Re: Un estudio asegura que los primeros celtas provenían de la península Ibérica.
Yo he fumado cigarrillos de la marca "Celtas", la cajetilla era azul, carecían de filtro, el tabaco era negro, y solía contener unas estacas que cuando se incineraban rompían hasta el papel, eso si no acababan apagando el cigarro, y recuerdo que una cajetilla costaba "un duro", es decir, 5 pesetas que traducidas a euros son 0'03 céntimos de €. Este era el tabaco típico de los obreros y campesinos. Con posterioridad "se modernizaron" añadiéndoles filtro y sacando una cajetilla en tonos dorados.
La alternativa en tabaco rubio era "Bisontes", con una representación de uno de estos animales de las que hay en Altamira, y más o menos era lo mismo, sólo que en rubio. Picaban más en la lengua mientras que los otros te "apuñalaban" los pulmones, y era un tabaco más propio de estudiantes.
Última edición por Valmadian; 29/10/2010 a las 22:06
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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