Elche muestra el lado más oscuro de las clases bajas romanas



Un equipo de expertos dirigidos por el arqueólogo y profesor de Historia Antigua de la Universidad de Alicante (UA), Jaime Molina, ha concluido este año los trabajos arqueológicos y de restauración de una granja romana del siglo I a.C. y de una ermita construida en el siglo XVII en el parque natural del Cabezo-Clot de Galvany (Elche).
Los investigadores iniciaron las excavaciones en 1997 y las finalizaron en el año 2009, pero el estudio quedó paralizado por falta de financiación. Finalmente, este año se han musealizado los espacios, según explican desde la UA. La restauración y puesta en valor del yacimiento arqueológico de El Cabezo-Clot de Galvany se inauguró el pasado jueves 6 de noviembre.


El objetivo de los trabajos, según las mismas fuentes, era poner en relación el patrimonio cultural con su entorno del paraje natural, promocionar de manera didáctica los valores paisajísticos, naturales y culturales del yacimiento y potenciar el respeto por el patrimonio cultural y natural. Pero también de difundir los modos de vida de una comunidad agrícola en un área periférica de la colonia de Ilici y su posterior ocupación por una estructura religiosa a partir del siglo XVII. Dicho de otro modo, y según define el propio Jaime Molina, se trataba de dar visibilidad “lado oscuro y casi invisible de la Roma de las clases campesinas y más desfavorecidas”.

Granja Romana. El profesor Molina explica que no es habitual encontrar y excavar estructuras de este tipo porque se presta más atención a las grandes villas o estructuras urbanas. Su importancia histórica reside en que en este asentamiento campesino romano vivía la mayor parte de la población de extracción social baja. Se trata de una granja unifamiliar periférica de época romana, pero con una planta de tradición indígena, lo que indica un grado de romanización relativo de sus habitantes. Se estructura como un edificio de planta rectangular con tres ambientes precedidos de un pórtico en su fachada oriental.
Ermita del siglo XVII. Su importancia radica en que no hay constancia documental de su existencia en los archivos de Elche. Es una ermita de las más antiguas constatadas en el territorio ilicitano alejado del casco urbano. Está dispuesta sobre las estructuras romanas, y aprovechando sus piedras y cimentaciones. Destaca su ubicación en el cruce de caminos que llevaba de Elche al Carabasí, por un lado, y de Alicante a Santa Pola, por otro.
Los promotores del proyecto son el Ayuntamiento de Elche y Aigues d’Elx (Grupo Agbar). La revista científica Sagvntvmva a publicar el estudio del asentamiento campesino.
*Imagen virtual: Daniel Tejerina y Jaime Molina. Fotografías de la excavación de Jaime Molina.

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