
La villa de Cantillana se encuentra situada a 31 kilómetros al noroeste de la capital hispalense, ocupando la terraza formada por el río Guadalquivir en su punto de confluencia con el Viar. Las últimas estribaciones de la Sierra Morena aparecen a espaldas del pueblo, tras la comarca de la Vega a la que pertenece este término municipal.
La población total del municipio de Cantillana asciendía a 8.930 habitantes en 1.996. En el municipio, se ubican, además del núcleo principal, las entidades de población de la Estación de Ferrocarril y los caseríos de Carretera de Brenes, La Mota y Los Pajares.
En este término municipal de Cantillana, en donde se han encontrado vestigios arqueológicos correspondientes a culturas calcolíticas, las versiones sobre el origen de la población, se reparten entre quienes aluden a los fenicios y los que optan por una fundación supuestamente céltica. En tiempos de los romanos se llamó Ilipa Naeva, siendo municipio en el que los vecinos ostentaban la ciudadanía romana. De la antigua ciudad latina existían restos, sobre todo de carácter hidráulico, y lápidas sepulcrales, entre otros hallazgos.
La vitalidad que gozó bajo la colonización del Lacio se vino abajo durante la época islámica; perdió su esplendor anterior y la localidad decayó en todos los sentidos, además de desaparecer sus principales edificios. Por contra, lo que se construyó en esos tiempos fue un Castillo menor de ladrillo y argamasa, en lo que hoy es el Cerro de la Iglesia.
Cuando el rey Fernando III conquistó la villa en 1.247 la entregó al arzobispo de Sevilla, Don Remondo, quien con posterioridad la compartió con el Cabildo Catedralicio allá por 1.285. En 1.547, el rey Felipe II recuperó Cantillana para la Corona, vendiéndola luego al mercader italiano Vicentelo de Leca "El Corso" que constituyó el Condado de Cantillana, siguiendo como señorío condal hasta el siglo XIX, en que se independizó como ayuntamiento.
La ubicación de la villa, en una primera terraza en la confluencia de los ríos Viar y Guadalquivir, ha determinado, tanto la evolución histórica de la misma, como su estructura urbana actual. Así, el crecimiento de la ciudad se ha ido produciendo en forma de sectores circulares hacia el norte de un núcleo originario muy reducido en torno al Cerro de la Iglesia y que, probablemente coincide con el recinto amurallado de época árabe. Una primera expansión se produce tras la Reconquista, rodeándose el anterior recinto por sus lados norte, este y oeste. Una tercera fase de expansión se extiende hasta la travesía de la carretera comarcal 431 y se produce hasta el primer tercio de este siglo, incluyéndose en su ámbito la plaza de toros y el mercado de abastos. Junto a este sector y durante la misma época, se produce un crecimiento lineal, uniendo al pueblo con el cementerio y la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Una última fase de crecimiento se produce desde el final de los años 40 hasta la actualidad, continuándose la expansión hacia el norte con barriadas como La Fuente, La Esperanza y los Sermones.
La trama urbana actual, fruto de la evolución descrita, presenta una estructura anárquica, al irse superponiendo los diferentes crecimientos con nuevos trazados de las travesías de las carreteras que atraviesan el núcleo.
Además de los restos de la edificación fortificada romana, aún visibles cerca de la iglesia parroquial, y otros vestigios arqueológicos de diversa importancia, el baluarte monumental de Cantillana se ajusta a la arquitectura religiosa, con su ermita y sus dos iglesias.
La Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, en uno de los extremos del pueblo, data en los inicios de su construcción de 1.619. De planta basilical es la Iglesia de San Bartolomé, del siglo XV, constituida por tres naves separadas por columnas de ladrillo que apean arcos apuntados. Por último, la Ermita de Nuestra Señora de la Soledad data del siglo XVIII.
AYUNTAMIENTO DE CANTILLANA
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En campo de oro: Un "Castillo "con una torre almenada, y sobre la del centro, agrandado, un guerrero con casco sin visera, armado de coraza, llevando en la diestra una espada levantada, y en la siniestra un escudo. El castillo está asentado sobre una franja de sinople. Estas figuras simbolizan el castillo árabe reconquistado, y el guerrero cristiano que vigila frente al campo de los moros, por el tiempo que aquí estuvo la frontera.
Al timbre: Corona real moderna, por haberse convertido en jurisdicción real en el siglo XIX.
Superficie: 108 Kms².
Distancia a la capital provincial: 31 kms.
Alt. sobre el nivel del mar 61 ms.
Población total 8.930 p.
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