El reino de Mallorca
Por Pedro Martínez Priede
Nuestro Reino de Mallorca visto por el nacionalismo catalán.
Estudio de una falsificación.
Resumen del estudio publicado con el título: “Nacionalismo catalán. Una gran farsa”.
Frecuentemente escuchamos falsedades sobre nuestra antigua lengua, nuestra antigua historia y nuestra cultura. Por ejemplo, es frecuente escuchar y estudiar que los catalanes nos trajeron su lengua con las tropas que llegaron con Jaime I, rey de Aragón, en 1229. Sin embargo eso es falso.
Por ello es necesario que los baleares sepamos defendernos y sepamos responder ante tales falsedades.
1º.- En primer lugar hemos de tener bien claro que Cataluña no existió como ente territorial hasta Jaime I y posteriormente a la conquista de Mallorca, y como unidad político-administrativa hasta 1521, bajo el reinado de Carlos I, donde alcanza la categoría social de principado –que no de reino- trescientos años después de la conquista del reino de Mallorca. Además, la categoría política de principado implica inherentemente el nombramiento de un príncipe, y el título de príncipe de Cataluña ni existe ni ha existido nunca.
2º.- Cuando Jaime I invadió el reino de Mallorca, lo que hoy llamamos Cataluña eran condados independientes unos de otros. Por aquel entonces el condado de Barcelona estaba integrado en la corona de Aragón desde Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona, que fue rey consorte de Petronila, reina de Aragón, (tal como hoy es ‘rey’ de Inglaterra el marido de la reina de Inglaterra). De hecho, a partir de aquel momento, el título de conde de Barcelona pasó a la casa real de la corona de Aragón. Titulo de conde –que no de rey- que todavía conserva hoy en propiedad la corona de España. Por aquel entonces el resto de los condados eran TODOS ELLOS FEUDOS DE FRANCIA, conocidos como Marca Hispánica (‘Marca’ significaba tierra fronteriza) y fijémonos bien que se llamaba "Hispánica" y no Marca Catalana. También se llamaban condados Carolingios porque tomaban dicho nombre del rey de Francia, Carlomagno. Todos ellos ayudaron a Jaime I en la lucha contra el reino musulmán de Mallorca. Ayudaron como condados independientes unos de otros, no como Cataluña, ya que como hemos dicho antes, Cataluña no existía como hecho político.
3º.- Por el Tratado de Corbeil, firmado entre nuestro rey Jaime I y el rey de Francia Luis IX el Santo, en 1258, parte de esos condados pasaron a engrosar la corona de Aragón. El rey de Francia pudo cederlos porque eran suyos, ya que de no haber sido feudatarios de Francia, LUIS IX NO HUBIERA PODIDO CEDERLOS A ARAGÓN. (Pura lógica). Nótese que esta cesión del rey de Francia al rey de Aragón se produce veintinueve años después de la conquista de Mallorca, es decir, que el reino de Mallorca se incorpora a la corona de Aragón casi treinta años antes que el territorio que hoy denominamos Cataluña, con la excepción del condado de Barcelona, que ya estaba incorporado como condado –no como reino- a la corona de Aragón.
4º.- En 1229 llega Jaime I con gentes de diverso origen: condes, nobles, vasallos y soldados mercenarios. Muchas de estas gentes se dedicaban a la guerra como modo de vida y acudieron a la llamada de una Bula del Papa Gregorio IX PROCLAMADA POR TODA EUROPA para desterrar el islam de las Islas.
5º.- Por el ‘Llibre del repartiment’, en el que consta el reparto de tierras que por derecho de conquista dispuso Jaime I a los diversos hombres de la nobleza que habían tomado parte en la batalla, podemos conocer documentalmente la gran diversidad de pueblos que ayudaron a Jaime I en la guerra, despejando la falsedad de que el único condado que ayudó fue el condado de Barcelona. (De Cataluña, nada)
Nos dice el Llibre del repartiment que se repartieron tierras a gentes de Montpellier, de Marsella, de Jaca, de Tortosa, de Castellón, de Navarra, de Manresa, de Narbona, de Perpiñán, del condado de Ribagorza, de Toscana, del Rossellón, de Portugal, Provenzales, Judíos y otras gentes del mismo Mallorca, caballeros Templarios, etc. etc., (de conquista catalano-aragonesa, nada de nada). Después la gran mayoría de ellos vendieron a la población autóctona las tierras que les cedió el rey y regresaron a sus países de origen. Tenían grandes gastos de mantenimiento de castillos, caballerías, pajes y criados y prefirieron mejorar su economía antes que disponer de tierras en la lejanía de Mallorca. De los 806 agraciados que figuran en el Llibre, tan sólo 190 (el 25%) eran originarios del territorio que hoy denominamos Cataluña.
6º.- En la actualidad el 72,75% de los apellidos de los aquí residentes demuestra que no son de origen balear ni catalán, debido a la fuerte inmigración habida desde los años sesenta del siglo XX. Y del resto de apellidos, hay una considerable diferencia en cuanto a los habitantes de Baleares con apellidos propiamente típicos de las islas, siendo el 21,95% de origen exclusivo balear frente al 5,3% que son de origen catalán, y esto teniendo en cuenta, además, que el número de apellidos catalanes es muy superior al de los isleños. A su vez, en cuanto a la procedencia de los nombres, hemos de señalar que los nombres catalanes son de origen germánico en un 70%, ya que Cataluña fue repoblada por godos primero y visigodos después; en un 20% del latín, 10% del griego y sólo en un 5% del hebreo. Por contra los nombres baleáricos actuales derivan de los antiguos nombres del reino de Mallorca y proceden en un 48% del hebreo, y el resto se divide a partes iguales entre latín, griego y otras procedencias. (Hay en el interior del estudio prolijos listados de nombres y apellidos, bien datados en cuanto a su procedencia –algo nada difícil de realizar hoy en día- y contrastados sobre los 400.000 nombres de la totalidad de la guía telefónica).
Extracto del texto:
“Ahora, para conocimiento general, regocijo y propia estimación de los indígenas de Baleares, (digo indígenas y no nativos, porque nativo lo es cualquiera que haya nacido en Baleares lleve el apellido que lleve; mientras que indígena es aquél que además de haber nacido en Baleares lleva apellidos propios o típicos de aquí) , éstos son los apellidos propios y típicos de su tierra.”
ABRAHAM, ABRINAS, ABRINES, ADROVER, AGUILÓ, ALBERTÍ, ALBONS, ALCINA, ALEMAÑY, ALEÑÀ, ALEÑAR, ALOMAR, ALORDA, ALOU, ALOY, ALZAMORA, ALZINA, AMEL·LER, AMENGUAL, AMER, ANTICH, ARABÍ, ARBONA, ARROM, ARTIGUES, AVELLÀ.
BAGUR, BALANZAT, BALEA, BALLE, BARBER, BARCELÓ, BATLE, BAUZÀ, BENNASAR, BENNASER, BENNASSAR, BENNASSER, BERGAS, BESTARD, BIBILONI, BINIMELIS, BISQUERRA, BOLANCER, BONED, BONNET, BONNIN, BORDOY, BOVER, BOYERAS, BRIL, BRONDO, BUADES, BUCHENS, BUJOSA, BUÑOLA, BURDILS, BURGUERA.
CABANELLAS, CABOT, CABRER, CAIMARI, CALAFAT, CALDENTEY, CAMPANER, CAMPINS, CAMPOMAR, CANAVES, CANTALLOPS, CANTARELLAS, CANYELLAS, CAÑELLAS, CAPELLÍ, CAPLLONCH, CAPÓ, CARBONER, CARDELL, CARO, CASSELLAS, CASSANYES, CASSAÑES, CATANY, CATAÑY, CAULÉS, CABALLER, CAYMARÍS, CERDÀ, CERDÓ, CIFRE, CIRER, CIREROL, CLADERA, CLAR, CLEMENTS, CLOQUELL, CLOQUELLS, COLOM, COLOMAR, COLOMBÀS, COMPAÑY, CONTESTÍ, CORRÓ, COTONER, COVAS, CRESPÍ, CRUELLAS, CRUELLES.
DAMETO, DARDER, DAVIU, DEYA, DEZCALLAR, DOLS, DOMENGE.
ENSENYAT, ENSEÑAT, ESCALAS, ESCANDELL, ESCANELLAS, ESCAÑELLAS, ESCANELLES, ESPASAS, ESPASES, ESPUCH, ESTADE, ESTADES, ESTARÀS, ESTARELLA, ESTARELLAS, ESTELRICH, ESTEVA, ESTRADAS, ESTRADES, ESTRANY, ESTRAÑY.
FALCONER, FANALS, FANER, FAR, FEBRÉ, FEBRER, FELANI, FELANY, FEMENÍA, FEMENÍAS, FERRÀ, FERRAGUT, FERRIOL, FERRUTJÀ, FERRUTXÉ, FIOL, FLAQUER, FLEXA, FLEXAS, FLORIT, FLUXÀ, FOGUER, FONOLLAR, FONOLLÀS, FONTANER, FONTIRROIG, FORNARI, FORNARIS, FORNÉS, FORTEZA, FORTUÑY, FRAU, FRONTERA, FULLANA, FUSTER.
GALMÉS, GAMUNDÍ, GARAU, GARCÍAS, GARÍ, GAYÀ, GELABERT, GENESTAR, GENOVARD, GENOVART, GINARD, GINART, GINESTRA, GIRART, GISCAFRE, GOMILA, GOÑALONS, GORDIOLA, GORNALS, GORNÉS, GOST, GRAUCHES, GRECH, GRIMALT, GUASP, GUISCAFRE, GUISOL.
HOMAR, HOMS, HORRAC, HORRACH.
ISERN.
JANER, JAUME, JUANEDA.
LLABRÉS, LLADÓ, LLADONET, LLAMBÍAS, LLANERAS, LLÍ, LLINÀS, LLITERAS, LLITERES, LLODRÀ, LLOFRIU, LLOMPART, LLUFRIU, LLULL.
MAIMÓ (ortografía catalana), MAIRATA (ortografía catalana), MANDILEGO, MANERA, MARÍ, MARROIG, MASCARÓ, MASSANET, MASSOT, MATAMALAS, MATEMALAS, MATEMALES, MATUTES, MAURA, MAYANS, MAYMÓ, MAYOL, MAYRATA, MELIÀ, MELIS, MENORCA, MERCADAL, MERCANT, MESQUIDA, MEZQUIDA, MOLL, MONJO, MONSERRAT, MONTCERDÀ, MONTIS, MORADÓ, MORAGUES, MORANTA, MOREY, MORLÀ, MORRO, MUDOY, MULET, MUNAR, MUNTANER, MUT.
NICOLAU, NIELL, NIGORRA.
OBRADOR, OLEZA, OLIVER, OLIVÉS / OLIVES, OLLERS, OMAR, OMS, ORDINA, ORDINAS, ORELL, ORFILA, ORRACH.
PALERM, PALLICER, PALLISER, PALMER, PALOU, PANISA, PANIZA, PERTS, PARNELL, PARPAL, PASARIUS, PAX, PAYERAS, PEDRELLS, PERELLÓ, PERICÀS, PETRO, PICORNELL, PIERAS, PIRA, PIRIS, PIZÀ, PLANELLS, PLANISI, PLOMER, PLOVINS, POL, POMAR, PONCELL, PONS, PONSELL, PORQUER, PROHENS, PUIGROS, PUIGSERVER.
QUADRADO, QUÉS, QUETGLAS, QUETGLES.
RADO, RAFAL, RAMIS, RAMONELL, REBASA, REBASSA, REINÉS, REUS, REYNÉS, RIBER, RIGO, RIUDAVETS, RIUSEC, RIUSECH, RIUTORD, RIUTORT, ROSSELLÓ, ROSSIÑOL, ROTGER, RULLÀN.
SAGRERA, SAGRERAS, SALETAS, SALLENS, SALLERAS, SALOM, SALORD, SALORT, SALVÀ, SAMPOL, SANSÓ, SANTANDREU, SARD, SART, SASTRE, SBERT, SEGUÍ, SERVERA, SIMONET, SINTAS, SINTES, SIQUIER, SIRER, SITJAR, SOBERATS, SOCÍAS, SOLIVELLAS, SOREL, SORELL, SUAU, SUÑER, SUREDA.
TABERNER, TALAYA, TARONGÍ, TARONJÍ, TAULER, TERRASA, TERRASSA, TIMONER, TORRANDELL, TORRELLÓ, TORRENS, TORTELL, TORTELLA, TOUS, TRAMULLAS, TRIAY, TROBAT, TRUYOL, TRUYOLS, TUDURÍ / TUDURI, TUGORES, TUR, TURNER, TUTZÓ.
VADELL, VALCANERAS, VALENS, VALLCANERAS, VALLDEPADRINAS, VALLDEPERA, VALLESPIR, VALLORI, VANRELL, VAQUER, VENTAYOL, VENY, VEÑY, VERD, VERDERA, VERGER, VICENS, VICH, VILLALONGA.
XIMELIS, XIMENIS, XUCGLÀ, XUCLÀ, XUMET.
ZAFORTEZA, ZANOGUERA.
Y ahora los propios y típicos de Cataluña:
ABAD, ABADIA, ADELL, ALAÑÀ, ALSINA, AMADÓ, AMETLLER, ANDREU, ANGLADA, ANGUERA, APARISI, ARAGÓ, ARBÓS, ARGILÉS, ARGUIMBAU, ARQUÉ, ARQUER, ARQUÉS, ARTIGAS.
BADIA, BALCELLS, BALSELLS, BAÑULS, BARDOLET, BARÓ, BASSA, BASTIDA, BATLLE, BENEJAM, BENET, BERGA, BERTRÀN, BESALDUCH, BLANCH, BLANES, BLEDA, BOFILL, BOHIGAS, BOIX, BONASTRE, BONET, BONMATÍ, BORONAT, BORRALLÓ, BORRÁS, BORRELL, BORRULL, BORT, BOSCH, BOU, BRINES, GRINGAS, BROTONS, BRUGUERA, BRULL, BRUNET, BUFÍ, BUILS, BURRELL, BUSQUETS.
CABALLÉ, CABALLER, CABANES, CALAFELL, CALBET, CALDES, CALLÍS, CALONGE, CALVET, CAMBRIL, CAMÍ, CAMINAL, CAMINALS, CAMPS, CANALS, CANET, CANUT, CAPDEVILA, CAPELLÀ, CARBÓ, CARDÚS, CARRÉ, CARRERÉ, CARRERÉS, CASADESÚS, CASADEVALL, CASAL, CASALS, CASAMITJANA, CASANOVA, CASANOVAS, CASAS, CASASNOVAS, CASAUS, CASELLAS, CASES, CASTANYER, CASTAÑÉ, CASTELLÀ, CASTELLS, CASTELLTORT, CATALÀ, CATEURA, CAUBET, CEBRIÀ, CENDRA, CENDRÓS, CENTELLAS, CENTELLES, CERVELLÓ, CIRERA, CLAPÉS, CLARAMUNT, CLEMENT, CLIMENT, CODINA, COLOMÉ, COLOMER, COLOMINA, COMA, COMAS, COMES, COMPTE, CONILL, CONTE, CONTELL, CORNELLA, COROMINAS, CORTELL, COVES, CREUS, CUGAT, CUNILL, CUNILLERA, CURSACH, CURULL, CUSÍ.
DALMAU, DOLZ, DOMENECH.
ESCALA, ESCUDER, ESPASA, ESPERT, ESQUERRA, ESTADELLA, ESTELLERS, ESTELLA, ESTELLES, ESTEVE.
FABRA, FABREGAS, FABREGAT, FABREGUES, FARRÉ, FARRÉS, FARRIOL, FALGUERAS, FELIU, FERRÁN, FERRADÍS, FERRADIZ, FERRANDO, FERRERA, FERRERAS, FERRERES, FERRERONS, FERRÍS, FERRIZ, FERRO, FIBLA, FIGUERA, FIGUERAS, FOLCH, FONOLLÀ, FONT, FONTANALS, FONTANELLA, FONTANET, FONTCUBERTA, FORCADA, FORCADAS, FORCADELL, FORCADES, FORNALS, FORNÀS, FORNELL, FORNELLS, FORNS, FORT, FORTUNY, FRADERA, FRANCH, FURIÓ.
GARRIGA, GASPAR, GATELL, GIBERT, GILI, GIRBAU, GIRONA, GIRONELL, GIRONELLA, GISBERT, GISPERT, GISTAU, GRAU, GUBERN, GUDIOL, GUILL, GUILLEM, GUIMERÀ, GUIRAL, GUIRAO.
HUGUET, HUMBERT.
JARDÍ, JOFRE, JULIÀ, JUNCADELLA.
LÉRIDA.
LLACER, LLAGOSTERA, LLAUGER, LLEDÓ, LLEONART, LLOBELL, LLOBERA, LLOBERAS, LLOBET, LLOBREGAT, LLOP, LLUCIÀ, LLUSÀ.
MACÍAS, MAGRINYÀ, MAGRE, MAJÓ, MALLEU, MALLOL, MANEU, MANRESA, MARCÉ, MARIMÓN, MARTORELL, MASANA, MASSANES, MASCÓ, MASDEU, MASÍA, MASIP, MASMIQUEL, MASSANA, MASSANAS, MASSIP, MASSÓ, MATARÓ, MATAS, MATEU, MERCADER, MERCÉ, MIR, MIRA, MIRALLAS, MIRET, MIRÓ, MISEROL, MOLINAS, MOLINER, MOLINS, MOLLA, MONCADA, MONCADAS, MONER, MONERRIS, MONFORT, MONROIG, MONROY, MONTAGUT, MONTANER, MONTBLANC, MONTBLANCH, MONFORT, MONTMANY, MONTOLIU, MONTROIG, MONTSERRAT, MORANO, MORÉ, MOREU, MOSQUERA, MUSOLAS, MUSOLES.
NEBOT, NEGRE, NOGUER, NOGUERA, NOGUEROL, NOGUEROLA, NOGUÉS, NOVELL, NOVELLA.
OLIVAR, ORS, ORTA, ORTELLS.
PAGES, PALAU, PALLARÉS, PALLAROLS, PALLAS, PARELLA, PARELLÓ, PARERA, PELLICER, PERERA, PERICH, PERIS, PIERA, PIJUAN, PLÀ, PLANAS, PLANES, PLANIOL, PONT, PORCEL, PORCELL, PORTELL, PORTELLA, PRADA, PRADAS, PRADES, PRAT, PRATS, PUCHE, PUIG, PUIGCERCÓS, PUIGDELLIVOL, PUIGDEMASA, PUIGDEMONT, PUIGDORFILA, PUIGFERRAT, PUIGROS, PUIGJANER, PUJADAS, PUJALS, PUJOL, PUJOLÀ, PUJULA, PURXET.
QUERAL, QUERALT, QUEROL, QUERT.
RABASA, RABASSA, RABELL, RAMÓN, RAMONEDA, RAMS, RAXACH, REIG, REIXACH, REVERT, REXACH, RIBA, RIBAL, RIBES, RIBÓ, RIPOLL, RIUDOMS, RIUS, ROCA, ROSELL, ROSELLÓ, ROSER, ROSES, ROSILLÓ, ROSIÑOL, ROSSELL, ROSSICH, ROSSINYOL, ROVELLADA, ROVIRA, RUBERT, RUBÍ, RUSSELL.
SALA, SALES, SALVAT, SAMPER, SAMPERE, SANS, SARDANS, SARRIÀ, SEGUÉS, SELLERS, SELLÉS, SENTMENAT, SERRA, SERRALTA, SERRAT, SERRATÓ, SERRATS, SERRES, SIMÓ, SIRVENT, SITGES, SITJAS, SITJES, SOLÉ, SOLER, SOTERAS, SUBIRÀ, SUBIRACHS, SUBIRANA, SUBIRATS, SUÑÉ.
TALLADA, TALTAVULL, TAMARIT, TARIBÓ, TARRADAS, TARRAFETA, TARRASA, TELLA, TERRADAS, TEIXIDÓ, TEIXIDOR, TOLOSA, TORELLÓ, TORNER, TORRA, TORRAS, TORRELLA, TORRENT, TORRENTS, TORT, TORTAJADA, TORTOLA, TORTOSA, TRENCHS, TREPAT, TRÍAS, TRULLOLS, TURÓ, TURRÓ.
UBACH, UMBERT, URGELL.
VALENTÍ, VALLBONA, VALLDEPERAS, VALLHONRAT, VALLS, VALLVERDÚ, VENDRELL, VERDAGUER, VIC, VILA, VILAFRANCA, VILANOVA, VILAPLANA, VILARASAU, VILARDELL, VILARET, VILARRODONA, VILAS, VILASECA, VILELLA, VILLACORTA, VILLAFRANCA, VILLANOVA, VINENT, VIÑALS, VIVAS, VIVER, VIVÓ.
Hemos encontrado también una serie de apellidos asentados en Baleares, que a unos los hemos tenido como propios de Baleares, y a otros como propios de Cataluña pero que resulta que no lo son; siendo los siguientes:
Propios y típicos de Valencia: ALEMANY, ARNAU, BALAGUER, BALLESTER, BELLVER, BERMELL, BISBAL, CARBONELL, CARDONA, CASTELL, CERVERA, COMPANY, ESTELA, FALCÓ, FONS, LLOPIS, MARCH, MESEGUER, MESTRE, MOSCARDÓ, PIQUER, PIQUERAS, ROMAGUERA, SABATER, TORRÓ.
Propios y típicos de Alicante: AMORÓS, BARDISA, BERENGUER, GUARDIOLA, MIRALLES, PICÓ.
Propios y típicos de Castellón: BELTRÁN, BERNAT, GUAL, TAURA.
Propios y típicos de Asturias: CARRIÓ.
Propios de Euskadi: CAMPOY, ISASI, SIMAL.
Propios y típicos de Aragón: PINA.
Propios y típicos de Castilla: AMADOR, CAMPOS, CANOVAS, CORTÉS, COSTA, DURÁN, ESTRADA, JUAN, MARQUÉS, MOYA (MOYÀ), MOYANO, PIÑA, ROLDÁN, SALAS, SEGURA, TORRES, VIDAL.
Propios de la vertiente mediterránea, es decir, que en toda esa zona la cantidad de personas que usan esos apellidos es tan homogénea, que resulta imposible deducir de donde es propio.
FERRER, MÁS, NADAL, PONS, ROIG.
7º.- De entre los que sobrevivieron al asalto a la fortaleza de Palma (ciudad que por aquel entonces era denominada por los árabes como Medina Mayurqa) pocos quedaron del condado de Barcelona, cuya habla era la propia del sur de Francia, y ninguna de sus derivaciones se llamaba catalán sino que su lengua era la lengua de Oc (Occitano) o Lemosín. Por lo tanto con tan reducido número de barceloneses, ninguna lengua aprendimos de ellos. Y en cuanto a la cultura no hay en toda Baleares un solo monumento del esplendoroso arte románico en Cataluña, que abarca los siglos XI, XII, XIII, XIV; es decir, que si la conquista se realizó antes de transcurrir el primer tercio del siglo XIII, los supuestos colonos o repobladores tuvieron casi doscientos años para edificar monumentos del excelente estilo románico; y sin embargo, caso insólito, no construyeron ni uno; ni tampoco en la zona agraria balear existe una sola construcción tan típica como la masía catalana. (Fotos comparativas en el libro mencionado). Extraña repoblación ésta, caso único en la Historia de la Humanidad.
8º.- La primera gramática del mallorquín se publica en 1835, no siendo hasta 1918, ochenta y tres años después, cuando Pompeu Fabra publica la primera gramática de la lengua catalana. El mallorquín procede del mismo tronco lingüístico que el catalán, con una gran similitud fonética entre ambos, de ahí que los hablantes mallorquines y catalanes se entiendan.
Como muy bien demuestra ‘El Llibre dels feyts del rey en Jacme’, (crónica de la conquista), Jaime I se entendió sin necesidad de intérprete con la gente principal autóctona de Mallorca, los cuales le prestaron todo su apoyo en el cerco y asalto a la ciudad de Palma en manos musulmanas. Por el acuerdo de la Pau de Castellitx, la población judeo/cristiana de Mallorca no luchó contra el invasor; por el contrario se alió con él para reintegrar el reino de Mallorca a la cristiandad. Por tanto el mallorquín no procede de la lengua traída por los catalanes. ¿O es que aquí sólo se hablaba árabe, cuando resulta que la población musulmana era una minoría? (Se le da el nombre de mallorquín a la lengua porque estamos hablando del reino de Mallorca, titulación que perduró hasta la primera república española en 1873. Hoy día es más apropiado hablar de lengua balear, pues la estructura lingüística es la misma en todas las Baleares, y a su vez muy distinta a la catalana.)
9º.-Hasta finales del siglo XVIII Barcelona no alcanza la extensión urbana de Palma de Mallorca, que desde tiempo inmemorial figuró siempre como una de las ciudades más importantes del Mediterráneo occidental. Y en época árabe la cuarta más importante del Emirato de Córdoba. En tiempos de la conquista, Palma de Mallorca (Medina Mayurqa) tenía una extensión de 110 hectáreas mientras que Barcelona, la ciudad más grande del reino de Aragón, apenas llegaba a 42. Los condados carolingios, que por ser peligrosa tierra de frontera con el islam –conocida en el reino de Francia como ‘Marca Hispánica’- siempre padecieron la despoblación, ¿podían no ya repoblar sino siquiera ser capaces de colonizar otro territorio?
10º.- Jamás existió un rey que firmase como rey de Barcelona o Cataluña.Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona, fue rey de Aragón, pero consorte, ya que la línea dinástica procedía de su mujer, Petronila, verdadera reina, pues era la hija del anterior rey de Aragón, Ramiro II; de hecho fue ella quien testó, no el rey consorte, y pasando el título de conde de Barcelona a la casa real de Aragón (como Letizia será en el futuro, si llega a reinar, reina de España, pero consorte, como Ramón Berenguer; lo cual no convierte su condado, si fuera condesa, en reino, ni a ella en algo así como Letizia I de España y V del reino de Santander, si es que fuese condesa de allí). Por eso mismo ningún rey firmó jamás con título de rey de Barcelona –se excusa decir Cataluña-; de hecho, el título de conde de Barcelona –que no rey- sigue vigente hoy en día. Jaime I firmaba con sus títulos de rey de Aragón, Valencia y Mallorca –pues estos últimos ya eran reinos antes de conquistarlos- conde de Barcelona y señor de Montpellier. ¿Qué reino de Cataluña es ése que nunca dio reyes?. Por eso los nacional-catalanistas se inventan la figura de los condes-reyes haciendo a los condados reinos (algo insólito en la Historia), que es como transmutar a los sargentos en coroneles o a los municipios en provincias o a las regiones en naciones políticas. Y no contentos con inventarse un reino, lo confederan, al denominar al reino de Aragón como confederación o corona catalano-aragonesa, que es como hablar no de los reinos de Navarra y Castilla, reinos realmente existentes en la Historia, sino de la corona o confederación vasco-navarra, o hablar de la conquista de América por la confederación extremeño-castellana, alegando los extremeños para esta última –y con más razón que los catalanes con respecto a Aragón, Mallorca y Valencia- que la conquista del Perú y México la realizaron Pizarro y Cortés y tantos otros nacidos en el territorio de Extremadura y no en el de la actual Castilla. O llamar a esa conquista ‘italo-española’ porque Colón (supuestamente) era genovés.
11º- Otra más de las muchas falsedades tan extendidas, y de obligado estudio en escuelas, institutos y universidades, versa sobre la señera catalana y la taimada sustitución del estandarte de tres palos -estandarte propio del reino de Mallorca- por la cuatribarrada “de Cataluña”, que para más inri era de Aragón, no de Cataluña, ya que dicha enseña le fue donada al padre de Jaime I, D. Pedro II, por el Papa Inocencio III, al renunciar el rey aragonés al derecho que tenía de nombrar obispos a su libre albedrío dentro de sus fronteras y traspasar ese derecho al Papa. Un extracto:
“Mucha tinta ha gastado el nacionalismo catalán para dar una explicación aceptablemente creíble al uso del estandarte del Reino y Corona de Aragón como propio de forma exclusiva.
Pero al ser todos los nacionalismos (y el catalán no se escapa de ello), ciegos y sordos a todo lo que no sean sus postulados, tienden a dar resbalones uno tras otro. Y el resbalón se lo pegaron cuando sin molestarse lo más mínimo en comprobar la veracidad de los datos, encontraron un libro de historia sobre Cataluña escrito en el siglo XV por Bernardo Boades, en donde éste relata que el Emperador de los Francos, Ludovico Pío, entrando en la tienda de Wifredo “el velloso”, súbdito y vasallo suyo, después de la batalla contra los normandos, mojó cuatro dedos en la sangre de la herida de éste, y pasándolos por encima de su escudo de guerra le dijo: “De hoy en adelante estas cuatro barras rojas serán tu insignia y sello.”
Como ya hemos dicho, no fueron los dogmáticos del catalanismo a indagar si se trataba de un relato romántico, de una fábula, y creyeron ese relato porque ello llenaba por completo sus aspiraciones nacionalistas. Resultando además con ese hecho romántico, que Cataluña había dado identidad al Reino y Corona de Aragón mediante “su” estandarte, al casarse el conde de Barcelona D. Ramón Berenguer IV con Doña Petronila reina de Aragón.
Pero, sin embargo, nada más lejos de la realidad y de la documentación fehaciente. Pues no aparece tal hecho (1) en los manuscritos de los cronistas del Emperador Ludovico Pío y sucesores, ni en los del monasterio de Ripoll. Ni se ha encontrado (y debería de existir) edificio o sepulcro de los Condes de Barcelona anterior al siglo XIII, con las dichas armas (escudo de cuatro palos rojos (gules) sobre fondo amarillo (oro)).Además, el romántico Bernardo Boades no tuvo en cuenta que, Wifredo “el velloso” no fue contemporáneo de Ludovico Pío, pues éste murió en el 840 y Wifredo nació en el 873.
Y como se ha demostrado y verificado que aquello era una fábula, rápidamente el nacionalismo catalán ha buscado otras excusas para no perder tan preciado botín. Y, ni cortos ni perezosos, van y pregonan por doquier que, “en las luchas que hubo para preservar la nacionalidad catalana contra la españolidad absolutista de Felipe IV primero y de Felipe V después, que, el Consejero D. Pedro Juan Rosell enarbolaba la “cuatribarrada” en la defensa de Tarragona asediada por el primero; y que el Consejero D. Rafael Casanova, hizo lo propio en la defensa de Barcelona asediada por el segundo”.
Pero la realidad histórica es, que tanto uno como otro Consejeros, la bandera que enarbolaron como distintivo de Cataluña y por la cual muchos catalanes derramaron su sangre, fue la bandera de Santa Eulalia, no la “cuatribarrada” que simbolizaba al Reino y Corona de Aragón, y que además era contra la cual estaban luchando. Hecho éste inmortalizado en la estatua que se conserva en el Salón de San Juan (Barcelona), donde se puede contemplar a Casanova puesto en pie, con la siniestra abrazando la señera de Santa Eulalia, y con la diestra empuñando una espada.”
La isla del silencio: Historia del reino de Mallorca y mentiras del nacionalismo catalán
La Iglesia es el poder supremo en lo espiritual, como el Estado lo es en el temporal.
Antonio Aparisi
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