Gothico, vaya despiste el mío. Disculpa.
Gothico, vaya despiste el mío. Disculpa.
No creo que un lector mínimamente formado vaya a dejarse influenciar por dos comentarios liberaloides de Pío Moa. En conjunto, entiendo que el texto es positivo y demuestra que la instauración de una democracia liberal no ha supuesto ningún avance moral para España sino al contrario. Y eso, aunque no lo diga Moa, no se debe tan sólo a los gobiernos del PSOE, pues ha sido un proceso continuo e ininterrumpido, aunque no siempre a la misma velocidad.
Por tanto, sepamos examinar todo y quedarnos con lo bueno. Digo yo.
Por supuesto es una sugerencia. No pretendo discutir las facultades de los moderadores, que, de seguro, siempre obran con la mejor fe y hacen lo que creen más positivo para el foro.
Última edición por Cirujeda; 12/06/2007 a las 17:58 Razón: Completar respuesta.
"La Verdad os hará libres"
¿Se está queriendo decir que la legislación en sentido católico, bajo Franco, no tenía nada que ver en esa salud moral de los españoles de entonces? ¿Que el catolicismo no tenía nada que ver?Una excepción fue el franquismo, el cual estuvo profundamente influido por el catolicismo tradicional hasta su mismo fin, a pesar de las corrientes “modernizadoras” en auge. Y debe reconocerse que, en bastantes aspectos morales o relacionados con la moral, sus logros fueron notables. El nivel de delincuencia era proporcionalmente el más bajo, o uno de los más bajos, de Europa, y también el de gente encarcelada o el de suicidios. Había un problema de alcoholismo, pero poco acentuado, y escaso entre los jóvenes. El consumo de droga, extendido espectacularmente por Europa y Usa desde los años 60, apenas cuajó aquí entonces. Las cifras de violaciones, de asesinatos domésticos, de embarazos de adolescentes, eran ciertamente reducidas en proporción con el resto de Europa y con lo que ha llegado a pasar después en la misma España. No había policías privadas, ni existían los enormes negocios actuales de seguridad y protección de las propiedades… España pasó de ser uno de los países europeos con mayor mortalidad infantil durante la república a estar prácticamente en cabeza en su disminución; la esperanza de vida se puso al nivel de los más avanzados, solo por debajo de Suecia, Japón y quizá alguno más.
Comparados con la actualidad o con otros países europeos también eran muy bajos los índices de fracaso matrimonial y familiar, y de los duros y desequilibradores efectos que esos fracasos suelen tener en los hijos y en los propios cónyuges. No existía el divorcio, pero sí la separación, con índices asimismo pequeños. Para establecer el divorcio, sus partidarios argüían que había muchos cientos de miles matrimonios esperando ansiosamente la ley, pero cuando la ley se estableció la aprovecharon solo una pocas decenas de miles (esto no es un argumento contra la ley del divorcio, sí contra los embustes con que la defienden los “progresistas” –muy frecuentemente ateos--, como si la abundancia de divorcios fuese algo excelente, un síntoma de modernidad). Poco a poco al principio, aceleradamente luego, el fracaso matrimonial ha aumentado hasta hacerse masivo, conforme la sociedad se ha ido descristianizando; como también han crecido la droga, el alcoholismo, los embarazos de adolescentes, la delincuencia en general, el asesinato de mujeres a manos de sus parejas o cónyuges, o el número de presos (que se ha triplicado y aun sería mucho más abundante si las leyes no fueran tan comprensivas con los delincuentes y a menudo injustas con las víctimas).
Hubo otros logros a considerar para hacer comparaciones objetivas: el analfabetismo quedó prácticamente erradicado, la enseñanza superior comenzó a hacerse masiva, la creatividad cultural era seguramente superior a la de hoy (baste comparar a los principales escritores de entonces con los actuales, por decir algo), la enseñanza, aun si mediocre, no había alcanzado la degradación actual. Si por calidad de vida entendemos algo más que índices de consumo, la de España era bastante alta (Franco, un balance histórico). Faltaban las libertades políticas, pero, como observó Julián Marías y puede recordar cualquier persona desprejuiciada, había una gran libertad personal, algunos de cuyos aspectos mencionó Solzhenitsin para inmensa irritación de los progres de entonces.
Estos hechos, pues lo son, no constituyen un argumento en pro de un estado católico o de la vuelta al franquismo, desde el momento en que no son exclusivos de ellos. Pero sí conforman un argumento que impone la cautela, por lo menos, ante las alegrías ateoides y demagógicas tan en boga. Un estado laico y democrático, único concebible hoy, no debe echar por tierra los logros del pasado, sino reconocerlos y construir sobre ellos
Hipócrita…
“No era exclusivo de un estado católico”…
¿No?¿Entonces qué otro régimen no-católico o no-"dictatorial" de aquella época mantenía a su pueblo en esa misma o similar salud moral?
No nos lo dice el articulista reconvertido...
A lo mejor es que sí que era “exclusivo” de la España católica de Franco y del Portugal católico de Salazar…
Pero sí conforman un argumento que impone la cautela, por lo menos, ante las alegrías ateoides y demagógicas tan en boga.
Claro, cautela ante las alegrías ateoides y demagógicas (o sea, las alegrías del PSOE) … pero por supuesto ninguna cautela ante las alegrías liberales y peperas de sus lectores diarios…
Ni franquismo católico… ni ateísmo demagógico; pero sí el "término medio", los "moderados", el "buen sentido", la "cordura" = el PP (se sobreentiende).
Un estado laico y democrático, único concebible hoy, no debe echar por tierra los logros del pasado, sino reconocerlos y construir sobre ellos
Otro sofisma: pasa de las virtudes que se daban en el franquismo católico (virtudes que aparecieron por azar, generación espontánea o arte de magia; no por Franco, claro) al "estado laico y democrático" , presuponiendo que lo laico y lo democrático son un excelente caldo de cultivo, donde esos valores morales deben prosperar. Pero cuando él mismo reconoce que en la dictadura de Franco había mejor salud moral.
Y como si no supiéramos que es precisamente todo lo contrario, que los valores morales en un entorno laico se ahogan y tienden a desaparecer; y como si los Papas preconciliares no nos lo hubieran advertido.
¡¡Cuánto cinismo y desvergüenza!!
Pero veamos: si aquel sistema producía tan buenos frutos morales entonces, ¿por qué un sistema así no podría seguir produciéndolos hoy día?
Y, al revés, ¿¿por qué defiende el "estado laico y democrático" cuando él mismo está reconociendo que aquel ambiente europeo "laico y democrático" era más insano que el vivido bajo el régimen de Franco??
¿o qué pasa? ¿que acaso hay algo superior al BIEN MORAL? ¿que acaso el "estado laico y la democracia" tienen mas derechos que la plasmación en la práctica del BIEN MORAL?
…bueno, nos lo imaginamos: debe ser el tótem que todos los españoles “de orden” aceptan como imperativo sagrado y supremo desde 1976: que la delincuencia tiene derecho a gobernar si saca mayoría de votos, y para ello debe haber un régimen político donde ella se encuentre cómoda.
Última edición por Gothico; 12/06/2007 a las 23:43
Evidentemente, Pío Moa se contradice, debido a su dogmatismo liberal. Admite la degradación moral de España, pero se niega a admitir que se deba al "estado laico y democrático". Dice que con Franco estábamos mejor pero no dice por qué estábamos mejor.
Muestra con claridad los frutos morales negativos del liberalismo pero no ve, no puede ver, que sean frutos de ese liberalismo.
De todas formas, viendo la trayectoria de Pío Moa y la honestidad intelectual que ha demostrado con su crítica del marxismo que tan vehementemente abrazó, no me extrañaría que su continuo análisis de la realidad le terminase de abrir los ojos.
"La Verdad os hará libres"
Y lo más tragicómico del asunto es que Pío Moa es de lo más " neutral " que hay.....
Volviendo al hilo, parece clara la relación entre religión y moral. Si hay religión, hay moral. Otra cosa es que esa religión sea más o menos positiva. No es lo mismo la moral islámica que la cristiana, por ejemplo. Ni la católica que el cóctel de morales protestantes. Pero, en cualquier caso, tanto moral católica como protestante o islámica son mejores que la amoralidad propia de un estado "laico y democrático".
Porque volvemos a lo mismo: Si el cristianismo no es la norma básica de nuestra sociedad, si todo es simple opinión, si lo bueno o lo malo se determina según las mayorías de cada momento, ¿cómo establecer unos principios morales no discutibles? Sí se podría discutir su aplicación, pero no el principio en sí mismo.
En un estado islámico, sé a qué atenerme. Pero en un estado laico, todo es movedizo. Lo que hoy es bueno, mañana puede ser malo. Además, como todas las opiniones se consideran respetables, no existe presión social en favor de las buenas costumbres que en una sociedad cristiana son un auténtico bien común.
Ejemplo: el divorcio. Por un lado, entiendo que la fidelidad matrimonial no debe obedecer a la constricción provocada por una ley civil. Pero, por otra parte, mirando al bien común, es mejor que no haya divorcios. Y, consecuentemente, es legítimo que una sociedad se defienda prohibiendo el divorcio.
En España, de forma clara, la legalización del divorcio no ha sido, como se nos decía, una salida para parejas deshechas, sino más bien un aditivo que ha adulterado la relación matrimonial. Ahora, el matrimonio no es un vínculo considerado comúnmente sagrado. Consecuencia: Hay muchísimos más divorcios que cuando se aprobó la Ley. No es que se haya dado salida a problemas concretos, sino que se han provocado muchos problemas que antes no existían.
Se ha invocado la libertad para atacar la institución matrimonial. Porque no es verdadera libertad, ya que no procede de la verdad ("La verdad os hará libres").
"La Verdad os hará libres"
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