¿Y esto no se parece al argumento ontológico de San Anselmo?
Hola a todos, hace tiempo que no pasaba por este foro. Me gustaría hacerles una pregunta a ustedes. Voy a ser bien breve.
Hace poco me leí las "meditaciones metafísicas" de René Descartes y me he hecho la siguiente pregunta. ¿Puede ser una prueba de la existencia de Dios, la teoría del innatismo?. Se dice que Dios es un ser perfecto, inmortal, incorruptible e infinito. Nosotros en tanto somos seres imperfectos, finitos y con tendencia al mal. ¿Como podemos imaginarnos nosotros la perfección de Dios, siendo imperfectos?. ¿Acaso Dios dejó constancia de su ser en nuestra mente, introduciéndonos las ideas de su omnipotencia, perfección, infinitud y eternidad?. ¿Son las ideas de "eterno", "infinito", " perfecto" e "incorruptible", principios innatos de nuestra mente, porque Dios introdujo en ella esas ideas?. Espero respuesta.
Aliocha.
¿Y esto no se parece al argumento ontológico de San Anselmo?
"La Verdad os hará libres"
Copio:
Argumento Ontológico de Anselmo de Canterbury [editar]
La versión del argumento ontológico de san Anselmo de Canterbury es quizá la más conocida de dicho argumento. Apareció en el segundo capítulo del Proslogion (1078) de dicho autor, en el que, aunque no expone un sistema ontológico, se muestra muy preocupado por la naturaleza del ser, distinguiendo entre seres necesarios (aquellos que no pueden no existir) y contingentes (aquellos que pueden existir, pero no necesariamente).
Anselmo presentó su argumento ontológico como parte de una oración dirigida a Dios. Comienza con una definición del propio Dios (o una necesaria asunción sobre la naturaleza de Dios):
"Pues creemos que [El Señor] es algo tan grande que nada mayor puede ser concebido." A continuación se pregunta si Dios existe:
"¿Entonces, acaso no existe tal naturaleza, pues algo ha llevado al mentecato a afirmar en su corazón: Dios no hay?" Para contestar a esto, trata primero de mostrar que Dios existe en el entendimiento:
"Mas, indudablemente, este mismo mentecato, cuando escucha esto mismo que estoy diciendo - que hay algo tal que nada más grande puede ser imaginado -, comprende lo que escucha, y lo que comprende está en su entendimiento, incluso aunque no comprenda que lo sea; pues una cosa es que algo esté en el entendimiento, y otra es comprender que una cosa es." Tras esto, Anselmo trata de justificar su asunción, usando la analogía de un pintor:
"Pues, cuando un pintor imagina de antemano lo que va a dibujar, alberga en su entendimiento lo que aún no ha hecho pero todavía no comprende que es. Pero cuando ya lo ha pintado, alberga en su entendimiento tanto lo que ya ha pintado como el hecho de comprender que ello es. Por tanto, incluso el más extravagante mentecato está obligado a admitir que, al menos en el entendimiento, existe algo tal que nada mayor pueda ser imaginado, pues, al esuchar esta afirmación, la entiende, y cualquier cosa que se entiende está en el entendimiento." A continuación, desarrolla la base del argumento ontológico:
"Y, ciertamente, algo tan grande que nada mayor pueda ser imaginado no puede estar únicamente en el entendimiento, ya que si sólo estuviera en el entendimiento, también podría imaginársele como parte de la realidad, y en ese caso sería aún mayor. Esto es, que si algo tal que nada mayor pueda ser imaginado estuviera únicamente en el entendimiento, entonces esa misma cosa tal que nada mayor pueda ser imaginado sería algo tal que algo mayor sí pudiera imaginarse, algo que no puede ser." Anselmo da así con la contradicción de la que extrae su conclusión:
"Ha de existir, por tanto, y más allá de toda duda, algo tal que nada mayor pueda ser imaginado, tanto en el entendimiento como en la realidad." A ese algo tal que nada mayor pueda ser imaginado lo llama Dios.
Versión moderna del argumento de San Anselmo [editar]
El argumento de Anselmo podría reformularse en las siguientes proposiciones:
1.Dios es, por definición, el mayor ser que puede imaginarse. 2.Hay más grandeza en la existencia tanto en la realidad como en el entendimiento, que en la existencia únicamente en el entendimiento de uno mismo. Ergo:
3.Dios debe existir en la realidad, pues si no existiera, no podría ser un ser mayor que nada mayor que pudiera imaginarse. Esta es una versión reducida del argumento de Anselmo. En rigor, la línea de razonamientos seguida por san Anselmo sería una reducción al absurdo como la que sigue:
1.Dios es aquella entidad tal que nada mayor pueda ser. 2.El concepto de Dios existe en el entendimiento humano. 3.Dios existe en la mente de uno mismo pero no en la realidad. 4.Si Dios existiera en la realidad, sería algo mucho más grandioso que la existencia de Dios en la mente propia. 5.Con base en [1], se sigue de [4] que Dios realmente debe existir. Al hablar de grandeza, el argumento pierde fuerza semántica que no obstante recupera si se sigue la línea de razonamientos de Descartes, en los que se propone a Dios como el ser más perfecto que pueda existir (aquél que carece de imperfección).
Segundo Argumento Ontológico de San Anselmo [editar]
En el tercer capítulo de su Proslogion, Anselmo ofrece otro argumento a priori sobre la existencia de Dios, esta vez basado en la idea de la existencia necesaria. Afirma que si Dios es tal que nada mayor pueda ser imaginado, es mejor ser necesario que ser contingente, y que por tanto Dios debe existir:
1.Dios es dicho ser tal que nada mayor puede ser concebido. 2.Es mayor ser necesario que no serlo. 3.Dios debe de ser, por tanto, necesario. 4.Si Dios es necesario, debe necesariamente existir.
"La Verdad os hará libres"
Amigo: no entiendo nada del tema, pero pienso que nuestra imperfección no es óbice para imaginar la perfección. Mi fealdad no me impide imaginar la belleza de otros.
Efectivamente, al ser creaturas de Dios, tenemos atisbos de perfección, los cuales nos permiten visualizar lo que sería la perfección de quien nos creó. Ese mismo atisbo, soplo de perfección nos permite reconocer el bien, aun cuando obremos el mal. Distinguir lo bueno de lo malo.
No creo que Dios introdujo esas ideas, sino que las traemos, justamente, por ser obra de Él.
Ah, perdón hermano Cirujeda: mientras yo escribía tu estabas subiendo ese texto, que de seguro será más ilustrativo y acertado que mis pensamiento.
De paso lo leeré yo también.
Las ideas de "eterno", "infinito", " perfecto" e "incorruptible"... pueden predicarse de Dios... pero no repugnan aplicadas otros conceptos que no son Dios. Así que ese argumento no prueba nada.
El Universo podría ser "eterno" si Dios así lo hubiera querido (según Santo Tomás). Luego no es aplicable a Dios en exclusiva.
"Perfecto" puede hacer referencia al propio género que se posee; así se puede decir que un hombre es un mamífero "perfecto", por ejemplo. Todo individuo posee la propia perfección de su especie, también. O sea, que no pertenece a Dios en exclusiva.
"Incorruptible" pertenece serlo también al alma humana. No es propio sólo de Dios.
"Infinito" es un concepto que se usa en sentidos muy diversos. Aplicado a la plenitud del ser, solo correspondería a Dios, efectivamente. Ahora bien, la plenitud del ser, humanamente hablando, no pasa de ser una mera definición filosófica que igual podría ser dicha o imaginada de otros seres en otros sentidos.
Lo más claro y convincente, las Cinco Vías tomistas. El argumento ontológico de S. Anselmo no se sostiene muy bien. Y a Descartes conviene descartarlo.
Actualmente hay 1 usuarios viendo este tema. (0 miembros y 1 visitantes)
Marcadores