Mucha onda calvinista estúpida de prosperidad, pero precisamente en Hispanoamérica se han extendido más los huevangélicos y similares entre los más bajos estrastos socio-económicos, por ser también los que menos formación tienen y ser por tanto presa más fácil. Y sin embargo siguen tan pobres como siempre. Los únicos que viven mejor son sus falsos pastores, claro, con sus promesas de prosperidad económica y sus intimidaciones para que les paguen diezmos y entreguen grandes donativos. Fariseos hipócritas que recorren mar y tierra para hacer un prosélito y luego lo hacen dos veces más reo del infierno (Mt.24:15). ¡Qué abominación! Hacer negocio a costa del Evangelio aprovechándose de la buena fe de la gente. ¡Dios los maldiga! Bien habló el Señor de lobos disfrazados de ovejas que en realidad son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis.