Re: No supe que contestar
También es verdadera su fe para el chamán siberiano que invoca los espíritus de la taiga. Las afirmaciones realizadas por el sujeto en cuestión acerca de que la Iglesia no ha sido fundada por Dios, según la Historia, lo puede decir el tonto del pueblo, pues afirmaciones sin fundamento real las puede hacer cualquiera. En cambio, para que dichas afirmaciones puedan tener un cierto valor testimonial y no limitarse a un "a mi me parece que", cuya respuesta es ¿y tú quién eres?, hay que aportar nombres, títulos de obras, investigaciones, citas, textos concretos, entender de Historia de las religiones y de Teología y también conocer textos comparados.
Nadie en su sano juicio aceptaría una acusación de asesinato, todo el que se ve envuelto en alguno, hasta el mismísimo criminal, exige pruebas incuestionables, si no siempre quedará la duda de la acusación. ¿Por qué entonces hemos de admitir todas las imbecilidades que se les ocurren a los enemigos de Dios y de su Iglesia?
Dele un consejo, que se registre aquí y verá el repaso que se le da.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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