Bartella, 17 junio 2014. (CBS News; traducción de FARO). A sólo diez millas del centro de la segunda ciudad más grande de Iraq, Mosul (tomada por militantes yijadistas la semana pasada) se encuentra Bartella, una población cristiana que vive atemorizada.
En la carretera a Mosul, la periodista de la CBS Holly Williams se detuvo en el último control antes del territorio que ahora controla el "Estado Islámico de Iraq y Siria" (ISIS). Sus integrantes han prometido imponer la ley islámica estricta en Mosul, y se dice que en su avance han realizado matanzas de mahometanos no sunitas [y de cristianos].
En el límite de la zona controlada por los yijadistas se encuentra Bartella, desesperadamente vulnerable al ataque de ISIS. Williams cuenta que los cristianos han habitado la ciudad durante casi dos mil años. Sus vecinos aún rezan en arameo, la lengua hablada por Jesús.
Los soldados del gobierno iraquí que debían proteger esta zona huyeron de los extremistas islámicos. Ahora Bartella está defendida por una milicia de unos seiscientos cristianos, escasamente armados.
A su frente se halla el Capitán Firaz Jacob, quien ha dicho a la CBS que todos tienen miedo en la ciudad.
Al preguntarle qué harán si los yijadistas atacan Bartella, Jacob respondió con agitación: "No lo sé, pero puede que ellos hagan lo que han hecho en otros lugares y nos maten".
Noticia original en inglés, con vídeos:
Iraq Christian town Bartella forced to protect itself from ISIS after military flees - CBS News
La milicia cristiana ha defendido la ciudad asiria de Bartella desde 2003, año en que la invasión de Iraq por parte de la OTAN acabó con el régimen procristiano de Sadam Hussein. La actual amenaza de ISIS, sin embargo, es la mayor que ha sufrido, y puede acabar en el exterminio de este reducto de la Cristiandad de tiempos apostólicos.
Desde el año 2003 muchos cristianos de Bagdad y de Mosul se han refugiado en Bartella. Desde ese mismo año se ha producido un éxodo chiita hacia esta ciudad de Nínive. La amenaza yijadista y la presión sionista han convertido a cristianos y chiitas en aliados tanto en Iraq como en Siria, en el Líbano y en Palestina.
Las potencias vinculadas a la OTAN, encabezadadas por los EE.UU., se esforzaron considerablemente en una larga guerra genocida contra el Iraq de Sadam Huseín, en la que fueron cómplices los sucesivos gobiernos del PSOE y del PP que ha padecido España, desde que el de Felipe González se unió en 1990 al ataque anglosionista contra Iraq (hasta aquel mismo momento en relaciones de máxima amistad con España, muy beneficiosas económicamente para ésta). Ahora la OTAN y sus títeres miran hacia otro lado, o quizá miren complacidos el progresivo exterminio de los cristianos del Oriente Medio y Próximo.
Agencia FARO
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