El requeté y los protestantes. El carlismo en la fotografía
El requeté siempre tuvo especial interés en reprimir la práctica de las falsas religiones
No obstante, antes de entrar en su relato, conviene hacer una breve reseña histórica, y es que en 1936, según prosperaba el avance nacional, se iba recuperando la ortodoxia pública católica. Y al finalizar la misma, aun con más intensidad. Por eso, se practicaba la intolerancia con respecto a las falsas religiones, entre ellas, por supuesto, las diversas sectas protestantes. Sin embargo, con el fin de la II Guerra Mundial y el triunfo de los aliados, el Gobierno español abrió la mano, y entre otras cosas aprobó el Fuero de los Españoles (17 de julio de 1945), que establecía la libertad religiosa para las falsas religiones, si bien permitiendo solo el culto privado, sin manifestaciones públicas y sin posibilidad de hacer proselitismo. Con tal motivo se reabrieron o fundaron en España algunas Iglesias protestantes. A ello hay que añadir que ya en 1942 el obispo de Sevilla, Cardenal Pedro Segura y Sáenz (4 de diciembre de 1880- 8 de abril de 1957), había instado a tomar medidas contra la difusión del protestantismo.
Pintadas del requeté en capilla protestante de Figueras (1947)
El Carlismo siempre fue, y será (pues si no dejaría de ser carlismo) católico. Y por ello el requeté siempre tuvo especial interés en reprimir la práctica de las falsas religiones, que confunden a muchos y los llevan a la perdición de su alma. Por ello traemos aquí el relato de una de las actuaciones del requeté javierista en 1947.
En este contexto el requeté catalán adicto a don Javier como regente, desarrolló en 1947 una campaña en la que asaltaron el templo metodista que hoy se encuentra en la calle Tallers de Barcelona, e hicieron también pintadas en un templo de Figueras. La foto que acompaño a este artículo fue de esta última acción.
Igualmente, el domingo 21 de septiembre un grupo de requetés asaltó la capilla protestante de Granollers sin saber que en ese momento se estaba celebrando un acto, sorprendiéndoles que al entrar el pastor estaba leyendo una supuesta biblia, por lo que los requetés se acercaron a él para decirle que no consentirían ningún atentado contra la Unidad Católica, y menos después de la Cruzada, que se hizo precisamente para barrer los males y desastres de la república y la monarquía, entre ellos la permisión de la difusión del protestantismo. Al final, la capilla quedó inservible, del mismo modo que se destruyó la biblioteca que allí había, si bien, según los boletines javieristas de la época, no se perjudicó a ninguno de los asistentes que por error, ignorancia o curiosidad estaba allí, y que eran todos españoles, como el propio pastor, que era de Tarrasa.
https://www.tradicionviva.es/2022/03...la-fotografia/
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