Los gladiadores de Hispania se formaban en Corduba



La cantidad de epígrafes funerarios surgidos cerca del anfiteatro hace pensar que la única escuela de la provincia estaba aquí


A nadie se le escapa que Corduba tuvo un gran peso específico en la antigua Roma, hasta el punto de que la Colonia Patricia trató de ser un calco de la Urbe en todos los sentidos: desde el estilo de vida, hasta las modas que llegaban casi de inmediato, el nivel de vida de sus habitantes y, por supuesto, las diversiones.
Eso era algo que se sospechaba desde el punto de vista arqueológico desde hace más de 14 años, puesto que todo apuntaba a que la vieja Córdoba romana contaba con los tres grandes edificios de espectáculos propios de la capital itálica: teatro, circo y anfiteatro. En éste último se llevaban a cabo los espectáculos sangrientos que eran muy del gusto de la romanidad y allí se llegaron a celebrar fastuosos juegos gladiatorios y carreras con un coste nada desdeñable de 400.000 sestercios.


Epígrafes funerarios
Pues bien, su localización arqueológica en el vicus occidental de la ciudad sirvió para dar sentido a la importante colección de epígrafes funerarios de gladiadores que se fueron documentado en el siglo XX en las calles adyacentes a ese edificio. Son una quincena de estelas que suponen el 80% de los conocidos en Hispania y convierten a la Colonia Patricia en la ciudad romana con más ejemplos de este tipo de todo el Imperio, tras la propia Roma.

Se trata de dedicatorias que supuestamente pertenecen a figuras destacadas de la lucha de gladiadores, con fervientes seguidores entre el público (del estilo con lo que hoy ocurre con Messi, Ronaldo o Koke en el fútbol) y que llegaron a tener la suficiente solvencia como para costearse una estela, y eso sólo puede indicar que formaban parte de un equipo o ludus de prestigio. También los había que se lo costeaban otros familiares de sangre o sus compañeros de oficio, que formaban la familia gladiatoria.
Todo ellos ha llevado a pensar que la antigua Córdoba romana bien podría haber acogido la única escuela de gladiadores (ludus Hispanicus) de la que, hasta la fecha, se tienen noticias en Hispania, según se desprende de un estudio elaborado en 2010 por los profesores de la UCO y arqueólogos Desiderio Vaquerizo y Juan Francisco Murillo, al que ha tenido acceso este periódico.

No en balde, esa escuela mencionada en documentos de la época, se pensó en principio que estaba ubicada en Tarraco, pero la cantidad de epígrafes aparecidos en Córdoba (que actualmente se encuentran almacenados en el Silo) refuerzan la sede cordobesa, amén de que en la ciudad trabajó un doctor retiariorum (un maestro en el arte de la lucha con red) de nombre Cursor.

Por cierto que si alguien tiene curiosidad, la media de vida de los gladiadores cordobeses, de procedencias muy variadas y diversas, se quedaba en los 27 años.

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