De ruta por Ronda

ROMUALDO MAESTRE

Este enclave de singular belleza es una buena alternativa para disfrutar este otoño

Por su belleza

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A hora y media larga de Sevilla, con autovía hasta Utrera, se encuentra Ronda, un enclave de verdadera belleza para disfrutar en invierno. Ronda es uno de los pueblos más antiguos de Andalucía con vestigios prehistóricos, celtas, romanos y árabes. Su estratégica situación, en un cruce de caminos entre Jerez, Sevilla y el campo de Gibraltar, sobre un tajo espectacular, convierten a este pueblo malagueño en único. Cuna de pensadores liberales, ha sabido conservar su patrimonio histórico con una delicadeza exquisita, lo que le convierte en una referencia internacional para el turismo de interior.



Por sus museos y monumentos

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Imprescindibles en una visita son el Puente Nuevo y el Viejo; la Casa del Moro; el Palacio de Mondragón, donde se encuentra el museo municipal de arqueología con la pieza que ilustra esta entrada, el molde de espada tipo Sa-Idda del siglo VII antes de Cristo en piedra caliza; los baños árabes, unos de los mejores conservados de Andalucía y por último la iglesia de Santa María la Mayor, mandada construir por Fernando el Católico sobre la antigua mezquita mayor de la que aún se conservan restos del mirhab.



Por su amor a la tauromaquia







Ronda está unida a la tauromaquia como un árbol a sus raíces. Las primeras reglas de la misma las escribió el rondeño Pedro Romero (1754-1839), parar, templar y mandar en el toro. La Real Maestranza de Caballería de Ronda gestiona una de las plazas de toros más bellas y antiguas de España. No solamente se puede visitar ésta sino el museo taurino, el de armas de fuego antiguas, el de guarnicionería y los corrales y toriles, algo no muy habitual de ver. En la imagen, una estatua delante del coso de Cayetano Ordoñez, «el niño de la Palma».




Por sus vinos

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Los vinos de Ronda son los grandes desconocidos. Acogidos a la denominación de origen «Vinos de Málaga y Sierras de Málaga» se hacen poco a poco un hueco. Destacan sus tintos, muy bien estructurados, agradables al paladar y fáciles de maridar. De gran tradición vitivinícola, casi a punto de caer en el olvido, han sido varias bodegas las que han retomado la producción y se plantean también el enoturismo, con visitas guiadas a sus instalaciones. El gran pero son su escasa comercialización fuera de la comarca y precios aún no competitivos.




Por sus alojamientos con encanto

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Desde casas o pisos enteros por días o semanas, hasta alojamientos rurales en el campo, todas las ofertas de alojamiento son posibles. Los hoteles que tienen ventanas desde las casas colgantes en la zona de la Albacara son muy recomendables. El Hotel San Gabriel disfruta de un mobliario rondeño, parecido al estilo castellano, especial. El parador nacional, antiguo Ayuntamiento, está situado en un sitio privilegiado, se aprecia en la foto, junto al Puente Nuevo; las vistas de la habitación 223 con una espectacular terraza son de saltarse las lágrimas. El Hotel Polo, tres estrellas, más económico está situado en las afueras. Sobre restaurarse cualquier lugar es bueno, pero huyan de la comida internacional. Muy recomendables Tragatapas, Puerta Grande, Montelirio y Lechuguita.




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