SOBRE LA RECONQUISTA Y LA REPOBLACIÓN DE LA BÉTICA :
La Historia nos ofrece diversos avatares :
Muerto Alfonso VIII de Castilla en el 1214, la Corona recayó en su hijo Enrique I ( 1214-1217 ), que era menor de edad. El Rey difunto, a fin de evitar al Reino previsibles conflictos sucesorios, había dispuesto la creación de un Consejo de Regencia presidido por su hija Berenguela, que en vida de Alfonso VIII había estado casada con Alfonso IX de León, de quien había tenido un hijo : El futuro Gran Rey Santo Fernando III.
Aunque Fernando III-nacido en zamoranas tierras-recibió pues, la Corona de Castilla por expresa renuncia de su madre en el 1217, Berenguela inspiró en gran parte la política castellana hasta su muerte en el 1246: Pacificó las revueltas de la nobleza que dirigía Alvar Núñez de Lara, orientó a su hijo hacia la lucha contra los mahometanos aprovechando la crisis del califato almohade y, escarmentada por los problemas políticos que derivaban de los enlaces matrimoniales entre distintas dinastías peninsulares-su propia experiencia-, buscó para su hijo una princesa extranjera : Beatriz de Suabia, con la que San Fernando contrajo matrimonio en el 1220 y de la que su hijo Alfonso X el Sabio heredaría los derechos al Trono Imperial Germánico.
La primera fase reconquistadora comprende del 1224 al 1230. La muerte del califa almohade Abu Ya´qub Yussuf ( 1224 ) y las discordias internas que agitaron su sucesión dieron pie a San Fernando III para intervenir apoyando al gobernador almohade de Baeza contra el de Sevilla, lo cual favoreció la incorporación de diversas villas y ciudades : Martos, Andújar ( 1225 ), Salvatierra, Capilla Baños, Baeza ( 1226 ), Garcíez, Sabiote y Jodar ( 1227 ). Finalizado este primer empleo reconquistador, el islamista Ben Hud se sublevó contra los correligionarios al muhawid en Murcia y fue reconocido en casi todas las ciudades andalusíes ( Granada, Almería, Jaén, Córdoba y Sevilla ) y se produjo la muerte de Alfonso IX de León ( 1230 ) y la unión de los Reinos de León y Castilla.
La segunda etapa reconquistadora comprendería entre el 1231 y el 1236; etapa favorecida por la contundencia de los soldados de León y Castilla. El Arzobispo de Toledo, Rodrigo Ximénez de Rada-uno de los principales vasallos del Rey Santo-, reconquistó la cabecera del Guadalquivir, con Quesada y Cazorla ( 1231 ) Los soldados de San Fernando III, gentes de distintos concejos, y Caballeros de las Órdenes Militares, ocuparon Úbeda ( 1233 ), Medellín, Alange, Santa Cruz ( 1234 ), Magacela, Iznatoraf, Santisteban, Chiclana ( 1235 ) y Córdoba ( 1236 ) A fines del periodo, los éxitos militares del empuje leonés contribuyeron a la decadencia y el asesinato de Ben Hud, en el 1238 en Almería; cuando éste se disponía a acudir a Valencia, asediada por Jaime I el Conquistador, de Aragón. La muerte de este musulmán significó el fin de un descabellado “ reintento político “ unificador de Al Andalus porque, de inmediato, surgieron distintos cabecillas ávidos de poder, que fueron incapaces de ofrecer un frente común.
La tercera y última etapa de la expansión territorial del Reinado de Fernando III fue del 1240 al 1248; consecuencia directa de la caída de Qurtuba, que abrió las tierras del curso medio del Betis a la penetración de leoneses y castellanos. Entre el 1240 y el 1243, las milicias de Fernando III el Santo reconquistan brillantemente toda la Campiña, las sierras de Córdoba y Sevilla-Aún corona la bandera leonesa los Reales Alcázares Hispalenses- y otras zonas : Écija, Almodóvar, Hornachuelos, Luque, Lucena, Estepa, Setefilla, Zafra, Santaella, Montoro, Ovejo, Chillón, Pedroche, Gahete, Santa Eufemia, Aguilar, Osuna, Baena, Cazalla, Morón de la Frontera y Marchena. Entre el 1244-46 se reconquista Arjona, Pegalajar, Bejíjar, Carchena ( 1244 ) y Jaén ( 1246 ); mientras Al Ahmar buscaba refugio en sus posesiones penibéticas y, para no ser atacado, se declaraba vasallo del Rey de León y Castilla. La tierra hispalense, escindida entre los partidarios de los sultanatos de Túnez y Marruecos, empezó a sufrir los ataques de Fernando III . Fueron reconquistados para la Hispana Catolicidad Alcalá de Guadaira ( 1246 ), Carmona ( 1247 ), Lora, Cantillana, Guillena, Gerena y Alcalá del Río. Finalmente, en Noviembre es del todo Reconquistada Sevilla. El resultado de tan espectacular avance español fue el control de todo el bético valle, el vasallaje del reyezuelo infiel de Niebla y, entre el 1248 y el 1250, un ejercicio de protectorado sobre la zona gaditana.
Durante esta última fase de la Reconquista Bética de San Fernando, en el 1243, su hijo-y heredero-Alfonso tomó posesión ( Gracias al Reino Aragonés ) del Reino de Murcia, que se hizo vasallo de la Monarquía Católica.
Tras el fallecimiento de San Fernando en el 1252, los esfuerzos de la Corona se dirigieron pues, a las repoblaciones de unas vastas tierras. Ya con Alfonso X el Sabio, entre el 1252 y el 1262, se fueron repartiendo tierras e instalando pobladores, con el reforzamiento de la presencia de gentes de León y Castilla en Cádiz y en Jerez de la Frontera, y en la frontera del Guadalete, a base de expulsar al morisco de turno; muy significativo fue esto por ejemplo en Morón y en Arcos. En un principio fueron fundiéndose con el mozárabe sureño hispanogodo distintos focos repobladores de León y Castilla, amén de otras gentes de Las Españas.
Acorralados de este modo los mahometanos de Niebla ( Provincia onubense ), aunque supuestos vasallos, se sublevaron en el 1262 y obligaron a intervenir a Alfonso X. La castellanía de Niebla fue reconquistada, después de lo cual se fijaron las fronteras con Portugal en la zona y se prosiguió con más ahínco la política de expulsión de la morería de Écija y Cádiz, y la instalación de repobladores cristianos. Los muslimes, impotentes, volvieron a la revuelta tras arrastrarse ante las hazañas de Granada y los kábilas benimerines del Magreb; en el 1264, azuzando a los musulmanes afincados en Murcia. Los kábilas benimerines cruzaron el Estrecho de Gibraltar en el 1275, desembarcando en Algeciras, y en el 1285 en Tarifa; ocupando algunas plazas estratégicas y devastando tierras del curso inferior del Guadalquivir. Los soldados de los Reinos Españoles iban a iniciar, ante ello, el largo camino que les llevaría a la Reconquista de Algeciras ( 1344 ) y a la eliminación de los benimerines como parte operativa en esta parte del Estrecho.
Según el historiador Manuel González, la Reconquista se produjo de cuatro maneras :
1 ) – Por la entrega de plazas fuertes en virtud de acuerdos previos con los dirigentes musulmanes y sin resistencia : Baños, Andújar
2 ) – Por la directa Reconquista Militar : Quesada, Cazorla.
3 ) – Por la Capitulación negociada después de una fuerte resistencia, más o menos larga-quizá la más usual-: Baeza, Úbeda, Córdoba, Arjona, Jaén, Sevilla, Jerez de la Frontera.
4 ) – Por la aceptación de la soberanía feudal de la Monarquía Católica; permanencia de los pobladores mahometanos pero con entrega de fortificaciones : Lora, Gerena, Carmona.
Los repartimientos de tierras y casas entre los Reconquistadores estuvieron condicionados por la modalidad de ocupación del espacio. En la campiña del Guadalquivir, la transferencia de tierras no fue pacífica; no obstante, en medio siglo se renovó completamente la titularidad de la propiedad de la tierra en gran parte de la geografía sureña. Con todo, quedarónse muchas tierras por repartir; el Rey se reservó alquerías enteras y hubo la lógica despoblación de la batalla. El repartimiento andaluz requería de pobladores para garantizar la posesión del territorio reconquistado; atracción de las tradicionales riquezas agrícolas del sur-El granero de Roma-; atrayendo más en esta vida a los leoneses que a los meseteños. En ciudades grandes como Sevilla, Jaén o Córdoba ( Capitales de estos respectivos Reinos ) se asentó una mayor contingencia; en las poblaciones medianas y aldeas disminuía bastante. El éxodo masivo de mudéjares a raíz de la revuelta del 1263-1264 dejó muchas tierras libres. A diferencia de otras tierras de la Piel de Toro, el factor mudéjar desapareció prácticamente del sur durante el siglo XIII ( Luego, nos tacharán de moros….) El Arzobispo Toledano Ximénez de Rada dice que campesinos de León y Castilla acudían a la Andalucía como si fuesen “ a bodas reales “. Hubo, asimismo, un espectacular malestar contra los hebreos; comprendido por Alfonso X; se pedía que quedaran conmutadas las deudas que, a través de la usura, ahogaban a los cristianos.
Los nobles leoneses habían aportado mucho esfuerzo a la Reconquista del sur español, y por ello, buscaban su gloria. Realmente, ni el castellano ni el leonés se interesó por la industria andaluza de aceites, vinos y cueros; teniendo sus intereses en sus tierras de origen; el comercio lanero y su propio comercio agrícola, entre otros….A fines del siglo XIII se produjo un espectacular aumento del poder de la aristocracia.
Estos desajustes son, según el historiador Téofilo F.Ruiz, artífices del subdesarrollo castellano; más o menos da a entender que Castilla no pudo soportar lo que León inició y sufrió un proceso de dependencia exterior e insuficiencia productiva.
Los vastos territorios andaluces albergaban precisamente eso; harto territorio, que podría albergar a mucha más gente; no es raro que en el siglo XVIII Carlos III ( El rey español que más motines sufrió, y con razón ) buscara un continuamiento de la repoblación a través de Pablo de Olavide; buscando, amén de Las Españas, en Flandes, Alemania e Italia ( Y hasta se pensó en Grecia )
Cabe reseñarse, como dato anecdótico de la época, que en el Archivo Municipal de Sevilla se conserva una pieza de “ privilegio rodado “ del Fuero Universitario; santo y seña del afán legislador de Alfonso X el Sabio, enmarcado con los cuarteles de Castilla y León; bandera de esta tierra. ( Una de las medidas de Alfonso X fue la concesión del Fuero Real a los nacientes Reinos de Andalucía )
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