Hay muchos que aprovechan la coyuntura para descalificar a la Iglesia con el asunto de Somalia. Los datos de lo que está sucediendo son aterradores y muy ilustrativos de lo que es este Sistema Internacional, pues esta situación no es nada nueva, lleva mucho tiempo así sin que ningún Estado de la Comunidad Internacional, NIN-GU-NO, haya movido un dedo por ayudar a paliar esta inmensa tragedia. Ahora parece que algo se está moviendo, pese a que los medios de comunicación de masas no nos muestran la realidad no vaya a ser que se nos revuelvan las tripas cuando comemos. Mientras tanto, han sido algunas organizaciones las que han hecho lo que han podido, o se les ha dejado, --no olvidemos que Somalia es la tierra de los señores de la guerra y sus piratas que asaltan nuestros barcos--, por eso, sólo los Estados pueden intervenir en un Estado fallido y establecer las condiciones mínimas de seguridad y garantía para organizaciones y cooperantes, no vaya a ser que de otro modo los fondos destinados a las ayudas terminen en las zarpas de esas alimañas que antes mencionaba.
Si no fuera por ello, veamos qué haría la Iglesia Católica en Somalia si pudiera actuar y lo haremos por comparación:
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¿Y qué hacen tantas y tantas oenegés que reciben montañas de dinero en subvenciones también en comparación con la Iglesia? Hay que citar, hay que dar datos, pero sobre todo, ¡¡¡ tú, señor o señora criticón o criticona con la Iglesia Católica, ¿QUÉ HACES TÚ? ¿CON QUÉ CONTRIBUYES?, ¿con NADA? pues chitón, y ¡a callar!
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
Y además, las oenegés no son de fiar, porque suelen guardarse la mayor parte del dinero y las donaciones y es poco lo que llega de ayuda a los necesitados. Siempre es más seguro donar a Cáritas o alguna otra institución de la Iglesia. Las ONG no son otra cosa que una mala imitación, un sucedáneo de la verdadera caridad, un sustituto laico y pelagiano. No es caridad, sino mera filantropía o altruismo. No se hace por amor al prójimo sino por simple solidaridad o para hacer ver lo bueno que se es. No ven a Cristo en el prójimo necesitado.
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