Síntesis perfecta del amor a lo cercano y propio y del amor a España
El bardo Iparraguirre, un gran español que ha querido ser capitalizado por el nacionalismo, es autor nada menos que del Gernikako arbola, un canto al árbol y a los fueros robados por el estatismo absorbente liberal.

Había nacido en Villareal y fue soldado voluntario, uniéndose al cuerpo de ejercito del cura Merino. Mutilado en acción de guerra, entró de alabardero del rey Carlos V. Después del abrazo de Vergara se exilió y más tarde volvió a España. De nuevo sufrió un segundo destierro y se casó durante su estancia en Buenos Aires.

Cuando regresó a Europa, añorante e inspirado, al mirar desde Hendaya los caseríos y valles de Jaizquibel hizo un canto emocionante a España, el Ara nun diran, que deberían conocer los que niegan a España. Coloco después la traducción al castellano :

"Aran nun diran, menda maiteak / ara nun diran zolaiak / Baserri eder, zuri zuriak / iturre eta ibaiak / Endayan nago zoraturikan / Zabal zabalik begiak : Ara España. . . lur oberikan /ez da Europa guzian. "

"He aquí los campos y montes queridos, los hermosos caseríos, las fuentes y los ríos. Estoy loco de contento en Hendaya, con los ojos muy abiertos. Ahí está España, mejor tierra no la hay en toda Europa"

He aquí una síntesis perfecta del amor a lo cercano y propio y del amor a España que siempre fue sentido por los vascongados.

Después vendría Sabino Arana a crear de la nada un nacionalismo, inventado un país, Euskadi y una bandera que no existían, y después los seguidores de Krutwig con su utopía revolucionaria que ha ensangrentado el País Vasco y que hace presagiar días aciagos para el mismo.
Samuel Clua Palau




Sacado del numero 20 de la revista Arbil www.arbil.org