Mientras los portugueses, con apoyo oficial y minuciosa planificación, llevaban a cabo sus exploraciones por el África, existe un apéndice importante en la Andalucía Occidental Marítima; Reconquistada por sus mozárabes y por el Reino Leonés. Estos grupos de sabios y aventureros marineros, ante ciertas faltas legislativas de las Coronas de León y Castilla; supusieron incomodidad y desorden en cuanto al monopolio lusitano se refería.
Hasta que Lisboa sustituyó al Algarve en la dirección de la empresa africana en el 1469, los tartéssicos y los lusos habían intercambiado conocimientos e información por vías no siempre del todo amistosas. Es el comienzo pujante de los viajes andaluces, a la zaga o a la delantera de la Escuela de Sagres, y existe, además de la tradición marinera del antiguo Reino de Sevilla, el respaldo de una base comercial sólida.
Al culminar la Reconquista, la actividad se orientó hacia el Oranesado; en general, hacia el comercio controlado por el islam. Expediciones piráticas aparte, desde las costas del Reino de Sevilla zarpaban naves cuyo objetivo era la pesca de altura del atún y otras con destino a las Islas Canarias, que constituirán la base de comercio andaluz desde finales del siglo XIV; siendo a posteriori los Condes de Niebla los Reyes de las Canarias. Desde allí se produjo el salto a las costas africanas, para beneficiarse, como los vecinos lusos, de oro, esclavos y especias. Según las Décadas de Alonso de Palencia, los marinos de Palos de la Frontera eran quienes mejor conocían la guineana costa-Desde antaño, así fue con los marinos íberos-
En estas expediciones participaban los nobles de Andalucía; tales como el Duque de Medina Sidonia, el de Medinaceli, el Marqués de Cádiz, y bastantes Caballeros de Sevilla y Jerez de la Frontera.
En el Reino de Sevilla, además del capital nativo, se disponía del internacional, así como de las técnicas comerciales más avanzadas de la época, que la llegada de genoveses, venecianos y otros grupos comerciales itálicos había propiciado a partir de la apertura del Estrecho. Poco tiempo después de la Reconquista de Sevilla, los genoveses tendrán barrio propio en la ciudad, así como en Jerez de la Frontera, Cádiz, Lisboa y por el Algarve. En el comercio atlántico, los puertos de la Tartésside constituirán escalas importantes.
La presencia de nobleza xeneize en Andalucía implicó una mutación social al tratarse de un sector nuevo, con poder económico, que invertía dinero en su nueva vida. Su ejemplo fue seguido por los nobles locales, quienes pusieron sus monedas para el comercio con el África ( Canarias incluidas )
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