Provisión real de 1511, recogida en el fuero nuevo de Vizcaya, título 1º, ley XIV:
"Sepades que a mí ha sido hecha relación que algunas personas de las nuevamente convertidas a nuestra santa fe católica de judíos y moros y linaje de ellos, por temos que tienen de la Inquisición, y por ser exentos y decir ser hidalgos, se han pasado y pasan de estos mis reinos y señoríos de Castilla a vivir y morar en algunas ciudades, villas y lugares del dicho condado y señorío de Vizcaya; y que si no se remediase se podían recrecer algunos daños e inconvenientes en mucho deservicio de Dios mío. Y ahora por parte del dicho condado y señorío de Vizcaya me fue suplicado y pedido por merced que acatando los muchos servicios que el dicho condado y señorío de Vizcaya me ha hecho, y por la infamia que de ello reciben, mandase: que ninguna de las dichas personas, así cristianos nuevos de moros y judíos, como de linaje de ellos, no se puedan avecindar en ninguna de las dichas ciudades, villas y lugares en el dicho condado y señorío de Vizcaya ni en sus términos, y si algunos hubiese avecindados los mandase salir o que lo proveyese como la mi merced fuese... Por ende, por esta mi carta, o por su traslado signado de escribano público, mando a vos el dicho corregidor o juez de residencia, y a la junta, procuradores y alcaldes del dicho condado y señorío de Vizcaya, y a cada uno de vos en vuestros lugares y jurisdicciones que luego que con ella fueredes requeridos, hagais que todas y cualesquier personas, así de los dichos cristianos nuevos, que se hubieren convertido de judíos y moros a nuestra santa fe católica, como de linaje de ellos, que estuvieren avecindados y vivieren y morasen en cualesquier de las dichas ciudades, villas y lugares del dicho condado y señorío de Vizcaya, que dentro de seis meses primeros siguientes, que corran del día que esta mi carta fuere publicada en adelante se vayan y salgan fuera de los dichos lugares y sus términos; y que de aquí adelante no se puedan ir a avecindar y morar en ninguno de ellos so pena de perdimiento de bienes y las personas a la mi merced; y que lo hagais pregonar públicamente por las plazas e mercados y otros lugares acostumbrados del dicho condado y señorío porque venga a noticia de todos y no puedan pretender ignorancia, y cumplais y guardeis y hagais tener y guardar y cumplir lo que en esta mi carta contenido".
NUEVA RECOPILACIÓN DE LOS FUEROS DE GUIPÚZCOA (1696). CAPÍTULO 1, TÍTULO 41.
"Porque la limpieza de los caballeros hijosdalgo de esta muy noble y muy leal provincia de Guipúzcoa no sea ensuciada con alguna mixtura de judíos o moros o de alguna raza de ellos, ni su valor y esfuerzo ingénito y natural, tan necesario para el servicio de su rey y señor y defensa de estos reinos y señoríos de ESPAÑA , se venga a enflaquecer y disminuir con mixtura de linaje de gente naturalmente tímida y de poco valor".
Junta de Álava, junta particular de la provincia del 30 de octubre de 1710:
"Que todas aquellas personas que por casamientos u otros motivos han venido y vinieren a avecindarse en los pueblos de esta provincia... hayan de hacerse sus filiaciones, averiguaciones e informes de la calidad de sangre, naturaleza, legitimidad, limpieza y nobleza, a fin de conservar la pureza que han tenido y deben tener todos los que han sido, son y fueren vecinos, moradores o habitantes en esta dicha provincia, y preservarla por este medio de todo género de mezcla, raza y mancha infecta, que pueda denigrar la limpieza y nobleza que se ha procurado y procura con vigilancia mantener en ella".
Orden de su majestad Felipe III al corregidor de Guipúzcoa (1609):
"Mi corregidor de la provincia de Guipúzcoa. Yo he mandado expeler de algunos mis reinos de España los cristianos nuevos moriscos que en ellos habitaban por las causas que habreis entendido y porque podría ser que alguna de esta gente fuese a querer vivir en esa provincia, yo os encargo y mando no lo consintais de ninguna manera, ordenando que luego vayan a otra parte... porque mi voluntad es que ninguno de los moriscos resida en tierras de mi dominio...".
Vaya por lo menos antiguamente las autoridades se preocupaban de que nuestro país siguiera siendo nuestro, no como ahora dividido e invadido por extranjeros con más derechos que nosotros sobre nuestra propia tierra. Si es que tienen razón los que dicen que cualquier tiempo pasado fue mejor.
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