Batalla de Beotibar y la frontera de malhechores
Durante los siglos XVI y XV, a la frontera entre Navarra y Guipúzcoa se la llamó con el expresivo nombre de “frontera de malhechores”, y que Navarra todavía seguía aspirando, desde su pérdida en 1.200, a la posesión de los territorios vascos, desarrollándose en ella auténticas batallas campales entre navarros y guipuzcoanos.
A los guipuzcoanos de esta frontera se les llama “castellanos” en los documentos de la época, además de malhechores. Estaban mucho más interesados en la prosperidad de Castilla que en la de Navarra, pues constantemente robaban el ganado de esta última. En estas reyertas, nunca hicieron causa común con los otros dos territorios de Álava y Vizcaya.
Como hito principal de estas luchas, aunque medio legendario, está el de la batalla de Beotíbar que tuvo lugar el 19 de septiembre de 1321 en el guipuzcoano valle de Beotíbar, cercano a Berastegui.
La lucha de Beotibar, como todas las que se venían sucediendo en la frontera navarro-guipuzcoana, fue una consecuencia de la desmembración del Reino de Navarra y la vinculación de las Provincias de Guipúzcoa y Álava más el Señorío de Vizcaya al Reino de Castilla.
Desde los castillos fronterizos de Lekunberri y Gorriti los navarros dirigían expediciones de saqueo hacia la comarca de Tolosa. Los guipuzcoanos se protegían sobre todo en Berastegi. Según la versión de Moret: "consta de cierto que este año (1321), por la parte de Guipúzcoa se arrimaron tropas y hubo movimiento de armas en aquella frontera, entrando en los fines de Navarra con hostilidad rompida de robos".
El detonante de la batalla fue la toma y destrucción del castillo de Gorriti por parte de los guipuzcoanos, alegando que les había pertenecido con anterioridad. Como respuesta, el gobernador del reino y vizconde de Anay, el francés Ponce de Morentayna, desde Pamplona, dirigió una incursión formada por un nutrido ejército de 6.000 infantes entre franceses, navarros y gascones hacia la región de Tolosa. Para entonces, el Reino de Navarra estaba vinculado a la Monarquía francesa. La vanguardia del ejército estaba encabezada por los merios de las Montañas, Juan López de Urroz, y de Tierra Estella, el francés Dru de Saint Pol.
Según Moret la entrada a Guipúzcoa se hizo por San Miguel especificando que fue tomada la villa de Berástegui. Y, efectivamente, según también escribió Campión, el ejército fraco-navarro siguió avanzando hasta las cercanías de Tolosa hasta llegar al valle de Beotibar donde destruyeron el pueblo de Berástegui y saquearon sus campos.
Mientras tanto, los guipuzcoanos formaron rápidamente un pequeño ejército de 800 hombres, procedentes de Tolosa y pueblos bajo su jurisdicción, principalmente, al mando de Gil López de Oñaz, señor de la casa de Larrea y líder del bando nobiliario de los oñacinos.
Cuando los invasores se acercaban al valle del Oria, los guipuzcoanos se apresuraron a tomar posiciones en las montañas del desfiladero de Beotibar, y al paso de la vanguardia enemiga, dejaron rodar grandes cubas llenas de piedras, que previamente habían subido desmontadas, sembrando el caos y el desconcierto en el ejército navarro-francés que emprendió la huida de forma desordenada mientras los guipuzcoanos les seguían causándoles gran cantidad de bajas, entre ellas las de algunos hombres principales de Navarra. Según Garibay habría sido hecho prisionero Martín de Aybar, alférez del Pendón Real.
Supuestamente, los guipuzcoanos emboscaron a los navarros de forma humillante. Pero esta victoria no fue tan abultada como dieron a conocer el cronista Zaldibia, Alonso Onceno, Ochoa Álvarez de Isasaga y otros que llegaron a estimar hasta en 70.000 los combatientes navarros y en 800 los guipuzcoanos.
Años más tarde, Lope García de Lazcano, natural de Lazcano, acaudillaba a los guipuzcoanos para organizar una defensa contra la entrada que hizo en Navarra, en 1334.
Sin embargo, es de constatar cómo historiadores vascos tan reputados como Nicolás de Soraluce censuraron tales ajustes de cuentas, lamentando que no se emplearan estas energías en la empresa común de la Reconquista contra los musulmanes. Los documentos de este periodo se extienden hasta la década de 1350, con la curiosidad de que en uno de ellos se recomienda a los navarros que el ganado que tienen situado en la frontera de Castilla, es decir de Guipúzcoa, lo metan dentro del Reino de Navarra para evitar más robos y saqueos de los guipuzcoanos.
Desde entonces, cada 24 de junio se celebra en la villa Tolosa el Alarde de Beotibar, día de San Juan Bautista, patrón municipal, en conmemoración a la batalla de Beotibar y todas las demás. En dicha fiesta se realiza la bordon dantza o baile de bordones o alabardas.
Hasta el siglo XIX hubo cuadros representando la batalla en la iglesia de Santa María en Tolosa.
Un cantar en euskara y algunos poemas castellanos tienen este suceso por tema. El cantar en euskara, conservado por Garibay, dice:
"Mila urte ygarota
ura vere videan.
guipuzkoarroc sartu dira
Gaztelu-co echean,
nafarroquin batu dira
Beotibarre pelean..."
(Pasados mil años
el agua sigue su curso,
los guipuzcoanos han entrado
en la casa del castillo;
se han unido con los navarros
en la batalla de Beotibar...)Para Michelena este canto habría sido compuesto en fecha mucho más reciente que la batalla. Una de las razones sería el vocablo gipuzkoar, inaceptable por razones de principio y en cambio muy usual en tiempos de Zaldibia, Garibay e Isasti.
En el Poema de Alfonso XI, de Rodrigo Yáñez, se describe la batalla con todo lujo de fantasías y exageraciones. Una de sus estrofas habla de la entrada de los navarros:
"En aquesto acordaron
Navarros e su companna,
con muy gran poder entraron
por tierras de la montanna".
Y el desenlace con la victoria:
"Aquesta los dexemo
que lepuscanos vençieron,
e los fechos declaremos
que después contesçieron".
El poeta Yáñez vivió en la primera mitad del siglo XIV y algunos le identifican con Rodrigo Yáyez de Logroño.
Patriotas Vascongados: Batalla de Beotibar y la frontera de malhechores
Alarde de los escopeteros de Tolosa
El Alarde de Beotibar se celebra en la guipuzcoana villa de Tolosa, cada 24 de junio, día de San Juan Bautista, patrón municipal, en conmemoración a la batalla de Beotibar y todas las demás que tuvo. Esta última batalla tuvo lugar el 19 de septiembre de 1321 en el guipuzcoano valle de Beotíbar, cercano a Berastegui, entre navarros y guipuzcoanos
Es el tradicional desfile de las milicias tolosarras está formado por compañías de escopeteros y de escopeteras. Las formaciones se reúnen en plaza Zaharra, frente al Ayuntamiento, para presenciar la diana anunciadora del comienzo de la fiesta.
Sus integrantes van ataviados con pantalón blanco y txapela, camisa o camiseta y chaleco por lo general con tendencia a tonos coloristas. Portan escopetas con munición de fogueo. Tras la verificación del armamento, realizan un primer desfile. Después de la misa mayor en la parroquia de Santa María, esperan a la procesión de San Juan en determinados lugares del casco antiguo donde lanzan salvas de ordenanza.
Una vez finalizado el desfile militar, los escopeteros vuelven a formar en plaza Euskal Herria para disparar las últimas descargas. Por la tarde, las compañías acuden a otra misa en la capilla de San Juan de Arramele.
Pasada la media tarde, en el Prado Grande de Igarondo asisten a la interpretación de labordon dantza a cargo del grupo baile. Allí, veinticuatro jóvenes muestran al público el baile de bordones, precedidos de cuatro alabarderos y un pregonero que lleva una espada de rosas y claveles.
El alarde de armas termina en la plaza del Triángulo, donde los escopeteros lanzan la última descarga hacia el aire como señal de conclusión.
Patriotas Vascongados: Alarde de los escopeteros de Tolosa
Última edición por ilustrado; 25/09/2015 a las 02:35
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