Estimados foreros:

Leyendo un libro sobre ordalías en la Edad Media tuve constancia de que la postura de la Iglesia a partir del Concilio de Letrán (1215) era que cualquier tipo de ordalía suponía tentar y coaccionar a Dios. Esto se debe a que en dicha ordalía el colectivo humano obliga a Dios a intervenir en el acto para que decida si una persona es culpable o no de cierto delito. Por ejemplo, se condenaba a un supuesto asesino a llevar un caldero hirviendo en las manos: si se quemaba era culpable, si no lo hacía es que era inocente porque el Señor lo había protegido.

Ante semejantes escenas la Iglesia comprendió que las ordalías estaban en contra de la doctrina cristiana, porque estas obligaban o intentaban coaccionar a Dios a intervenir en un proceso humano.

En este sentido, he recordado las promesas que mucha gente le hace a Dios en diversas circustancias, especialmente cuando sufren enfermedades. Por poner un ejemplo, es muy común conocer personas que dicen cosas como: "Si el Señor me quita el cáncer, prometo que haré una peregrinación a X santuario, o que me abstendré de ciertas bebidas, comidas, o de sexo por un año."

Mi pregunta entonces es: ¿Este tipo de promesas condicionales a Dios son aceptables o es una forma de coaccionar a Dios de forma interesada?

Comprendo que lo normal sería hacer una peregrinación sagrada se te quite el cáncer o no, o hacerla después de que te hayas sanado como agradecimiento a Dios por haberte ayudado. Sin embargo, aún sigo teniendo esa duda.

¿Vosotros tenéis textos canónicos, citas de los Doctores de la Iglesia o del Magisterio para poder solventarme esta duda? Es bastante habitual ver que la gente realiza promesas condicionales a Dios. Yo mismo las he hecho en el pasado y ahora me pregunto si está bien hacerlo o no.

Un saludo.