demanda la marinería focea, a fin de mantener su desarrollado comercio internacional. De seguro es que no era la cerámica el principal artículo comerciado, si bien algunas piezas pues podrían resultar excepcionalmente valiosas. Una pista nos proporcionan las ánforas helenas encontradas en Huelva y que proceden, fundamentalmente, de Quíos, Samos, Mileto, Atenas y Corinto; así como de algunos otros centros aún no identificados. El contenido de estas ánforas eran, en su mayoría ( 75 % ) de aceite; siendo el resto de vino.
El aceite y el vino, así como la vajilla para beber el líquido de la vid ( La mayor parte de las importaciones griegas en onubense solar consiste en copas de diferentes tipos para beber vino ) estaban entre los artículos que debían de ser apreciados por la sociedad tartéssica onubense; a esto, plenamente atestiguado, podría añadirse, a modo hipotético, algunos otros, como bronces, tejidos; que no han logrado conservarse por su facilidad de reciclado ( Metales ) o bien por tratarse de objetos fácilmente perecederos, como los textiles. No obstante, cabe recalcarse que nos hallamos ante un comercio que satisfacía tanto a indígenas como a griegos, con una sensible prolongación en tiempos y espacios ( Casi todo el siglo VI a.C. ) La función de los foceos fue pues el haber sido servidores como intermediarios y transportistas de una amplia gama de productos de muy diversas procedencias, cuyo exotismo y escasez en las tierras del sudoeste hispánico les hacía sumamente atractivos para unos determinados círculos sociales y políticos iberoceltas en cuyas manos radicaba la producción y la transformación de la plata. Estos helénicos, acostumbrados a las duras condiciones de otros mercados, consideraron muy favorables las ganancias de la excelencia tartéssica y a alabar al Rey Argantonio. Huelva es uno de los puntos que acoge a los comerciantes venidos de la Grecia; y da prueba de su solidez social y de su capacidad para el contacto con los centros mineros del interior.
* Otras regiones ibéricas influidas por el comercio foceo durante el siglo VI a.C. La fundación de Ampurias :
Ya vamos hallando objetos en la lejanía de la Tartésside, como una copa ática pintada de figuras negras de hacia el 560-550 a.C., en Medellín ( Badajoz ), o una copa del norte jónico de la primera mitad del siglo VI a.C. procedente de La Bienvenida ( Almodóvar del Campo, Ciudad Real )
Los productos griegos parecen limitarse a una distribución costera durante el siglo VI a.C. y, aunque posiblemente atestiguen el desarrollo del comercio de los hijos de Foça a lo largo de las costas peninsulares; aunque tampoco cabría descartarse a los fenicios libaneses como transportistas. Aparte de la costa meridional andaluza, las cerámicas griegas van apareciendo a lo largo y ancho de la Costa Iberomediterránea, si bien tienden a concentrarse en determinadas áreas : Las desembocaduras de los ríos Segura, Ebro, y Llobregat y en el Ampurdán, siendo también frecuentes en algunos puntos del sur francés ;siendo Massalía un claro exponente. En la mayor parte de los puntos que refieren cerámicas helenas de este momento las mismas son poco numerosas y, casi siempre, en contextos indígenas. Únicamente es el caso de Ampurias donde la abundancia y la variedad de estas cerámicas indican que es allí donde a inicios del siglo VI a.C. va a surgir la que se convertirá en prácticamente la única auténtica ciudad griega de la Península Ibérica. El Golfo de Rosas resultará, asimismo, un polo de atracción para la Hélade, pero también el Bajo Segura. Las cerámicas no son el único elemento de juicio que disponemos para analizar los intereses griegos en la Iberia durante el siglo VI a.C., sino que podemos hacer uso de otro tipo de fuentes, si bien de desigual valor. Está clara la toponimia de origen griego, y también, a un documento que si bien es de difícil valoración, no deja de resultar sumamente interesante, la Ora Maritima del autor latino Rufo Festo Avieno. El origen de esta nomenclatura puede ser variado, mostrando a veces peculiaridades topográficas, como por ejemplo, el Monte Malodes; esto es, “ en forma de manzana “; posiblemente identificable con una de las elevaciones del Macizo del Montgrí, cuya silueta redondeada aún sigue siendo visible, o la localidad de Alonis, que probablemente aluda a la riqueza en sal ( en griego als ) del entorno; en otras ocasiones el topónimo puede derivar de una homofonía con algún nombre anterior. Un ejemplo de esta homofonía podría radicar en Mainake. También ocurre que, el topónimo en cuestión, puede aludir a la actividad principal que realizaban los griegos en el lugar, como es el caso de Emporion, el mercado, el lugar del comercio.
El poeta Avieno asume la forma del periplo, esto es, la descripción de un trayecto marítimo que iniciáse desde algún lugar indeterminado de la Costa Atlántica Celtibérica y prosigue, sin solución de continuidad, hasta llegar a Massalía. Aunque Avieno se hace eco de muchas y variadas fuentes se ha supuesto, con notable probabilidad, que la fuente principal se halla constituida por un antiguo periplo que remontaría, al menos, al siglo VI a.C. y que ha llegado hasta Avieno en lengua helénica. Todo esto ha provocado y provocará infinidad de debates; no obstante, veo de recibo exponer cierto contenido de la Ora Maritima :
“ A continuación, se extienden los indigetas, gente tosca, nación dura, pueblo feroz en la caza, y pobladores de cavernas. En seguida, el Cabo Celebántico alarga sus lomos hasta el interior de la salobre Tetis. Es ya sólo un rumor que aquí se levantó la ciudad de Cipsela, pues el áspero suelo no conserva ningún vestigio de la ciudad antigua. Allí, un puerto se abre en un golfo inmenso y el mar se adentra profusamente en la cóncava tierra. Después de todo esto, el litoral indicético se recuesta hasta la punta del prominente Pirineo. Después del litoral que, como hemos dicho, yace extendido, y con pendientes suaves, se levanta el Monte Malodes. Entre las olas, surgen allí dos escollos, y sus vértices se dirigen hacia las alturas de las nubes. Entre ellos, pues, se acoge un puerto espaciosamente, y la llanura marina no queda expuesta a ningún viento. De esta manera, con rocas colocadas delante, las cimas de las peñas amparan ampliamente toda la costa y, entre las rocas, late el abismo inmóvil, dormita el agua, el mar, cercado, se queda como dormido. A continuación viene la laguna de Tono, en la falda de las montañas, y se levanta la cima de la peña Iononita, a través de las cuales el río Anisto hace girar sonoro sus espumosas aguas, y corta el salobre mar con sus corrientes. “
El pasaje en cuestión está describiendo la costa ampurdanesa, señalando sus principales accidentes naturales y asentamientos humanos. No obstante, siempre ha sorprendido a los historiadores que el texto no mencione a la ciudad de Emporion; cuya existencia ya para el siglo VI a.C. está más que confirmada.
Sin embargo, Estrabón sí que nos habla en líneas generales de la historia de Emporion, en su Geografía :
“ Los emporitanos vivían antes en una islita cercana a la costa, que actualmente recibe el nombre de Ciudad Antigua, pero ahora viven en tierra firme. La ciudad es doble, dividida en dos por una muralla, por haber tenido anteriormente como cohabitantes a algunos indicetes, los cuales, aunque se regían por leyes propias, quisieron por razones de seguridad tener en común con los griegos el recinto amurallado, y éste fue doble, dividido por una muralla medianera. Pero con el tiempo convergieron hacia la misma constitución política, mezcla de leyes bárbaras y griegas, cosa que sucedió también en otros muchos lugares. “
Estrabón atestigua lo que, en líneas generales, fue el proceso del desarrollo ampuritano. Se produce en primer lugar el asentamiento en una pequeña isla para, más adelante, saltar a tierra firme. Es por ello que, como cuando uno menciona al Cádiz de la época, tiene que mentalizarse de los cambios geográficos que se han producido a lo largo de los años. Estamos hablando de una zona que por aquel entonces comprendía marismas y lagunas litorales en las que se alzaba una serie de zonas emergidas que asemejaban islas e islotes. Una de ellas sería la elegida por la marinería focea para su primer establecimiento; se trata de la actual localidad de San Martín de Ampurias que, con el tiempo, cuando la ciudad extendióse a una isla mayor algo más al sur, acabó convirtiéndose en la Ciudad Vieja, en griego, Palaiapolis.
En San Martín de Ampurias se habían realizado algunos sondeos arqueológicos que parecían indicar una fase de coexistencia entre poblaciones ibéricas y comerciantes griegos y de otras procedencias antes del establecimiento definitivo de los foceos, que suele situarse en torno al año 600 a.C. No obstante, las excavaciones realizadas entre 1994 y 1995 parecen haber revelado la existencia de un auténtico poblado nativo ocupado entre los siglos XII y VII a.C., que ya en sus últimos momentos parece recibir algunas cerámicas de importación, sin duda producto del comercio.
* Las transformaciones del comercio griego en la Iberia :
A estos factores de cambio contribuyen, ante todo, aspectos en principio ajenos a los foceos. El rey lidio Creso, que había venido ejerciendo una importante hegemonía económica sobre las ciudades de la Grecia del Este, cometió el error de infravalorar la capacidad de un nuevo enemigo que empezaba a prefigurarse en el flanco oriental de su reino : Los persas del Irán. Tras capturar a Astiages, el último de los reyes medos, el persa Ciro, que sería conocido como Ciro el Grande, había conseguido acceder al dominio del extenso imperio que aquéllos habían forjado en torno al 550 a.C. El límite occidental de ese imperio, y la frontera con Lidia, se hallaba en el Río Halis. Tres años después, Creso fue derrotado y Lidia conquistada. Los jonios no habían tenido los suficientes reflejos como para aceptar la alianza que Ciro les había ofrecido si abandonaban a Creso, y pronto recibirían su castigo.
Tras la derrota de Creso a manos pérsicas ( 547-546 a.C. ), uno de los generales de Ciro, Harpago, va a permanecer en la Anatolia completando los últimos flecos de la conquista. Es éste el momento en el que el mundo jónico va a entrar en el ámbito de los dominios persas. Heródoto, en su obra, de los capítulos 162 a 170, se hace eco de este anexionismo. Se piensa que las ciudades griegas ofrecieron una encarnizada resistencia, refugiándose sus civiles en las respectivas murallas. Los jonios no supieron mostrar un frente común de cara a los persas y las técnicas poliocérticas de éstos, consistentes en la aplicación de masivos terraplenes sobre las murallas enemigas, que acabaron al cabo de unos años con la resistencia de estas polis helenas.
Los foceos no presentaron resistencia, sino que decidieron en comunión el abandono de la ciudad, para lo cual embarcaron en sus naves, en sus famosos penteconteros, de los que había dependido en verdad la riqueza focea; tras un infructuoso intento de establecerse en unas islas de las que eran dueños los de Quíos, decidieron marchar a su colonia de Alalia. No obstante, en la ciudad del Asia Menor quedóse una parte de la población que rehusó embarcarse en esa incierta aventura. Los habitantes de Teos hicieron algo parecido a los de Foça; embarcándose en dirección a Tracia, donde ocuparon la ciudad de Abdera.
Tanto el periodo de dominio lidio como, sobre todo, la conquista irania del Poniente Helenístico, provocó un proceso de emigración generalizado que afectó tanto a aquéllos lugares en los que había establecidas colonias de origen jonio ( Mar Negro, Mediterráneo Occidental ), como, en general, a todo el Mar Mediterráneo. Así, no sólo artesanos y comerciantes, sino además todo tipo de personas, filósofos y poetas incluidos, se dispersaron por el mundo griego llevando consigo todo tipo de experiencias que habían adquirido en el hasta entonces pujante intelectualmente mundo de la Grecia Oriental.
* Los conflictos greco-etruscos en el Tirreno :
La llegada de varios miles de refugiados ( Hombres, mujeres y niños ) a Alalia, en Córcega, provocó inmediatamente una convulsión en el entorno tirrénico. La colonia focea disfrutaba de su ventajosa posición, frente a la costa etrusca, para llevar a cabo interesantes intercambios con los hijos de Etruria, aprovechando pues centros que como, Gravisca, acogían también a conciudadanos suyos.
La súbita afluencia de huidos de Focea colapsó las previsiones de Alalia y, para garantizarse los abastecimientos, los foceos volvieron a su vieja tradición de practicar la piratería, la cual afectaba, básicamente, a los comerciantes etruscos y cartagineses. Los indígenas corsos, que también habrían llegado a un cierto entendimiento con los colonos de Alalia, se vieron afectados por el intento de los advenedizos de ocupar nuevas tierras con las que garantizarse un estable aprovisionamiento.
El Tirreno Septentrional había sido tradicionalmente un mar en el que los griegos habían desarrollado, ya desde el VIII a.C., importantes actividades comerciales; sin embargo, el límite septentrional del control político heleno estaba marcado por la ciudad de Cumas. Más al norte, los griegos no habían tenido tradicionalmente ningún papel, ni político ni de dominio; centros como Gravisca y, en buena medida, como Alalia, eran pequeños establecimientos cuya existencia y actividad dependía de la benevolencia de las élites locales. Etruria y Carthago tenían intercambios comerciales harto fructíferos; y sí que estaban dispuestos a intercambiar con la Hélade; pero no a compartir los dominios de sus mercados marítimos. La reacción no se hizo de rogar : Después de cinco años de la llegada de los foceos, los cartagineses y los etruscos, coaligados, decidieron expulsar a los recién llegados y hacia el 540 a.C. se produjo la llamada Batalla de Alalia o del Mar Sardo. En ella, tanto los helénicos como sus enemigos pusieron en pie de guerra sesenta naves cada uno, y si bien la victoria correspondió a los foceos, el conjunto de su flota quedó tan maltrecho que no tuvieron otro remedio que desalojar Alalia y buscar refugio en otros lugares. Hoy día, parece aceptarse que no todos los huidos de Focea acabaron en Alalia y, posteriormente en Elea. Un número importante pudo haber optado por Massalía o Iberia. ( A partir de los años 540-520 a.C. es cuando empiezan a aparecer las ánforas massaliotas; lo que atestigua la producción vinícola que requiere un territorio y cierta disponibilidad de mano de obra. )
El registro de cerámicas griegas importadas a Onuba empieza a disminuir a partir de los años 40 del VI a.C. para ir rarificándose según avanza el siglo. No deja de ser significativo que a partir de mediados del siglo VI a.C. se observe un notable descenso en la producción de plata en este sudoeste peninsular.
Con todo, nos encontramos con que, Ampurias, el centro más helenístico de Hispania, empieza su urbana andadura y, al tiempo, inicia su irradiación comercial heredando, de cara al mercado hispánico, el papel que previamente había desempeñado en su metrópolis focea. La navegación hasta Huelva era cada vez menos rentable por lo que cada vez son menos los marinos griegos que pierden su tiempo y sus valiosos recursos en ir hacia allá. Poco a poco, el comercio griego con esa zona se va retrayendo pero, como contrapartida, empiezan a intensificarse los contactos con otras regiones; en concreto las situadas en torno al Bajo Segura, tanto por las potencialidades económicas de la zona como por su fácil comunicación con los distritos mineros de la Alta Andalucía, en concreto, con la región de Cástulo ( Linares; antiguo Reino de Jaén )
* Los griegos en Iberia en el siglo V a.C. :
Antes que nada, cabría recalcarse que este mencionado siglo constituye uno de los mayores y mejores momentos de la presencia griega en España.
Estrabón ( El cual ha provocado y provocará ríos de tinta entre los más curiosos historiadores ) nos aporta lo siguiente :
“ Entre el Sucron ( #Júcar ) y Carquedón ( # Cartagena ) hay tres poblados de massaliotas no muy lejos del río. El más conocido de ellos es Hemeroscopio, que posee sobre el cabo un santuario muy venerado de la Ártemis Efesia, del cual se sirvió Sertorio como base de operaciones para sus empresas marítimas por estar bien defendido y ser propio de piratas y visible desde muy lejos para los que llegan por mar. Se llama Dianio, es decir, Artemisia, y tiene cerca unas minas de hierro que rinden bastante y dos islotes, Planesia ( #Tabarca ) y Plumbaria ( #Isla Grosa ) “
Debe aclararse la referencia a esos tres poblados o asentamientos entre el Júcar y Cartagena como massaliotas : La ciudad de Massalía se convirtió, sobre todo a partir del siglo IV a.C., en el centro griego más importante del Mediterráneo Occidental y, de una u otra forma, acabó integrando en una especie de gran confederación a todos los griegos de Iberia; incluyendo Emporion. Los restos arqueológicos nos atestiguan un desarrollo de la presencia helenística en el sudeste peninsular para el siglo V a.C. totalmente autónomo de Massalía, y mucho más vinculado a Emporion, por lo que parece bastante más sensato atribuir a la acción focea y/o emporitana el surgimiento de esos tres centros a los que viene aludiendo Estrabón.
Se menciona sólo a Hemeroscopio; no obstante, se suele admitir que los otros dos serían Alonis y Akra Leuke. Sobre la identificación de Hemeroscopio ( Esto es, atalaya diurna ) se han avanzado multitud de hipótesis, tendentes en general a situarla bien en torno al Peñón de Ifac, bien sobre todo, en torno a Denia, donde la imponente masa del Montgó pudo haber servido a esas función de vigía que su nombre implicaría. Sin embargo, hasta ahora, las indagaciones arqueológicas no han dado resultados concluyentes y las opiniones siguen divididas entre quienes piensan que, aunque reducida, debió de existir allí una escala comercial focea hasta los que aseguran que se trata de una especie de “ colonia fantasma “. En cualquier caso, en la zona de Denia, que es donde se tiene a situar Hemeroscopio, se han hallado restos de un poblado fortificado ( Alt de Benimaquia ), datable entre fines del siglo VII-principios del VI a.C.; dedicado aparentemente de forma casi única a la elaboración del caldo de la vid, que sería luego envasado en ánforas de tipo fenicio. Ya indica Hemeroscopio un importante desarrollo socio-económico de la zona antes de que se inicie, en el siglo V a.C., la afluencia de cerámica griega en toda la región. Alonis se ubica en torno a Santa Pola, en una zona ( como en la actualidad ) rica en salinas y que se habría al antiguo golfo en el que desembocaban el Río Vinalopó y el Segura y que hoy día se halla por completo colmatado. Al fondo de aquel golfo se situaba la ciudad antigua de Illici ( La Alcudia de Elche ) En todo el entorno del antiguo golfo ( Sinvs Illicitanvs ) la presencia de cerámicas griegas desde el siglo VI a.C. brilla por su abundancia. A partir del 1990 se inició la excavación de un peculiar asentamiento fortificado, conocido como La Picola, en Santa Pola ( Provincia alicantina ); de planta cuadrangular y pequeño tamaño ( En torno a los 56 metros de lado ); muestra la peculiaridad de haber sido organizado internamente de acuerdo con un canon de medidas griego y, sobre todo, disponer de un sistema de fortificaciones de suma complejidad, compuesto de muralla con alguna torre, glacis, y foso inundable con escarpa y contraescarpa, cuyos únicos paralelos se encuentran sólo en el mundo griego. Su periodo de actividad duraría solamente un siglo, entre el 430 y el 330 a.C.
Pero, ya la distribución de cerámicas griegas del siglo V a lo largo de toda la costa oriental ibérica, incluyendo también las regiones de la actual Francia como el Languedoc o el Rosellón….Muestran a las claras un importante desarrollo del comercio ampuritano. Se sugiere que es Ampurias el punto de partida del desarrollo mercantil hacia el resto de la Iberia.
Además de los restos cerámicos, disponemos de un par de extraordinarios documentos escritos en lengua griega sobre láminas de plomo, que informan de una serie de transacciones económicas de interés : La primera de esas cartas se encontró en Ampurias y a partir del estudio paleográfico de las letras parece poder fecharse en la segunda mitad del siglo VI a.C. En ella se puede leer lo siguiente :
“ ( Fulano, haz lo posible ) por estar en Saigantha. Y si ( prefieres quedarte ) en Emporion y no embarcar….no menos de veinte, y vino no menos ( ¿? ) de diez….que el ( cargamento ) de Saigantha lo ha comprado Basped (….)….( un barco ) que se adapta al cabotaje incluso hasta….En ( topónimo ) pregunta qué es lo que debemos hacer….y pide a Basped (….) que se encargue de remolcarte, que se cuide de si hay alguien que remolque hasta D.ost….el nuestro. Y si hubiese dos, que envíe a los dos….pero que él sea responsable ( ¿? ). Y si él por su cuenta quisiera ( participar en la comercialización ), que vaya a medias. Y si no está de acuerdo….que….y que me comunique por carta por cuánto ( estaría dispuesto a hacerlo ), lo más pronto posible. Éstas son mis instrucciones. Salud. “
La carta presenta algunos problemas de interpretación, pero, en todo caso, no cabe duda de que ha sido escrita por alguien que hablaba y escribía el dialecto de Focea; el destinatario parece residir en Emporion y se le indica que realice una serie de transacciones allí, y sobre todo, en la localidad de Saigantha, donde tomar contacto con un tal Basped….Es bastante probable que Saigantha deba identificarse con el importante Puerto de Sagunto y no cabe duda de que Basped….,cuyo nombre se encuentra incompleto, es un íbero, posiblemente natural de esa localidad y agente comercial de los griegos en ese territorio.
El segundo plomo hallado se halló en el poblado de Pech Maho ( Aude ) y presenta una historia algo más complicada. En una de las caras de la lámina de plomo aparece una carta, en lengua y escritura etrusca, remitida desde algún centro etrusco ( Algunos autores refierénse a Aleria ) a algún comerciante con residencia en Massalía. La cronología de esta carta se fija en el segundo cuarto del siglo V a.C. No mucho después, la otra cara del plomo fue reutilizada para registrar una transacción, esta vez en griego; consistente, básicamente en la compra de una barca especialmente apta para la navegación de cabotaje. Este segundo documento dice así :
“ ( ¿ Kyprios ? compró una barca en Emporion. Compró también aceite ( ¿ de Atenas ? ). A mí me dio una participación, la mitad, por valor de dos “ octanios “ y medio ( = 20 estáteras ). Dos “ hexanios “ y medio ( = 15 estáteras ) se las di al contado y la “ garantía “ se la di dos días después yo mismo. Esta “ garantía “ la recibió en el río. El pago a cuenta se lo había entregado en el embarcadero. Testigo ( s ) Basiguerros, Bleruas, Golo.biur, Segedon. Estos ( fueron ) testigos cuando entregué el pago a cuenta. Pero cuando pagué el total, 20, Nauaruas, Nalbe….n. “
Dato de interés sería la presencia, como testigos de las diferentes operaciones, de toda una serie de individuos cuyos nombres muestran a las claras que no son helénicos, y sin embargo, deben poseer la capacidad jurídica suficiente ( Y la necesaria sapiencia sobre el griego ) como para poder actuar de testigos en una transacción mercantil con entrega de garantías.
Y, refiriéndonos a la escritura, deberíamos apuntar un importante detalle: La existencia de la escritura greco-ibérica :
Tratóse de la adaptación de un alfabeto jónico simplificado a 16 signos, utilizado para anotar la lengua ibérica y que se documenta en las provincias de Alicante y Murcia, justamente en la zona de contacto entre el semisilabario del Sudeste y el Levantino ( Aparte de estos dos, también es conocida la escritura tartesia o del sudoeste ) Se conocen muy pocas inscripciones : el plomo del Cigarralejo, del siglo IV a.C., y el de la Serreta de Alcoy. El historiador De Hoz nos dice que representa una tradición paleográfica documentada sólo en Samos ( Aunque se ha de tener en cuenta que son desconocidas las tradiciones propias de la mayoría de las ciudades jonias, entre ellas Focea…), y tal adaptación no pudo hacerse en un momento posterior al 450 a.C. En todo caso, el hecho de que dejara de utilizarse pronto demuestra su dificultad de adaptación a la lengua local.
Con todo, la zona de mayor concentración de hallazgos de cerámicas helenas durante el siglo V a.C. tiene lugar en la Contestania; y más concretamente, la zona en torno a la desembocadura de los ríos Vinalopó y Segura. La causa del interés foceo por la Contestania es doble :
Por un lado, esa zona era especialmente apta para la obtención de la sal, un artículo de gran importancia en la Antigüedad, y de toda una serie de productos de carácter industrial, tales como el lino y el esparto ( De abundante y antigua tradición ibérica )
Por otro lado, los dos ríos que desembocan en este territorio servían de excelentes caminos de penetración hacia el interior celtíbero, poniendo en comunicación, a través de diversas rutas naturales, la costa de la Meseta Suroriental y los ricos distritos mineros de la Alta Andalucía. No obstante, tampoco debe descartarse que ya los griegos conociesen la riqueza minera de la muy cercana región cartagenera.
La afluencia de productos helenísticos a esas regiones costeras es el síntoma de una estrategia comercial desarrollada desde Ampurias para obtener, como contrapartida, toda una serie de productos que, atraídos por las perspectivas de una harta rentabilidad económica, son encaminados hacia la costa desde muy diversos entornos de todo el cuadrante sudoriental de la Iberia. En los dos extremos más visibles de toda una serie de intercambios hallamos auténticos centros urbanos del tipo de Illici ( La Alcudia de Elche ) o Castulo ( Linares, Jaén ) Entre medias, toda una serie de poblados íberos que, según va avanzando el siglo V a.C. van alcanzando también formas de organización urbanas en respuesta a los estímulos que, emanados desde la costa, acaban penetrando en toda esta región de la Península de los Hispanos. El vino y el aceite no dejaban de intervenir en todo este tráfico.
Para con lo cultural, cabe decirse que los pueblos ibéricos conocían ya la escultura antes de la llegada de los colonizadores helenos y su organización comercial foceo-emporitana. El origen de la escultura ibérica parece producirse ya desde finales del siglo VI a.C.; siendo el siglo V a.C. un periodo de espectacular desarrollo de esta manifestación artística.
* Desarrollos urbanos y comerciales en el Nordeste Peninsular. Emporion y su área de influencia :
Emporion pone en marcha a lo largo del V a.C. ( aunque iniciado ya desde fines del VI ) toda una red comercial de amplio alcance que, apoyada en una serie de puntos de escala, fondeaderos, mercados, poblados, etc., le lleva a controlar los intercambios en prácticamente la totalidad de la fachada iberomediterránea. También a fines del siglo V a.C. se reanuda, con cierta intensidad, el comercio griego con el entorno de Gadir y Onuba; ya dirigido claramente desde Emporion, y prefigurando la situación del siglo IV a.C.
El asentamiento de San Martín de Ampurias se habría expandido hacia el sur a mediados del siglo VI a.C. hacia lo que a partir de ese momento sería la verdadera ciudad; esa zona se suele denominar como Neapolis; esto es, ciudad nueva ( Nápoles-Napoli ); por contraposición a la ciudad vieja o Palaiapolis. La totalidad del área caracterizará la identidad griega en el futuro : Se trata de un área rectangular, rodeada de murallas en tres de sus lados, siendo la zona que mira a la mar la única que no disponía de las mismas. La superficie total de la ciudad no parece haber superado las tres hectáreas ni en los momentos de mayor esplendor. Las investigaciones han mostrado restos de una muralla y de una torre que parecen corresponder a la segunda mitad del siglo V a.C., y que delimitan un área que pronto tendrá un uso religioso; extramuros se han detectado restos de habitación correspondientes a un asentamiento íbero establecido a los pies de la muralla del siglo V a.C. y con los que los griegos mantenían estrechas relaciones, posiblemente bajo la protección del área sacra existente en la zona. Este lugar pagano, delimitado por el cierre meridional de la muralla del siglo VI a.C. es posible que se hallase, originariamente, en función de un pozo, hecho relativamente frecuente en el mundo helenístico. Las construcciones del V a.C. se hallaban estropeadas por la erección, ya en el siglo IV, y sobre la misma zona, de un santuario del dios Asclepio. Sin embargo, se han podido detectar restos del basamento de un templo, posiblemente de origen jónico, al que corresponde toda una serie de elementos decorativos que se hallaron en su entorno y entre los que se encuentran varias antefijas con motivos florarles y restos de un acroterio. A este mismo conjunto sagrado parece corresponder un podio con un par de aras gemelas. Esta área sacra viene a demostrar que el cierre de la ciudad por la parte meridional se realiza ya a lo largo de la segunda mitad del siglo V a.C. en función de las poblaciones celtíberas del entorno y con un más que posible carácter de lugar de intercambio, materializado en la advocación pagana del área.
Un indicio clave que nos señala a la segunda mitad del siglo V a.C. como un gran periodo de esplendor para la ampuritana urbe es que se necesitaba una gran inversión económica para construir un recinto amurallado; la organización interna del área urbana, lamentablemente poco conocida para con ese momento, y el desarrollo de un área de influencia política directa.
A partir del segundo cuarto del siglo IV a.C., todo el esquema urbanístico de esa zona cambia; se construye otra muralla que cancela el anterior poblado nativo y que integra al área sagrada ya existente; la cual recibe una nueva advocación, en este caso, al dios Asclepio, al que se le construye un templo y un altar. Se ha encontrado también la que parece ser la estatua del culto pagano, obra impresionante tallada en el mármol del Pentélico. Todo ello parece sugerir una renovada vinculación de Emporion con el mercado de los mares.
Esa zona de la ciudad permaneció sin grandes cambios hasta mediados del siglo II a.C., cuando se procede a desmontar la muralla del siglo IV para, utilizando sus mismas piedras, llevarla algunos metros hacia el sur. Esa es la muralla actualmente visible. Esa gran obra se aprovechó para reestructurar toda el área sacra meridional; y va a ser dedicada al dios greco-egipcio Serapis.
Otra de las zonas públicas de la ciudad, en este caso situada en torno al centro de la misma es el agora o plaza pública, con funciones de mercado, lugar de reunión y, posiblemente, políticas. Se trata de una amplia plaza rectangular rodeada de locales comerciales en tres de sus lados y con una estoa o recinto porticado en el septentrional. Se tiende a datar la creación ( o la reordenación ) de este espacio a mediados del siglo II a.C. Cabe reseñarse que la mayor parte de los restos hoy día visibles en la Neapolis corresponden ya a los siglos II y I a.C.; entre ellos hay tanto viviendas como áreas artesanales y productivas.
Hay variedad en cuanto a las opiniones historiográficas del territorio ampuritano :
- Algunos sugieren que este territorio debía extenderse únicamente por las tierras que se encuentran al sur de la ciudad ( Unos 33 kilómetros cuadrados )
- Otros plantean un área más amplia que se extendería desde el Macizo del Montgrí y el Ter al sur hasta el Río Muga por el Norte; radicando el límite occidental marcado por una línea hipotética que pasaría por Pontós y Fellines ( Unos 360 kilómetros cuadrados )
Con todo, las huellas de parcelación de la territorialidad, sobre la base de lotes de una superficie en torno a las 4,5 hectáreas, parece haber afectado a una superficie de unas 15.000 hectáreas y aunque los siglos IV y III debieron de representar un periodo de expansión del territorio, los inicios del mismo hay que situarlos ya en el siglo V a.C. Estrabón aludió a este territorio de esta manera :
“ Por las inmediaciones de la ciudad corre también un río que tiene su origen en el Pirene; su desembocadura sirve de puerto a los emporitanos, que son bastante diestros en tejer el lino. Son dueños de la tierra del interior, que parte es buena y parte es productora de un esparto de los menos útiles y de junco lacustre; la llaman Campo Juncario. Algunos ocupan asimismo las estribaciones del Pirene hasta los Trofeos de Pompeyo. “
Nos da entender este cronista la existencia de un territorio variado, en parte dedicado a la cerealística agricultura, y en parte dedicado al lino y en el que también crecen otras plantas ( juncos ) propias de la física regional, con predominio de zonas de marismas e inundables. Las prospecciones y excavaciones de la Arqueología han sacado a la luz abundantes restos de muy diverso tipo y cronología, siendo frecuentes aquéllos que se inician ya en el siglo V a.C. y se prolongan hasta el II-I a.C. No todos ellos han sido objeto de profundas investigaciones; luego su utilización historiográfica es desigual. Se trata, sobre todo, de restos de cabañas y de silos, éstos últimos especialmente frecuentes en el reborde de colinas que delimita por el Oeste la llanura emporitana.
Y así se llega a otros dos centros bien investigados; como son Ullastret y Mas Castellar ( Pontós ) :
En Ullastret se localiza un par de asentamientos muy próximos entre sí, uno de ellos situado en alto, el llamado Puig de Sant Andreu, y otro en bajo, aunque en posición dominante, la Illa d´en Reixac. El desarrollo de ambos parece haber sido bastante paralelo. El Puig parece haber existido ya antes del establecimiento griego en Emporion y empieza a recibir influencia de aquél desde principios del VI a.C.; no obstante, será a partir del V cuando se deje sentir con mayor fuerza la acción griega. En las viviendas de Ullastret encontramos una sensible cantidad de importaciones; lo cual viene a certificar la estrecha relación mantenida con Ampurias.
El Mas Castellar de Pontós se sitúa a unos 17 kilómetros al Noroeste de Ampurias en línea recta, sobre una altura que lo coloca a una cota de 160 metros sobre el nivel del mar, dotándole de un amplio control visual de todo lo que debía ser el territorio ampuritano. En los años 70 del pasado siglo XX se detectó un importante campo de silos, de los cuales fueron excavados muchos; y, al parecer, ya habían sido realizados en el siglo V a.C. ( Aunque la fecha de su relleno sea posterior ) Se han hallado abundantes cerámicas helénicas de importación y en uno de esos campos de silos un importante depósito de terracotas representando a Deméter; que, aunque fechadas hacia el II a.C., sugerían la presencia en las proximidades de algún lugar de culto destinado a esta diosa. El siglo IV a.C. parece haber sido un momento de florecimiento de este poblado y quizá entonces se realizó una nueva planificación, con calles y casas de nueva planta. Se han hallado una serie de restos escultóricos en mármol del Pentélico interpretados por los excavadores como un altar, pro que posiblemente es un perirrhanterio o recipiente destinado a contener agua para las libaciones. Se fecha en torno al III a.C. El poblado se abandona a mediados del siglo II a.C., coincidiendo con la intensificación de la presencia romana en Emporion y su territorio.
El caso es que, como en Ullastret, no queda claro el estatuto jurídico del Mas Castellar dentro del territorio ampuritano aunque en este caso no sería improbable que hubiese pasado a formar parte del mismo, quizás desde el siglo V a.C., actuando en cierto modo como frontera o límite, lo que vendría avalado, incluso, por la existencia de algún lugar de culto que, como se sabe en otras ciudades griegas, aparecen con frecuencia marcando los confines territoriales de las mismas.
Uno de los elementos claves de Ampurias fue su puerto; habida cuenta de la innata vocación comercial que la ciudad tiene desde sus más remotos orígenes. Así escribió Tito Livio:
“ La causa de que saliesen ( # Emporitanos ) era ésta : Los hispanos, desconocedores de las cosas del mar, gustaban del comercio con aquéllos y ellos mismos deseaban no sólo adquirir todas aquellas cosas exóticas que trajesen los barcos sino además dar salida a los productos de sus campos. “
Tito Livio “ barre para casa “….No es verdad que los hispanos fueran desconocedores de las cosas de la mar; pues conocían perfectamente las costas norteafricanas y sabían cómo engolfarse por el Atlántico, hacia las costas del Senegal y de la Guinea; siendo reclamados por potencias como Roma, Carthago o Egipto ( También para el arte de la guerra )
Con todo, las opiniones se han diversificado :
- Hay quienes piensan que se encontraría este puerto al norte de la ciudad, en torno a la desembocadura del Río Fluviá
- Quienes, por el contrario, tienden a situarlo al sur; en todo caso, a partir al menos del siglo II a.C. la zona de la Playa de Riells y la Clota Petisa y la Clota Grosa, a unos 10 kilómetros al sur de Emporion parecen haber sido utilizadas también como zonas portuarias.
Al este de la ciudad sigue existiendo un luengo muro, que parece fechado hacia el siglo II a.C. y que ha sido interpretado como muelle o malecón; o con mayor probabilidad, como rompeolas.
En la Hélade, la moneda tenía, además de su evidente servicio económico, un significado más profundo ya que no sólo certifica la autarquía económica de la ciudad y su independencia política, sino que además, mediante los símbolos y emblemas representados en ella, proclama a los cuatro vientos su existencia misma. Es probable que, a partir de la mitad del siglo V o poco después, Emporion comience la acuñación de pequeñas monedas de plata, sin epígrafe alguno, y muy semejantes a las que por aquella época acuñaba su hermana Massalía. Quizá a partir del último cuarto del mismo siglo se inician las acuñaciones con el epígrafe EM o EMII; abreviatura EMIIOPITdN; es decir, “ de los emporitanos “. Poco a poco la moneda de Ampurias fue distanciándose de la massaliota, tanto en iconografía como en el valor elegido para su acuñación; esto es, desarrollo de círculos mercantiles diferentes. La moneda ampuritana va a encontrar inspiración para sus tipos en monedas del Sur Itálico y de Atenas. En torno a este periodo, las únicas acuñaciones son monedas en torno a los 0,94 gramos de peso. Será a fines del siglo IV a.C. cuando empiecen a aparecer monedas de mayor peso ( En torno a los 4,70 gramos ) tanto en Emporion como en Rode; son las llamadas-impropiamente-dracmas. Su patrón las aproxima a modelos contemporáneos gaditanos y su iconografía-caballo parado; divinidad tradicional ibérica-también las acerca a las regiones que comerciaban con el mundo púnico de Iberia, así como al de Sicilia y Carthago. El rótulo de las monedas en Emporion ya aparece completo y de Rhode surge una serie parecida, la primera que puede atribuirse sin duda a esta ciudad, con el rótulo POrHTON ( “ de los rodios “ )y, en lugar del caballo parado, una rosa abierta vista desde abajo. Será a partir de mediados del siglo III cuando Emporion inicie la acuñación de monedas con el Pegaso, si bien dentro del mismo patrón que ya había utilizado en el siglo IV aunque aparecerán divisores de menor peso; esta moneda será ampliamente imitada por las distintas etnias iberoceltas. Es posible que Ampurias siguiese acuñando moneda, aunque muy devaluada y de paupérrima calidad, hasta el siglo I a.C.
* La ciudad de Rode :
Aunque algunos autores no descartan que algunas de las monedas anepígrafas de las primeras emisiones ampuritanas pudieran corresponder a Rode, lo cierto es que las primeras monedas que aparecen asignadas a esta ciudad corresponden a fines del siglo IV a.C. Su acuñación posiblememente acabe en la misma época que la de Emporion.
Estrabón nos dice lo siguiente :
“ Allí se encuentra también Rode, un poblado perteneciente a los emporitanos, aunque algunos afirman que es fundación de los rodios. “
No obstante, la historiografía actual rechaza y muy mayoritariamente el origen rodio. Lo que se ha de ver es que no parece imposible el proceso de aparición de una ciudad frente a Ampurias, a tan sólo 17 kilómetros al norte de ella, y compartiendo el mismo entorno físico y natural definido por el Golfo de Rosas; el resultado de una acción consciente, tal vez promovida desde la propia costa marsellesa, que en esos años de la segunda mitad del siglo IV a.C. está consolidando su dominio costero sobre las costas del sur galo y del nordeste ibérico. Dentro del esquema comercial massaliota del siglo IV Rode constituye un papel diferente del de Emporion, que permitióle mantener una cierta autonomía con respecto a aquélla. En ambas ciudades se desarrollan en la misma época producciones artesanales, como las cerámicas de barniz negro, que presentan grandes semejanzas entre sí y distribuciones muy semejantes en la mayoría de los casos, lo que sugiere unos intereses compartidos o, incluso, una complementariedad de funciones; Emporion, quizás mayormente volcada hacia el control de su ya importante territorialidad y Rode como punta de lanza de las relaciones entre los centros griegos del Golfo de Rosas y del sur galo y Massalía, en función de sus mayores facilidades portuarias.
* Del auge a la decadencia de los helenos en la Iberia. Siglos IV-I a.C. :
Aparecen ya desarrolladas en este contexto las rutas de comunicación y comercio puestas en marcha ya desde el siglo V a.C. por las sociedades ibéricas del interior. La consecuencia de ello es la presencia de cerámicas helenas en regiones hasta eso momento prácticamente no afectadas por su presencia; como pueden ser muchos puntos de la Alta Andalucía, la Extremadura Leonesa y las dos Mesetas.
En 1990 tuvo lugar un hallazgo de lo que es, casi sin duda, un genuino almacén portuario destinado a la concentración de productos importados previos a su distribución hacia el interior ibérico. Se trata de una habitación cuadrangular, que forma parte de un conjunto de estancias, de difícil interpretación global ( Tal y como se acostumbra ahora…); que excavóse en el poblado de la Loma del Escorial ( Los Nietos; Cartagena ), junto a la Costa del Mar Menor. En esta estancia se hallaron ocho cráteras áticas de figuras rojas junto con varias ánforas ibéricas y otros grandes vasos de almacenamiento así como tres platos áticos de barniz negro. El conjunto se fecha a mediados del siglo IV a.C., aunque algunos de los artículos tienen una cronología algo anterior. Los paralelos directos de esas cráteras ( mismos temas, mismos talleres ) se hallan en las necrópolis de la Alta Andalucía ( Baza, Galera, Castellones de Ceal ), aunque también en Ampurias, y en algunos otros centros costeros ( Necrópolis de La Albufereta, Alicante ) y del interior ( El Cigarralejo, Murcia ) Mientras en el Sudeste se estiman más las cerámicas de barniz negro, siendo el cántaro la forma más popular, en la Alta Andalucía se prefieren cerámicas de figuras rojas, predominado las cráteras de campana y las copas, seguidas de páteras y cuencos de barniz negro. En buena medida, estas selecciones están relacionadas con los rituales funerarios; igualmente, determinados talleres y pintores áticos aparecen mucho más representados en la Península Ibérica que en cualquier otro lugar del Mediterráneo, lo que nos indica que esos comerciantes ya encaminan los productos del Ática hasta Iberia teniendo en cuenta cada vez más los gustos localistas.
Durante la primera mitad del siglo IV a.C., Ampurias sigue ostentando la hegemonía de parte del comercio con productos de la Hélade que afectaban a la España, aunque eso sí; en competencia con otros centros. Sin embargo, a partir de mediados del siglo IV a.C. la situación parece encontrarse en vías de cambio en todo el Occidente Mediterráneo y de ello seguramente va a tener su influencia en el ulterior desarrollo del comercio emporitano. Se ha aducido en alguna ocasión al Segundo Tratado Romano-Cartaginés sobre el desarrollo comercial helenístico en Iberia; este tratado se fecha en el 348 a.C. e implica a Roma y a sus aliados y a Carthago y a sus aliados y establece determinadas restricciones mercantiles. Algunas cláusulas del contrato, recogidas por Polibio, son las siguientes :
“ Que los romanos no recojan botín más allá del Cabo Hermoso, de Mastia ni de Tarseyo, que no comercien en tales regiones ni funden ciudades….Si un romano recoge agua o provisiones de un país dominado por los cartagineses, que este aprovisionamiento no sirva para perjudicar a nadie de aquéllos que están en paz y amistad con los cartagineses. Y que lo mismo haga el cartaginés….Que ningún romano comercie ni funde ciudad alguna, ni tan siquiera fondee en África o en Cerdeña, a no ser para recoger provisiones o para reparar una nave. Si un temporal le lleva hasta allí, que se marche al cabo de cinco días. “
Ya en aquella época estaba establecida ( Se supone que de más anteriormente ) la alianza de los massaliotas con Roma.
El siglo IV a.C. ve el auge del comercio emporitano con el mundo ibérico cuando el inicio de la integración de esa ciudad en la órbita massaliota; siquiera desde un punto de vista político. Los productos áticos, básicamente vajilla de mesa, ampliamente utilizada asimismo en los rituales funerarios íberos, van siendo sustituidos por otras cerámicas de barniz negro de producción occidental, realizadas bien en la Italia, bien en el Sur de la Galia, bien en la Iberia dentro de Emporion o Rode. Su distribución, aunque centrada básicamente en el nordeste iberocéltico, va a alcanzar hasta la región del Cabo de Palos, apenas sobrepasando dicho hito hacia el sur, lo que sugeriría que el mismo se había convertido en un término importante dentro de una dinámica de reparto de áreas de influencia iniciada de forma clara con la irrupción del Segundo Tratado Románico-Cartaginés. Estas producciones cerámicas, de las que se conocen varios talleres ( “ taller de las páteras de tres palmetas radiales “, “ taller de NIKIA-IWN.C “, etc. ) han sido interpretadas como un periodo relativamente autárquico en el abastecimiento de la cerámica fina de mesa a la costa iberomediterránea. La cronología de estos talleres abarca, básicamente, los tres primeros cuartos del siglo III a.C. y la difusión de sus productos atestigua la continuación, en este siglo, del comercio llevado a cabo desde la Ampurias.
No obstante, los acontecimientos de la política internacional de la época se van precipitando. Roma va poco a poco haciéndose con el control de la Península de los Italianos; Carthago va estableciendo un dominio cada vez más férreo sobre la Sicilia Occidental. El estallido de la primera Guerra Púnica, una guerra larga, cruel y costosa, va haciendo de Roma y de Carthago los protagonistas del momento. Cuando, tras la derrota del poderío cartaginés en esa guerra, Amílcar Barka desembarque en Cádiz en el 237 a.C. acompañado de su hijo, el jovenzuelo Aníbal, la Historia tomará un nuevo curso. Hasta la toma del poder por éste último, en el año 221 a.C. los hijos de Carthago se irán haciendo con el control del Interior Ibérico, aunque ya el yerno y sucesor de Amílcar, Asdrúbal, habría renegociado con los romanos los respectivos lindes de sus áreas de influencia, situándolos en el Río Ebro ( Esto es, de Hibervs; Río de Íberos ) y estableciendo, en torno a la Mastia que, hasta entonces había servido como límite de las pretensiones cartaginesas, una Nueva Carthago. Con el inicio del dominio de Aníbal, las cosas cambiarían pronto y fueron, una vez más, los griegos que habitaban en la Iberia quienes dieron la voz de alarma. El escritor helénico Apiano escribió, a este propósito, lo siguiente :
“ Los saguntinos, colonos oriundos de Zacinto, que viven a mitad de camino entre los Pirineos y el río Ebro y todos los restantes griegos que habitaban en las proximidades del llamado Emporion y en cualquier otro lugar de Iberia, temiendo por su seguridad personal, enviaron embajadores a Roma. “
La disputa en torno a Sagunto, que los griegos consideraban como su colonia, proporcionó un grave pretexto para el estallido de la Segunda Guerra Púnica. El eco de esta situación debió de llegar hasta la propia Emporion, que quizás temiendo un ataque por parte de Aníbal en su marcha hacia el Norte, realizó una serie de modificaciones en sus murallas del siglo IV a.C. para aumentar su efectividad, tal y como han revelado las excavaciones arqueológicas. Con todo, Aníbal dio un rodeo y no pasó por las proximidades de la ciudad helenística, con lo cual evitó retrasos innecesarios; aumentando el factor de la sorpresa. La reacción romana no se hizo esperar y, mientras se libraban las primeras batallas en itálico solar, Roma preparaba su contraataque en Hispania y Ampurias fue el lugar elegido para cortar la retaguardia de Aníbal; era el año 218 a.C. y Tito Livio así nos lo dejó por escrito :
“ Mientras esto sucedía en Italia, Cneo Cornelio Escipión, enviado a Hispania con una flota y un ejército, marchó desde la desembocadura del río Ródano y tras bordear los montes Pirineos llegó a Ampurias con la escuadra. Allí desembarcó al ejército y comenzando por los lacetanos sometió al poder de Roma toda la costa hasta el río Ebro en parte renovando las alianzas y en parte estableciendo otras nuevas. “
Emporion volvería a prestar un inestimable servicio a los romanos, cuando después de una sublevación general de los hispanos en la Provincia Citerior, la ciudad vuelve a ser utilizada para iniciar la reconquista de la provincia. Así, en el 195 a.C. desembarcó en su puerto el Cónsul M. Porcio Catón, después de haber desalojado de Rosas a una guarnición de nativos ibéricos insurgentes. Tito Livio, que utiliza como fuente la obra histórica que el propio Catón escribió, nos proporciona una descripción de primera mano de la ciudad a principios del III a.C. :
“ Todavía en aquella época Emporias estaba formada por dos poblaciones separadas por una muralla. Una estaba habitada por griegos oriundos de Focea como los masilienses, y la otra por hispanos. Pero la parte griega, que daba al mar, tenía una muralla cuyo perímetro no llegaba en total a los cuatrocientos pasos, mientras que la muralla de los hispanos, más alejada del mar, tenía una circunferencia de tres mil pasos….Quien los observara entonces, se preguntaría extrañado qué era lo que defendía, pues por un lado estaba el mar abierto y por otro tenían delante un pueblo tan fiero y belicoso como el hispano. El guardián de su débil posición era la disciplina, que el miedo obliga a mantener cuando se está rodeado por otros más fuertes. Tenían muy bien fortificada la parte de la muralla que daba al campo, y por aquel lado solamente habían puesto una parte en la que siempre había alguno de los magistrados de guardia permanente. Durante la noche, una tercera parte de los ciudadanos vigilaba en las murallas; y no lo hacían sólo por hábito o por obligación, sino que ponían tanto cuidado en los turnos de centinela y en las rondas como si el enemigo estuviera a las puertas. No dejaban entrar en la ciudad a ningún hispano, ni tampoco salían ellos mismos sin una buena razón. La salida hacia el mar era libre para todos….”
El desembarco del 218 a.C. y las campañas de Catón del 195 a.C. marcan pues el inicio de la presencia románica en España y muy pronto el marco político-económico que los griegos habían ido desarrollando en estas tierras se modificará radicalmente al introducir los romanos su administración provincial, unida a las políticas colonizadoras ( Empezando por el asentamiento de muchos veteranos de las Legiones ) Podría estimarse que, salvo en el Golfo de Rosas, la presencia helénica se diluye dentro del fenómeno de la “ romanización “, quedando como mucho algunos topónimos o algunos elementos de identificación paisajística aprovechados por los hijos de Roma. Por lo que se refiere a Ampurias, el surgimiento ya en el siglo II a.C. de un asentamiento poblado por itálicos en el Altiplano Oeste de la NeaPolis irá haciendo perder importancia a la antigua ciudad de la Hélade en la Piel de Toro, por más que haya un último momento de monumentalización de la ciudad. Así pues, cabe decirse que el carácter griego de Ampurias se mantuvo hasta bien entrada la época imperial de Roma y lo cierto es que la ciudad fue asumiendo, cada vez más, un aspecto totalmente románico. El 218 a.C., fecha del desembarco romano en Emporion, marca así, el inicio del final de una historia multisecular entre la Hélade y la Piel de Toro.
A modo de conclusión, podríamos plantearnos lo siguiente….
Resulta que hasta la mismísima historiografía franquista y constitucional, nos vienen diciendo que todos han venido aquí a civilizarnos, desde los fenicios hasta los árabes; sugiriendo, quizás, que los pueblos hispanos somos incapaces por nosotros mismos….¿ No sería que venían hacia la Piel de Toro atraídos por las civilizaciones ya asentadas….? Todo esto realmente pertenece a una ideología, muy amparada en el liberalismo y sus variadas formas ( Marxismo incluido ) para ridiculizar nuestra tierra. El tema “ civilizatorio “ fenicio se vuelve a repetir en Al Andalus, mintiendo, exagerando, manipulando, tergiversando…Al fin y al cabo, intentando argumentar para que el hispano de a pie vaya creciendo desde pequeño mentalizándose de que no puede tener orgullo más que por que los otros le enseñaron ( Y mientras más semitas o kamitas sean mejor para el caso ) Sobre la grandeza de la civilización ibérica fue Adolf Schulten un gran enamorado.No cabe duda de que Tartessos ( Legendaria Historia ) fue polo de atracción para los comerciantes fenicios y a posteriori para los griegos. Riqueza en todos los sentidos; comercio, minería, cierta industria, civilización….Y no cabe duda de esa vivacidad legendaria; pues son los mismos griegos los que sitúan parte de su propia mitología en estas aguerridas tierras.
Espero pues, con mis escritos, a pesar de la injusticia provocada por las carencias de la totalidad de la Historia y de lo que la síntesis en sí misma encierra, haber interesado al lector con mi humilde investigación sobre este aspecto tan emocionante de nuestra Historia de la Antigüedad.
He dicho.
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