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Euskal Herria, cuna de héroes hispánicos
El marasmo nacionalista está consiguiendo que veamos a Euskal Herria como la tierra de los sediciosos y descontentos, cuando muy al contrario fuimos siempre los vascos punta de lanza de la hispanidad.
Recordemos a algunos de los Héroes que ha aportado Euskal Herría a nuestra España.
D. Cosme Damián de Txurruka y Elortza
Biografía de don Cosme Damián Churruca y Elorza.
(Por Antonio Luis Martinez Guanter).
Nació don Cosme Damián de Churruca y Elorza en Motrico (Guipúzcoa), el veintisiete de septiembre de 1761.
Sus padres Don Francisco de Churruca y Doña María Teresa de Elorza. La primera aula de estudios del joven, fue el seminario conciliar de Burgos.
En esa comunidad, escuela de teología y ascética, hallabase casualmente un joven oficial de Marina, sobrino del arzobispo de Burgos. Bastó ese contacto indirecto para que se despertara en él su afición a las cosas de la mar.
Concluyó sus estudios y corrió a casa de sus padres en solicitud de su venia para lanzarse en busca de los peligros, fatigas y escaseces de la vida del marino.
El quince de junio de 1776 vistió, el honroso uniforme de guardiamarina a la temprana edad de quince años, su ascenso a alférez de fragata fue el premio de los brillantes estudios hechos, en las escuelas navales de Cádiz y Ferrol durante dos años, sobresaliendo entre todos sus compañeros.
En octubre de 1778 pone el pie por primera vez sobre la cubierta de un navío. El “San Vicente”, al mando del bailío don Francisco Gil y Lemus, recibe al joven quien, desde los primeros pasos en su carrera, dio a conocer sus admirables disposiciones de marino.
Esta primera campaña, muy borrascosa, puso en evidencia el arrojo de Churruca frente a los peligros y su aptitud para aminorar los riesgos mediante el estudio de las maniobras.
El trece de diciembre de 1781 pasó a la fragata “Santa Bárbara”, al mando de don Ignacio de Álava.
En el sitio de Gibraltar se distinguió del modo más brillante, acudiendo intrépido a apagar el incendio de las flotantes y llevando socorro, con el bote de la fragata, a las tripulaciones de los buques incendiados, entre un diluvio de metralla que despedían las baterías de la plaza y las explosiones no menos peligrosas de la baterías que ardían.
Cuando la paz firmada en 1783 suspendió la lucha, acudió al estudio que forma al marino. Solicitó y obtuvo el ingreso en la academia de Ferrol. Su admisión a pesar de no haber vacante, se le añadió el cargo de ayudante de guardiamarinas.
Al año siguiente sustituía a los profesores de varias clases y siguiendo en esa vida laboriosa, en 1787 dio el primer ejemplo de un examen público en las aulas de la institución sobre matemáticas, mecánica y astronomía. Se granjeo la admiración del numeroso auditorio.
Habiendo determinado el gobierno que, el capitán de Navío don Antonio de Córdoba continuase sus exploraciones del estrecho de Magallanes, pidió a don Cosme, ya teniente de navío, que le acompañase.
A él le cupo la parte astronómica y geográfica de aquella expedición científica. Grandes fueron los peligros, incesantes las penalidades de aquellas investigaciones, en mares en que reina casi de continuo el vendaval.
En unión de su digno compañero de armas y de estudios don Ciriaco Cevallos, hizo un trabajo completo de reconocimiento del estrecho en dirección al océano Pacífico.
Como la modestia va unida siempre al verdadero saber, es de notar con qué sencillez cuenta en su diario, las fatigas y los inauditos padecimientos de su peligrosa misión.
Publicó su escrito en el apéndice del primer viaje de Magallanes, dado a la luz en Madrid en 1795.
Los aplausos que arrancó a la opinión pública y a sus compañeros de la Armada, no le inspiraron más orgullo que el que se desprende de esta nota: “Si se atiende a las circunstancias en que se escribió este diario, no se extrañaran los yerros o equivocaciones que se encuentran en él”. Esas circunstancias eran las penalidades de su exploración que acabaron con su salud. Cayó gravemente enfermo y sintió amagos de escorbuto, que felizmente no fueron a más.
En 1789 es agregado al Observatorio; si bien aún convaleciente, se entrega a estudios que no contribuían de seguro a su restablecimiento.
Al año es llamado a ser ayudante del mayor general de la escuadra al mando del marqués del Socorro; hace la campaña y vuelve a su puesto.
La continua tensión de sus incansables trabajos intelectuales, acababa con una salud nunca bien restablecida; hubo que pensar seriamente en un descanso indispensable. Pasó a respirar el aire balsámico de las montañas de Guipúzcoa y consiguió el completo restablecimiento de su quebrantada salud.
El ministro de Marina determinó que saliera de la península una expedición científica formada por dos secciones, una de las cuales debía recorrer las islas y costas del golfo mejicano y la otra el resto de las del continente, con el fin de formar el atlas marítimo de la América septentrional. Consultó el ministro la elección del oficial que debía mandar la interesante expedición. Se dirigió a un ilustre marino: don José de Mazarredo, buen juez del mérito individual de los oficiales de la Armada.
Sin titubear propuso a Churruca, se le diese el mando en jefe de la expedición.
Una real orden de diez de noviembre de 1791 puso término al descanso del hábil marino, sin que fueran obstáculo ni su graduación de capitán de fragata, ni su edad, treinta años, cuando tantos oficiales de más alta graduación y de más años podían reclamar el honor que se le concedía al modesto Churruca, que nada solicitaba en su agreste retiro. Nadie murmuró, nadie puso en duda lo acertada de la elección.
Fue a Madrid y se dedicó exclusivamente a conferenciar con el ministro y con Mazarredo, para informarse cabalmente de los objetivos que pretendía el gobierno.
Cumplida esta primera parte de su comisión, se embarcó en Cádiz el diecisiete de junio de 1792 y dio la vela en ese día con su grupo, compuesto de los bergantines “Descubridor” y “Vigilante”.
Dos años y cuatro meses duró la campaña científica, contrariada por todos los incidentes ordinarios, a los cuales vino a sumarse la guerra marítima con Francia.
Pudieron más el glorioso empeño del jefe y su constancia; cumplió tan plenamente su misión, que sus trabajos, sometidos al examen de los observatorios más célebres de Europa, merecieron el aplauso universal y a su autor una nombradía general. Publicadas sus “Memorias”, la celebridad se asentó entre los más afamados en el mundo científico. Mas tan dura como gloriosa campaña no se realizó, sin grave menoscabo de su salud, de suyo poco robusta.
Se embarcó en la Habana y regresó a España en el navío “Conquistador”, de segundo comandante.
De Cádiz, donde arribó, pasó a Madrid, donde recibió en premio de sus servicios el ascenso a capitán de navío, con fecha anterior de casi dos años.
Su mala salud no le permitió concluir la historia de su campaña y esa misma causa hizo postergar la publicación de las treinta y cuatro cartas esféricas y mapas geométricos y ésta es la hora en que no se han publicado todavía, más que una pequeña parte de ellas.
En 1802 publicó la carta esférica de las Antillas; la particular geométrica de Puerto Rico salió poco después. Así en los años sucesivos, fue publicando otros trabajos que forman una colección riquísima, de cuanto puede interesar a la ciencia náutica.
En 1797 fue nombrado mayor general de la escuadra al mando de Mazarredo. Cosme Damián Churruca, fue el encargado, a instancias de Mazarredo, de examinar algunas llaves de artillería para poder introducirlas en la Real Armada y modernizarse en este apartado. Churruca ideó una llave que parecía aventajarse a la que utilizaban otras marinas extranjeras, por lo que fueron aceptadas y aprobadas, comunicando por R.O. del 14 de abril de 1801 para que se generalizase su uso en los buques de S.M. Aunque para Trafalgar no hubo suficientes para sutir más que a un par de buques.
En 1798 obtuvo el mando del navío “Conquistador”; halló el navío en el más lastimoso estado, tanto con respecto al armamento como a su tripulación. Severo militar, a la par que entendido marino, en poco tiempo hizo del navío a su mando un modelo en todos los sentidos.
Nuestra alianza con Francia exigió que una escuadra española fuera a incorporarse a otra francesa en el puerto de Brest. Pasó con el navío y la escuadra de que formaba parte, de Cádiz a Brest, donde fondeó el nueve de agosto de 1799.
Allí escribió una instrucción militar, que imprimió y repartió a sus compañeros; sirvió admirablemente a su propósito de establecer en la Armada una más completa y severa disciplina. Hablando de Brest y del “Conquistador”, hemos de recordar diferentes pormenores de la estancia en aquel puerto: necesitaba recorrer sus fondos; el general de la escuadra mandó que entrase en uno de los diques de Recouvrances, cuando un buque de guerra va a entrar en dique para recorrer, tiene el jefe de ingenieros que prepararle la cama, o sea los piques en que ha de ajustar su quilla en la forma conveniente para que, el quebranto del buque no se aumente cuando quedando en seco y apuntalado, descansa toda su mole sobre dichos piques.
Para formar la línea de éstos en relación con el referido quebranto, pidió el ingeniero Guignard al comandante los calados de popa y proa y también de su batería.
Deseoso Churruca de saber cómo utilizaba el ingeniero aquellos datos para conseguir su objeto, con la sencillez de un hombre de ciencia, se lo preguntó; más el francés se negó a satisfacer su curiosidad, diciéndole que era un “secreto”.
Picado en su amor propio como científico, por tan necia negativa, se encerró en su cámara durante dos días enteros, haciendo cálculos que le diesen el resultado del famoso “secreto” del francés. Lo halló y radiante de alegría, salió al alcázar, exclamando: ¡lo encontré!, ¡lo encontré!.
Efectivamente, había penetrado ese “secreto” mediante una fórmula matemática, hoy ya muy conocida, merced a la cual se preparó la línea de piques, para que el navío entrase a carenar sobre ellos.
Pero Churruca, más amante de la ciencia que el ingeniero francés, se dio prisa en vulgarizar esta fórmula, publicando una “Memoria” sobre ella y destruyendo así, el misterio de que tan ufano se mostraba Guignard.
Siempre ocupado por mejorar cuanto se relacionara con la Marina, objeto de una especie de culto, empleaba su permanencia en Brest perfeccionando y simplificando las maniobras; cuando recibió del gobierno el encargo de pasar a París con una misión científica. El primer cónsul Bonaparte, para quien todo mérito sobresaliente era un atractivo, conocía la fama del sabio español. Quiso verle y le acogió con las mayores demostraciones de aprecio. En París, en plena expansión napoleónica, halló la recepción que merecía.
Su estancia en la capital debía dejar en el alma de Churruca recuerdos muy gratos; para que nada le faltase, habiéndose publicado en Madrid por aquellos tiempos su carta esférica de las Antillas, adoptada por el gobierno francés junto con las demás que publicó, mando el gobierno presentar un ejemplar a Churruca por el conducto del prefecto marítimo, como un regalo y un homenaje rendido a su saber.
Añadió el primer cónsul un sable de honor, la prenda más estimable para un valiente.
Si a estas demostraciones tan honoríficas, añadimos la distinción pública que le dispensó el general Gravina, comandante de la escuadra, saliendo a recibir al comandante del “Conquistador”, cuando regresó desde París a Brest, acto público que decía a toda la población el alto aprecio en que el general en jefe tenía a uno de sus subordinados, parecía que nada faltaba para la completa satisfacción de éste. Mas hecha la paz, el gobierno español cedió a Francia seis navíos de línea.
La fama del “Conquistador” era tanta, que considerándolo los marinos franceses como un modelo, le pidieron nominativamente entre los seis navíos que se les había de entregar.
Churruca, a quien todos los halagos del primer cónsul no alucinaban ni poco ni mucho, sobre los inconvenientes de la alianza francesa, desaprobaba sin rebozo la malhada cesión. Mas su dolor no tuvo límites cuando hubo de separarse de su amado navío que, en cierto modo él había creado, al cabo de tres años de esfuerzos constantes.
Volvió a Cádiz como pasajero en el navío “Concepción”; llego el veinticinco de mayo de 1802. Obtuvo una licencia para descansar de sus laboriosas tareas.
Aprovechó ésta repartiendo su tiempo entre dar una vuelta por su pueblo y un viaje al mediodía francés. En su retiro siguió ocupando útilmente el tiempo el célebre marino y no rehuyó la vara de alcalde de Motrico; desde Madrid le pedía el gobierno informes y dictámenes relativos a la Armada, en cuyos trabajos se complacía.
En noviembre de 1803 se le dio el mando del navío “Príncipe de Asturias”; a muy poco de estar a las órdenes de su nuevo comandante, fue este navío otro modelo como el anterior. Todo lo que dirigía llevaba el sello de su inagotable sabiduría.
Los cuidados del mando y de la organización de su navío, no fueron obstáculo para que revisase, en compañía de don Antonio Escaño, el “Diccionario de Marina”.
El gobierno le encargó también de hacer experiencias de puntería; como resultado redactó un tratado de puntería para la Armada, que en España y en el extranjero ha servido mucho tiempo de guía.
Daba la última mano a la organización de su navío, cuando pidió el mando del navío “San Juan Nepomuceno” carenado de nuevo. El gobierno accedió a la demanda, añadiendo por Real Orden, un permiso especial del Almirantazgo para armarlo y prepararlo a su conveniencia, pero no pudo hacerlo con entera satisfacción debido a envidias y dejadez de los mandos del Arsenal, el propio Churruca se lamentaba de esto a un amigo: "... va a quedar no solamente muy lejos de tal estado [de bien preparado], sino peor que algunos otros de la escuadra, pues la real orden ha hecho que sea yo la 'bete noire' para los que mandan el arsenal y la baliza".
En medio de estas múltiples faenas de su carrera, un día pensó en su propia felicidad, buscando una digna compañera. Casó con Doña María de los Dolores Ruiz de Apodaca, hija de don Vicente, brigadier que fue de la Armada y sobrina carnal del capitán general conde del Venadito.
Contados estaban los días del sabio español y esposo.
Amaneció el infausto día veintiuno de octubre, mando clavar la bandera y sólo se arrió, cuando la muerte más sublime vino a coronar esa vida, honra de España y honra de la humanidad.
http://www.todoababor.es/articulos/bio_churr.htm
El oficial inglés, que entró en la cámara de Churruca y al descubrir su cuerpo exánime dijo: Varones tan ilustres como éste no deberían estar expuesto a las resultas de un combate, sino que su vida debería guardarse para el progreso y adelanto de la humanidad. Devolvieron sus pertenencias y su buque, el San Juan Nepomuceno, fue remolcada a Gibraltar y durante muchos años la cámara se conservó cerrada con una placa en la que se leía en letras de oro el nombre de Churruca, y si algún visitante entraba se le advertía que entrase descubierto
http://www.mgar.net/var/trafalgar.htm
Gloria en la derrota: Churruca y Trafalgar, mitos románticos
La formidable resistencia del "San Juan Nepomuceno" contra los ataques simultáneos de varios barcos enemigos hasta que la muerte de su comandante Cosme de Churruca obligó a rendirlo, se convirtió en leyenda y así el valor desmedido de los que combatieron fue el único bálsamo de la tragedia política y humana vivida en las filas franco-españolas.
Al calor de las noticias se produjo una auténtica "plaga poética" de alabanza a los valientes marinos con títulos como "Al combate de Trafalgar" o "La sombra de Nelson" de Moratín. El mito del combate cristalizó también a través de la pintura heroica y de la recreación de Benito Pérez Galdós en uno de sus "Episodios Nacionales" titulado "Trafalgar". Cosme de Churruca se convirtió en su figura más elogiada, lo que puede también rastrearse en los libros de texto escolares de buena parte del siglo XX.
Cosme de Churruca recibió muchos honores póstumos: un monumento en Ferrol, una estatua en la plaza de Mutriku promovida por suscripción popular, así como calles con su nombre desde San Sebastián a Madrid pasando por Alicante, Vigo, Cádiz, Murcia y La Habana.
http://www.churruca2005.com/es/trafalgar
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Re: Euskal Herria, cuna de héroes hispánicos
D. Miguel López de Legazpi y Gurrutxategi
Miguel López de Legazpihttp://upload.wikimedia.org/wikipedi...de_Legazpi.jpg
Estatua de Legazpi en Ciudad de Cebú, FilipinasNacimiento:¿1503?
ZumárragaFallecimiento:20 de agosto de 1572
ManilaOcupación:Administrador y conquistador
Miguel López de Legazpi (¿1503? – 1572), conocido como «el Adelantado» y «el Viejo», fue conquistador y administrador colonial de las Islas Filipinas y fundador de Manila.
Biografía [editar]
López de Legazpi nació en Zumárraga, Guipúzcoa (País Vasco, España) con dudas sobre el año de nacimiento, que podría ser 1502, 1503 ó 1505, y murió en Manila, Filipinas, el 20 de agosto de 1572. Proveniente de una familia de la pequeña nobleza guipuzcoana, con el título de hidalgo, fue el segundo hijo de Juan Martínez López de Legazpi y Elvira de Gurruchategui. Su casa natal, denominada Jauregi, se conserva en Zumárraga.
Su padre luchó en Italia y en Navarra con las tropas del reino de Castilla. Miguel realizó estudios de letrado y eso le valió para ocupar el cargo de concejal en el Ayuntamiento de Zumárraga en 1526 y al año siguiente el de escribano en la Alcaldía Mayor de Areria (Guipúzcoa), que ocupó a la muerte de su padre y en la que fue confirmado por el Rey el 12 de abril de 1527. El Virrey de México, Luis de Velasco, lo define en una de sus cartas como hijohidalgo notorio de la casa de Lezcano.
Viaje a México [editar]
En 1545 se trasladó a México, en donde estuvo durante 20 años. Ocupó diversos cargos en la administración de la colonia de Nueva España; fue Escribano Mayor en 1551 y ocupó el cargo de Alcalde Mayor de la ciudad de México en 1559, 38 años después de su conquista. Antes había trabajado en la Casa de la Moneda en puestos de alto cargo.
Se casó con Isabel Garcés, hermana del obispo de Tlaxcala Juan Garcés, y de dicha unión nacieron nueve hijos (cuatro varones y cinco hembras). En 36 años, de 1528 a 1564, de estancia en Nueva España amasó una importante fortuna.
La casa de Legazpi en la capital azteca fue una de las principales y a ella acudían muchos recién llegados que buscaban la fortuna en las nuevas tierras recién descubiertas y dispuestas a ser conquistadas. Su hijo Melchor define de esta manera la casa de su padre en una carta dirigida al rey:
“muchos hidalgos y caballeros pobres que iban de estos reinos iban sin conocerle a su casa por la antigua costumbre que de siempre en ella hubo y porque a las personas tales siempre en ella se les dio de comer y vestir y lo necesario. Lo cual ha sido cosa muy notoria y sabida en todo aquel reino.”Las expediciones anteriores no habían logrado realizar la ruta de vuelta por el Gran Golfo, que era como se llamaba entonces al Pacífico hasta México. Felipe II determinó que había que explorar la ruta desde México a las islas Molucas y encargó la expedición de dos naves a Luis de Velasco, segundo virrey de Nueva España, y al fraile agustino Andrés de Urdaneta, que era familiar de López de Legazpi, que ya había viajado por esos mares. La carta en la que el rey pide a Urdaneta que se sume a la expedición dice así:
“El rey: Devoto Padre Fray Andrés de Urdaneta, de la orden de Sant Agustín: Yo he sido informado que vos siendo seglar fuisteis en el Armada de Loaysa y pasastes al estrecho de Magallanes y a la Espacería, donde estuvisteis ocho años en nuestro servicio. Y porque ahora Nos hemos encargado a Don Luis de Velasco, nuestro Virrey de esa Nueva España, que envie dos navios al descubrimiento de las islas del Poniente, hacia los Malucos, y les ordene los que han de hacer conforme a la instrucción que es le ha enviado; y porque según de mucha noticia que diz que tenis de las cosas de aquella tierra y entender, como entendeis bien, la navegación della y ser buen cosmógrafo, sería de gran efecto que vos fuesedes en dichos navios, así para toca la dicha navegación como para servicio de Dios Nuestro Señor y y nuestro. Yo vos ruego y encargo que vais en dichos navios y hagais lo que por el dicho Virrey os fuere ordenado, que además del servicio que hareis a Nuestro Señor yo seré muy servido, y mandaré tener cuenta con ello para que recibais merced en hobiere lugar.
De Valladolid a 24 de Septiembre de 1559 años.
Yo el Rey”Las Filipinas, que habían sido descubiertas en el viaje, el primero, alrededor del mundo que realizaron Magallanes y Elcano, caían dentro de la demarcación portuguesa según el Tratado de Tordesillas de 1494, pero aun así Felipe II quería rescatar a los supervivientes de la expedición anterior de Villalobos (1542–1544), que fue quien bautizó al archipiélago con el nombre de Filipinas en honor al rey Felipe II.
Velasco preparó en 1564 y López de Legazpi, ya viudo, fue puesto al mando de dicha expedición a propuesta de Urdaneta, siendo nombrado por el Rey «Almirante, General y Gobernador de todas las tierras que conquistase», aun cuando no era marino. La expedición la componían cinco embarcaciones y Urdaneta participaba en ella como piloto. Legazpi vendió todos los bienes, a excepción de la casa de México, para hacer frente a la expedición, que sufrió retrasos debido a la atracción que la Florida empezó a tener entre los colonos mexicanos. Enroló en la expedición a su nieto Felipe de Salcedo, así como a Martín de Goiti en calidad de capitán de artillería.
El 1 de septiembre de 1564, el presidente y oidores de la Real Audiencia de México dan a Legazpi el documento donde especifican las instrucciones y órdenes que llevaba la expedición. El extenso documento, que ocupaba más de 24 páginas, especificaba todo un código de normas de control, comportamiento y organización, así como la recomendación de dar buen trato a los naturales, que llegaba hasta a indicar cómo se debían de repartir las raciones y evitar que existieran bocas inútiles;
“... que no haya en la dicha Armada, criados ni mozos de servicio superfluos... y si más gente fuera, en especial de la inútil...”Aunque hace una salvedad en cuanto al servicio, al conceder una docena de personas destinadas a esas labores prohibiendo cualquier subida a bordo de otro tipo, dice el documento en este punto:
“Otrosi: no consentireis que por via ni manera alguna se embarquen ni vayan los dichos navios, indios o indias, negros o negras, ni mujeres algunas, casadas ni solteras de cualquier calidad y condición que sea, salvo hasta una docena de negros y negras de servicio, los cuales repartireis en todos los navios, como os pareciese.”Con las cinco naves y unos 350 hombres, la expedición que encabezaba López de Legazpi partió del puerto de Barra de Navidad, Jalisco, el 21 de noviembre de 1564 después de que el día 19 de noviembre se bendijeran la bandera y los estandartes.
De la isla de Guam a Filipinas [editar]
La expedición atravesó el Pacífico en 93 días y pasó por el archipiélago de las Marianas. El 22 de octubre desembarcaron en la isla de Guam, conocida por isla de los Ladrones, que identifican por el tipo de velamen de sus embarcaciones y canoas que ven. Legazpi ordena lo siguiente:
“que ninguna persona de la Armada fuese osado de saltar a tierra sin su licencia y los que en ella saltasen no hicieran fuerza, agravio ni daño alguno a los naturales ni de ellos tomasen cosa ninguna, así en sus bastimentas como de otras cosas, y que no les tocasen en sus sementeras, ni labranzas, ni cortasen palma ni otro árbol alguno, y que no diesen ni contratasen con los naturales cosa ninguna de ningún género que fuese, sino fuese por mano de los Oficiales de Su Majestad, que tenían cargo de ello, so graves penas, y a los Capitanes que lo consintieran, so pena de suspensión de sus oficios.”Compraron alimentos a los nativos y tomó posesión de la isla para la Corona española. El 5 de febrero salen rumbo hacia las llamadas Islas de Poniente, las Filipinas. El día 15 tocan tierra en la isla de Samar, en donde el Alférez Mayor, Andrés de Ibarra, tomó posesión de la misma previo acuerdo con el dirigente local. El 20 del mismo mes se hacen de nuevo a la mar y llegan a Leite, en donde Legazpi levanta la acta de rigor de toma de posesión, aún con la hostilidad de sus habitantes. El 5 de marzo llegan al puerto de Carvallán.
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Itinerario seguido por la expedición de Miguel López de Legazpi en el Archipiélago Filipino
La escasez de alimentos impulsó la búsqueda de nuevas bases, para lo que se fueron extendiendo los dominios españoles sobre las diferentes islas, llegando a dominar gran parte del archipiélago, a excepción de Mindanao y las islas de Sulú. Esta expansión se realizó con relativa facilidad, al estar los diferentes pueblos que ocupaban las islas enfrentados los unos a los otros, y al establecer Legazpi relaciones amistosas con algunos de ellos, por ejemplo, con los nativos de Bohol mediante la firma de un «pacto de sangre» con el jefe Sikatuna. Los abusos que en el pasado habían cometido los navegantes portugueses en algunos puntos del archipiélago motivaron que algunos pueblos opusieran a Legazpi un fuerte resistencia.
En una reunión deciden establecer un campamento para pasar el invierno en la isla de Cebú, que estaba muy habitada y tenía mucha provisión de alimentos, a la que llegan de nuevo el 27 de abril. Estiman que...
“si no quisieren los naturales de la tierra dalles bastimentos por precios justos y usados y ser amigos nuestros, como el general pretendía, se le podrá hacer guerra justamente.”Sus ansias de paz toparon con los recelos del gobernador local, el Rajah Tupas, que era hijo del que años antes había liquidado a 30 hombres de la expedición de Magallanes en un banquete trampa. Legazpi intentó negociar un acuerdo de paz, pero Tupas mandó a una fuerza de 2.500 hombres contra las naves de los españoles. Después de la batalla, Legazpi volvió a intentar acordar su establecimiento pacífico y de nuevo fue rechazado.
Las tropas españolas desembarcaron en tres bateles al mando de Goiti y Juan de la Isla, y los navíos dispararon sus cañones contra el poblado, destruyendo algunas casas y haciendo huir a los habitantes. Los españoles, que tenían una necesidad imperiosa de abastecimiento, registraron la población sin encontrar nada que pudiera servirles.
En el registro, un bermeano encuentra en una choza la imagen del Niño Jesús (al que llamarían Invención del Niño Jesús y que actualmente está en la iglesia que posteriormente construyeron los Agustinos en Cebú) y que debía de proceder de alguna expedición anterior. Legazpi manda iniciar los trabajos del fuerte, que comienzan con el trazado del mismo el día 8 de mayo. Ante estos hechos, el rey Tupas acompañado por Tamuñán se presentó a Legazpi, que los recibió en su barco La Capitana, para establecer la paz. Se realiza el juramento de sangre, que consistió en que
“el gobernador se sangró el pecho en una taza y lo mismo el Tupas y Tamuñán, y se sacara la sangre de todos tres se revolvió con un poco de vino, el cual se echó en tres vasos, tantos el uno como el otro lo bebieron todos los tres, á la par, cada uno su parte”y funda allí los primeros asentamientos españoles: la Villa del Santísimo Nombre de Jesús y la Villa de San Miguel, hoy Ciudad de Cebú, que se convertiría en la capital de las Filipinas y en base de la conquista de las mismas.
Legazpi envía a su nieto Felipe de Salcedo de vuelta a México y lleva de cosmógrafo a Urdaneta, que informó del descubrimiento de la ruta de navegación por el norte del Pacífico hacia el este y se opuso a su conquista al caer dentro de los dominios asignados a los portugueses. Estos mandaron una escuadra a la conquista de la recién fundada Villa de San Miguel, pero fue rechazada en dos ocasiones, en 1568 y 1569.
Como respuesta a la expulsión española de las Molucas, Felipe II decidió mantener el control sobre las Filipinas. Para ello nombró a Legazpi gobernador y capitán general de Filipinas y envió tropas de refuerzo.
En Cebú Legazpi tiene que hacer frente a un levantamiento de algunos de los gentilhombres, que acaban derrotados y en la horca.
En 1566 llega el galeón San Gerónimo desde México, con lo que queda definitivamente confirmada la ruta. En 1567, 2.100 españoles, los soldados mexicanos y los trabajadores llegaron a Cebú por órdenes del rey. Establecen una ciudad y construyen el puerto de Fortaleza de San Pedro, que se convirtió en su puesto avanzado para el comercio con México y la protección contra rebeliones nativas hostiles y los ataques de los portugueses, que fueron definitivamente rechazados. Las nuevas posesiones fueron organizadas bajo el nombre de islas Filipinas.
Legazpi destacó como administrador de los nuevos dominios, en donde introdujo las encomiendas, tal como se hacía en América, y activó el comercio con los países vecinos, en especial con China, para lo que aprovechó la colonia de comerciantes chinos establecidos en Luzón desde antes de su llegada. La cuestión religiosa quedó en manos de los Agustinos dirigidos por fray Andrés de Urdaneta.
La conquista siguió por las islas restantes, Panay (donde estableció su nueva base), Masbate, Mindoro y, finalmente, Luzón, donde encontró la gran resistencia de los tagalos.
Fundación de Manila [editar]
La prosperidad del asentamiento de Maynilad atrajo la atención de Legazpi en cuanto este tuvo noticias de su existencia en 1568. Para su conquista mandó a dos de sus hombres, Martín de Goiti y Juan de Salcedo, que era su nieto, en expedición al mando de unos 300 soldados. Maynilad era un enclave musulmán, situado al norte de la isla de Luzón, dedicado al comercio.
Salcedo y Goiti llegaron a la bahía de Manila el 8 de mayo de 1570, después de haber librado varias batallas por el norte de la isla contra piratas chinos. Los españoles quedan sorprendidos por el tamaño del puerto y son recibidos amistosamente, acampando por algún tiempo en las proximidades del enclave. Al poco tiempo se desataron incidentes entre los nativos y los españoles y se produjeron dos batallas, siendo derrotados los nativos en la segunda de ellas, con lo que el control de la zona pasó a manos españolas después de los correspondientes protocolos y ceremonias de paz, que duraron tres días. Fue el Rajah Matanda quien entregó Maynilad a López de Legazpi.
Legazpi llegó a un acuerdo con los gobernantes locales Rajahs Suliman, Matanda y Lakandula. En el mismo se acordaba fundar una ciudad que tendría dos alcaldes, 12 concejales y un secretario. La ciudad sería doble, la intramuros, española, y la extramuros indígena.
Con la conquista de Maynilad se completó el control sobre la isla de Luzón, a la que Legazpi llamó Nuevo reino de Castilla. Reconociendo el valor estratégico y comercial del enclave, el 24 de junio de 1571 Legazpi fundaba la Siempre Leal y Distinguida Ciudad de España en el Oriente de Manila y la convirtió en la sede del gobierno del archipiélago y de los dominios españoles del Lejano Oriente.
La edificación de la ciudad —dividida en dos zonas, la de intramuros y la de extramuros— se debió a la real orden que Felipe II emitió desde el Monasterio de San Lorenzo del Escorial el 3 de julio de 1573, y en la que se planificaba la zona de intramuros al estilo español de la época con carácter defensivo con planos de Herrera, arquitecto de El Escorial, y dejando extramuros para las aldeas indígenas que más tarde darían lugar a nuevos pueblos y acabarían, con el tiempo, integrando la urbe de Manila.
Cuatro años después de su fundación, Manila sufrió un ataque a manos del pirata chino Lima-Hong. El gobernador Guido de Lavezares y el maestre de campo Juan de Salcedo, al mando de 500 españoles, expulsaron a la flota mercenaria chino-japonesa.
Muerte de Legazpi [editar]
Después de proclamar capital del archipiélago de las Filipinas y de los dominios españoles del Lejano Oriente a Manila, López de Legazpi trasladó allí su residencia. Permaneció en Manila hasta su muerte el 20 de agosto de 1572.
Miguel López de Legazpi murió de un ataque de apoplejía y en una situación económica precaria, sin saber que el rey Felipe II había firmado una Real Cédula por la que le nombraba Gobernador vitalicio y Capitán General de Filipinas y le destinaba una paga de 2.000 ducados.
Fray Andrés de Urdaneta definía a Miguel López de Legazpi el 1 de enero de 1561, en una carta dirigida al rey Felipe II de la siguiente forma:
“El virrey don luis de velasco ha nombrado por general para esta jornada a miguel lópez de legaspi, natural de la provincia de guipúzcoa e veçino desta çiudad donde ha seido casado y al presente está viudo, e tiene hijos ya hombres e hijas casadas que tienen ya hijos, tiene otras hijas ya mugeres para podellas casar; es de edad de mas de çinquenta años, es hijodalgo conocido, onrrado e virtuoso e de buenas costumbres y exemplo, de muy buen juicio e natural, cuerdo y reportado, e ombre que ha dado siempre buena quenta de las cosas que se le han encomendado del serviçio de V.M. Espero en Dios que ha de ser muy açeptado en quél vaya por caudillo de la jornada.”Durante la conquista, escribió al rey varias cartas, las cuales están guardadas, bajo el título de Cartas al Rey Don Felipe II sobre la expedición, conquistas y progresos de las islas Filipinas en el Archivo de Indias en Sevilla.
La casa natal en Zumárraga [editar]
La casa «Jáuregi» en donde nació Miguel López de Legazpi se halla en la localidad guipuzcoana de Zumárraga. En 1947, el escritor José de Arteche denunciaba el estado de ruina que dicho edificio presentaba. En 1964 el Ayuntamiento de Zumárraga restaura la edificación, que inaugura en el cuarto centenario de la expedición y se instala un museo. En la actualidad alberga una escuela de música. En Zumárraga se levanta un monumento a Miguel López de Legazpi y se guarda un cuadro suyo en la casa consistorial. También hay monumentos suyos en Manila.
http://eur.i1.yimg.com/eur.yimg.com/...97060a02daabf2
http://es.wikipedia.org/wiki/Miguel_...pez_de_Legazpi
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Re: Euskal Herria, cuna de héroes hispánicos
D. José de Urrutia (1678 Guipúzcoa - 1741 San Antonio de Texas)
Captain José de Urrutia was born in the province of Guipúzcoa, Spain, on or about 1678. He and his brother Toribio came to the Americas before 1691. Little information exists on their early years in and about New Spain, but by 1691, Jose, a mere youth, accompanies Dón Domingo Terán de los Ríos, into an expedition into Texas. Terán had been in the Spanish service in Peru for twenty years. In 1681, he came to Mexico as a deputy of the consulate of Seville. Because of his successes in quelling Indian disturbances, his instructions included establishing seven missions among the Tejas Indians. At this time the Spanish military established a garrison near the Neches River, a boundary stream forming the county lines in what is now East Texas and the Louisiana border.
In the winter of 1693, the Tejas Indians turned hostile which forced the garrison into a tortuous withdrawal from Texas. It was on this fateful date that José de Urrutia met with an accident on the San Marcos River, (but which scholars now believe to have been either the Colorado River or the Navidad River). The San Marcos River flows southeast for seventy-five miles, forming the boundary between Gonzales and Caldwell counties, before reaching its mouth on the Guadalupe River, two miles west of Gonzales. Forced to remain among the friendly Kanohatinos, Tohos, and Xarames Indians that inhabited this area, Captain Jose and four soldiers remained for an extended period. He soon gained the respect of these tribes by quickly learning their languages and becoming intimately acquainted with their customs. This earned him the title of "captain general" and soon afterwards, he oversaw the activities of all the nations hostile to the Apaches Indians. Under his leadership, he conducted several extensive campaigns against the fierce and hostile Apache.
By the early 1700’s a band of “nomadic hunter and gatherers”, the Comanche, began migrating south and they showed up in the Texas panhandle and in New Mexico. It was this migration that would drive the Apaches out of the High Plains. Only after their arrival on the Plains did the tribe come to be known as Comanche, a name derived from the Ute word Komántcia, meaning "enemy". This fact alone tells the reader a great deal about these warriors. Like the Spaniards, the Comanche were a new addition to Texas. They came from Wyoming and had once been part of the Shoshone Indians. (The Comanche and the Shoshone share a common language). Historical data says that the Comanche acquired their first horses around 1680. It is interesting to note that in an ironic twist of fate, the Spaniards, in an earlier century, introduced the horse into the Americas. Once the Comanche had horses they learned to use them, thereby enabling this nomadic tribe to be more mobile in hunting and in warfare. As their migration continued, the Comanche used their skill with horses to strike swiftly and overcome their opponents. The numerous accounts of the depredations and murders inflicted by the Comanche on the local Indian population as well as on the Spanish featured prominently in the every day life of the settlers of San Antonio and its missions. The Comanche have distinguished themselves as the finest light cavalry in the world with the exception of the Cheyenne Indians, which out classed them. Even today, one can well imagine the Indian war cries that terrified my early ancestors.
By his own statement, Captain Jose claims to have lived amongst the Indians for seven years. When Captain José rejoined his countrymen remains unknown, but by 1696, he had returned to New Spain. There he held a prominent military position with the Spanish government.
To promote trade with the local Indians and the Spanish of New Spain, in 1714 a French cavalier, Lieutenant Louis Juchereau de Saint Denis, established a trading post that grew into the town of Natchitoches, Louisiana. It was a short time later that several overland highways met at Natchitoches, including the Natchez Trace from the east and the Camino Real (The King’s Highway) from New Spain. Natchitoches, recognized as the oldest permanent settlement in Louisiana, plays a major role in the histories of both Texas and Louisiana, and given notoriety by the filming of the movie “Steel Magnolias”. St. Denis presented himself to the Indians of East Texas and revealed his plan to go into Mexico. The Indians asked St. Denis if he would seek their beloved “captain general”. This illustrates how completely Captain Jose endeared himself to the Indians. St. Denis did go to Mexico and found himself under a “pleasant house arrest” while Spanish officials awaited instructions from Mexico City on what to do with “a foreigner bearing goods banned by Spanish mercantile restrictions.” The Spanish Crown enacted an order prohibiting entry of foreign traders or their merchandise into any Spanish territory. St. Denis, however, used this occasion to court and wins a promise of marriage to the Doña Maria Manuela de Sanchez Navarro. The beautiful Manuela, as referenced in numerous accounts, is the granddaughter of Dona Feliciana Camacho y Botello, and the step granddaughter of Major Diego Ramon. The union guaranteed St. Denis a successful outcome with the Spanish Viceroy, who later appointed him conductor of supplies for the planned Ramon expedition to Texas. In 1721, St. Denis became the commander of Fort St. Jean Baptiste, located near the mouth of Bayou Amulet. When Manuela died, April 16, 1758, the annals of Natchitoches record that she was the wealthiest woman in Louisiana. Northwestern State University of Louisiana now occupies the property of her estate. Throughout the parishes of Louisiana, the genealogist can find the descendants of the union between St. Denis and Sanchez
Captain José married twice. The first occurred on January 7, 1697 to Doña Antonia Ramón. Doña Antonia was the daughter of Governor Dón Diego Ramón and the Doña Feliciana Camacho y Botello. The marriage ceremony performed at the parish church, Santiago Apostol, in the silver mining town of Monclova, in the state of Coahulia in Mexico. Captain José and Antonia had one daughter, Antonia, who later married Dón Luis Antonio Menchaca. The Menchacas settled in San Antonio, and in 1753, Don Luis earned the appointment and title of the commander of San Antonio de Bexar. They left their own unique mark in Texas history.
After the death of his first wife during childbirth, Dón José married the Doña Rosa Flores y Valdez; the daughter of Dón Juan Flores y Valdez and Doña Josefa de Hoyos y de la Garza Falcon. Dona Rosa’s families are descendents of the original Conquistadors of Coahulia and Nuevo Leon in New Spain. This marriage most likely took place in Saltillo. From the union they had four daughters and six sons, including a son named Turbico de Urrutia, who would later succeed him as captain of the presidio de Bexar. Their children, Rosa Micaela, married Dón Pedro Jose de Godoy; Cathalina, married Dón Jose de Plaza; Juana married Dón Ignacio Gonzalez de Inclán. When widowed, her second marriage was to Dón Pedro Mariano de Ocón y Trillo; Ana Gertrudis Josefina, married Dón Antonio Nicolas de Treviño Gutierrez; Captain Toribio de Urrutia, married Doña Ana Maria de Farias y Flores de Abrego and Doña Maria Josefa Flores de Valdez; Joaquin married Doña Maria Josefa Hernández Longoria; Pedro married Doña Gertrudis Flores y Valdez; Manuel died young and never married; Ignacio Cayetano married Doña Rosa Sánchez Navarro y Gomez; Miguel married Doña Clara Cantu.
On March 1, 1700, the new Governor of Coahulia was Dón Francisco Cuervo de Valdez a knight of the Order of Santiago. (He would later serve as the Governor of New Mexico). To help establish the Mission San Francisco Solano, Cuervo de Valdez commissioned Dón Jose’s father-in-law, Major Diego Ramón, now the former Governor, the commander of the presidio de San Juan Bautista del Rio Grande. Major Ramón commissioned other frontiersmen and together they enter the regions of Texas. This mission, the predecessor of the Alamo, was later relocated and renamed.
On July 23, 1733, Dón José now had forty years experience with the Indians of Coahuila, Nuevo León, and Texas. He earned the commission as the Captain and commander of the presidio of San Antonio de Bexar. This post suited him well, for Dón José was the most knowledgeable on Indian affairs of all the New World Spaniards. His new residence was the old Comandancia that today is known as the Spanish Governors’ Palace in San Antonio, Texas. Of note: The Governor never resided there. This building always served as an administrative office or for official ceremonies.
From 1734 to 1738, a succession of Apache raids resulted in a great loss of lives and livestock. Situated in a volatile area, the inhabitants of Bexar lived in constant fear and some families moved into the boundaries of the city. The situation worsen to the point that in the winter of 1739 Captain Jose led a campaign against the Apache Indians in the San Saba region (now known as located in the Texas “Hill Country” and boasts the title “Pecan Capital of the World”). He reached in this campaign the same point that years earlier another Spaniard by the name of Dón Juan Antonio Bustillo y Ceballos had reached in 1732. This campaign momentarily defeated the Apache and brought a short period of peace and stability to the area. It would not be long after that the Apache and the Spanish would find themselves warring with the Comanche. In 1743, the first report of the Comanche was sent to the viceroy.
Captain Jose’s many connections in Coahulia, Nuevo Leon, and New Spain’s capital city Mexico (Mexico City) are acknowledged by the fact that he was a friend and confidant to the powerful Marquis of San Miguel de Aguayo, Dón Joseph Ramón de Azlor y Virto de Vera and that he had a business venture with the merchant, Dón Juan de Angulo of Mexico City. On September 25, 1735, Captain Jose and Juan drafted a contract or a power of attorney (POA) where Jose had the authority to collect 350 pesos a year from 40 of his men’s salaries. Juan in turn would supply them with their necessary needs. This POA document, of particular interest to a genealogist, contains the roster of the soldiers that were garrison in San Antonio. An enthusiast can find housed in the Spanish Archives Collection at the Bexar County Courthouse a copy of the POA.
The San Fernando Catholic Church records of February 18, 1738 note that Captain José gave 100 pesos towards the construction of San Fernando Church. This church was named after the thirteenth century Spanish monarch, Ferdinand III. At eighteen years of age, the young king led his army to defeat the Moors and reestablished Christianity worship in Castile, Spain. In 1671, Pope Clement X canonized King Ferdinand III a saint. When founded in 1731, San Fernando church was the first Christian church west of the Mississippi River. The secular clergy administered the sacred rites under the jurisdiction of the diocese of Guadalajara, in New Spain. The monastic Franciscans administered prior spiritual care from the local mission, San Antonio de Valero. This new parish served the religious and civic events for the civilian and military populations. It became known as San Fernando Cathedral in later times.
Captain Jose’s property included holdings in Coahulia as well as in Texas. In San Antonio, Texas, Captain Jose and his family received a Royal Land Grant from the King of Spain. The land grants included water rights that went with the land and was measured by the number of days in which water could be used. The water was derived from the San Antonio River and one day of water was equivalent to 117 acres. (Even by today’s standards, this is quite a track of land). This grant was near what is now Military Plaza, between Houston and Commerce Street in San Antonio. A son-in-law, Dón Ignacio Gonzalez de Inclán, a native of Milan, Italy, (a duchy under Spanish domain) a soldier and cashier under the Captain’s command owned the property across the street from the Comandancia. On June 10, 1739, Dón Ignacio received his land grant (Spanish Deed #704 Bexar County Courthouse) located on the northwest corner of West Commerce and Flores streets. His widow, Doña Juana de Urrutia would later sell this property to Dón Diego Ramón Jr. This land with its adobe house would later pass to a kinsmen, Dón Luis Mariano Menchaca. Upon his death, the property passed to his widow, Doña Maria Concepcion de Estrada, and on her will of March 21, 1815, she bequest the property to her son, Dón José Maria Rodríguez. On her will was a clause which provided “one day of water” to be sold to defray her burial expense and the balance to be applied for masses to be said for her and her deceased husbands souls. This one story adobe landmark stood for two centuries before giving way for a commercial building that stands there today. The site remains as an abandoned five and dime store.
The Captain’s last will and testament is dated July 4, 1740, San Antonio, Texas. His will was witness by the Notary Public and Secretary, Dón Francisco Joseph de Arocha, and father-in-law to his granddaughter, Doña Maria Ignacia de Urrutia. He died in San Antonio on July 16, 1741. As mentioned previously, his son, Turbico de Urrutia succeeded him as commander.
The sons and daughters of the Urrutia and Ramon clans married and settled in Coahulia and Nuevo Leon, Mexico, Texas and Louisiana. Later Generations also contributed in shaping the new Republic of Texas.
The flags from Spain, Mexico, the Republic of Texas and the Unites States have flown successively over Texas. Likewise, the intricate web of allied families of Coahulia and Nuevo Leon, found in Texas, comprise an interwoven community that irrefutably credits the Spanish conquests in providing the Hispanic origins.
http://www.geneabios.com/urrutia.htm
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Re: Euskal Herria, cuna de héroes hispánicos
D. Antonio de Okendo
Antonio de Oquendo
Antonio de Oquendo (San Sebastián, octubre de 1577 - La Coruña, 7 de junio de 1640) fue un marino y militar español, almirante general de la Armada del Mar Océano. Participó en más de cien combates navales. Sus dos hechos principales fueron la batalla de los Abrojos en 1631, y la de las Dunas, en 1639.
Se asegura que su éxito en operaciones militares era debido a lo bien organizados, que estaban sus buques y a la férrea disciplina que en ellos imperaba.
Vida [editar]
Juventud [editar]
Hijo de Miguel de Oquendo, capitán general de la armada de Guipúzcoa, que participó junto a don Álvaro de Bazán en la Batalla de las Terceras, y murió en el desastre de la Invencible. A los 16 años ingresó con la plaza de caballero entretenido en las galeras de Nápoles, mandadas a la sazón por Pedro de Toledo, distinguiéndose en seguida "por su bella índole y gran fondo de talento militar".
Hacía 1594 pasó a la armada del Océano, cuyo general era entonces don Luis Fajardo. Cuando aún no tenía 18 años se le dio el mando de los bajeles ligeros Delfín de Escocia y la Dobladilla, pertenecientes a dicha armada.
El 15 de julio de 1604 partió de Lisboa con la misión de dar caza a un corsario inglés que con dos buques atacaba y extorsionaba a los pueblos de Andalucía, Galicia y Portugal. Al alba del 7 de agosto encontró a su enemigo en el Golfo de Cádiz; el corsario le abordó, metiéndole cien hombres dentro de su buque. Oquendo, al cabo de dos horas de combate, batió a todos, habiendo muchos muertos y heridos de ambas partes. El corsario trató de desaferrarse para huir, pero Oquendo entró con su gente, apresándolo. El otro buque, que se había estado batiendo al cañón con la “Dobladilla”, huyó a toda fuerza de vela y no pudo ser alcanzado. Los españoles quedaron muy averiados, arribando a Cascaes. Fue recibido triunfalmente en Lisboa, felicitado por el rey Felipe III y por su capitán general don Luis Fajardo.
Gobernador de la escuadra del Cantábrico [editar]
En 1607, es nombrado gobernador de la escuadra de Vizcaya al fallecer Martín de Bertendona. Con esta armada guardaba las costas ante las amenazas de los holandeses, que venían dispuestos a incendiar los buques españoles en los puertos cantábricos. Ante la noticia de la salida de la armada de Vizcaya, se retiraron.
En junio fueron puestas a sus órdenes las escuadras de Guipúzcoa y de las Cuatro Villas, y junto a la de Vizcaya compusieron la escuadra llamada del Cantábrico. Con estas fuerzas efectuó muchos cruceros, protegiendo la llegada de las flotas de Indias y haciendo numerosas presas. En el mismo año fue nombrado general de la flota de Nueva España, sin cesar en la escuadra de Cantabria, con la que continuó al terminar su comisión de América.
Sirvió también con sus fuerzas, en calidad de almirante, a las órdenes del príncipe Filiberto de Saboya, que ostentaba el título de Príncipe de la Mar. Filiberto hizo ante el rey un caluroso elogio de Oquendo, y el rey confirió a éste el hábito de Santiago y encargó a don Rodrigo Calderón que, de su mano y en representación de él, le armase caballero.
Encarcelado [editar]
En 1619, Juan Fajardo, almirante general de la escuadra del Océano, pidió permiso para retirarse, permiso que le fue denegado por confiársele la guarda del Estrecho. Fajardo decidió retirarse sin el permiso real, por lo que fue arrestado y encerrado en el castillo de Sanlúcar de Barrameda. Oquendo fue nombrado para sustituirle, pero éste se excusó diciendo que estaba dedicado al alistamiento de su escuadra y a la construcción de un navío que había de servirle de capitana. Al mismo tiempo señalaba la inconveniencia de tal sustitución, comunicando al secretario Arostegui: que el no ir a servir no era falta de voluntad, sino que por no lo hacer con honra, es mejor excusarlo.
Molestos los miembros del Consejo contra el que se atrevía de este modo a darles lecciones, propusieron al rey que se quitase el mando a Oquendo y fuese encerrado en el castillo de Fuenterrabía. Poco después le fue conmutada a Oquendo esta prisión por la reclusión en el convento de San Telmo, en San Sebastián, con permiso para poder salir a inspeccionar su galeón. Intervino al fin su protector, el príncipe Filiberto, cuyos buenos oficios lograron su liberación. Pronto se le dio un nuevo mando, el de los galeones de la carrera de Indias, con los que efectuó algunos viajes.
En los primeros tiempos del reinado de Felipe IV, Oquendo fue consultado por su ministro el conde de Olivares sobre asuntos de Indias, servicio naval y comercio de Tierra Firme.
Procesamiento [editar]
En 1624 fue procesado, acusado de irregularidades en su mando y favoritismo, admitiendo en la flota buques inadecuados, por pertenecer a sus amigos, y también de no permitir las necesarias reparaciones en los buques y de una injustificada invernada en La Habana. De tal modo, los galeones “Espíritu Santo” y “Santísima Trinidad” se habían ido a pique por ir en malas condiciones, perdiendo el tesoro de su carga.
Pudo rebatir cumplidamente todos los cargos que se le habían hecho a impulso de la envidia de sus contrarios, y al cabo de año y medio se pronunció la sentencia: privación del mando de las flotas de Indias durante cuatro años, "menos los que fuesen voluntad de Su Majestad, de su Consejo de Indias o de la gente de Indias, en su real nombre", y 12.000 ducados de indemnización por lo perdido en los galeones.
El socorro de La Mármora [editar]
En 1626 obtuvo en propiedad el cargo de almirante general de la armada del Océano, quedando subordinados a él todos los generales de las diferentes escuadras, como él lo quedaba al capitán general Fadrique de Toledo, en cuyas manos hacía juramento y homenaje.
Al recibir Oquendo de su gobernador don Diego de Escobedo la petición de auxilio con motivo del sitio de La Mármora por fuerzas moras en 1628, socorrió la plaza Cádiz, fletando buques y alistando gente, aún sin tener autorización de sus superiores, por considerarlo necesario para mejor servicio del rey y tratarse de un urgente auxilio. Tan complacido quedó el rey don Felipe de su servicio, que escribió de su puño y letra: "quedo tan agradecido a este servicio que me habéis hecho, como él lo merece y os lo dirá esta demostración".
La campaña de Brasil [editar]
Formando Oquendo parte del Consejo de Guerra, se reunió en Lisboa una escuadra bajo su propio mando para socorrer las costas del Brasil contra los ataques de los holandeses, especialmente las plazas de Pernambuco y de Todos los Santos. Componían la escuadra 16 naos; 5 de ellas no llegaban a las trescientas toneladas y a reunir cuarenta hombres de guarnición; otras 5 no llevaban más que la mitad de la infantería que les correspondía y quedaban 6 que eran mejores, pero también faltas de elementos y de dotación. Arbolaba Oquendo su insignia en el galeón “Santiago”.
Salió de Lisboa el 5 de mayo de 1631 convoyando una flota de buques mercantes portugueses y de 12 carabelas, que llevaban 3.000 hombres de transporte para reforzar las guarniciones de las plazas brasileñas.
Al cabo de 68 días de navegación, llegaron a la Bahía de Todos Los Santos, reforzando su guarnición y siguiendo viaje a Pernambuco con 20 naos mercantes que se agregaron al convoy. El 12 de septiembre avistaron la flota holandesa, bajo el mando del almirante Adriaan Hans Pater, que venía de saquear la isla de Santa María. El almirante holandés tuvo el gallardo pero presuntuoso gesto de ordenar que sólo atacasen a los españoles 16 de sus buques; el mismo número que los que sumaban los de Oquendo. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que la capitana y la almiranta holandesas eran buques de 900 y 1.000 toneladas, con cincuenta cañones de calibre entre 48 y 12, y, en cambio, los españoles no pasaban de las 300 toneladas e iban armados con cañones de a 22 a 8.
Antes de trabarse el combate pasó cerca de la capitana de Oquendo la carabela en que iba el conde de Bayolo, jefe de la infantería, y al estar a la voz propuso a Oquendo reforzar los buques con sus soldados. Oquendo con tono humorístico, señalando las velas enemigas le dijo: "¡Son poca ropa!"Después negó el paso de los soldados, razonando que la orden era llevarlos a Pernambuco para refuerzo y que no quería, "por si ocurría cualquier accidente que impidiera volverlos a las carabelas". El conde recibió orden de unirse al convoy y acercarse con él hacía la costa.
De tal modo se entabló un duro combate a 18º de latitud sur y a unas 240 millas de los Abrojos, a las 8 de la mañana de 12 de septiembre de 1631. La escuadra holandesa avanzó a todo trapo, desplegada en arco. Entonces, Oquendo consiguió aferrarse con hábil maniobra a la capitana enemiga por barlovento, de tal modo que los fuegos y humos fuesen hacia el holandés. Hans Pater trató de desasirse, mas no pudo, pues el capitán don Juan Castillo saltó al buque holandés y a parte de los garfios, lo aseguró con un calabrote que amarró a su palo. Pronto le quitaron la vida, y lo mismo a sus soldados, pero el fuego que se hizo desde las cofas del “Santiago” impidió a los holandeses desamarrarlo. Otro galeón holandés se colocó pronto por la banda libre del “Santiago”, pero también acudieron los españoles en auxilio de su general.
El combate aún estaba indeciso a las 16:00. Al fin, un taco encendido disparado por un cañón del “Santiago” prendió fuego a la capitana holandesa. La almiranta de su segundo, el aventurero raguseo Jerónimo Masibradi, acudió y dio remolque al “Santiago”, apartándole de la explosión del buque holandés. Hans Pater encontró la muerte en el agua, a donde se había arrojado con gran número de los suyos.
Oquendo de apoderó del estandarte de Holanda y puso en fuga al enemigo, quemando a éste tres mayores galeones y haciéndole 1.900 muertos; los españoles perdieron, por su parte, dos galeones, hundido uno de ellos, el “San Antonio”, la almiranta, y 585 muertos y 201 heridos. Tuvo la satisfacción Oquendo de saber que el galeón apresado por los holandeses, el “Buenaventura”, no pudo ser aprovechado, y que los españoles prisioneros se apoderaron de la carabela donde los llevaban y se fugaron.
Cinco días después hubo nuevo avistamiento de las escuadras, pero el almirante Tir, que sucedió en el mando a Hans Pater, eludió el combate a pesar de su manifiesta superioridad numérica. Oquendo llevó las tropas de refuerzo a Pernambuco y regresó a la Península. El 21 de noviembre entró en Lisboa, siendo objeto de entusiastas manifestaciones. Guipúzcoa le envió un calurosp mensaje de felicitación.
Gobernador de Mahón [editar]
Después de esta campaña fue nombrado capitán general de la guarda de la carrera de Indias, y en calidad de tal efectuó otro viaje a América, a cuyo regreso sufrió un duro temporal.
En 1636 Oquendo estuvo de nuevo arrestado por batirse en duelo en Madrid, provocado por un caballero italiano al que sin herir gravemente dio una fuerte lección. En 1637 recibió la orden de salir con sus buques para incorporarse a la escuadra de Nápoles. Hizo presente en qué malas condiciones de combatir se hallaban, sin gente y sin pólvora, considerando que esta salida sólo suponía ofrecer a los enemigos una fácil victoria. Por ello le llegó la orden de invernar en Mahón, donde fue nombrado gobernador de Menorca. Efectuó grandes mejoras en las fortificaciones de la isla, trayendo artillería de Nápoles.
La batalla de las Dunas [editar]
Artículo principal: Batalla de las Dunas (1639)
En agosto de 1639 se terminó de formar en Cádiz parte de la escuadra que había de acudir a operar contra Francia y Holanda: 23 buques con 1.679 hombres de mar. El 20 de julio, el secretario del rey, don Pedro Coloma, firmaba una carta en que se notificaba a Oquendo se le hacía merced del título de vizconde. Tocó la armada en La Coruña y allí se le unió la escuadra de Dunquerque, que era la mejor dotada y adiestrada. El 5 de septiembre salió de este puerto con todas sus fuerzas, yendo Oquendo en vanguardia, en su galeón “Santiago”, seguido por dicha escuadra de Dunquerque. En doce transportes ingleses iban tropas del ejército para reforzar las de los Países Bajos.
Los holandeses, según instrucciones del príncipe de Orange, habían dividido sus fuerzas en dos escuadras: una de 50 galeones y 10 brulotes, mandada personalmente por Maarten Harpertszoon Tromp, general en jefe y otra de 40 buques y 10 brulotes, a las órdenes del almirante Johan Evertsen.
Cerca del paso de Calais se encuentran las escuadras española y holandesa, entablando un combate que dura tres días (16, 17 y 18 de septiembre), al cabo de los cuales la escuadra española se refugia en la rada de Las Dunas (The Downs, en la costa inglesa) para reparar. Al cabo de un mes sale a la mar y entabla combate en inferioridad de condiciones con los holandeses que le bloqueaban la salida. El resultado es la derrota de la flota española, que perdió 43 buques. A pesar de ello, se consiguió llevar los refuerzos y los dineros al ejército de Flandes.
En esta batalla de las Dunas, la real de Oquendo se defendió tan bravamente que pudo alcanzar Mardique, siempre reciamente acosado. Cuando se reprochó al almirante holandés de no haberla apresado, respondió "La capitana Real de España con don Antonio de Oquendo dentro, es invencible". Echó ésta a pique a varios buques enemigos, y cuando entró en puerto pudieron contarse en ella 1.700 balazos de cañón, de diferentes calibres. Durante muchos días hubo que estar dando a las bombas de achique y tapando boquetes, pero al fin fue salvado el galeón “Santiago”. La salud de Oquendo quedó profundamente quebrantada; llevaba más de cuarenta días sin desnudarse y alta fiebre le devoraba. No pudo recuperarse por completo. Dijo "Ya no me falta más que morir, pues he traído a puerto con reputación la nave y el estandarte".
Volviendo a España en marzo de 1640, al estar cerca de Pasajes, donde tenía su casa, al verle tan enfermo, le aconsejaron que entrase en el puerto y que se pusiese en cura. Contestó: <<La orden que tengo es de volver a La Coruña; nunca podré mirar mejor por mí que cuando acredite mi obediencia con la muerte>>.
En La Coruña quedó postrado en el lecho y la enfermedad se fue agravando más y más. Falleció el 7 de junio, cuando rompía el fuego la artillería de los buques en salvas por la salida del Santísimo en la procesión del Corpus. Oquendo, al oír el tronar del cañón, saltó de la cama, gritando a grandes voces: "¡Enemigos! ¡Dejadme ir a la capitana, para defender la armada!"
http://www.ingeba.euskalnet.net/arga...do/oquendo.jpg
http://es.wikipedia.org/wiki/Antonio_de_Oquendo
Vale la pena leer su famosa arenga a la tropa y marinería:
http://books.google.es/books?id=mPmb...UOM3T1Gs&hl=es
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Re: Euskal Herria, cuna de héroes hispánicos
D. Andrés de Urdaneta y Zerain (1507 Ordicia-Guipúzcoa - 1568 México)
Andrés de Urdaneta nació en Ordizia a finales de 1507 o principios de 1508, contra lo que afirman sus biógrafos más antiguos, que lo hacen una década más viejo. Pero él mismo dirime la cuestión en su carta al rey de 28 de mayo de 1560: "y dado que según mi edad que pasa de 52 años".
Sus padres, Juan Ochoa de Urdaneta y Gracia de Cerain, pertenecían a la burguesía goierritarra. El padre fue alcalde de Villafranca en 1511, y la madre al parecer tendría relación familiar con el sector de las ferrerías, a la luz de su parentesco, según Velasco, con Legazpi, y el reconocimiento por Urdaneta de Andrés de Mirandaola como sobrino suyo. Aunque la tradición ordiziarra ubica su cuna en el caserío Oianguren, parece más lógico suponer que su casa natal se hallaba en el casco de la villa; Isasti reseña, en 1625, la existencia de una casa 'de Urdaneta'.
Se desconoce lo referente a su educación, pero a la vista de los resultados, ésta hubo de ser esmerada, especialmente en las ciencias exactas. Cuando embarcó por primera vez con 17 años, era ya una persona con una caligrafía cuidada y que redactaba con gran soltura. Sus escritos evidencian grandes dotes de observación y una memoria excepcional.
Urdaneta era profundamente bilingüe: escribía en castellano lo que pensaba en euskara. Sus escritos, en un castellano trufado de léxico de otros romances vecinos, resultan a veces difíciles de entender sin recurrir al euskara, del cual traslada construcciones sintácticas y locuciones.
Recibió su bautismo de mar en la expedición de Loaysa que Carlos V envió a la Especiería (Molucas) en 1525, en la carrera que Castilla y Portugal mantenían por el dominio de aquellas islas de enorme valor económico. El responsable náutico de la expedición era el circumnavegador Elcano, que mandaba la nao Sancti Spiritus, en la que embarcó Urdaneta, en un cargo sin especificar pero de responsabilidad.
Aunque se ha conjeturado, dada su edad, que embarcó como grumete o paje, las funciones que realizó nunca fueron tales: firmó como testigo documentos trascendentales como el testamento de Elcano, asumió pronto diversas responsabilidades y criticó, acertadamente, varias veces en su diario a su jefe directo por su gestión náutica.
La expedición, compuesta de 7 naves, zarpó el 24 de julio de 1525 de La Coruña. Tras graves vicisitudes en el estrecho de Magallanes y la pérdida de 6 naves por razones varias y de casi todos los dirigentes por enfermedad, arribó a Mindanao con una sola nave el 6 de octubre de 1526 bajo el mando de Carquizano, para posteriormente dirigirse a Molucas.
Urdaneta permaneció 9 años en estas islas, demostrando sus dotes de diplomático, estratega y observador. Allí adquirió, del fracaso de los intentos de retornar a América por el Pacífico y de su trato con navegantes asiáticos, conocimientos sobre el clima y la navegación local que resultarán cruciales para el tornaviaje de 1565.
El 22 de abril de 1528, Carlos V vendió a Portugal sus pretendidos derechos sobre las Molucas; al saberlo, varios años más tarde, los pocos castellanos que allí quedaban negociaron con los portugueses su retorno. Urdaneta partió de allí el 15 de febrero de 1535, arribando a Lisboa el 26 de junio de 1536. A su llegada, los portugueses le requisaron toda la documentación de que era portador, que incluía los derroteros de los viajes de Loaysa y Saavedra, mapas y "otras memorias y escripturas, lo cual tomo la dicha Guarda Mayor sin auto de escribano, ni nada, sino así de hecho".
Tras huir de Portugal por indicación del embajador español, el 26 de febrero de 1537 entregó en Valladolid un relato del viaje, hecho de memoria, que refleja sus dotes de observación, el gran conocimiento de las islas y su interés por los rendimientos de aquellas.
Por aquellas fechas le contactó Pedro de Alvarado, para que le acompañase en una nueva expedición desde la Nueva España. Para ello zarparon de Sevilla el 16 de octubre de 1538, pero a su llegada a México quedó en suspenso por las malas relaciones de Alvarado y el virrey Mendoza. La muerte de Alvarado dejó definitivamente esta expedición en manos de Villalobos, que volvería a fracasar en el intento de tornaviaje.
Urdaneta permaneció en México ocupándose de cometidos de responsabilidad, como la investigación sobre la fracasada expedición de Cabrillo a la costa californiana en 1542. Por estas fechas escribe un relato sobre variados temas como la navegación por el Caribe, la formación de los ciclones tropicales, la reproducción de las tortugas marinas o la curación de las fiebres tropicales. En 1547 se le encomendó la organización de una armada para pacificar el Perú, pero el éxito de Lagasca hizo innecesaria la expedición.
El 20 de marzo de 1553, en México, Urdaneta ingresó en la orden de los agustinos, muy implicados en la educación de las élites indígenas. No hay muchos datos acerca su actividad religiosa pero sí sabemos que perseveró en sus actividades náuticas, ya que participó en la fracasada expedición de Tristán de Luna y Arellano a Pensacola en 1559, y mantuvo estrechas relaciones con su posterior conquistador, Pedro Menéndez de Avilés.
El 24 de septiembre de 1559, Felipe II ordenó al virrey Luis de Velasco el envío de una expedición a las Filipinas y disponía la participación Urdaneta como máximo experto náutico de lo que ya se proyectaba como una ruta estable. Existen controversias sobre el destino final de esta expedición, pero la documentación existente permite establecer que las pretendidas contradicciones se debían muy posiblemente a una maniobra de enmascaramiento destinada a no despertar las suspicacias portuguesas.
Felipe II sabía, puesto que fue informado de ello, que las Filipinas caían en la demarcación portuguesa según el Tratado de Tordesillas, pero también era sabedor de que en Filipinas no había portugueses.
Para consolidar el dominio de Filipinas y establecer un puente comercial con China era imprescindible, sin embargo, hallar una ruta de retorno a través de Pacífico hasta Nueva España. Cinco intentos anteriores de tornaviaje habían fracasado y Urdaneta era el hombre clave para resolver el desafío.
La expedición zarpa, al mando de Legazpi, el 21 de noviembre de 1564 del puerto de La Navidad, en Nueva España. Siguiendo una de las tres alternativas propuestas por Urdaneta, navegó por la ruta más ecuatorial, bien conocida porque ya la habían usado para la ida Saavedra y Villalobos.
Urdaneta dio pruebas sobradas de la precisión de sus cálculos y su conocimiento del inmenso Pacífico. El 21 de enero de 1565 avisaba de la proximidad de la isla de Guam, avistada al día siguiente; los pilotos de la expedición creían estar ya en Filipinas, a donde no llegarían hasta el 13 de febrero.
A su llegada, exploraron diversas islas del archipiélago filipino en busca de un asentamiento definitivo. El 15 de marzo de 1565, mientras continuaban con sus exploraciones, fondearon en Bohol, por la gran cantidad de madera existente en ella, para reparar la nao San Pedro destinada a efectuar el tornaviaje.
Los informes favorables de la fragata enviada al efecto indujeron a Legazpi a elegir Cebú como emplazamiento final de los expedicionarios que permanecerían para iniciar la conquista. La flota se trasladó allí el 27 de abril y Urdaneta fue el primero en ir a tierra para negociar con los nativos por sus conocimientos lingüísticos (al parecer, hablaba fluidamente el malayo, lengua de relación en buena parte del Sudeste asiático, además de tener conocimientos de varias lenguas locales más).
Establecido el asentamiento definitivo en Filipinas, sólo restaba descubrir la ruta que permitiera la conexión estable con la Nueva España.
EL TORNAVIAJE
El regreso de Filipinas a México en 1565 marcó un hito en la historia de la navegación. Se trataba del viaje más largo, 7.644 millas, navegando por una ruta desconocida, de los realizados hasta entonces.
Un viaje de tanta transcendencia se ejecutó bajo el mando de un muchacho de 18 años, Felipe de Salcedo, nieto de Legazpi, y la dirección técnica de un fraile de 57 años, Urdaneta. Sólo la confianza que inspiraba éste puede explicar lo que, en cualquier otra circunstancia, hubiera sido una temeridad suicida.
La nao San Pedro zarpó de Cebú el 1 de junio de 1565, aunque la navegación transpacífica propiamente dicha comenzó el día 9 al salir del estrecho de San Bernardino.
Impulsados por el monzón de verano, hasta el 4 de agosto navegaron al nordeste buscando la corriente del Kuro-Shivo que los impulsaría hasta Acapulco; ese día alcanzaron por primera vez los 39º de latitud norte en una longitud de 170º oeste. Posteriormente, descendieron a los 32º N, y volvieron a subir a los 39º 30' N el 4 de septiembre. Ni estos dos 'picos' que prolongaban 'innecesariamente' la navegación fueron casuales: Urdaneta intentaba verificar la longitud, coordenada indomeñable por entonces pero imprescindible para cruzar el Pacífico transversalmente.
Sus cálculos resultaron más que atinados ya que el piloto Espinosa, al concretar la primera estimación de distancia al continente americano, anota en su diario que Urdaneta calcula estar a 270 leguas del actual Cabo Mendocino, una distancia que se verificará tras los posteriores 15 días de navegación. Navegando exclusivamente por estima, tras 7000 millas sería imposible lograr tal precisión.
El 18 de septiembre avistan la isla californiana de Santa Rosa con lo que culminaban la primera travesía del Pacífico de oeste a este. A partir de ese día, con una tripulación agotada pero no sin verse apremiados por el hambre o la sed, descendieron a buena velocidad costeando hasta el destino elegido por Urdaneta, Acapulco, a donde arribaron el 8 de octubre.
No sólo se deshizo el extendido mito de su imposibilidad, sino que fue un tornaviaje rápido y sin contratiempos, en el que nada se improvisó. Los frutos directos de aquel viaje perduraron hasta marzo de 1815 en que zarpó el último galeón de Manila; los indirectos, se siguen materializando en una de las principales rutas marítimas del mundo moderno.
Tras la llegada del Tornaviaje a la Nueva España y prestar declaración ante la Audiencia, Urdaneta se embarcó con destino a Castilla para rendir cuentas ante Felipe II.
Ya en Castilla, nuestro hombre redactó el documento “Parecer del P. Andrés de Urdaneta”, sobre la posesión de las islas de acuerdo a los términos del Tratado de Tordesillas, el 8 de octubre de 1566.
Cumplido este trámite y con la venía del Consejo de Indias, regresó al convento de San Agustín de México donde falleció el 3 de junio de 1568.
http://www.andresurdaneta.org/antbus...=1754&sesion=1
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Re: Euskal Herria, cuna de héroes hispánicos
D. Juan de Urbieta Berástegi y Lezo
Juan de Urbieta Berástegui y Lezo (Hernani, ? - Hernani 1553) fue un soldado de infantería vasco que alcanzó gran fama y notoriedad por haber hecho prisionero al rey Francisco I de Francia en la Batalla de Pavía que se libró entre españoles y franceses el 24 de febrero de 1525.
Rodeados por las tropas imperiales, el rey de Francia y su escolta que combatían a pie, intentaron abrirse paso rompiendo el cerco. De pronto, Francisco cayó del caballo, y al erguirse, se encontró con un estoque en su cuello. Era el soldado Juan de Urbieta que lo hacía preso. Diego Dávila, granadino, y Alonso Pita da Veiga, gallego, se juntaron con su compañero de armas. No sabían a quien acababan de apresar, pero por las vestimentas supusieron que se trataría de un gran señor. Informaron a sus superiores. Aquel preso resultó ser el rey de Francia.
Urbieta obtuvo fama y honores a raíz de aquel suceso. El emperador Carlos I concedió a Urbieta un escudo de armas y un diploma acreditando sus méritos. Fue ascendido a Capitán de Caballería y obtuvo los títulos de Caballero de la Orden de Santiago y Contino de Su Majestad. Por otro lado el propio Francisco I escribió una carta a Urbieta agradeciéndole su comportamiento durante la captura y el haberle permitido salvar la vida.[1]
Murió el 15 de agosto de 1553 en su Hernani natal y fue enterrado al pie del presbiterio de la iglesia parroquial. Siglos más tarde sus restos fueron profanados por soldados franceses durante la Guerra de la Independencia. Llevan su nombre la principal calle de su ciudad natal así como una céntrica avenida de San Sebastián y una importante calle de Madrid.
http://es.wikipedia.org/wiki/Juan_de_Urbieta
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Re: Euskal Herria, cuna de héroes hispánicos
D. Antonio de Gaztañeta e Iturribalzaga (Motrico 1656 - Madrid 1728)
José Antonio de Gaztañeta (o Gastañeta) e Iturribalzaga (Motrico, 1656 - Madrid, 1728) fue un marino, militar y constructor naval español.
Aunque fue un destacado marino y militar, Gaztañeta trascendió principalmente por su gran aportación a la construcción naval en España. Fue un innovador y un precursor en el campo de la construcción naval, destacando el enfoque científico que aportó a esta actividad.
Escribió tres obras fundamentales: Arte de fabricar reales, Proporción de las medidas arregladas a la construcción de un bajel de guerra de setenta codos de quilla y Proporciones de las medidas más esenciales para la fábrica de navíos y fragatas. Estas tres obras y la práctica que desarrolló en los astilleros cántabros y vascos durante muchos años, permitieron racionalizar la fabricación de navíos en los astilleros y sentaron las bases de la construcción naval española a lo largo del siglo XVIII. Gaztañeta tuvo una gran influencia en la arquitectura naval del siglo XVIII, ya que modificó las medidas y traza de los navíos de combate de la Armada española, que pasaron a ser más largos. Muchos de los elementos aportados por Gaztañeta también serían a su vez copiados por ingleses y holandeses.
Origen e inicios [editar]
Antonio Gaztañeta nació en 1656 en la localidad vasca de Motrico en una familia vinculada por tradición a la mar. Su padre, Francisco de Gaztañeta, era un marino de la Carrera de Indias. Antonio fue bautizado en la iglesia parroquial de Motrico el 11 de agosto de 1656. A los 12 años (1868) embarcó por primera vez en un galeón rumbo a las Indias. Luego realizó algunos estudios, principalmente de matemáticas, y a los 16 años se embarcó en el navío Aviso, que mandaba su padre, en viaje a Veracruz. En la ciudad mexicana falleció su padre, y el joven Antonio tuvo que asumir la dirección del navío en su viaje de regreso a Europa. El joven marino condujo a su nave sin percance alguno de vuelta, comenzando una exitosa carrera como piloto naval.
En 1684, con 28 años de edad, había completado ya once viajes de ida y vuelta a América (Buenos Aires, Tierra Firme y Nueva España) sirviendo en la Flota de Indias. Ese año ingresó en la Armada del Mar Océano, encargándose del trazado y dirección de las derrotas. Tras dos años obtuvo el título de Piloto Mayor con el empleo de capitán de mar.
Almirante de la Armada y tratadista [editar]
En 1687 se trasladó a Colindres (Cantabria), donde dirigiría la construcción de una capitana real. En estos años en Cantabria escribe su primer gran tratado sobre construcción naval: Arte de fabricar reales.
A partir de 1691 se estableció en Cádiz. Nombrado capitán de mar y guerra de la Capitana Real, sirvió en el Mediterráneo en operaciones combinadas con las escuadras aliadas de ingleses y holandeses. Fue ascendido a Almirante y algo después a Almirante Real de la Armada, sin dejar por ello el cargo de piloto mayor. Entre 1694 y 1695 participó en una campaña naval por el Mediterráneo. Su pericia como navegante se puso de manifiesto cuando, conduciendo una Armada que regresaba de Nápoles, burló hábilmente a la escuadra francesa del Mariscal Tourville, emboscada a la altura de Mahón, librando así a sus naves de un encuentro desigual. En 1696 sirvió en Canarias y entre 1700 y 1701 en la operación que desalojó a los escoceses que habían ocupado Darién. Durante este periodo escribió la obra Norte de la Navegación hallado por el Cuadrante de Reducción, publicado en Sevilla en 1696. Esta obra fue la que introdujo el uso del cuadrante en España. Es un tratado basado en el que publicó unos años antes el francés Blondel de Saint-Aubin. En esta obra Gaztañeta estudió las posibilidades prácticas del cuadrante. A partir de su publicación, el uso del cuadrante se extendió en la Marina Real española. Así, el censor de la obra describía a Gaztañeta como el primero de nuestros compatriotas que escribió un método fácil de navegar. También apareció en esa época (1697) Cuadrante Geométrico Universal para la Conversión Esférica a lo Plano, aplicado para el arte de Navegar, un tratado sobre las cartas esféricas.
Constructor naval durante la Guerra de la Sucesión [editar]
En 1702 estalla la Guerra de la Sucesión Española, que se prolongará hasta 1713. Durante este periodo Gaztañeta ejercerá diferentes cargos ligados a la construcción naval, contribuyendo de esa forma a la causa del pretendiente borbónico al trono Felipe.
En 1702 fue nombrado Superintendente de Fábricas y Plantíos de la Costa Cantábrica, cargo por el que se encarga a Gaztañeta la gestión de los astilleros y plantaciones de madera de Cantabria. Antonio Gaztañeta centralizó la construcción naval de Cantabria en el astillero de Guarnizo y ordenó su traslado a otra ubicación cercana. Fue en torno a esta nueva ubicación donde surgió un nuevo pueblo que, con el paso de los años, acabaría convirtiéndose en El Astillero[1], por lo que se puede considerar a Gaztañeta como el fundador de esta localidad cántabra.
Luego marchó al País Vasco, donde dirigió la construcción de numerosos barcos en Amorebieta, Pasajes y Orio. Destacó el galeón El Salvador de 74 cañones contruido en Amorebieta y seis navíos de revolucionaria factura que construye en Orio. Durante este periodo fue también elegido alcalde de Motrico y se encargó de reconocer las defensas de los puertos vizcaínos ante la amenaza de invasión existente.
Su segundo gran tratado de construcción naval se escribe durante esta época: Proporción de las medidas arregladas a la construcción de un bajel de guerra de setenta codos de quilla, publicado en 1712.
Guerra de la Cuádruple Alianza [editar]
La Guerra de Sucesión Española se prolongó hasta 1713. Puso final a la guerra la firma del Tratado de Utrecht (1712-1714). A los pocos años de su firma, el rey de España Felipe V, influenciado por su nueva esposa Isabel de Farnesio, modificó su política exterior, rechazando los acuerdos firmados en Utrecht, y se lanzó a la recuperación de los territorios italianos cedidos por España a la Casa de Saboya y Austria. La idea era crear estados satélites de España gobernados por los hijos de Isabel y Felipe, en Sicilia y Cerdeña. En 1717 las tropas españolas ocupan Cerdeña, evitando su paso a manos austríacas. Ante esa flagrante violación del Tratado de Utrecht, Gran Bretaña, Francia, los Holanda y Austria firmaron la Cuádruple Alianza contra España. Al año siguiente, España se lanzó a la ocupación de Sicilia, que debía pasar a Saboya.
Antonio Gaztañeta tuvo un papel destacado en esta guerra. En octubre de 1717 fue nombrado Comandante general de los jefes de Escuadra de la Armada y Ejército del Mar Océano. Su cometido comenzó con la realización de un viaje a las Provincias Unidas para comprar navíos para la Armada. A su vuelta le fue confiado el mando de la escuadra que debía transportar al ejército de 30.000 hombres del Marqués de Ledé a la conquista de Sicilia. La escuadra confiada a Gaztañeta estaba formada por 40 navíos de guerra y 399 barcos de transporte. Tras desembarcar a las tropas del Marqués de Ledé en Sicilia, que se hicieron con el control de la isla, la escuadra de Gaztañeta esperaba fondeada en el Cabo Passaro cuando fue atacada por la escuadra británica del almirante Byng. El ataque británico pilló a Gaztañeta y a sus hombres por sorpresa, ya que no se había realizado una declaración previa de guerra entre ambos países. La batalla de Cabo Passaro, el 11 de agosto de 1718, supuso la destrucción casi total de la escuadra española que apoyaba al ejército de ocupación de la isla. Este hecho, unido a la invasión del norte de España por la Cuádruple Alianza, forzaron en 1720 a la firma de un nuevo tratado por el que España ponía fin a sus pretensiones en Italia.
La batalla del Cabo de Passaro fue un desastre para la Armada Española. A la altura de Siracusa avistaron la escuadra británica, pero Gaztañeta cometió el grave error político de no prever que la escuadra inglesa fuese capaz de atacarles, ya que por aquel momento no existía una declaración de guerra entre ambos países. Cuando la declaración de guerra se produjo por sorpresa, la escuadra española se encontraba fondeada en el Cabo de Passaro en inferioridad numérica, sin posibilidad de ponerse en correcto orden de batalla y con la dirección del viento en contra. La derrota fue total, sólo cuatro navíos y algunos barcos menores lograron escapar. Gaztañeta luchó con bravura, pero tuvo finalmente que rendirse al encontrarse su navío desarbolado, 200 hombres de su tripulación muertos y él mismo herido en una pierna. Al poco tiempo fue liberado y regresó a España, donde siguió sirviendo en la Armada. A pesar de haber sido severamente derrotado, se consideró que su actuación no fue negligente, dadas las condiciones en las que se produjo su derrota con un comportamiento deshonroso por parte británica.
Tras recuperarse de sus heridas, volvió a su labor de constructor naval y publicó su última gran obra sobre el tema Proporciones de las medidas más esenciales para la fábrica de navíos y fragatas, que vio la luz en 1720. Ese mismo año fue ascendido a teniente general. En 1721 se hizo pública una Real Cédula por la que se debían observar en la península y en ultramar las reglas para la construcción de bajeles dadas por Antonio de Gaztañeta.
Flota de Indias [editar]
Los últimos años de su vida los pasó al mando de la Flota de Indias, al frente de la cual obtuvo un resonante éxito. Entre 1726 y 1727 logró traer a España 31 millones de pesos burlando la vigilancia inglesa, que trató de bloquear el paso de la Flota de Indias. En una hábil maniobra Gaztañeta condujo a la flota por entre las naves enemigas aprovechando la noche y logró conducirla íntegra hasta un puerto gallego. El Rey Felipe V premió a Gaztañeta por este hecho con la concesión de una renta vitalicia de 1.000 ducados anuales para él y 1.500 ducados para su hijo. Sin embargo, el marino vasco no pudo disfrutar de ella, ya que murió repentinamente en Madrid el 5 de febrero de 1728, no mucho después de regresar de su último viaje.
A lo largo de su vida estuvo casado dos veces, primero con Petronila de Segovia, y tras la muerte de ésta, en 1716 desposó en segundas nupcias a la donostiarra Jacinta de Urdinso.
El insigne científico y marino Cosme Damián Churruca (1761-1805) fue familiar de Gaztañeta. Existen calles en su honor en Motrico, Bilbao y San Sebastián
http://es.wikipedia.org/wiki/Antonio_Gazta%C3%B1eta
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Re: Euskal Herria, cuna de héroes hispánicos
D. Diego de Gardoki y Arrikibar (1735 Bilbao - 1798 Madrid)
Don Diego María de Gardoqui y Arriquibar (b. November 12, 1735, Bilbao, Spain (en calle La Ribera esquina Santa María) - d. 1798, Madrid, Spain) Gardoqui-Gardoki Translation: Basque - Fernery (from "garo"- fern, and "toki" - place) was a Spanish-born politician and diplomat.
[edit] Biography
http://upload.wikimedia.org/wikipedi...goGardoqui.jpg http://en.wikipedia.org/skins-1.5/co...gnify-clip.png
Gardoqui from Collection of Palace of the Governors, New Mexico.
Diego de Gardoqui, the fourth of eight children, was the financial intermediary between the Spanish Court and the Colonies during the American Revolutionary War, meeting with John Jay on various occasions. The mercantile business of "José de Gardoqui e Hijos" in Bilbao (of which Diego was one of three sons in a partnership with their father) supplied the patriots with 215 bronze cannon - 30,000 muskets - 30,000 bayonets - 51,314 musket balls - 300,000 pounds of powder - 12,868 grenades - 30,000 uniforms - and 4,000 field tents during the war. After the Revolution he became Spain's envoy to the United States. He arrived in New York in the Spring of 1785. In the summer of 1786, he and Jay, who was Secretary for Foreign Affairs under the Articles of Confederation, worked up a treaty in which the United States would receive a commercial treaty with Spain in exchange for giving up its claims to free navigation of the Mississippi. Although Jay backed the treaty, congress never ratified it.
Gardoqui continued as Spain's Minister to the United States until his death in 1798. He attended George Washington's inaugural address and pronounced it "an eloquent and appropriate address." In honor of the inauguration, Gardoqui decorated the front of his house on Broadway in New York City, near Bowling Green, "with two magnificent transparent gardens, adorned with statues, natural size, imitating marble. . . . There were also various flower-pots, different arches with foliage and columns of imitation marble, and on the sky of these gardens were placed thirteen stars, representing the United States of America--two of which stars showed opaque, to designate the two States which had not adopted the Constitution."
In the early years after the Revolutionary War when congress and the president resided in New York City, Gardoqui's house was also the meeting place of the first Catholic dignitaries representing their countries. There Mass was said for the congregation composed of such men as representatives of France, Spain, and Portugal, as well as Charles Carroll, his cousin Daniel, and Thomas Fitzsimmons, Catholic members of Congress, officers and soldiers of the foreign contingent, merchants and others. Diego de Gardoqui laid the cornerstone of St. Peter's, the first permanent structure for a Catholic church erected in the State of New York, on October 5, 1785. The church first opened on November 4, 1786.
Because Spain was in control of the Louisiana Territory, Gardoqui worked to protect the King's interests on the Mississippi River. Various factions in Kentucky were frustrated with congress' refusal to allow them statehood. Gardoqui worked with John Brown and General James Wilkinson in 1788 to procure a treaty between Kentucky and Spain concerning navigation on the River. In the end, of course, Kentucky joined the United States and there was no separate treaty. Gardoqui also worked with Colonel George Morgan and Benjamin Harrison in 1788 and 1789. They had been attempting to buy land in Illinois from the United States government with no success. Morgan and Gardoqui worked out an agreement whereby 15 million acres west of the Mississippi, south from its junction with the Ohio, and north of the St. Francis River would be deeded to American settlers. Morgan was to be the commander of the colony, subject to the king of Spain. Settlers would have religious freedom and some degree of autonomy. The new colony was to be called "New Madrid." However, the Spanish governor at New Orleans, although somewhat in favor of the project, refused to allow self government and required that all settlers be Catholic, and the settlement never saw fruition as a Spanish colony.
On July 7, 1794, during the Council of State held in Philadelphia, Diego de Gardoqui made the following statement: "The worst misfortune that could befall Spain would be that the new dominion (the United States) should unite with England to work in common accord against the Spanish monarch."
George Washington said of Gardoqui on August 10, 1790, "... no man in his most Catholic Majesty's dominions could be more acceptable to the Inhabitants of these States."
To see the statue of Diego de Gardoqui by Luis Antonio Sanguino on Logan Square in Philadelphia, given to the city by King Juan Carlos of Spain as part of the United States Bicentennial celebration.
He was a member of the wealthy Gardoqui family of Bilbao, Spain. He was of Basque descent.[1] He married Brígida Josefa de Orueta y Uriarte on December 6, 1765, in Vitoria, Spain.
He served under the Bourbon kings Charles III of Spain and Charles IV of Spain. Gardoqui, as a Spanish diplomat, operated under the ministry of Count Floridablanca. He became Finance Minister in 1791, as Minister Pedro López de Lerena, Count of Lerena, suffered an important illness. Gardoqui was officially named Finance Minister after the death of Count de Lerena, in 1792.
Gardoqui was the Spanish counterparty to the Jay-Gardoqui Treaty of 1789, negotiated by John Jay of the United States, relating to the navigational rights of Spain in the Mississippi River.[2] Gardoqui, in 1785-86, had arranged for a Spanish horse to be sent to Jay.[3][4]
In 1785, Gardoqui laid the cornerstone of the first Catholic Church in New York City, St. Peter's on Barclay Street.[5]
After Gardoqui returned to Spain in 1788, he was later succeeded in the United States by two diplomats, José de Jaudenes y Nebot and José Igancio de Viar (serving as chargés d'affaires to the U.S.), both of who had served on Gardoqui's own staff during his 1785-1788 tenure.[6]
[edit] Tributes to Gardoqui
http://upload.wikimedia.org/wikipedi...oquiPhilly.jpg http://en.wikipedia.org/skins-1.5/co...gnify-clip.png
Philadelphia statue of Gardoqui by Sanguino
There is a Calle Gardoqui in Bilbao, Spain, but this has been named after his brother, Cardinal Francisco Gardoqui (1747-1820).[7]
The city of Constitución, Chile was originally named Nueva Bilbao de Gardoqui in his honor.
There was a World War II-era ship in the United States Navy, the USS Guardoqui [sic] that honored the Gardoqui family of Bilbao, Spain. It, in turn, had been named for a U.S. ship, the USS Gardoqui, that had seen action in the Spanish American War.
In 1977, the Spanish Crown, in commemoration of the Bicentennial of the United States, presented a statue of Don Diego de Gardoqui, crafted by Spanish artist Luis Antonio Sanguino (b. 1934, Barcelona, Spain), to the City of Philadelphia.[8] The statue currently stands in Logan Square
http://en.wikipedia.org/wiki/Don_Diego_de_Gardoqui
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Re: Euskal Herria, cuna de héroes hispánicos
D. José de Mazarredo y Salazar (Bilbao 1745 - Madrid 1812)
Teniente general de la Real Armada Española.
Nació en Bilbao el ocho de marzo del año de 1745.
Muy joven sentó plaza de guardiamarina en el departamento de Cádiz. y en este empleo embarcó en el chambequín Andaluz, al mando del capitán de fragata don Francisco de Vera.
En este buque ya se distinguió en la mar, como antes lo había hecho en los estudios, pues en la noche del día trece de abril del año de 1761, impidió que el buque se estrellase contra las Salinas de la Mata, <<por sus acertadas disposiciones y por su firmeza en sostenerlas contra el dictamen de hombres prácticos en la mar, y por su osadía en embarcarse de noche en medio de un fuerte temporal en un pequeño bote, a recoger la lancha perdida y ver de salvar el buque, logró al menos sacar a salvo toda la tripulación de trescientos hombres>> dice Fernández de Navarrete.
A los doce años de servicios, por el buen concepto en que le tenían sus superiores, fue nombrado ayudante de la mayoría del departamento de Cartagena.
En el año de 1772, queriendo mejorar sus conocimientos e incrementar su práctica, pidió embarcar en la fragata Venus, que al mando de don Juan de Lángara, había de salir para las Filipinas. Ayudaba al comandante, llevando prolijo diario de navegación con todas las incidencias y observaciones.
No obstante lo detallado del diario, la situación se llevaba únicamente por estima, mejorada ésta tan sólo con la latitud observada por diferentes métodos usados en la época.
Mazarredo recordaba unas tablas que había visto en cierta ocasión, en el año de 1767, en una gaceta británica y que no pudo adquirir en Gibraltar, a pesar de las diligencias que efectuó desde Cádiz.
Estando navegando el día trece de febrero, en una espléndida noche de luna, casi en cuarto creciente, pocos días antes de llegar a al cabo de Buena Esperanza, Mazarredo se fijó en lo bien que destacaban las estrella; la luna estaba cerca de Aldebarán.
Tuvo de pronto la idea de que podía obtenerse la longitud por distancia de la Luna a una estrella.
Entre él, Ruiz de Apodaca que estaba de guardia y el comandante Lángara que también contribuyó en ello, una vez que le pusieron en antecedentes de lo que se trataba, observaron simultáneamente: Ruiz de Apodaca la altura de la Luna, Lángara la de Aldebarán y Mazarredo midió mientras tanto, la distancia entre los dos astros.
Hicieron varias series de observaciones y las trabajaron seguidamente, resolviendo también los necesarios triángulos esféricos; en todo esto tardaron cuarenta y ocho horas y les dio una diferencia en longitud de dos grados al oeste con respecto a la estimada; enmendaron ésta y gracias a ello, a los pocos días, recalaban con toda exactitud en El Cabo.
Una vez fondeado en la bahía de la Tabla, adquirieron, en unos barcos de la Compañía Británica, los almanaques náuticos de los a los de 1772 y 1773; en ellos se daban las distancias lunares a las estrellas zodiacales cada tres horas del meridiano de Greenwich, y ya con este auxilio obtuvieron más fácilmente la longitud por observación, durante todo el viaje hasta Manila y a su regreso.
El abate Lacaille, en su tratado de Navegación de 1752, ya había expuesto el método de hallar la longitud por distancia de la Luna al Sol y a las estrellas zodiacales y no es menos cierto que lo empleaban los británicos desde el año de 1767 y que también años antes se habían impreso en Madrid un método de hallar la longitud en la mar, pero el no conocer Mazarredo estos antecedentes hace que suyo sea también el mérito de descubrimiento tan importante.
El mencionado tratado de Lacaille no lo tuvo en sus manos, hasta después de su viaje de regreso de Filipinas.
En el año de 1774, realizó otro viaje en la fragata Rosalía, también a las órdenes de Lángara, viaje que tenía por objeto experimentar todos los procedimientos de navegación conocidos hasta la fecha, especialmente los de calcular la longitud.
En este viaje acompañaban a Mazarredo otros brillantes oficiales de la Armada como eran Apodaca, Varela y Alvear.
Situaron con toda exactitud la isla de la Trinidad de los mares del Brasil y reconocieron la isla de Asunción, al oeste de aquella, a unas cien leguas en dirección a la costa.
En el año de 1775, concurrió a la malograda expedición contra Argel, como ayudante del mayor general de la escuadra del marqués de González de Castejón.
Se asegura que fueron obra suya los planes de navegación, fondeo y desembarco de los veinte mil hombres del ejército, a las ordenes del general O’Reilly.
Aunque malograda, esta expedición fue timbre de gloria para la armada, ya que gracias a su protección denodada, el reembarque no se convirtió en un clamoroso desastre.
Por los servicios distinguidos en esta campaña, el rey confirió a Mazarredo el cargo de alférez de la compañía de guardiamarinas de Cádiz, y en sus sucesivos empleos, de capitán de fragata y de capitán de navío, la comandancia de la nueva compañía creada en el departamento de Cartagena.
En este puesto no sólo atendió a la dirección de la escuela de guardiamarinas, sino que tomó parte activa en la enseñanza de la náutica y la maniobra, escribiendo algunos trabajos orientados al objeto, como la <<Colección de Tablas para los usos más necesarios de la navegación>>.
En el año de 1778 se le dio el mando del navío San Juan Bautista, destinado a prácticas de guardiamarinas; llevaba y empleaba en sus navegaciones un reloj de longitud de faltriquera construido para él por Arnold en el año de 1776 (el nº 12), que se conservó después en el Museo Naval.
Obteniendo en estos viajes la verdadera situación de muchos puntos de la costa de España y de Berbería, trabajo que sirvió grandemente a Tofiño, en sus posteriores campañas hidrográficas para levantar las cartas de su <<Atlas Marítimo>>.
En el año de 1779, siendo mayor general (grado equivalente al de hoy de jefe de estado mayor) de la escuadra del general Gastón, puso en práctica los <<Rudimentos de Táctica Naval>> que había escrito cuando era teniente de navío, así como sus <<Instrucciones de señales>>.
Su éxito como mayor general lo obtuvo principalmente al año siguiente en la escuadra de don Luis de Córdova, reforzada con seis navíos franceses: por una atrevida maniobra, que todos consideraban temeraria, se apresó el día nueve de agosto a la altura de las islas Azores, un importante convoy británico de cincuenta y tres velas, con mercancías y víveres para su ejército en la lucha contra los independentistas norteamericanos.
Tres de las fragatas británicas apresadas sirvieron después en la Real Armada Española con los nombres de Colón, Santa Balbina y Santa Paula; con el apresamiento se hicieron casi 3.000 prisioneros.
Debióse también a Mazarredo la salvación de la gran escuadra hispano-francesa, que esta compuesta por veintiocho navíos y cuatro fragatas españolas y treinta y ocho navíos y veinte fragatas francesas, que escoltaban a un rico convoy de ciento treinta velas, que iba camino de perderse por la inoportuna salida que ordenó el general conde d’Estaing, contra el voto de Mazarredo y que éste pudo subsanar, consiguiendo que arribase la flota a Cádiz, pocos días después de haber salido de ese puerto, ante la amenaza de un fuerte temporal que, una vez transcurrido, hizo caer en la cuenta de lo acertado de su decisión.
Hay que hacer notar, que Mazarredo no era un adivino, sino que en la Armada Española se habían comenzado a usar los barómetros marinos, que permitían, con una buena lectura de ellos, el poderse anticipar al tiempo venidero a corto plazo.
En el año de 1781, cruzando la escuadra, al mando todavía del general don Luis de Córdova, por las cercanías de las islas Sorlingas, con tiempo muy duro, el general francés conde de Guichen hizo repetidas veces señales de <<Peligro en la derrota>>.
Mazarredo, bien impuesto de la situación verdadera por las frecuentes observaciones que efectuaba y meticulosa estima que llevaba realizada, conocedor, pues, de la bondad de la derrota y sabedor del peligro de alterarla, insistió en que se siguiese el rumbo por él trazado.
Después se vio lo correcto de sus disposiciones; el mismo conde de Guichen llegó a decir ingenuamente al conde Artois que se hallaba en Algeciras: <<Yo no iba a perder una armada que Monsieur Mazarredo salvó>>.
Al principios del año de 1782, se volvió a poner de manifiesto la pericia marinera de Mazarredo: una escuadra española compuesta de siete navíos y siete fragatas, después de haber escoltado a una expedición de tropas se dirigía a Cádiz.
Conocedor el mayor general por sus últimas observaciones, de los grandes efectos de las corrientes existentes y conocedor también de la cercanía de un temporal, aconsejó al general las necesarias medidas que éste hizo suyas, tomándose así con toda seguridad la bahía del puerto de Cádiz.
Tomó parte con la escuadra que bloqueaba a Gibraltar en el ataque de las baterías flotantes y en el combate indeciso que aquella riñó, frente al cabo de Espartel, con la británica del almirante Howe, cuando ésta regresaba al Atlántico, después de haber conseguido entrar el Gibraltar, el socorro que
tanto necesitaba la plaza.
Mazarredo, en las cinco horas que duró la acción, como en los combates y navegaciones anteriores, dio prueba de valor y de serenidad.
A él le cupo gran parte del éxito y adelanto obtenido en la maniobra; quedaron los británicos maravillados de la presteza con que se formó la línea de combate, y como rápidamente se coloco la capitana española en medio de la línea y cerró la distancia la retaguardia.
Al final de esta campaña, se consiguió la Paz de 1783, siendo ascendido por ello a jefe de escuadra.
<<Ningún ramo de la marina militar se ocultó a su inteligencia y a su celo>>
Dio un gran impulso a la enseñanza con ocasión de ejercer las funciones de capitán de las tres compañías de guardiamarinas, las e El Ferrol, Cádiz y Cartagena.
<<Apenas hubo por entonces expediciones científicas, que no fuese a propuesta suya, o a conveniencia de sus informes>>, una de ellas la del año de 1791, de Churruca, a levantar las costas de las Antillas y Costa Firme.
En el verano del año de 1785, recibió el encargo de realizar por el Mediterráneo un crucero de estudio práctico, comparativo entre la construcción británica y la francesa, para tal efecto se formó una escuadra compuesta de el navío San Ildefonso, sobre cuyos gálibos había ya informado y la fragata Brígida del tipo británico, y del navío San Juan Nepomuceno y la fragata Casilda del tipo francés.
Esta campaña duró un año y no se publicaron, desgraciadamente, sus resultados.
Solamente se conserva la memoria: <<Informe sobre construcción de navíos y fragatas>>.
Pasó seguidamente a Argel en comisión diplomática, para negociar la paz con la Regencia, a la que se le forzó por los bombardeos de las lanchas cañoneras y bombarderas de don Antonio Barceló.
En el año de 1789 fue ascendido a teniente general y estuvo algún tiempo en Madrid, dedicado a la redacción de las <<Ordenanzas>>, auxiliado por su inseparable ayudante el capitán de navío Escaño.
Interrumpió esta tarea al ser nombrado segundo jefe de una escuadra mandada por el marqués del Socorro; embarcó en Cádiz arbolando su insignia en el navío Conde de Regla, pasando después al navío San Hermenegildo.
Con esta escuadra, en una ocasión salió en persecución de una británica hasta el cabo de Finisterre, quedando después cruzando por aquellas aguas, hasta que se firmó la paz con el Reino Unido de la Gran Bretaña.
De regreso a Madrid en el mes de abril de 1791 y con ello, con su acierto y constancia acostumbradas, a su tarea de redacción de las <<Ordenanzas>>, auxiliado de nuevo por su <<brazo derecho>>, Escaño, terminándolas en el año de 1793, siendo recompensado por el Rey con una encomienda de la Orden Militar de Santiago.
En el año de 1795, en guerra con la república francesa, tomó el mando en Cádiz de una escuadra, que debía de unirse a la de don Juan de Lángara, que operaba en el Mediterráneo.
Pasó después a mandar esta escuadra, al ser nombrado Lángara capitán general del departamento de Cádiz.
Sus diferencias con el ministro don Pedro Varela, al cesar en el cargo el bailío Valdés, considerando Mazarredo que no se atendía debidamente a los buques, y el haberse negado a ampliar los informes expuesto en circunstancias anteriores, como pretendía Varela, para acusar a Valdés de mala administración, le llevó a tener que presentar la dimisión de su mando, dimisión que fue aceptada, siendo destinado a El Ferrol, con prohibición expresa de pasar a la corte.
Fruto en parte de la imprevisión del gobierno y también del poco acierto del nuevo almirante, el general don José de Córdova, fue el desgraciado combate del catorce de febrero de 1797 en el cabo de San Vicente, contra una escuadra británica.
Después del combate fue designado sucesor de Córdova, el anciano general Borja; pero por fortuna los capitanes de fragata Espinosa, Fernández de Navarrete y Salaza, se aventuraron a pedir audiencia a la Reina y deshicieron el error, en el real ánimo, de que Mazarredo tenía trastornado el juicio y expusieron el estado del anciano Borja.
La Reina acudió al Rey, se dio orden de detener al correo y se nombró a Mazarredo para el mando de la escuadra.
Recibiendo la orden de dirigirse a Cádiz y de tomar el mando de las fuerzas navales que habían de defender aquel puerto.
La escuadra estaba compuesta de veinticinco navíos, de los que cuatro eran de tres puentes, once fragatas y tres bergantines; arboló su insignia en el navío de tres puentes Concepción y en menos de dos meses consiguió organizar las fuerzas sutiles, llegando a reunir ciento treinta embarcaciones, al mando de los generales Gravina y Villavicencio, con las que rechazó los ataques del enemigo, como ocurrió en las noches del tres y del cinco de julio de 1797.
En el año de 1798 salió repentinamente de Cádiz con veintidós navíos, tres fragatas y la Vestal, francesa, para sorprender a una división británica de nueve navíos que cruzaba frente a Cádiz.
Un temporal del sudeste lo impidió y previniendo que el cuerpo principal de la escuadra enemiga, que se encontraba en Lisboa al mando del almirante Jervis, viniese contra sus fuerzas, se mantuvo frente a la desembocadura del Guadiana, hasta que abonanzó el tiempo y acertadamente, regresó a Cádiz.
Con arreglo a lo que había previsto, veinticuatro horas después llegaba la escuadra británica con gran superioridad: con cuarenta y dos navíos y varias fragatas y buques menores.
Nombrado Mazarredo capitán general del departamento de Cádiz y terminadas las obras del nuevo Observatorio de Marina en la Isla de León (San Fernando, 1798), ordenó el traslado del centro en cuestión.
Además de la sección de efemérides, estableció en él dos talleres de relojes (cronómetros), y uno de instrumentos náuticos, servido por artistas enviados al extranjero por propuesta suya, para que se pusiesen al día en los adelantos de Francia y el Reino Unido.
A Mazarredo se debe en los sextantes el movimiento del anteojo paralelo al plano del aparato.
En el año de 1799, mandando la escuadra, pasó con ella al Mediterráneo, sufriendo un violento huracán en el golfo de Vera, uno de esos chubascos conocidos con el nombre de <<fortuna de mar>>, que produjo de desarbolado de varios navíos; pasó a Cartagena donde reparó las averías, con increíble rapidez, gracias a su tesón y al de su mayor general Escaño.
En unión de la escuadra francesa del almirante Bruix pasó al Atlántico, fondeando en Cádiz y después en Brest.
En este puerto quedó mandando interinamente la escuadra el general don Federico Gravina, y Mazarredo pasó a París con el almirante Bruix, a concertar las operaciones navales en unión del alto mando francés, y a representar diplomáticamente a España.
Ante el Napoleón, elevado por entonces al Consulado, tuvo que luchar Mazarredo por los intereses de España, amenazados por la ambición de Bonaparte que quería disponer, para su mejor servicio de las fuerzas navales españolas.
La firme actitud de Mazarredo disgustó a Napoleón, que le retuvo en París una larga temporada y gestionó cesase en el mando de la escuadra.
Dócil ya el gobierno español le envió a Cádiz, pretextando que allí hacían falta sus servicios, nombrándosele capitán general de aquel departamento de cuyo cargo tomó posesión el día nueve de febrero del año de 1801.
Antes de ir a París se la había ofrecido, rehusando el Ministerio de Marina.
Pero es más; no estando conforme con los sistemas seguidos que hacían experimentase la Armada escaseces y calamidades, que él no podía remediar con su autoridad y no queriendo hacerse solidario del desastre que se preparaba, pidió su separación y cuartel para Bilbao, obteniéndolo el día nueve de febrero de 1802.
En el mes de agosto de 1804, fue mal mirada su conducta en la corte con motivo de tratar de impedir, los funestos efectos del furor popular y de remediar, los males que traerían consigo la oposición de los intereses locales a los del gobierno.
Aprovechando lo que en realidad no era sino un fútil pretexto, fue desterrado primero a Santoña y después a Pamplona.
Es notable que tanto en el destierro como en sus viajes, mantenía una constante inquietud, por las observaciones astronómicas, que hacía tierra a dentro con horizonte artificial de azogue.
En el año de 1807 se le autorizó a volver a su anterior residencia, donde le sorprendió el movimiento nacional de la Independencia, contra la invasión francesa.
Napoleón, que conocía su valía, le atrajo a su partido y Mazarredo, cometió la equivocación de aceptar e ir a Bayona, creyendo tener que ceder ante lo inevitable, apartándose así del verdadero camino de los españoles, manchando de ese modo sus méritos anteriores.
No obstante, el cariño que profesaba a su patria y a la armada, le impulsó a luchar, aún dentro del partido del rey intruso, por aliviar la suerte de muchos pueblos y personas.
Cuando el ejército británico abandonó Galicia, al perder después de una tenaz lucha la batalla de Elviña, en que cayó el general sir John Moore, los mariscales Soult y Ney ocuparon El Ferrol donde se encontraban, once navíos, cuatro fragatas y algunos otros buques, que estuvieron a punto de ser trasladados a Francia.
Mazarredo se personó en aquella capital departamental evitando a costa de mucho batallar, que la mayor parte de los buques en cuestión saliesen para Francia, de donde había ya llegado para hacerse cargo de ellos un contralmirante francés, con oficiales y marinería.
Este importante servicio siempre le fue reconocido a Mazarredo por parte de la Armada española.
Una vez efectuada su acción, regresó a Madrid, donde le acometió un ataque de gota, que le originó la muerte, siendo el día veintinueve de julio del de 1812.
http://www.todoababor.es/articulos/bio_mazarredo.htm
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Re: Euskal Herria, cuna de héroes hispánicos
D. Gaspar de Jáuregui e Izaguirre "El Pastor"
Héroe de la Guerra de Independencia (1808-1814)
Jáuregui (D. Gaspar de), natural de Villarreal, llamado vulgarmente el Pastor, por haberlo sido en /170/ su niñez, y el primero que en 1810 se levantó en esta provincia con una partida de otros seis individuos a favor de la independencia nacional. Esta pequeña partida se fue engrosando con el tiempo con voluntarios hasta que llegó a reunir tres batallones completos, cuyo coronel fue, siendo tal la organización militar que adquirieron éstos, que hizo frente con frecuencia a los acreditados generales franceses militantes en el país. Los daños y pérdidas que este intrépido caudillo guipuzcoano les causó fueron de mucha consideración. En la segunda época constitucional se comprometió en el partido liberal, y a la entrada del ejército francés en 1823 en España, habiéndose retirado al interior, obtuvo en Asturias el mando de una brigada. Disuelto entonces el gobierno constitucional, pasó a Francia en calidad de prisionero de guerra, y no regresó a España hasta el mes de Octubre de 1833, en que fue llamado por el Capitán general a consecuencia del alzamiento carlista.
Mientras duró la guerra civil, ascendió sucesivamente a los grados de Brigadier y Mariscal de Campo con la Comandancia general de la provincia, y hecha la paz fue nombrado segundo cabo de la Capitanía general de las tres vascongadas, en cuyo desempeño murió en Vitoria el día 19 de Diciembre de 1844 a la edad de cincuenta y tres años. Sus restos mortales fueron trasladados por la Diputación de esta provincia a un panteón erigido en la Iglesia parroquial de su pueblo nativo, en memoria de los distinguidos servicios prestados a la Patria.
http://www.ingeba.euskalnet.net/klas...8/n5164176.htm
Mucho más y mejor:
http://www.1808-1814.org/persones/jauregui.html
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Re: Euskal Herria, cuna de héroes hispánicos
D. Miguel Ricardo de Álava (Vitoria 1772 - Francia 1843)
Miguel Ricardo de Álava y Esquível, conocido como el General Álava. (Vitoria, 7 de febrero de 1772 - Barèges, Francia, 14 de julio de 1843). Militar, político y diplomático español.
De familia noble se casó con su prima, descendiente de los Marqueses de Legarda. Cursó los estudios primarios en el seminario de Vergara. En 1785, con sólo trece años, ingresó como Cadete en el Regimiento de Infantería de Sevilla al frente del cual se encontraba su tío José de Álava. Tras el paso por la infantería, en 1790, coincidiendo con el fin de sus estudios, ingresó en la Armada, dando un giro a su carrera militar, posiblemente atraído por la figura insigne de su tío, Ignacio María de Álava, Capitán de navío. Inmediatamente se incorporó a distintos barcos donde participó en múltiples acciones militares de la Escuadra española contra Francia e Inglaterra en Ceuta, el sitio de Toulon e Italia lo que, junto a sus excelentes contactos familiares, le permitieron ascender con rapidez. En 1794 era ya Teniente de fragata.
Embarcado junto a su tío Ignacio en 1795 en una expedición que pretendía dar la vuelta al mundo, permaneció en América del Sur hasta 1800. De regreso a España cumpliendo las órdenes que había recibido tres años antes, fue apresado por los ingleses. Liberado meses más tarde, en 1801 estaba en la península. En 1802 se encontraba en Cádiz, donde ascendió a Teniente de navío y fue a Madrid, de nuevo bajo las órdenes de su tío Ignacio.
A su regreso a Cádiz en 1805, se encontró destinado en la flota comandada por el almirante Gravina. Tras un viaje a Martinica, participó en la Batalla de Trafalgar a bordo del Santa Ana, capitaneado por su tío, y sería ascendido de nuevo.
La Guerra de la Independencia [editar]
Una vez había solicitado el retiro e instalado en Vitoria, los acontecimientos tras la invasión francesa de la península le hicieron regresar como miembro del ejército de tierra y ser comisionado por las Juntas Generales de Álava para representarlas ante las autoridades españolas y francesas. Fue defensor de la Constitución de Bayona y uno de los firmantes de la misma en nombre de la Marina. Vinculado en sus inicios a los llamados afrancesados, luchó más tarde en el bando patriótico en la guerra de la independencia española, trasladándose desde Vitoria a Madrid para ponerse de parte de los sublevados, destacando en la Batalla de Albuera.
En la Guerra combatió en Calatayud, Tudela y Extremadura, estando a las órdenes del general Castaños y del Duque de Alburquerque. A finales de enero de 1810 fue comisionado para trasladarse a Portugal, donde se encontraba el general Wellington y comunicarle el sentir de la Junta de Cádiz sobre la difícil situación militar en que se encontraban frente a los franceses. Durante la estancia con el general inglés se trabó una profunda amistad entre ambos que le llevó a permanecer como delegado de las Juntas españolas en las unidades británicas, participando en distintas operaciones entre las que destacó la Batalla de Busaco, gracias a la cual ascendió a Brigadier por recomendación expresa del propio Wellington.
Arthur Wellesley, nombró a Álava para dirigir las operaciones de sitio de Ciudad Rodrigo a finales de 1811, obteniendo la victoria poco más tarde, en enero de 1812, lo que supuso su ascenso a Mariscal de Campo por orden del 31 de enero del mismo año.
Tras la retirada francesa, el Mariscal Álava proclamó en Madrid la Constitución de 1812 y se convirtió en Presidente de Gobierno de facto al tomar disposiciones en nombre de las distintas Juntas tales como la amnistía a los colaboradores militares de José I que se entregasen. En el norte proseguían las operaciones militares, en donde siguió dirigiendo distintos ataques, siendo herido en Dueñas. Parcialmente retirado de primera línea, fue proclamado Diputado general de Álava el 23 de noviembre. Repuesto de las heridas, participó en su propia tierra en la Batalla de Vitoria, y nuevamente junto a Wellington, en julio de 1813, se internó en territorio francés persiguiendo al enemigo aún después de acabado el conflicto.Nada más terminar la guerra, y durante el Reinado de Fernando VII, el monarca lo nombró embajador en los Países Bajos a petición de los británicos. Sin embargo, la política represiva iniciada por el propio rey le llevó a ser arrestado en Madrid el 8 de octubre de 1814, siendo acusado de diversos delitos, todos ellos falsos. Salió de prisión el día de Nochebuena del mismo año y, curiosamente, había sido ascendido a Teniente General días antes de levantarse el arresto.
El 26 de abril de 1815 fue nombrado de forma interina embajador en París con el apoyo explícito de Inglaterra que obtuvo de Fernando VII la autorización para que Álava mantuviese contactos con Wellington en Holanda. Sorprendido por el regreso de Napoleón, marchó con Wellington y tomó parte de la Batalla de Waterloo. De esta manera, se convirtió en la única persona que ha intervenido en las dos más importantes batallas del siglo XIX: en Trafalgar y Waterloo. Tras la derrota del francés permaneció en París como embajador, resistiéndose al relevo en tal puesto por el de la cancillería en Holanda, hasta que finalmente se retiró a Vitoria en 1819 alegando motivos de salud.
Después fue elegido Presidente de las Cortes Generales en el Trienio Liberal, donde era Diputado por Álava. Durante este periodo también dirigió a la Milicia Nacional. Fue un defensor del restablecimeinto de la Constitución de 1812 y mantuvo su fidelidad al Gobierno aún cuando se produjo la intervención de Francia a través de la invasión de los Cien Mil Hijos de San Luis. Huyó a Cádiz, donde apoyó la destitución de Fernando VII entre los pocos diputados liberales que todavía resistían la ocupación. Fue comisionado para pactar con los franceses las condiciones de la rendición de Cádiz, pero el fracaso de las negociaciones permitió que fuera condenado a muerte. Tras el fin del Trienio huyó a Gibraltar con el apoyo de Wellington, para trasladarse posteriormente a Londres. Permaneció en el exilio, con el apoyo de la Corona inglesa, entre el Reino Unido y Francia, acudiendo a esta última sólo en ocasiones para tomar baños, hasta que en 1833 se le comunicó la firma de una amnistía que le permitía el regreso.
En el Reinado de Isabel II [editar]
Durante la Regencia de María Cristina fue embajador en Londres, donde trató de gestionar la intervención de la Cuádruple Alianza de una manera firme y con apoyo económico y militar durantre la guerra carlista en favor de la reina Isabel II, sin conseguirlo plenamente. Aceptó la cartera de Ministro de Marina, cargo que ocupó solamente del 14 al 25 de septiembre de 1835 con el Conde de Toreno. Tras la caída de éste rechazó continuar en el gabinete aunque se lo había ofrecido Mendizábal. Nominalmente fue Presidente del Consejo de Ministros antes de ser nombrado Mendizabal, pero no juró el cargo permaneciendo en Londres. Finalmente, y no muy a su gusto, aceptó ser embajador en París donde presentó un plan para permitir a las tropas cristinas cruzar la frontera francesa en su lucha contra el carlismo y poder reabastecerse en el país vecino, así como impedir los sumnistros que les llegaban a los carlistas.
En las disputas entre el Partido Moderado y el Partido Progresista, se decantó claramente por aquellos y se opuso a los sucesos de la Granja, así como a las consecuencias jurídicas que se derivaron de los mismos con la aprobación de la Constitución de 1837, que se negó a jurar hasta 1838. De nuevo en la embajada londinense, regresó a España, ya muy enfermo, en junio de 1843, falleciendo un mes más tarde.
http://es.wikipedia.org/wiki/Miguel_..._de_%C3%81lava
Más y mejor:
http://www.1808-1814.org/frames/frammapa.html
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Re: Euskal Herria, cuna de héroes hispánicos
D. Francisco de Egia y Letona (Durango 1750 - 1827 Madrid)
Francisco Ramón de Eguía (Durango, Vizcaya, 5 de marzo de 1750 - Madrid, 6 de enero de 1827) fue un militar y político español.
Inició en 1767 su carrera militar y ya en 1775 tomó parte en la desafortunada expedición enviada por Carlos III a Argel para castigar a los piratas berberiscos. Seis años después participó en la captura española de la colonia norteamericana de Pensacola, hasta entonces británica, en el marco de la intervención hispana en la guerra de la Independencia de los Estados Unidos. Coronel desde 1792 y brigadier a partir del año siguiente, combatió a la Francia revolucionaria en la guerra de la Convención, motivo por el cual recibió el ascenso a mariscal de campo en 1795. Seis años después estuvo en la expedición militar que luchó contra Portugal en la conocida como Guerra de las naranjas y al año siguiente ascendió a teniente general. En la Guerra de la Independencia desempeñó diversos cargos militares y políticos, el más importante de los cuales fue el de Secretario de Guerra en dos de los gobiernos nombrados por la Junta Central, función ésta que desempeñó entre enero y mayo de 1810.
Opuesto a las Cortes de Cádiz, defendió la causa absolutista y estuvo presente en 1814 en el primer gabinete del rey Fernando VII, de nuevo como Secretario de Guerra. Continuó desempeñando ese cargo en el siguiente gobierno, encabezado por Pedro Cevallos Guerra, hasta marzo de 1815. Volvió a formar parte de dos gabinetes más: los presididos respectivamente por José García de León y Pizarro y por Carlos Martínez de Irujo, marqués de Casa Irujo, entre junio de 1817 y junio de 1819, siempre encargado de la secretaría de la Guerra.
Capitán general de Granada a partir de esa última fecha, el triunfo de la revolución que inició en 1820 el llamado Trienio Liberal le obligó a huir a Francia. Desde allí ayudó a enviar guerrillas absolutistas a España, adonde regresó en 1823 tras el final de aquel periodo, pero Fernando VII no volvió a contar con él para ejercer tareas políticas, aunque le recompensó con diversos títulos, como el de Conde del Real Aprecio.
http://es.wikipedia.org/wiki/Francisco_de_Egu%C3%ADa
Más:
http://www.1808-1814.org/frames/frammapa.html
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Re: Euskal Herria, cuna de héroes hispánicos
D. Gabriel de Mendizábal e Iraeta (Vergara 1765 - Madrid 1838)
Mendizábal (D. Gabriel de), natural de Vergara fue Comandante del batallón de voluntarios creado por la provincia en 1794 para la defensa del territorio contra los franceses. Concluida la guerra de la república, continuó sirviendo a la patria en la de la Independencia, en la que alcanzó el grado de Teniente general, haciéndose memorable por el valor y serenidad con que en 1809 rechazó en Alba de Tormes los ataques de la caballería francesa, formando cuadro con su división, Después fue nombrado General en jefe de la ala izquierda del cuarto ejército, en cuyo concepto asistió a la batalla de San Marcial de 31 de Agosto de 1813, y mandó una división en la de Tolosa de Francia de 1814. En recompensa de estos servicios obtuvo el año de ..... la merced del título de Castilla con la denominación de Conde del Cuadro, Vizconde de Astorga, estando ya condecorado con las grandes cruces de San Fernando y San Hermenegildo, y murió de edad avanzada en Madrid el año de 1838.
http://www.ingeba.euskalnet.net/klas...8/n5164176.htm
Mucho más y mejor:
http://www.1808-1814.org/frames/frammapa.html
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Re: Euskal Herria, cuna de héroes hispánicos
D. Nazario de Egia y Sáenz de Buruaga (Durango 1777 - Tolosa 1865)
Nazario Eguía. (Durango, 27 de julio de 1777 - Tolosa, 1865). Conde Casa Eguía. Militar español.
Instruido como militar en Zamora, partidario del absolutismo, combatió en la Guerra de la Independencia española y participó en diversas acciones contra el régimen liberal instalado durante el reinado de Fernando VII de 1820 a 1823, lo que le valió las iras de los liberales en la última etapa del rey Fernando que llegaron a atentar contra su vida en 1829.
http://upload.wikimedia.org/wikipedi...agu%C3%A9s.jpg http://es.wikipedia.org/skins-1.5/co...gnify-clip.png
Muerto Fernando VII, se alineó en favor del pretendiente Don Carlos, al que sirvió en su Cuartel General. Durante la guerra carlista fue General en Jefe del Ejército del Norte desde 1835 a 1837. Aunque alineado en un principio con las tesis más reaccionarias, se unió al Convenio de Vergara firmado por Maroto y Espartero, manteniendo su rango y distinciones como Teniente General. Poco antes del Bienio Progresista fue elegido Senador Real. Recibió el título de Conde de Casa Eguía.
http://es.wikipedia.org/wiki/Nazario_Egu%C3%ADa
Más en la sección de biografías:
http://www.1808-1814.org/frames/frammapa.html
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Re: Euskal Herria, cuna de héroes hispánicos
D. Cristobal de Mondragón y Otalora
CAPITAN GENERAL DE LAS PROVINCIAS DE
ZELANDA (1573-76) Y DE LIMBURGO (1578), MDC INF ESP (1582-
1588), CASTELLANO DE AMBERES (1585-1596), CONSEJERO DE
GUERRA Y PRESIDENTE DE DICHO CONSEJO EN LOS PAISES BAJOS
(1582-1596).
ORÍGENES Y CARRERA MILITAR EN ITALIA (1513-1544).
De ascendencia guipuzcoana, su familia era originaria de Mondragón, como recuerda
Insasti (612), emparentada con los Mercado de dicha villa. En cuanto a la fecha de su
nacimiento, preferimos la anotada por su biógrafo Angel Salcedo Ruiz y consonante
con la «Relación de los españoles en Flandes, hecha el 3.VII.1574», (Nueva Co.Do.In,
tomo III, Madrid, 1894), donde se dice que servía en Flandes «de 30 años continua-
dos»; por lo tanto, desde 1544. Este dato coincide con la afirmación de Coloma de
que «había asistido más de 50 años en Flandes» (en realidad, 52), pero el mismo
autor dijo que murió a los 92 años de edad, por lo cual se ha venido generalmente
datando su nacimiento en 1503. Creemos que Cristóbal murió con 81 años
cumplidos, aunque el contemporáneo y bien informado SgM Alonso Vázquez nos
desmienta. Y no pudo éste seguir a Coloma pues sabemos, por su propia confesión,
que hasta 1610 no comenzó a escribir sus voluminosa obra «Los sucesos de Flandes
y Francia del tiempo de Alejandro Farnese», concluída antes de su muerte cinco años
después, aunque no se publicara hasta 1880.
Ignoro si Angel Salcedo resolvió suficientemente la primera etapa —la más oscura—
de su biografía militar. Hace años consulté en la B.N. de Madrid su libro El Coronel
Cristóbal de Mondragón. Apuntes para su biografía (Madrid, Marcelino Tabares,
1905), pero aquellas notas, escritas con tinta estilográfica, son ahora ilegibles debido
a que un manchón de café las ha diluído. Apenas puedo leer que Salcedo conoció la
existencia de una pintura donde se le retrata de cuerpo entero que poseían sus
descendientes. En todo caso, sabemos que Cristóbal marchó a servir a Italia, quizá
con 18 ó 19 años, siendo probable que asistiera a la empresa de Túnez (1635) y, de
regreso en Lombardía, a las operaciones contra los franceses para la liberación de los
estados saboyanos. Cristóbal era entonces un simple soldado, pero no puede resultar
muy difícil reconstruir los jalones de su carrera por los grados inferiores de la milicia
(cabo, sargento, quizá ayudante, etc.) dado que, afortunadamente, disponemos de
una relación de sus servicios militares que conserva el Archivo Histórico Nacional, en
Madrid. Algún día la consultaremos.
EN FLANDES, 1544-1568.
Sabemos que llegó a Flandes en 1644, donde casaría y pasaría el resto de sus dias,
salvo dos esporádicos viajes a España (1570-71 y 1579). Allí participó en las guerras
del Emperador contra Francisco I, que saldaría su hijo Felipe II al derrotarle en San
Quintín (1557) y Gravelines (1558); batallas a las que asistió como capitán de
infantería valona. Cristóbal dominaba ya la lengua y, casado con una flamenca,
estaba plenamente integrado en el país. De hecho, no fue comprendido en la primera
evacuación de las tropas españolas de aquellos estados —los tercios de Cáceres y
Navarrete— que en 1561, desde el presidio de Damvillers, abrieron el luego famoso
«camino español» en sentido inverso y seis años antes al estudiado por Parker.
Precísamente, Cristóbal sería designado gobernador de aquella plaza, en sustitución
de Julián Romero, al marchar los españoles de ella. Fue el 24 de enero de 1561,
aunque no recibiría su título de «Gouverneur, prévôt et capitaine de Damvillers pour
le roi d’Espagne» hasta el 27 de febrero siguiente. Mantendría su gobierno, durante
el cual sobrevivió milagrosamente a la voladura accidental del castillo, hasta 1572, en
que le sucedió su teniente François D'Allamont (1550-1597), capitán de su tercio,
que desde 1568 era prácticamente su gobernador en ejercicio y a quien, tras su
muerte, sucedería en el mismo empleo su hijo homónimo (†1616).
PRIMERA CORONELÍA VALONA (1568-1570).
En enero de 1568, tan pronto como el Duque de Alba se hizo cargo del gobierno
efectivo de los Estados de Flandes, le expidió una patente para levar un tercio de 6
compañías de infantería valona, recibido al sueldo real el 10.III.1568. Tras la
victoriosa campaña de aquel año, en que fue rechazada la invasión de Luis de Nasau,
apoyada por protestantes franceses, quedó de guarnición en Deventer y fue
aumentado a 8 compañías. El 22.IX.1569 se embarcó en Flessinga, con todo su
tercio, formando la guardia de honor de la Princesa Ana, hija del Emperador
Maximiliano, que viajaba a España para casar con Felipe II, acompañada por sus
hermanos los archiduques Alberto y Wenceslao. La expedición desembarcó en
Laredo (5.X.1569) y de allí marchó a la Corte. Cristóbal visitó después Medina del
Campo y en Mondragón (1570-71), antes de regresar a Flandes, pero la pista de sus
hombres se pierde en España. Este fue el primer tercio valón que llegó a la
Península, inaugurando la tradición —luego inveteramente repetida— de que
ninguno regresaría jamás a Flandes. Algunos de sus antiguos camaradas quedaron
en la Corte, sirviendo en la guardia flamenca del rey, otros pasaron a sofocar la
rebelión morisca de las Alpujarras y muy pocos volvieron, si acaso, años más tarde.
SEGUNDA CORONELIA VALONA (1572-76; 1578).
En todo caso, Cristóbal regresó solo a Flandes, donde el duque de Alba le encargó
enseguida que levantara otro regimiento de infantería valona, también de 6
compañías, tras la toma de Brille por los confederados (1.IV.1572). Lo hizo en
poquísimo tiempo, pues según descubrió Guillaume, pasó su primera revista el 12.V.
1572. En agosto del mismo año fue aumentado a 10 compañías y a finales de 1573,
aparece ya con 15. El 4.I.1575 eran ya 18 banderas, repartidas entre Breda, Berg-op-
Zoom (Bergas), Sevenberghe, Steenberg (Estrembergue), la isla de Tholen (Tola), St.
Martin, el dique Huesden y los fuertes frente a Gertruidenberg; totalizando dichas
compañías unos efectivos de 2.620 hombres. En septiembre de 1575 tomaron parte
en el asedio y toma de Zierickzée (junio 1576) y luego se amotinaron; poco antes, el
15.V.1576, habían pasado revista 2.992 oficiales y soldados, agrupados en 19
compañías, cuyo coste mensual ascendía a 20.960 florines de de 20 placas (10.492
escudos). Desde el 1 de octubre, muerto ya Requesens e inutilizado el Consejo de
Estado que asumió el gobierno, los diputados de los Estados generales habían pedido
insistentemente la destitución del coronel Mondragón, finalmente apartado del
mando y reemplazado por Jacques de Glymes, SgM del Regimiento del barón de
Hèze. El regimiento de Glymes se alineó con los Estados y lucharía en Gembloux
contra D. Juan (31.I.1578); más tarde, fue enviado de guarnición a Philippeville,
defendiendo esta imporftante plaza para los Estados, pero acabó capitulando el 21.V.
1578 y se pasó al partido realista, aunque su mando le fué devuelto a Mondragón. Se
distinguió en el sitio de Maastrich, tomada al asalto el 29.VI.1579, razón por la que
Mondragón fué enviado a España para informar al rey; en el entretanto, y en virtud
del acuerdo de Farnesio con los «malcontents», Farnesio dio su coronelía a Charles
de Glymes, barón de Florennes (al que nuestros textos citan como Floring), bajo
cuyo mando aparece con 10 cias en la revista de 10.VIII.1579, pero ya sólamente con
4 al 3.IX.1580, todas de guarnición en Philippeville, con un coste mensual de 6.343
florines mensuales para sus 732 hombres, repartidos entre la compañía coronela
(125) y las de los capitanes Frabrizio Celis (179), Robert de Miruer (191) y Jean de ...
(ilegible), con 167 hombres. Fue disuelto a la conclusión de la campaña de 1582.
CASTELLANO DE GANTE Y CAPITÁN GRAL. DE ZELANDA (1573-1576).
A primeros de 1573, tras la muerte de Jerónimo de Salinas, hermano del famoso
consejero de Felipe II, Martín de Velasco, el duque de Alba le proveyó la importante
castellanía de Gante. Sin embargo, no podría asistirla personalmente durante mucho
tiempo ya que, poco después, el mismo duque le designaría capitán general de
Zelanda, tras la muerte, el 21 de junio del mismo año, de Antoine de Bourgogne
(1525-1573), bisnieto del homónimo y famoso bastardo de Borgoña. Cristóbal partió
inmediatamente a socorrer Middelburg, la capital de su gobierno, confiando la
castellanía de Gante a su teniente Antonio Dávalos Maldonado, quien tras brava
defensa, habría de rendirla a los rebeldes que la sitiaban (11.XI.1576). Por cierto,
también su esposa flamenca, que había permanecido en el castillo, contribuyó
virílmente a defenderlo, como recuerda Strada (Dec,I, 429, edic. Roma, 1638).
Antes de dicha fecha, el propio Cristóbal se había visto compelido a firmar otra
capitulación: la suya, ante Guillermo de Orange, la primera que concedieron los
españoles en Flandes. Mondragón había quedado al mando de las tropas españolas
en la isla de Walcheren (Zelanda), donde no pudo ser avituallado pese a intentarlo en
diferentes ocasiones Julián Romero, Sancho Dávila y el conde de Boussu, debido a la
superioridad naval de los rebeldes. Sin embargo, logró mantener la capital de la isla y
de su gobierno, así como el castillo costero de Rammekens, hasta que la falta
absoluta de bastimentos le obligó a capitular su salida de la isla, el 18 de febrero de
1574. Bernardino de Mendoza, en sus Comentarios de las guerras de los Países Bajos
(ed. BAE, pg. 504), narró las patéticas condiciones que le movieron a hacerlo:
«Pues con pasar gran hambre la gente en las plazas, habiéndose muerto en
Middelburg, desde el dia de Navidad hasta el 6 de febrero (de 1574), 1.568 personas,
sin las que antes habían perecido, se conservaron tantos dias y esto creciendo la falta
de comida tan en extremo que obligó a disminuir de libra y media de pan, que era la
ración ordinaria del soldado, a una libra de 16 onzas, después a 12, a 8, a 4 y a 2,
haciédose tortas de linazas a causa de haberse consumido las vacas, caballos, perros
y gatos que se hallaban y los cueros de los mismos animales. El coronel Mondragón,
no teniendo ya comida de las tortas de linaza más que para 6 dias...»
Al menos, tanto él como sus capitanes y soldados, así como el clero y los ciudadanos
que quisieron conservarse en la devoción real, salvaron la vida y fueron
desembarcados en Berg-op-Zoom. Muchos de ellos le acompañaron, el año
siguiente, en las reconquistas de las islas de Duiveland y Schouwen, también
pertenecientes a su gobierno zeelandés, sublevadas en junio de 1574, que daría lugar
a una de las más celebradas gestas de su tiempo: el vado del Escalda, el dia de San
Miguel de 1575 (29.IX).
El ejército formado para la operación se puso en marcha desde la isla de Tholen,
atravesando en barcas el canal que la separaba de Philipsland. Desde allí, al
anochecer de la víspera de San Miguel, aprovechando la bajamar, 1750 hombres
atravesaron el ramal N. del Escalda, hoy estrecho de Mastgat o Zijpe, soprendiendo la
mañana siguiente a la guarnición de Oosterland, en la isla de Duiveland, que huyó
despavorida ante su inopinada aparición. El resto de las fortificaciones de la isla se
rindieron el mismo dia y, el 30, Mondragón y sus hombres se echaron de nuevo al
agua para vadear el brazo de mar que la separaba de la isla de Schouwen, a la sazón
de media legua, y hoy ya desecado.
http://www.tercios.org/personajes/mondragon.html
De Cristóbal de Mondragón existe una
rica iconografía, aunque éste grabado
anónimo sea el único del que dispongo
una reproducción. Fue publicado por
Jean Le Clerc en su Histoire des
Provinces-Unies des Pays-Bas. Avec
les principales medailles et leur
explication. Amsterdam, 3 vols, 1723-28,
reproducido de una medalla antigua
(IH,6025-4).También conocemos otro
grabado anónimo, publicado en 1699
para la edición de dicho año, en
Frankfurt del Main, de la Segunda
Década de Famiano Strada (IH,6025-2);
otra estampa anónima, sin data ni lugar,
pero titulada Christoffel de Mondragon
Ridder Heer van Roo, que recoge su
título señorial sobre la villa de Roo
(hoy Le Roo) en Hainaut, erigida en
condado a favor de sus sucesores
(1628), pero donde también recibe un
tratamiento de caballero que no he
logrado fundamentar (IH,6025-3). Otro
grabado tardío de Jacob Schrenck se
publicó a finales del siglo XVIII
(IH,6025-1). En cuanto a pinturas,
conocemos dos: la reseñada por
Salcedo en su biografía sobre el
personaje, en poder de sus
descencientes en 1905, y otra que el
Museo del Ejército, donde se halla,
encargó a Ricardo de Madrazo en la
segunda mitad del siglo XIX.
http://www.tercios.org/sitebuilder/i...52-300x165.jpg
Detalle de un registro de sueldos
vencidos de la Pagaduría militar de los
Paises Bajos, con sede en Bruselas
(AGS,E,566). Su transcripción reza así:
«Regimit(ent)o del Coronel Christoval
de Mondragon.—El dicho regimiento
tiene 19 compa(ñia)s que fueron
recibidas al sueldo en 10 de março de
1568 y en ellas 2.900 soldados cuyo
sueldo de un mes monta 20.960 flori-
(ne)s de las dichas 20 placas segun...».
La relación es de 1576 y en la parte
superior izquierda consta la deuda
total contraída con el regimiento
desde su primera formación en 1568,
que seguía acumulándose porque aun
no había sido satisfecha pese a que
en realidad, el primer regimiento que
tuvo Mondragón desapareció de las
listas del Ejército de Flandes el 22.IX.
1569, momento en que embarcó para
España, de donde no habría de volver.
La formación de las 19 compañías del
segundo regimiento puede seguirse
en el texto, a partir de las 6 nueva-
mente levantadas en mayo de 1572, de
las cuales sólamente la del referido
D'Allamont, que no llegó a embarcar,
tenía que ver con el primero.
La Historia regimental es una de las
disciplinas históricas de mayor y exi-
gente apoyo documental y prosopo-
gráfico, necesario para juzgar
críticamente determinadas aserciones
que podrían llevarnos a validar
hechos inciertos y fechas erróneas.
En España está muy retrasada porque,
desde sus comienzos en el siglo XVIII,
no ha dado más que media docena de
estudiosos y, entre ellos habría que
ser muy generoso para identificar a un
par de verdaderos especialistas. La
consecuencia de todo ello es que,
precísamente las unidades más anti-
guas que se preservan, todas espa-
ñolas, están poco y muy deficiente-
mente estudiadas. El pasado 4 de
octubre (2004), en una conferencia
pronunciada en Badajoz, descorrí por
primera vez el verdadero orígen del
actual regimiento de Saboya (1591),
unidad que celebra oficialmente su
470 aniversario (desde 1537), aunque
sólamente se le reconociera exis-
tencia histórica desde 1633, precísa-
mente a causa de una certificación sin
valor probatorio que, no obstante,
nadie se había molestado en
cuestionar.
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Re: Euskal Herria, cuna de héroes hispánicos
Doña: María Martina Ibaibarriaga y Elorriaga (Bérriz-Vizcaya 1788 - Oña 1849)
Heroína de la Guerra de Independencia (1808-1814)
Consultar Biografía:
http://www.1808-1814.org/frames/frammapa.html
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Re: Euskal Herria, cuna de héroes hispánicos
D. Juan Sebastián Elcano (Guetaria - Guipúzcoa 1476 - Pacífico 1526)
Juan Sebastián Elcano
Juan Sebastián Elcano, (1476-1526), navegante y descubridor español que consiguió dar la primera vuelta al mundo y demostrar así la esfericidad de la Tierra. Elcano nació en Guetaria (Guipúzcoa). Enrolado desde su juventud en barcos pesqueros y comerciales, tenía una gran experiencia marinera. En 1509 tomó parte en la expedición militar dirigida por el cardenal Francisco Jiménez de Cisneros contra Argel. A su regreso se estableció en Sevilla, donde tuvo conocimiento del proyecto del portugués Fernando de Magallanes para descubrir una ruta por occidente, a través de un paso o estrecho por el sur de América, que llevara a las islas de las especias sin atravesar por dominios portugueses.
Elcano se alistó en 1519 como contramaestre de la nave Concepción con la expedición de Magallanes. Con toda la Armada, cruzó el océano Atlántico y se dirigió a Sudamérica. Invernó en la bahía de San Julián, en la Patagonia, donde hubo un intento de sublevación cuya causa apoyó Elcano. El 21 de octubre de 1520 se adentraron en el deseado estrecho al que Magallanes bautizó de Todos los Santos. El 28 de noviembre salieron al mar del Sur, al que denominaron con el nombre de mar Pacífico o mar de las Damas por los suaves vientos alisios que soplaban. Por él navegaron durante tres meses en condiciones calamitosas al carecer la tripulación de agua y provisiones frescas y, en consecuencia, padecieron de escorbuto. El 24 de enero de 1521 llegaron a las islas Marianas o de los Ladrones. Muerto Magallanes en las Filipinas, Elcano, al mando de la expedición, se dirigió a las Molucas, a donde llegó a finales de 1521. Allí, en la isla de Tidore, cargó un importante cargamento de especias, con lo que se cumplió el objetivo del viaje. La proximidad de los portugueses, dueños comerciales de la zona, le hizo poner rumbo al oeste. Arribó a la isla de Timor (1522) donde supo de la existencia de otras tierras e islas, las actuales China, Java e Indonesia. Ya sólo con la nave Victoria cruzó el océano Índico, dobló el cabo de Buena Esperanza (mayo de 1522) en el sur de África y, poniendo rumbo al norte, llegaron a las islas de Cabo Verde, que pertenecían a la Corona portuguesa. Aquí supieron que llevaban un día de retraso como consecuencia de haber navegado de Este a Oeste, dando la vuelta a la Tierra. Por fin, después de tres años y catorce días de navegación, el 6 de septiembre de 1522 la expedición al mando de Elcano, tras recorrer 14.000 leguas, entraba en el Puerto de Santa María con sólo 18 hombres y la nave Victoria, la única que quedaba, cargada de especias. El emperador Carlos V (Carlos I de España) recibió a los supervivientes en Valladolid y concedió a Elcano una renta anual de 500 ducados en oro y un escudo de armas, cuya cimera era un globo terráqueo con la leyenda Primus circumdedisti me (El primero que me rodeaste). En un segundo viaje a las Molucas, Elcano murió el 4 de agosto de 1526 durante la travesía del Pacífico.
http://www.elalmanaque.com/biografias/elcano.htm
http://upload.wikimedia.org/wikipedi...age_EN.svg.png
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Re: Euskal Herria, cuna de héroes hispánicos
D. Sancho de Etxeberria y Orkolaga (Rentería - Guipúzcoa 1674 )
Don Sancho de Echeverría y Orcolaga (Mariscal de Campo y Caballero de la Orden de Santiago) nació en Rentería (Guipúzcoa) en 1674.
Actúo en las campañas del Mediterráneo, Italia, y América.
EI11 de octubre de 1705 tomó posesión de su cargo de Gobernador Militar y Corregidor de la plaza y Fuerte de Peñíscola.
Fue un enamorado de Peñíscola y uno de los más fervientes devotos de su patrona.
Sus heroicidades en el sitio de la ciudad se convirtieron en leyenda.
http://www.naturayeducacion.com/cast...o_ermitana.gifEn recuerdo de los favores recibidos por la Patrona de Peñíscola, Nuestra Señora de la Ermitana, SANCHO DE ECHEVERRIA decidió deshacer la pequeña iglesia situada junto al castillo y edificar un templo de grandes dimensiones.
Se edificó entre 1708-1714.
Se escogió el lugar que ocupaba el antiguo cementerio.
Es una construcción de sillería.
Su estilo es barroco valenciano.
La portada es adintelada y dispone de ornamentación con insignias militares en piedra.
En su frontis aparece el escudo de Felipe V.
A la izquierda, bajo el escudo heráldico de Don Sancho de Echevarría, aparece una inscripción en latín cuya traducción es :
SANCHO DE ECHEVERRIA, VARON INVICTO, NOBLE Y PIADOSO, DEFENDJO LA CIUDAD COMO GENERAL VALIENTE Y CONSAGRO ESTA OBRA O IGLESIA EN OBSEQU 10 y HONOR DE LA VIRGEN SANTISIMA QUE FUE LA QUE LE PROTEGIO EN TODAS SUS EMPRESAS La torre del campanario mide 20 metros de altura.
Es el punto más elevado de toda la fortaleza de Peñíscola.
Es de cantería cuadrada.
http://www.naturayeducacion.com/cast...gobernador.gifSANCHO DE ECHEVERRIA construyó a sus expensas también el edificio de la Casa del Gobernador, para residencia de los gobernadores que le sucedieran.
Estaba situada en la calle Caballeros, actualmente Fulladosa.
Se estipuló que los gobernadore s que la habitasen se verían oblifgados a pagar 450 reales al capellán de la Ermitana.
Actualmente se ha reedificado y se ha destinado a Casa de la Cultura.
http://www.naturayeducacion.com/cast...a_sucesion.asp
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Re: Euskal Herria, cuna de héroes hispánicos
D. Martín de Rentería
Machín de Rentería, General del Mar Océano, llamado comúnmente Machino o Machín, que significa Martín. Nacido en Rentería.
En 1526 luchó contra el Bey de Argel, Barbarroja, así como contra los franceses en la defensa de Fuenterrabía en 1521 y 1523. Carlos V le concedió el título de general y el escudo de armas.
El 18 diciembre de 1534, el Emperador ordenó a Martin de Rentería preparar en la costa de Guipuzcoa y Vizcaya una Armada de veinte zabras, de la que será Capitán principal, para acudir con ellas con la mayor presteza posible a unirse con otra armada, para la defensa de la costa contra las incursiones de Barbarroja.
La defensa de Bugía [editar]
En 1515 Aruch Barbarroja ataca Bugía, quemando sus naves como Hernán Cortés y sitiando la plaza.
Martín de Rentería, que se encontraba estacionado en Argel con cinco naos vizcaínas, acude en ayuda de la plaza. Su acción permite la llegada de auxilios de Mallorca, Valencia y Cerdeña. Efectúa desembarcos con su gente de mar, atacando los flancos de los sitiadores, clavándoles 1la artillería y finalmente, tras la muerte de Xaca Barbarroja (hermano de Aruch), los turcos y berberiscos se ven obligados a retirarse hacia el interior.
1 Clavar la artillería era una forma de inutilizarla, clavando un clavo de hierro en el fogón de la pieza, lo que impedía dar fuego a la pólvora.
La nao de Machín de Rentería [editar]
En 1525, la nao de Machín se encuentra encalmada frente a las costas de Alicante. Una flota berberisca de 18 naves, entre galeras, galeotas y fustas, que estaba saqueando el litoral levantino, le ataca con su artillería. Martín soporta como puede el fuego enemigo, sufriendo numerosas bajas, pero los berberiscos no se atreven a abordarle por el nutrido fuego con que les recibe cuando lo intentan. Al anochecer empieza a soplar una brisa que permite a Martín alejarse de sus atacantes.
El caso fue estudiado en los ambientes navales de la época, por la resistencia mostrada por la nao al no haberse hundido después de un ataque artillero de varias horas.
http://es.wikipedia.org/wiki/Mach%C3..._Renter%C3%ADa
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Re: Euskal Herria, cuna de héroes hispánicos
D. Bruno Mauricio de Zabala (Durango/Vizcaya 1682 - Río Paraná 1736)
http://upload.wikimedia.org/wikipedi...a_jauregia.jpg http://es.wikipedia.org/skins-1.5/co...gnify-clip.png
Casa natal de Zabala
Bruno Mauricio de Zabala (Durango (España), 6 de octubre de 1682 - Río Paraná, 31 de enero de 1736), militar y administrador colonial español. Nació en el arrabal de Zabala, situado a las afueras de la villa de Durango (actualmente integrado en el casco urbano de esta localidad), en la provincia de Vizcaya (Comunidad Autónoma Vasca, España). Su casa natal se conserva en la actualidad y sobre uno de sus muros pueden apreciarse dos placas conmemorativas de su labor fundacional allende los mares.
Participó en la Guerra de Sucesión Española al lado de Felipe V y en 1717 fue nombrado capitán general del Río de la Plata, donde reprimió la piratería y se enfrentó a los portugueses, que se querían adueñar de la ribera de la Plata. En 1724 recuperó Montevideo, ciudad que habían fundado los portugueses un año antes, y para defenderla levantó una fortaleza en 1726, que se convirtió en el núcleo que daría origen a la futura capital de Uruguay. También fue nombrado capitán general de Chile en 1731, aunque no llegó a tomar posesión del cargo.
En 1725 se enfrentó a la rebelión denominada Segunda revolución comunera de Paraguay, contra José de Antequera y Castro, y después de la muerte de este, se enfrentó a sus seguidores en 1735, en otro levantamiento comunero.
http://es.wikipedia.org/wiki/Bruno_Mauricio_de_Zabala
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Re: Euskal Herria, cuna de héroes hispánicos
D.Cristóbal de Oñate (Oñate/Guipúzcoa 1504 - Zacatecas 1567)
Cristóbal de Oñate fue un explorador español que nació alrededor de 1504 en (Vitoria (Alava) o en Oñate) (Guipúzcoa, España). Sus padres fueron Juan Pérez de Narriahondo, que al cambiar de asentamiento fue conocido como Juan de Oñate, y Osana González de San Llorente su madre. Perteneció por nacimiento a la Casa de Haro, cuyos orígenes se remontan a la época medieval. Estaba relacionado con la estirpe de los Señores de Vizcaya. Fue nieto de Pedro de Baeza, señor de Narrihondo, uno de los últimos señores feudales. El apelativo Oñate significa "al pie del paso de la montaña" en idioma vasco.
Murió en el mineral de Pánuco Zacatecas el 6 de octubre de 1567, y su cuerpo fue sepultado en la parroquia del lugar.
Actividades en la Nueva España [editar]
Alrededor de 1524 Cristóbal de Oñate llegó a la Nueva España,con Juan de Zaldívar Oñate y Vicente de Zaldívar Oñate. De joven contrajo matrimonio con Catalina de Salazar, hija de Gonzalo de Salazar, un burócrata que trabajaba en la Tesorería Real, quien estaba desposado con Catalina de la Cadena. El suegro de Cristóbal de Oñate fue hijo del doctor Fernández de Guadalupe, un afamado médico converso que daba servicio a la Casa Real de España. La suegra (de Oñate) descendía de la rica Casa de Maluenda, al parecer conversos.
Causó alta en la expedición de Nuño de Guzmán dirigida a la conquista del noroeste de México en 1529 y con el grado de capitán le acompañó en la conquista de los territorios (hoy estados) de Nayarit, Jalisco, Colima, Aguascalientes y parte de Sinaloa, Zacatecas y San Luis Potosí. Toda esa región, conquistada en pocos años por el ejército de Nuño de Guzmán, fue conocida como Reino de la Nueva Galicia. Se atribuye a Oñate la fundación de las ciudades de Compostela y Tepic en el actual estado de Nayarit, así como de las ciudades de Guadalajara y Zacatecas.
Durante la conquista de Zacatecas fueron descubiertas ricas minas de plata, lo que convirtió a Cristóbal de Oñate en uno de los hombres más ricos de la Nueva España junto con sus socios Diego de Ibarra y Juan de Tolosa. Se avecinó en el mineral de Pánuco Zacatecas, lugar donde nacieron cinco de sus seis hijos.
Uno de sus hijos, Juan de Oñate, fue explorador del oeste norteamericano y fundador del primer asentamiento europeo en la ribera norte del río Bravo. Se le considera el conquistador y colonizador del actual estado de Nuevo México (Estados Unidos).
Cristóbal de Oñate fue en tres ocasiones gobernador de la provincia de la Nueva Galicia, además de minero, agricultor, ganadero, encomendero, político, explorador, benefactor de las ciudades que fundó y conquistador español. Fundó una dinastía que durante trescientos años disfrutó de las mieles del poder y la riqueza.
Aun cuando fue lugarteniente de Nuño de Guzmán, el conquistador más sanguinario que haya pisado la Nueva España, no está documentado que Cristóbal de Oñate haya actuado con crueldad en la conquista de la Nueva Galicia. Al contrario, las ciudades por él fundadas lo recuerdan como su fundador y mecenas. Muchas avenidas, calles, empresas, equipamiento urbano y hasta accidentes geográficos llevan su nombre. Se dice que un rasgo de su personalidad fue su gran generosidad en beneficio de quien le requiriera ayuda.
http://es.wikipedia.org/wiki/Crist%C..._de_O%C3%B1ate
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Re: Euskal Herria, cuna de héroes hispánicos
D. Martín de Goiti
Martín de Goiti (b.15?? - d. Manila, 1574) was a Spanish conquistador and founder of the city of Manila.
Goiti was one of three conquistadors who accompanied Miguel López de Legazpi and Juan de Salcedo's conquest of the Philippines in 1565. He was the leader of the expedition to Manila, ordered by Legazpi in 1569. There, he fought a number of battles against the Muslim ruler, Rajah Suliman of Manila for control of lands and destroyed its kingdom.
Battle of Manila (1570-1575)
The Spaniards arrived in Luzon in May 8, 1570 and camped on the shores of Manila Bay for several weeks, while pretending to form an alliance with the Muslim rulers. However, Goiti had other plans and tricked the natives into believing that they were only visiting and staying for a short period.
In May 24, 1570, after fighting had erupted between the two groups. Goiti marched his 300 soldiers in-land, towards Tondo where they meet thousands of native defenders. There, they defeated and killed most of Suliman, Lakandula and Matanda's forces. Goiti took the rulers as prisoners, tortured and executed those who refused to accept Spanish rule.
Goiti and Salcedo then marched their armies towards the Pasig River and captured the city of Manila on June 6, 1570, and burned it to the ground, killing more natives in the area.
After the battle, guerilla war broke out, continuing for the next 10 months. The Spanish fortified themselves in the area and erected the stronghold of Fuerza de Santiago, which became their outpost. Some Spanish forces were forced to seek shelter in their fleets in Manila Bay, when fighting grew intense.
The Spanish pressed on and succeeded in gaining full control of the settlements and putting down the rebellion on June 24, 1571, after the arrival of Legazpi in Manila, who agreed to a peace agreement.
Goiti's conquest paved the way for the establishment of Manila as a permanent Spanish settlement and capital city of the Philippines. He later explored Pampanga, Pangasinan and founded several cities in Luzon between the periods of 1571 -1573.
War against the Chinese Pirates
Goiti fought in the war against the invasion of 3,000 Chinese pirates and warriors led by the corsair Lim ah hong, who besieged on Fuerza de Santiago and the city of Manila in the early periods of 1574. Goiti was killed by Lim ah hong, who massacred most of the Spaniards in the city.
Most of the Spanish reinforcements came from Vigan and Cebu. Martin de Goiti's second in command, Juan de Salcedo left Ilocos Sur, after hearing the news traveled to Manila where he discovered the city had fallen to the hands of the Chinese army. Salcedo's forces attacked and drove the Pirates out of Manila. Lim ah hong and his surviving soldiers retreated to Pangasinan where they began to re-organize their forces.
In 1575, Salcedo's army marched north to Pangasinan, in pursuit of the Pirates and besieged them for three months. The Spanish avenged Goiti's death by capturing and killing Lim ah hong and his warriors in the river of Pangasinan and burning them alive, along with their ships.
Legacy
Goiti is laid to rest in a tomb inside the San Agustin Church, at his home at Intramuros.
http://en.wikipedia.org/wiki/Martin_de_Goiti
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Re: Euskal Herria, cuna de héroes hispánicos
D. Iñigo Ibáñez de Oñaz y Sánchez de Likona (Azpeitia 1491 -Roma 1556) - San Ignacio de Loyola
Ignacio de Loyola
Tomad, Señor, y recibid toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad, todo mi haber y mi poseer, Vos me lo disteis, a Vos, Señor, lo torno. Todo es vuestro. Disponed a toda vuestra voluntad, dadme vuestro amor y gracia que ésta me basta.
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Su nombre era Iñigo López de Loyola, que cambió entre 1537 y 1542 por el de Ignacio «por ser más universal», o «más común a las otras naciones». Según la tradición, fue el último de los ocho hijos varones de Beltrán Ibáñez de Oñaz, señor de Loyola, y Marina Sánchez de Licona.
Sobre su fecha de nacimiento oscilaron las opiniones de los contemporáneos. En su epitafio, tras seria deliberación, se fijó su muerte a los 65 años de edad, lo que equivalía a decir que había nacido en 1491. Nada cierto se sabe sobre su primera educación familiar. Su madre debió de fallecer antes de 1506; su madre, poco después de otorgar testamento el 23 octubre 1507. Por estos años, el joven Iñigo se incorporó en Arévalo (Avila) a la familia del contador mayor [ministro de Hacienda] de los reyes, Juan Velázquez de Cuéllar. Allí pasó unos diez años, en los cuales tuvo ocasión de acompañar al contador durante sus viajes a la corte y otros lugares. Con los libros de su protector pudo adquirir una cierta cultura y perfeccionar su escritura, que le mereció ser considerado «muy buen escribano». Tras la caída en desgracia y sucesiva muerte de Velázquez de Cuellar en 1517, su viuda, María de Velasco, se preocupó del porvenir de Iñigo y le dio 500 escudos y dos caballos, para poder dirigirse a Navarra y servir como gentilhombre al virrey, Antonio Manrique de Lara, duque de Nájera. Allí dio muestras de hombre «ingenioso y prudente en las cosas del mundo» y de tener «grande y noble ánimo y liberal», como escribió Juan Alfonso Polanco, sobre todo en dos ocasiones: cuando ayudó a la pacificación de algunas villas de Guipúzcoa, divididas por el nombramiento de Cristóbal Vázquez de Acuña como corregidor, y cuando la villa de Nájera se sublevó contra su señor durante la rebelión de las Comunidades (1520-1522).
Tomó parte en la defensa de Pamplona al ser atacada (1521) por el ejército francés. Incitó a sus compañeros de armas a resistir en el castillo, pero fue herido por una bala que le rompió una pierna y le lesionó la otra. Desde Niccolo Orlandini, la tradición ha situado la providencial herida en el 20 mayo 1521, lunes de Pentecostés. La rendición del castillo se produjo el 23 ó 24 del mismo mes. La herida de Iñigo fue grave, como consta por la deposición del alcaide del castillo, Miguel de Berrera. Tras las primeras curas, practicadas por los franceses, fue llevado por sus paisanos a su casa de Loyola, donde sufrió una dolorosa operación, soportada con gran fortaleza. Su estado fue empeorando y el 28 junio fue el día crítico, pero aquella misma noche empezó a mejorar. Una vez repuesto, quiso que le cortasen un hueso de la pierna, que le habría impedido calzarse una bota «muy justa y muy polida» que deseaba llevar.
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II. CONVERSIÓN y PEREGRINACIONES (1521-1524)
Durante su convalecencia pidió que le diesen libros de caballerías para entretenerse, pero al no encontrarse en la casa, le dieron a leer la Vida de Cristo por el cartujo Ludolfo de Sajonia, traducida al español por Ambrosio Montesino y publicada en Alcalá hacia 1502 o 1503. También le ofrecieron el Flos Sanctorum de Jacobo de Varazze, en una traducción prologada por el cisterciense Gauberto Maria Vagad. La lectura de estos libros le provocó una lucha interior que le abrió el paso a su conversión, a través de la discreción de espíritus. Se dio cuenta de que, cuando se entretenía en pensamientos mundanos, entre los que dominaban los servicios que podría hacer en favor de una dama innominada, encontraba gusto en ellos, pero después se sentía árido y descontento; mientras que cuando pensaba en imitar a los santos, cuyas vidas estaba leyendo, no sólo se consolaba con estos pensamientos, sino que después de dejados, quedaba contento y alegre. La pregunta que se hacía a sí mismo era: «¿Qué sería si yo hiciese lo que hicieron Santo Domingo y San Francisco? y se proponía: ¿Santo Domingo hizo ésto? Pues yo lo tengo de hacer. ¿San Francisco hizo ésto? Pues yo lo tengo de hacer.» Decidió romper con su vida pasada y empezar una nueva. Su primer propósito fue realizar una peregrinación a Jerusalén. Para imitar a los santos se daría a largas oraciones y penitencias.
Rompiendo la resistencia que le opuso su hermano mayor, salió de Loyola en febrero 1522, con el plan de dirigirse a Barcelona y de allí a Roma, para procurarse el necesario permiso del Papa en orden a su peregrinación. Se detuvo en el santuario mariano de Aránzazu, donde probablemente hizo voto de castidad. Él nos dice que este voto lo hizo en el camino hacia Montserrat, donde se preparó por un tiempo a una confesión general, que duró tres días, y a la vela de armas, que realizó ante la imagen de la Virgen morena en la noche del 24 al 25 marzo 1522.
El 25 marzo «en amaneciendo, partió por no ser conocido, y se fue, no el camino derecho de Barcelona, donde hallaría muchos que le conociesen y le honrasen, mas desvióse a un pueblo, que se dice Manresa». Su idea era quedarse en Manresa algunos días en un hospital y anotar algunas cosas en un libro «que él llevaba muy guardado y con el que iba muy consolado»- De hecho, su estancia en Manresa se prolongó unos once meses, y puede dividirse en tres períodos: uno de calma casi en un mismo estado interior; el segundo, de terribles luchas interiores, dudas y escrúpulos acerca pasadas, con tentaciones de suicidio; el tercero consolaciones e ilustraciones divinas, que tuvieron por objeto el misterio de la Eucaristía y otros. Por efecto de estas luces llegó a decir que, aunque no hubiese la Sgda. Escritura, él creería en los artículos de la fe solamente por la luz que había recibido en Manresa. La más extraordinaria de estas gracias fue la que suele llamarse “eximia ilustración”, que recibió a orillas del río Cardoner, una vez que se dirigía al monasterio de San Pablo. No precisó a su confidente, el P. Luis Gonçalves da Càmara lo que allí se le comunicó, pero sí que desde aquel momento “Le parecía como si fuese otro hombre y tuviese otro intelecto que tenía antes». Añadió que, si juntase todas las ayudas que había recibido de Dios hasta entonces (en 1555), «no le parece haber alcanzado tanto como de aquella vez sola». A esta ilustración aludía, con toda probabilidad, al fin de su vida cuando, al ser preguntado por algunas cosas introducidas en la CJ, se refería a «un negocio que pasó por mí en Manresa). Lo que allí vio, probablemente, fue el nuevo rumbo que había de imprimir a su vida: cambiar el ideal del peregrino solitario por el de trabajar en bien de las almas, con compañeros que quisiesen seguirle en la empresa. En este sentido deben entenderse las meditaciones del Reino y de las Banderas, de los Ejercicios, en las que Jerónimo Nadal vio una estrecha relación con el fin que se había de dar a la Compañía de Jesús. En este tiempo de Manresa hizo «cuanto a la substancia», según expresión de Diego Laínez, los Ejercicios Espirítuales, que practicó antes de escribirlos. Como dice Polanco. «después el uso y experiencia de muchas cosas le hizo más perfeccionar su primera invención; que, como mucho labraron en su misma ánima, así él deseaba con ellos ayudar a otras personas”.
En febrero 1523 dejó Manresa para ir a Barcelona, desde donde, hacia el 20 marzo, se embarcó para Gaeta, para proseguir viaje a Roma. El documento pontificio concediéndole el permiso para peregrinar a Jerusalén lleva la fecha del 31 marzo 1523. Después de pasar en Roma la fiesta de Pascua (5 abril), el 13 ó el 14 emprendió el viaje a Venecia. Allí participó, junto con los demás peregrinos, en la procesión del día de Corpus. No teniendo dinero para pagarse el viaje a Jerusalén ni queriendo servirse de los buenos oficios del embajador de España, gracias a la recomendación de un español que le había socorrido a su llegada a Venecia, tuvo una audiencia con el dux Andrea Gritti, quien mandó que fuese admitido en el barco que llevaba a Chipre al nuevo embajador de la Serenísima. De la peregrinación a Jerusalén se tienen detalles, además de los consignados por Iñigo en sus memorias, por las relaciones escritas por dos de sus compañeros: el zuriqués Meter Füssly y el estrasburgués Philipp Hagen. Embarcándose en Venecia el 14 de julio de 1523, llegaron a Jerusalén el 4 de septiembre. Iñigo siguió a sus compañeros en la visita a los Santos Lugares. Pero su intención secreta era quedarse allí establemente, en parte para satisfacer a su devoción y en parte para ejercitar su apostolado con sus habitantes. Con todo, el provincial de los franciscanos, encargados de la Custodia de la Tierra Santa, se opuso tenazmente a aquel proyecto por el peligro que corría la seguridad personal de los forasteros en la región. Iñigo se vio, pues, forzado a renunciar a su sueño y emprender el viaje de vuelta. Salió de Jerusalén el 23 de septiembre y, tras muchas peripecias, llegó a Venecia a mediados de enero de 1524.
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III. ESTUDIOS (1524-1535)
Durante todo el viaje estuvo pensando qué haría en adelante. Su decisión fue estudiar en Manresa, bajo la dirección de un monje cisterciense del monasterio de San Pablo, pero cuando fue a visitarlo, se enteró de que había muerto. Se instaló entonces en Barcelona, donde una bienhechora, Isabel Roser, se comprometió a cuidar de su sustento, y un maestro de gramática, el bachiller Jerónimo Ardévol, a enseñarle gratis. Así, a sus 33 años, empezó a estudiar latín. Tropezó con una dificultad, que resolvió con el recurso al discernimiento espiritual. Cuando se ponía a estudiar, le venían grandes ilustraciones espirituales que, al estorbarle en el estudio, vio que no procedían del buen espíritu. Prometió, entonces, en la iglesia de Santa María del Mar, a su maestro que asistiría a sus lecciones por dos años, mientras encontrase pan y agua para sustentarse. Con esta reacción eficaz venció aquella tentación contra sus estudios. Sin embargo, no pudo menos de dar desahogo a su celo, conversando con personas espirituales y dando los ejercicios a algunas de ellas. Además, reunió a sus tres primeros compañeros, que le siguieron a Alcalá y Salamanca.
Pasados dos años, siguió el consejo de su maestro y se trasladó a Alcalá para cursar la filosofía. Estuvo en la ciudad desde marzo 1526 a junio 1527, dedicado más a sus actividades apostólicas que al estudio. Dio a algunas personas los Ejercicios leves, según las normas de la anotación 18º del libro. El extraño modo de vestir que él y sus compañeros usaban y sus reuniones para hablar de cosas espirituales, infundieron sospechas en las autoridades eclesiásticas, precavidas contra las desviaciones de los alumbrados de la región. Se le hicieron tres procesos. En el primero, los inquisidores interrogaron a algunos testigos, tras lo cual dejaron la causa en manos del vicario diocesano en Alcalá, Juan Rodríguez de Figueroa. Este impuso a Iñigo y a sus compañeros que tiñesen sus vestidos. Pasando adelante en los interrogatorios, fue-encarcelado por espacio de cuarenta y dos días. El 1 junio 1527 se dio la sentencia, por la que se les mandaba que cambiasen sus vestidos por los ordinarios de los estudiantes y que no enseñasen a nadie los mandamientos ni otras cosas de la fe católica, hasta haber estudiado tres años cumplidos. Viendo que se le impedía ayudar a las almas, decidió seguir sus estudios en Salamanca, donde encontró las mismas dificultades. Sus conversaciones espirituales suscitaron sospechas entre los dominicos del convento de San Esteban, que le sometieron a interrogatorio: hablar de cosas de Dios sólo podía hacerlo quien hubiese estudiado o quien recibiese luz especial del Espíritu Santo. Iñigo no había estudiado, luego hablaba por el Espíritu; y esto es lo que a ellos les hacía sospechar. Si en Alcalá había prevención contra los alumbrados, en Salamanca la había contra el movimiento erasmista. Iñigo y Calixto de Sa, su compañero, fueron puestos en la cárcel durante un proceso que llevó adelante el bachiller Sancho Gómez de Frías. A éste dio Iñigo «todos sus papeles, que eran los Ejercicios», para que los examinase. El punto más delicado en el que se fijaron los jueces fue el de la distinción entre pecado mortal y pecado venial. La duda fue la misma que en Alcalá: ¿cómo podía hablar de aquellas materias sin haber estudiado? A los veintidós días de cárcel, se les comunicó la sentencia: no había nada contra su vida o doctrina, pero se les ordenó que no declarasen si una cosa era pecado mortal o venial hasta después de haber estudiado cuatro años. La sentencia, pues, recalcaba la de Alcalá. Quedó libre, pero viendo que se le cerraban las puertas para el apostolado, se determinó ir a París para proseguir sus estudios.
Llegó a París el 2 febrero 1528 y decidió repetir los estudios de humanidades en el colegio de Montaigu. Para su alojamiento escogió el hospicio de Santiago, destinado a los peregrinos de Compostela, pero, a causa de la distancia del colegio, tuvo que procurarse otra habitación. Pensó ponerse al servicio de algún profesor, pero no lo halló. Decidió entonces ir cada año a Flandes a pedir ayuda económica a los mercaderes españoles de Brujas y Amberes. Estos viajes los hizo en 1529, 1530 y 1531.
Este último año fue a Londres, volviendo con más dinero que otras veces. Con lo que recaudaba, podía no sólo proveer a su mantenimiento, sino aun ayudar a otros estudiantes.
Al regreso del primero de estos viajes intensificó sus conversaciones espirituales y dio los ejercicios a tres estudiantes, que cambiaron totalmente su vida. Esto disgustó al rector del colegio de Santa Bárbara, que amenazó a Iñigo con el castigo llamado la sala, consistente en azotar al castigado en una sala del colegio. Delatado al inquisidor Mateo Ory, Iñigo se presentó ante él, que le dijo que en efecto se le habían quejado sobre su conducta, pero que no pensaba imponerle ninguna sanción. Cursó la filosofía en el colegio de Santa Bárbara, donde tuvo como compañeros al saboyano Pedro Fabro y al navarro Francisco Javier. Maestro de todos ellos era Juan Peña, de la diócesis de Sigüenza. Los estudios filosóficos comprendían tres cursos: los dos primeros trataban las súmulas y la lógica, el tercero la física, metafísica y ética de Aristóteles. Iñigo obtuvo el grado de bachiller en Artes en 1532, el de licenciado en 1533 y el de maestro en 1535, aunque el diploma lleva la fecha de 14 marzo 1534, al estar datado al modo de París, donde el año comenzaba a partir del día de Pascua, que en 1534 cayó en el 5 abril. Estudió teología durante año y medio, teniendo que interrumpirla por motivos de salud.
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IV. HACIA LA FUNDACIÓN DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS (1535-1540)
Entre tanto se habían juntado con Iñigo los compañeros que habían de fundar con él la Compañía de Jesús. Todos ellos se proponían «servir a nuestro Señor, dejando todas las cosas del mundo», como escribió Laínez, uno de ellos . Este plan se concretó en el voto de Montmartre, que pronunciaron el 15 agosto 1534 y lo renovaron el mismo día los dos años siguientes. En aquel voto prometieron vivir en pobreza y realizar una peregrinación a Jerusalén. Si esperado un año, la peregrinación resultase imposible, se ofrecerían al Papa, para que él los enviase allá donde juzgase más conveniente. Hubo un punto que dejaron en suspenso: si, una vez llegados a Jerusalén, permanecerían allí o regresarían. Por primera vez aparece en este voto la persona del Papa como vicario de Cristo.
Iñigo salió de París para su tierra natal a principios de abril. Al motivo de cuidar de su salud, se añadía el de visitar a los parientes de sus compañeros españoles, que no pensaban volver a su tierra, y resolver allí sus asuntos pendientes. Llegado a Azpeitia, estuvo tres meses, viviendo en el hospital, sin querer hospedarse en su casa de Loyola, a pesar de los ardientes ruegos de su hermano. Aprovechó aquella estancia para promover por todos los medios que pudo el bien espiritual y moral de sus paisanos. Hizo que se tocasen cada día las campanas de la parroquia y de las ermitas del término de Azpeitia para que al oirlas, todos rezasen un Padre nuestro, Ave María y Gloria Patri por los que estuviesen en pecado mortal. Cortó los abusos del juego, los amancebamientos y uniones ilícitas. Promovió la creación de una obra para el socorro de los pobres vergonzantes. Logró poner fin a una larga controversia que oponía al clero y al patrono de la parroquia de Azpeitia con un convento de monjas de la Tercera Orden de san Francisco. Estando él allí y actuando como testigo, se firmó el 18 mayo 1538 un acuerdo entre las partes.
Iñigo salió de Azpeitia el 23 julio 1535 y se dirigió al pueblo de Obanos (Navarra), donde entregó una carta de Javier a un hermano suyo. Pasó a Almazán (Soria), y visitó al padre de Laínez, Otras etapas de su viaje fueron Sigüenza, Madrid y Toledo.
En la cartuja de Vall de Cristo (Segorbe) visitó a su antiguo ejercitante de París, Juan de Castro. Prosiguió a Valencia, desde donde se embarcó para Italia.
Pasó todo el año 1536 en Venecia, completando sus estudios teológicos y ejercitando el apostolado con conversaciones y Ejercicios. Allí vivió con las limosnas que le enviaron sus amigos de Barcelona y fue acogido en su casa por un señor «muy docto y bueno», que parece haber sido Andrea Lippomano, prior de la Trinidad. Mientras tanto esperaba compañeros que salieron de Paris el 15 de noviembre de 1536. Tras un viaje de cincuenta y cuatro días en medio de las inclemencias del invierno llegaron a Venecia el 8 enero 1537. Todos ellos, menos Ignacio, salieron el 16 marzo para Roma, a pedir permiso al Papa para peregrinar a la Tierra Santa. Lo obtuvieron el 27 abril, al mismo tiempo que la licencia para recibir las órdenes sagradas los no sacerdotes, de parte de cualquier obispo, aunque fuese fuera de las cuatro Témporas del año. El día de Corpus, 31 mayo, participaron en la procesión, junto con los demás peregrinos de Jerusalén. Pero este año no salió ningún barco con peregrinos, por los insistentes rumores de guerra con los turcos.
Ignacio y sus compañeros recibieron las órdenes de mano de Vicente Negusanti, obispo de Arbe (actual Rab, Croacia). Ignacio difirió la celebración de su primera misa año y medio, hasta la noche de Navidad de de 1538. Deseaba prepararse mejor para acto tan importante, aunque quería, además, celebrarlo en Belén o en otro de los lugares de la Tierra Santa. El grupo de compañeros tuvo que reconocer finalmente que la proyectada peregrinación era imposible y, en consecuencia, decidió ponerse a disposición del Papa. Pero antes de salir de Venecia Ignacio tuvo que resolver un caso judicial. Había sido acusado de ser un fugitivo de España y de París, perseguido por la Inquisición. El legado pontificio Verallo confió la causa a su vicario Gaspar de’Dotti, quien instituyó un proceso en toda regla, tras el cual pronunció una sentencia absolutoria, el 13 octubre 1537. Ignacio emprendió el viaje a Roma, con Fabro y Laínez, a fines de octubre. Durante todo el viaje experimentó muchos sentimientos espirituales, especialmente al recibir la comunión. Uno prevaleció sobre los demás: una gran confianza de que Dios les sería propicio en Roma. Al llegar a un lugar, llamado La Storta, a 16,5 kilómetros de Roma por la vía Cassia, tuvo una experiencia espiritual de excepcional trascendencia. Relata en su Autobiografía (n. 96) que "haciendo oración, tuvo tal mutación en su alma y ha visto tan claramente que el Padre le ponía con Cristo, su Hijo, que no sería capaz de dudar de que el Padre le ponía con su Hijo». Con esta expresión reveló la unión que desde entonces sintió con Cristo. Laínez completó estos datos, añadiendo que la visión fue trinitaria, y que en ella el Padre, dirigiéndose al Hijo, le decía: " Yo quiero que tomes a éste como servidor tuyo.» y Jesús, a su vez, volviéndose hacia Ignacio, le dijo: " Yo quiero que tú nos sirvas» (FontNarr 2:133). La idea del servicio divino, tan central en los ejercicios, recibía una confirmación definitiva. Aparte del influjo que ejerció en la vida interior de Ignacio, esta visión tuvo claras repercusiones en la fundación de la CJ, empezando por el nombre de la nueva Orden, un nombre que era todo un programa: ser compañeros de Jesús, alistados bajo su bandera, para emplearse en el servicio de Dios y bien de los prójimos.
En noviembre 1537, Ignacio entró definitivamente en Roma. Allí, mientras los otros compañeros se dedicaban a otras tareas apostólicas, él daba Ejercicios. Merecen señalarse los que dio en Montecassino al doctor Pedro Ortiz, durante la cuaresma de 1538. En este año tuvieron que sufrir los ataques de algunas personas influyentes, que esparcieron rumores contra su vida y doctrina, repitiendo la acusación de que eran fugitivos, ya procesados en otras ciudades por la Inquisición. La consecuencia fue que los fieles se iban alejando de ellos; pero el mayor peligro consistía en que, si las calumnias prosperaban, les sería imposible realizar los proyectos que iban madurando. Por eso Ignacio quiso firmemente que se instruyese un proceso formal, acabado con una sentencia. Procuró y obtuvo una audiencia del Papa en Frascati, que mandó al gobernador de Roma, encargado de la justicia, que instruyese un regular proceso. Fue providencial el por aquel tiempo coincidiesen en Roma todos aquellos que habían juzgado a Ignacio en Alcalá, París, principales del nuevo Instituto. Fueron aprobadas por los seis Padres presentes en Roma. Tras este paso, el 8 abril se procedió a la elección de su primer General, que recayó, por voto unánime, en Ignacio. Éste había dado el suyo a aquel que tuviese más votos. Conocida su elección, pidió que se repitiese después de una más madura reflexión. Pero la segunda votación, del día 13, arrojó el mismo resultado. Entonces, Ignacio pidió tiempo para deliberar, y puso el asunto en manos de su confesor, el franciscano Teodosio de Lodi, del convento de San Pedro in Montorio. Allí Ignacio, en una confesión que duró tres días, expuso a su confesor toda su vida y su estado presente, con enfermedades y miserias corporales. El franciscano fue de parecer que debía aceptar y, a petición de Ignacio redactó un informe escrito. Entonces, Ignacio aceptó la designación. Era el 19 abril. Tras la elección del General, el 22 del mismo mes hicieron todos los presentes la profesión en la basílica de San Pablo extramuros; los ausentes la hicieron en fechas y lugares diferentes.
V. ACTIVIDAD EN ROMA COMO GENERAL (1540-1556)
Salvo brevísimas ausencias, Ignacio permaneció en Roma el resto de su vida. Resumiento su actividad durante el generalato, pueden distinguirse en él dos aspectos: su apostolado directo en la ciudad de Roma y su acción de gobierno de la Compañía de Jesús.
En los quince años de su gobierno logró dar a la CJ una organización ejemplar, infundirle un espíritu y abrirle las puertas hacia un apostolado universal. Fue más hombre de acción que un especulativo. En la estructura que dio a la CJ introdujo novedades que chocaron con la mentalidad de su tiempo.
No quiso tener hábito propio ni coro ni penitencias impuestas por regla ni tiempos determinados de oración para los jesuitas formados. Todo ello para que los jesuitas tuviesen aquella movilidad y disponibilidad que exigía su forma de vida y su proyecto apostólico. Por lo mismo, no admitió una rama femenina de la CJ ni quiso aceptar el cuidado habitual de religiosas sujetas a su obediencia. Tampoco admitió dignidades. eclesiásticas o civiles.
Ignacio fue, a un mismo tiempo, un incansable hombre de acción y un ferviente contemplativo. Su más noble ideal fue promover la mayor gloria de Dios por todos los medios a su alcance. Como hombre de gobierno, dirigió a sus súbditos con prudencia y discreción. Amaba a todos con amor de padre, y todos se sentían amados por él. Puso un acento especial en la virtud de la obediencia, tanto como ejercicio de virtud, como por ser instrumento de cohesión y eficacia en la labor apostólica. En su vida personal fue un gran contemplativo, que experimentó especiales comunicaciones divinas. Su unión con Dios adquirió un tono más elevado en la celebración de la Misa, durante la cual fue dotado del don de lágrimas. A veces no podía celebrarla por la debilidad de su salud, a la que perjudicaban tan fuertes emociones.
Además del tiempo dedicado a la oración formal, practicaba y recomendaba a los demás el ejercicio de buscar a Dios en todas las cosas o, como escribió Nada! con frase feliz, fue contemplativo en la acción.
Su salud se resintió toda la vida de las ásperas penitencias practicadas después de su conversión. Siempre tuvo dolores de estómago; pero la autopsia, que le practicó el mismo día de su muerte el cirujano Realdo Colombo, demostró que su enfermedad consistía en una litiasis biliar, con reflejos que repercutian en el estómago. Murió en la madrugada del 31 julio 1556. Su cuerpo fue sepultado en la pequeña iglesia de Santa Maria de la Strada y, en sucesivas traslaciones, depositado en el actual altar de dedicado a él en la iglesia del Gesù. Beatificado el 27 julio 1609 fue canonizado por Gregorio XV el 12 marzo 1622 junto con Javier, Teresa de Jesús, Isidro Labrador y Felipe Neri. Pío XI le nombró (1922) patrono de los Ejercicios Espirituales y de las obras que los promueven.
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Re: Euskal Herria, cuna de héroes hispánicos
D. Martín de Múgica y Butrón (Ordicia - Santiago de Chile 1649)
Martín de Mujica y Butrón, también reseñado como Martín de Mogica o Muxica (Villafranca - actualmente Ordicia -, Guipúzcoa, ¿? - † Santiago de Chile, abril de 1649); militar español que, designado por el rey Felipe IV de España, desempeñó el cargo de capitán general y gobernador de Chile, además de presidente de su Real Audiencia. Su gobierno en aquella destinación colonial se extendió entre mayo 1646 y abril 1649, cuando murió aparentemente envenenado. Frecuentemente descrito como un administrador honesto. Buscó la paz con los mapuches, celebrando el accidentado Parlamento de Quilín (1647).
Antes de ser gobernador
Miembro de una familia señorial vasca.
Tras ingresar al Ejército de España, muy joven, hizo carrera militar escalando los grados de capitán y sargento mayor, en las guerras de Flandes y de Italia. En éste último país de destacó especialmente durante la lucha contra los franceses por el control del Piamonte. El 15 de junio de 1638 dirigió un asalto nocturno contra la plaza fortificada de Vercelli que lo reputó frente a sus superiores.
Llamado de vuelta a España, es destinado, como maestre de campo de Pedro Antonio de Aragón, marqués de Povar, a participar en la represión de la rebelión catalana, conocida como la Guerra de los Segadores. En abril de 1642 su división, fue sorprendida y hecha completamente prisionera en Granata, por tropas francesas que apoyaban la revuelta local. Hay dos versiones sobre este incidente. Una dice que el percance sucedió al acatar ordenes desaprobadas por Mujica y su superior, el marqués.[1] La otra, que la corte responsabilizó a éste último, puesto en el cargo de Lugarteniente de Cataluña por influencia de su madre, Catalina Fernández de Córdoba, duquesa de Cardona.[2]
Sin saberse con certeza cómo, en 1644 Martín de Mujica ya había recobrado su libertad y estaba reincorporado en las filas españolas de Cataluña. Ostentaba el hábito de la Orden de Santiago.
Según la versión del cronista Diego de Rosales,[3] su fama de buen soldado influyó en que el rey lo eligiera, entre muchos otros, para ejercer el gobierno de Chile, el 30 de diciembre de 1644.
Contactos familiares en Chile
En dicho país, desde hacía unos años, se desempeñaba el capitán Alonso de Mujica y Buitrón, aparente hermano de Martín, quien había participado en Chiloé en operaciones tardías en contra de la incursión holandesa del general Elías Herckmans. Pero sobre todo nombrado, en su época, por ser quien desenterró en la abandonada ciudad del Valdivia el cadáver del corsario Hendrick Brouwer y "por ser hereje lo quemó".
A este antecedente se suma la presencia en Chile, en la primer mitad del siglo XVII de un capitán Antonio Buitrón Mujica. Habría que enteder que ya existía una larga conexión familiar con la colonia, que podría haber influido en la destinación del gobernador.
Gobierno
Moralización
Se hizo cargo del gobierno al desembarcar en Concepción, el 8 de mayo de 1646. Venía especialmente advertido del peligro de una invasión holandesa, pero sus primeras preocupaciones debieron ser más domésticas. El ejército se encontraba en un notable estado de desmoralización, la administración pública venía de un período de corrupción y el bandidaje rural se había encrementado notablemente. El problema, según la evaluación de los contemporáneos se centraba en el mal comportamiento del ejército, que potenciaba los demás aspectos:
"Los soldados, sin temor de Dios, vivían de puertas adentro con sus mancebas y tenían por gala la picardía, por donaire la libertad y por bizarría el hurto; y el que más caballos, bueyes, mulas e indios hurtaba, era el más bizarro"[4] La simple medida de prohibir a la soldadesa permisos para pasar períodos de descanso en Santiago, evitó que ésta aprobechara los trayectos entre la frontera y la capital para cometer robos contra indígenas y hacendados. El agradecimiento popular fue tal, que una multitud salió de Santiago para vitorearlo, cuando se dirigió a dicha ciudad.
Solicita rebaja de impuestos
Mujica pronto se formó una imagen de la colonia que le tocaba gobernar. Le sorprendió la pobreza local y escribió al rey buscando un reducción de los impuestos.
Segundo parlamento de Quilín
Artículo principal: Parlamento de Quilín (1647)
En agosto de 1646 convocó una asamblea militar en Concepción, para decidir el camino a seguir respecto de la ya casi centenaria Guerra de Arauco. En esa reunión se resolvió intentar pactar nuevas paces. Para ello se realizó el Parlamento de Quilín (1647), que resultó muy accidentado e ineficaz, pues culminó con el gobernador ejecutando a una serie de caciques mapuches, según la versión española, por complotar para matarlo.
Terremoto
Santiago fue destruido por un terremoto, el 13 de mayo de 1647, con gran debastación de la ciudad. Este infortunio ayudó a que el rey finalmente, y tras muchas solicitudes reiteradas, librara de impuestos a Chile por el lapso de 6 años, el 1 de julio de 1649. Mujica por su parte, trató de desgrabar a la población eliminado algunos cobros y suspendiendo el funcionamiento de la Real Audiencia.
Muerte
Después de pasar casi todo el año de 1648 en operaciones militares contra los mapuches, con la esperanza de pacificar la frontera, y de celebrar la semana santa de 1649 en Concepción, volvió a Santiago en abril de dicho año, donde murió repentinamente. Los contemporáneos opinaron que había sido envenenado. Incluso existió un sospechoso, de profesión abogado, cuyo nombre no ha llegado hasta nuestros días:
"Bajó a Santiago el Gobernador, y a los tres días de su llegada murió con sentimiento de todos, menos de un togado que depuso de su empleo y lo confirmó el Rey".[5] Lo cierto es que apenas probó una ensalada, que le sirvieron durante una recepción en la capital, comenzó a botar espuma por la boca "enajenado de sus sentidos".[6]
http://es.wikipedia.org/wiki/Mart%C3...y_Buitr%C3%B3n
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Re: Euskal Herria, cuna de héroes hispánicos
D. Francisco Tomás de Antxia y Urkiza (Caserío de Longa - Mallabia/Vizcaya 1783 - Valencia 1831)
Conocido como General Longa - Héroe de la Guerra de la Independencia (1808-1814)
Guerrillero vizcaíno durante la guerra de la independencia. Nació el 10 de abril de 1783 en el caserío Longa de Mallabia (Bizk.) por lo que fue apodado Longa pasando a ser éste su nombre más conocido. Desde muy joven vivió en Puebla de Arganzón (Burgos) donde fue como aprendiz de herrero llegando a casarse con la hija de su patrón adquiriendo así una buena herrería. Al sobrevenir la invasión napoleónica (1809) se puso al frente de una partida de 100 hombres de gran combatividad con la que se dedicó a la guerrilla en tierras de Burgos, País Vasco y aledaños uniendo sus fuerzas a menudo a la partida de Abecia. Tenía por entonces 26 años. Estos dos contingentes formaban una temible fuerza sorpresiva que emboscada ya en puertos como el de Descarga, ya en Pancorbo, en Orduña o en Valdeajos se dejaba caer por sorpresa sobre los convoyes napoleónicos exterminando a sus componentes y llevándose el correo o los avituallamientos. En 1812, al frente de la División Iberia y siendo ya Coronel, se apodera de Castro Urdiales tras derrotar a los imperiales en Cubo y Miranda. Algo más tarde los sorprende en el valle del Sedano derrotándolos tras la muerte de Fromant y Bremont, general y coronel respectivamente. Al llegar el momento decisivo de la batalla de Vitoria se pone a las órdenes de Sir Graham; al frente de la División Iberia toma Gamarra Menor -acción decisiva- y persigue a los franceses. Participa en la toma de Pasajes, en la batalla de San Marcial y penetra en Laburdi con Wellington. En 1813 vuelve a la península donde es nombrado general, más tarde mariscal de campo y en 1825 teniente general. Murió en 183l a los 48 años de edad.
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Re: Euskal Herria, cuna de héroes hispánicos
D. Blas de Lezo y Olabarrieta (Lezo/Guipúzcoa 1688 - Cartagena de Indias 1741)
Español Insigne - Héroe Hispánico - Hijo de Guipúzcoa
El Almirante D. Blas de Lezo y Olavarrieta (1688-1741)
Esta página está dedicada a un héroe olvidado
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El Almirante Patapalo D. Blas de Lezo, General de la Armada
Nació en Pasajes (Guipúzcoa). En 1701 ingresó como guardiamarina y
en 1704, ya iniciada la Guerra de Sucesión española, entró en combate como
tripulante de la escuadra francesa que se enfrentó a las fuerzas combinadas
de Inglaterra y Holanda en batalla librada frente a Vélez Málaga y en la que
perdió la pierna izquierda por una bala de cañon, mostrando en el terrible trance tal sangre fría que admiró al mismo Almirante. Su intrepidez y serenidad en el combate fue premiado con el
ascenso a alférez de navío y luego a teniente de navío. Participó en la
defensa del castillo de Santa Catalina en Tolón donde perdió el ojo izquierdo. Ostentó el mando de diversos convoyes que socorrían a Felipe V en Barcelona burlando la
vigilancia inglesa. En uno de ellos fue rodeado por fuerzas superiores, y apurado supo salir incendiando alguno de los buques que le seguían lo que rompío el círculo que le rodeaba.
En 1713 fue ascendido a Capitán de navío,
y un año más tarde fue destinado al segundo sitio de Barcelona donde perdió el brazo derecho. En esa época, y al mando de una fragata, hizo once presas a los británicos entre ellas la del emblemático Stanhope, buque bien armado y pertrechado.Terminada la Guerra de Sucesión se le confió en 1723 el buque insignia Lanfranco y el mando de la Escuadra de los Mares del Sur,. limpiando de piratas las costas del Pacífico y capturando doce naviós holandeses e ingleses.
Contrajo matrimonio en el Perú en 1725 y en 1730 regresó a España siendo ascendido
a Jefe de la Escuadra Naval del Mediterraneo. Se trasladó a la Republica de Genova para exigir el pago de los 2.000.000 de pesos pertenecientes a España retenidos en el Banco de San Jorge, y que en desagravio se hiciera un saludo excepcional a la bandera española sopena de bombardear la ciudad. Ante la enérgica actitud el Senado genovés cedió de inmediato.
.En 1732 y a bordo del Santiago hizo una expedición a Orán comandando 54 buques y 30.000 hombres. Orán fue rendida pero Bay Hassan reunió de nuevo tropas y sitió la ciudad poniéndola en grave aprieto. Lezo acudio en socorro con seis navios y 5.000 hombres logrando ahuyentar al pirata argelino tras reñida lucha. Persiguió su nave capitana de 60 cañones que se refugio en la bahia de Mostagán defendida por dos castillos y 4.000 moros. Esto no arredró a Lezo, que entró tras la nave argelina despreciando el fuego de los fuertes incendiándola y causando además gran daño a los castillos. Patrulló luego durante meses aquellos mares impidiendo que los argelinos recibieran refuerzos de Constantinopla hasta que una epidemia le forzó a regresar a Cadiz.
En 1734 el Rey premió sus servicios promoviéndolo a General de la Armada. En 1737 regresó a América con los navios Fuerte y Conquistador y fue nombrado Comandante General de Cartagena de Indias, plaza que defendió de los embates del almirante inglés Sir Edward Vernon, página gloriosa de las armas españolas
La Invencible inglesa contra Cartagena de Indias (1741) La derrota de la Armada Inglesa en Cartagena de Indias en el siglo XVIII es un acontecimiento silenciado en la historia inglesa y desconcocido para la gran mayoría de españoles. La Historia está hecha de muchas mentiras, silencios y exageraciones y ésta página gloriosa de la época colonial está injustamente olvidada por el saber popular español y merece la pena contribuir a su difusión.
En Octubre de 1739 Inglaterra declara a España la guerra de la oreja de Jenkins y planea tomar la ciudad donde confluyen las riquezas de las colonias españolas, Cartagena de Indias (Colombia), dominar el comercio en el Caribe y, en una operación combinada con las fuerzas del Comodoro Anson que con el navio Septrentión y dos buques menores acosaba las colonias del Pacifico Sur, aniquilar el imperio español en América.
Aunque el origen de la guerra fue la rivalidad comercial entre las dos potencias, la causa inmediata de la conflagración fue un incidente cerca de la costa de Florida cuando el capitán de un guardacostas español, Juan León Fandiño, interceptó el Rebbeca al mando de Robert Jenkins y le hizo cortar a éste una oreja; después de lo cual le liberó con este insolente mensaje: "Ve y dile a tu Rey que lo mismo le haré si a lo mismo se atreve". Este suceso enardeció a la opinión pública inglesa y dió lugar a que su Gobierno, presidido por su Primer Ministro Mr. Walpole, declarara la guerra a España presionado por comerciantes de la City que apetecían la conquista de nuevos mercados.
El 13 de Marzo de 1741 apareció por "Punta Canoa", poniendo en vilo la ciudad de Cartagena, la mayor flota de guerra que jamás surcara los mares hasta el desembarco de Normandía: 2000 cañones dispuestos en 186 barcos, entre navíos de guerra, fragatas, brulotes y buques de transporte. La flota, muy superior a la Invencible de Felipe II que sólo disponía de 126 navíos, está dirigida por el almirante Sir Edward Vernon y transporta 23.600 combatientes entre marinos, soldados y esclavos negros macheteros de Jamaica. En la expedición vienen 4.000 reclutas de Virginia bajo las órdenes de Lawrence Washington, medio hermano del futuro libertador George.
Las defensas de Cartagena no pasaban, en cambio, de 3.000 hombres entre tropa regular, milicianos, 600 indios flecheros traídos del interior más la marinería y tropa de desembarco de los seis únicos navíos de guerra de los que dispone la ciudad: el Galicia que era la nave Capitana, el San Felipe, el San Carlos, el Africa, el Dragón y el Conquistador.
Este pequeño contingente está dirigido por hombres decididos a defenderse hasta morir: el Virrey Sebastián de Eslava, Teniente General de los Reales Ejercitos con larga experiencia militar, y bajo su mando, pero en el mar, el celebre General de la Armada D. Blas de Lezo, lobo de mar que ya ha participado en 22 batallas y expediciones navales perdiendo la pierna y el ojo izquierdo en Málaga y Toulon y quedándole lisiada la mano derecha en Barcelona. Seguían en la jerarquía el Mariscal de Campo D. Melchor de Navarrete, Gobernador de la ciudad, a cuyo cargo quedó la parte administrativa y el abastecimiento de víveres, y el Coronel D. Carlos Des Naux, Ingeniero militar y Director de obras de fortificación, quien actuó primero como Castellano del Castillo de San Luis de Bocachica y luego como Castellano de San Felipe de Barajas. Aunque con algunas discrepancias de criterio en materia estratégica entre Blas de Lezo y el Virrey los cuatro hombres lograron por fin unificar su acción baja la dirección de Eslava y resistir a pie firme el embate inglés.
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Lezo frente al castillo de San Felipe, señalando al horizonte por donde apareció la flota de Vernon en 1741
Años antes Vernon ya había merodeado dos veces Cartagena, y trazando círculos de buitre se había presentado frente a la bahía, pero Lezo lo había puesto en fuga con maestría de consumado marino. En la primera ocasión cerró el puerto con cadenas y situó sus buques en Bocachica para que los ingleses no pudieran entrar sin batirse con ellos e instaló en tierra un grueso cañón de 18 libras de su nave capitana lo que sorprendió al enemigo al contestar con artillería por un lado de la ciudad que consideraban desguarnecido. En la segunda dispuso sus naves de manera que con su fuego se encerrará a los navios ingleses dentro del campo de tiro largo y corto, los cuales de nuevo sorprendidos abandonaron la zona.
Ahora Vernon, envalentonado tras una acción de rapiña en la mal defendida ciudad de Portobelo (Pánama), vuelve con efectivos considerables y escribe a Lezo cartas desafiantes. Éste, como buen vasco, es tozudo y quisquilloso en cuestiones de honor: 'Hubiera estado yo en Portobelo, no hubiera Usted insultado impunemente las plazas del Rey mi Señor, porque el ánimo que faltó a los de Portobelo me hubiera sobrado para contener su cobardía..."
Vernon despliega la flota bloqueando la entrada al puerto, y tras silenciar las baterías de "Chamba", "San Felipe" y "Santiago" desembarca tropas y artillería. Es tan impresionante el despliegue de barcos en el horizonte que algunos vecinos consideran la situación perdida y procuran ponerse a salvo. Vernon ordena un cañoneo incesante que durará 16 días y noches al castillo de San Luis de Bocachica con un promedio de "62 grandes disparos por hora". El castillo está defendido por 500 hombres al mando de Coronel Des Naux. Por su parte Lezo coloca cuatro de sus navíos, el Galicia, el San Felipe, el San Carlos y el Africa del lado interior de la bahía y en las proximidades del Castillo para apoyarlo con sus cañones. Aunque la defensa de Bocachica fue heroica con Lezo y Des Naux peleando en primera fila los defensores han de evacuarlo ante la abrumadora superioridad enemiga. Lezo hace barrenar e incendiar sus buques para obstruir el canal navegable de Bocachica, cosa que consigue parcialmente ya que el Galicia no coge fuego a tiempo. Sin embargo, se ha logrado retrasar el avance inglés de forma considerable y ello favorecerá el desarrollo de epidemias entre los asaltantes.
Los defensores optaron por replegarse totalmente a la Fortaleza de San Felipe de Barajas, motivo por el cual ni siquiera intentaron la resistencia en el Castillo de Bocagrande. Y muy contra la voluntad de Lezo, que trató de evitarlo hasta el fin pero se vió obligado por disciplina, se hundieron los dos únicos navíos que quedaban, el Dragón y el Conquistador, con el ilusorio objeto de impedir la navegación por el canal de Bocagrande. Pero al igual que en Bocachica, el sacrificio resultó en vano pues los ingleses remolcaron el casco de uno de ellos para restablecer el paso y desembarcaron en las islas de Manga y Gracia dejando a un lado el Fuerte de Manzanillo. Hecho lo cual, un regimiento de colonos norteamericanos al mando de Lawrence Washington tomaron la colina de la Popa próxima ya a San Felipe de Barajas y que había sido abandonada por los españoles.
Vernon entró entonces triunfante en la bahía con su buque Almirante con las banderas desplegadas y el estandarte de General en Jefe escoltado por dos fragatas y un paquebote, y dando la batalla por ganada despachó un correo a Jamaica e Inglaterra con tan fausta noticia. Tras ello ordena el desembarco masivo de artilleria y cañonear el Castillo de San Felipe desde mar y tierra con el fin de ablandar la resistencia final.
La defensa está formada por sólo 600 hombres bajo el mando de Lezo y Des Naux. Éste ya había resistido en Bocachica e iba a batirse de nuevo contra el empuje inglés hacia la fortaleza de San Felipe.
La defensa fue numantina y la batalla violenta. Al fin Vernon resuelve que la infantería tomará fácilmente la fortaleza pues se encuentra con daños considerables. La noche del 19 al 20 de abril se dan los hechos decisivos, los atacantes al mando del General Woork avanzan entre sombras en tres columnas de granaderos y varías compañías de soldados, además de los esclavos macheteros jamaicanos que van en vanguardía. Su progresión es lenta por el pesado equipo de guerra que transportan y por el fuego de fusilería desde las trincheras y lo alto de la fortaleza. El avance se frena ante las murallas ya que por imprevisión la longitud de las escalas para salvar el foso resultan cortas y los atacantes quedan aturdidos al no disponer de fajinas y materiales para facilitar la aproximación al fuerte. Los defensores arrecian en su fuego nutrido y certero desde lo alto, lo que origina una mortalidad espantosa.
Al alba un macabro espectáculo de muertos, mutilados y heridos vagando como espectros aparece alrededor de San Felipe haciendo evidente la hecatombe inglesa. La salida de los españoles que cargan a bayoneta calada provoca la huida desordenada de los asaltantes que pierden cientos de hombres y todos sus pertrechos.
El bombardeó inglés prosigue desde el mar 30 días más sin un objetivo claro, pero el cólera y el escorbuto comienzan a provocar decenas de muertos que flotan en la bahía lo que hace la situación desesperada.
Vernon, altivo y malgeniado, recrimina al parsimonioso General Wentworth, Jefe Supremo de las tropas de desembarco, por el ignominioso fracaso y las desavenencias llegan a un punto insostenible. Al fin el Alto Mando inglés ordena la retirada, lo que se realiza de forma lenta y sin cesar de cañonear la ciudad hasta que "no quedó ninguna vela inglesa". Los últimos veleros parten el 20 de Mayo, pero los ingleses han de incendiar cinco de ellos por falta de tripulación. En el regreso a Jamaica hunden otro y cada barco parece un hospital.
Mientras en Inglaterra se supone como cierta la victoria con arrogancia y orgullosa satisfacción. Aún se desconoce el infausto final y se acuñan medallas conmemorativas mostrando a Lezo arrodillado ante Vernon entregándole la espada con la inscripción "el orgullo español humillado por Vernon". En ellas el vencido aparece con dos piernas, dos ojos y dos brazos para obviar que es un hombre lisiado. En el reverso había seis navios y un puerto, y alrededor la inscripción: quien tomo Portobelo con solo seis naviós, Noviembre de 1939. Éstas medallas, de las que se conservan algunas todavía, fueron motivo de burla durante mucho tiempo por parte de los enemigos de Inglaterra, "debiendo ser en sus autores tanta mayor la vergüenza cuanto fue mayor su ligereza y arrogancia".
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Medalla inglesa con Lezo arrodillado ante Vernon, con la leyenda: "el orgullo español humillado por Vernon" (Grabado de Coverns, Amsterdam 1741)
Semanas después Lezo malherido y extenuado por la batalla se hunde en las tinieblas del olvido. Sus últimos momentos se enmarcan dentro de la ingratitud y la amnesia de un camastro en algún hospital de Cartagena. Su cuerpo cercenado se deposita sin honores y se ignora donde esta enterrado.
Vernon, sabedor de la muerte de Lezo, rondó de nuevo Cartagena en 1742 con 56 navios, pero sus espías le informaron de la reparación de las defensas y de la presencia del Virrey Eslava en la ciudad por lo que no se decidió a atacar y partió a enfrentarse al juicio de la historia. Murió en 1757 repudiado y olvidado por su pueblo, y el rey Jorge II prohibió toda publicación sobre el asalto a Cartagena que quedó así sepultado en la historia. Inglaterra no volvió a amenazar seriamente al Imperio español que subsistió un siglo más. España, en cambio, contribuyó añós más tarde al desmoronamiento de las colonias inglesas en Ámerica, hecho que también ha tratado de silenciarse: España en la Guerra de Independencia y Bernardo de Gálvez (1746-1786) .Poco después de ello los ingleses promoverían la figura de Nelson para elevar la moral y el patriotismo ante la amenaza napoleónica.
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Cartagena de Indias en Marzo de 1741. Disposición de la flota inglesa de Vernon
El asalto a Cartagena de Indias pasó así a ser un anecdótico episodio de mala suerte debido a enfermedades tropicales mal conocidas. El propio Nelson fue en cierto modo víctima de esta conspiración de silencio. Poco después de afirmar que los Dons sabían hacer barcos pero no pelear tuvo que retirarse humillado y sin su brazo derecho tras el intento de captura de Tenerife (Julio de 1797), cosa que también daba por hecha, y entregar su vida en Trafalgar ante los Dons que pelearon de forma valiente bajo un inepto mando francés.
Y los españoles, por contra de los ingleses, somos tan miserables que nos avergonzamos de nuestras hazañas y hurtamos al saber popular figuras como la de Blas de Lezo y Olavarrieta, marino español y vasco de Pasajes (Guipuzcoa). Su legendaria vida, y anónima muerte, contribuyó a cambiar la historia en América y no desmerece frente al mejor guión de aventuras de Hollywood.
Todo lo que se pueda hacer por difundir esta figura silenciada por unos y olvidada por otros parece insuficiente. Su lugar en la historia ha de estar junto a los grandes nombres de la época colonial. Por mi parte sólo espero que mediante esta página contribuya, aunque fuera de forma modesta, a lograr ese objetivo.
Marco A. Gandarillas (Junio de 2000)
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Re: Euskal Herria, cuna de héroes hispánicos
D. Ignacio María de Álava y Sánz de Navarrete (Vitoria 1750 - Chiclana 1817)
Biografía de don Ignacio María de Álava y Sáenz de Navarrete.
(Por el contralmirante don Carlos Martínez-Valverde y Martínez y aportada por Antonio Luis Martinez Guanter).
Decimocuarto Capitán General de la Real Armada Española
Ignacio María de Álava y Sáenz de Navarrete, nació en Vitoria el veinticuatro de octubre de 1750.
Cursó sus primeros estudios en el seminario de Nobles de Vergara. Entró en la Armada, sentando plaza de guardiamarina el veintitrés de julio de 1766. En el mismo año embarco en el navío “Terrible” y sucesivamente en el “San Pedro Alcántara”, “Peruano”, “Astuto” y en la fragata “Venus”, realizando en ellos varios cruceros y comisiones en diferentes mares y un viaje a Filipinas.
Forjó su espíritu y adquirió sus conocimientos profesionales en la mejor escuela para un oficial de la Armada: en la mar y en la guerra, en este caso numerosos combates contra buques berberiscos.
Ascendió a teniente de navío en 1778 y se le confirió el mando del jabeque “San Luis”, destinado al corso contra los moros y berberiscos.
En 1779 embarcó en el navío “Santísima Trinidad”, luego en el “Santa Isabel” y “Rayo”, después en la fragata “Gertrudis”.
En enero de 1781 tomó el mando de la fragata “Rosa”, con la que hizo la campaña del Canal de la Mancha, a las órdenes de los generales don Luis de Córdova y conde de D’Orvillers, que tuvo por consecuencia la retirada de las fuerzas británicas a sus puertos y el apresar al navío “Ardent” de 74 cañones.
Tomó parte asimismo en la captura del gran convoy británico de 55 velas, (por cierto, la mayor victoria española sobre la británica y la mayor derrota sufrida nunca por ellos y muy olvidada por los españoles) sobre cabo Santa María y en el bloqueo y ataque de Gibraltar.
Ya de capitán de fragata y mandando la “Santa Bárbara”, apoyó con él el bombardeo que hicieron las malogradas baterías flotantes. Participó también en el combate que con la escuadra británica del almirante Howe, sostuvo la española al mando de don Luis de Córdova el veinte de octubre de 1782, en el que fue herido, ascendiendo por su brillante comportamiento a capitán de navío y tomando seguidamente el mando de la fragata “Sabina”.
En el verano de 1787 fue nombrado mayor general de la escuadra de evoluciones, al mando de don Juan de Lángara. Después desempeñó el mismo cargo en el departamento de Cartagena y en junio de 1790 el mismo también en la escuadra del Marqués del Socorro.
Con ella fue a Liorna a buscar al Príncipe de Parma que desembarcó en Cartagena y lo acompaño a Madrid.
El ocho de febrero de 1791 fue nombrado comandante del navío “San Francisco de Paula”, con el que operó en socorro de la plaza de Orán, atacada por los moros.
Ascendió a brigadier el uno de marzo de 1792 y con este grado fue destinado, como mayor general a la escuadra de Lángara, asistiendo a toda la campaña que en las costas francesas, hicieron contra los convencionales las escuadras combinadas de España y Reino Unido, a principios de 1793. En 1794 fue ascendido a jefe de escuadra y al año siguiente se le dio el mando de una escuadra destinada a dar la vuelta al mundo, compuesta por los navíos “Europa” y “Montañés”, las fragatas “Fama”, “Lucía” y “Pilar” más la urca “Aurora”.
Salió de Cádiz el treinta de noviembre de 1794 contorneando América y visitando el puerto de El Callao y la ciudad de Lima, haciendo escala en las Marianas y Manila, donde estableció el Apostadero de Marina.
Rectificó muchos accidentes hidrográficos en las cartas marinas de tan remotos parajes, permaneciendo estacionado en aquellas posesiones españolas.
En Arroceros (extramuros de Manila), con fecha quince de noviembre de 1802, publicó el “Reglamento adicional a la Ordenanza de Marina, para los navíos de las islas de Filipinas que con efectos de su comercio viajan a Nueva España”, regulando con él la salida de la vulgarmente llamada Nao de Acapulco, sus carenas y recorridas, nombramiento de comandante, oficiales, dotación de marinería y tropa, arqueo, locales para el cargamento, víveres y aguada.
El siete de enero de 1803 salió de Manila con su escuadra. De este viaje de regreso hasta el seis de febrero de 1803, escribió una memoria detallada.
Hizo el viaje de vuelta por el cabo de Buena Esperanza, regresando a Cádiz el quince de mayo de 1803, desembarcando del navío “Montañés” en el que tenía arbolada su insignia.
Ya se había firmado la paz con los británicos. Durante la navegación había sido ascendido, con fecha cinco de noviembre de 1802 a teniente general.
Declarada de nuevo la guerra con los británicos, solicitó un destino de la máxima actividad. Se le dio el mando de la escuadra de apostadero en Cádiz y cuando, en dicho puerto entró la combinada franco-española quedó como segundo jefe de los buques españoles.
En el combate de Trafalgar arbolaba su insignia en el navío “Santa Ana”, cuyo comandante era el capitán de navío Gardoqui. Mandaba la vanguardia pero al trocarse la línea, por la famosa orden de Villeneuve, se convirtió en retaguardia, quedando por su popa la escuadra de Observación, al mando de Gravina. Fue herido grave por tres veces.
El rescate del Santa Ana dio lugar a una reclamación por parte del almirante Collingwood, argumentando que era su prisionero por haberse rendido. Álava contesto, “Que cuando el oficial de mando, Francisco Riquelme, rindió el buque, él estaba sin conocimiento y que por tanto no se había rendido y que su sable y espada, símbolos de sus servicios, estaban todos en su poder”.
El británico siguió manteniendo una cortés correspondencia con él, demostrando con ello que quedaron satisfechos sus escrúpulos. <<Álava había corrido la suerte de los prisioneros de guerra heridos de una plaza, que el enemigo tiene que evacuar por fuerza>>).
Como recompensa a su actuación en tan infausto día para las armas españolas, se le concedió la Gran Cruz de Carlos III.
Repuesto de sus heridas se le confió el mando de lo que quedaba de la escuadra española, como más digno sucesor de don Federico Gravina.
Arboló también su insignia en el “Príncipe de Asturias”, testigo y teatro de la gloria de su predecesor.
Consiguió alistar, venciendo muchas dificultades, ocho navíos, varias fragatas y buques menores, que en un momento dado pudieran hacer frente a los británicos, que aún cruzaban frente a nuestras costas.
En 1807 fue nombrado vocal del Almirantazgo. Al sobrevenir los acontecimientos de 1808, se unió al levantamiento del dos de mayo. Se trasladó a Cádiz y tomó el mando de los buques que se pudieron reunir y armar.
En 1810 fue nombrado comandante general del apostadero de La Habana, con el título de capitán general del departamento.
En 1812 es nombrado capitán general del departamento de Cádiz, dejando en La Habana fama y memoria de su excelente administración y mando.
En agosto de 1814 es nombrado de nuevo miembro del Consejo Supremo del Almirantazgo bajo la presidencia del infante don Antonio y elevado al grado de Capitán General de la Real Armada.
En febrero de 1817, se le nombró decano de aquel Consejo, cargo que desempeño breve tiempo, pues quebrantada su salud pidió licencia para trasladarse al benigno clima de Andalucía, cosa que no bastó para curarle, falleciendo en Chiclana el año de 1817 siendo allí sepultado.
En 1870 se trasladaron sus restos al Panteón de Marinos Ilustres.
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http://www.todoababor.es/articulos/bio_alava.htm
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Re: Euskal Herria, cuna de héroes hispánicos
Anselmo de Gomendio (Oñate - Oñate 1841)
C
omo testigo de lo mejor y lo peor de la Marina ilustrada, Anselmo de Gomendio fue contemporáneo al esplendor del XVIII y a las
tragedias del XIX. Nacido en Oñate, entró en la Armada como guardia-marina en 1776, ascendiendo a alférez de fragata en 1778, tras formarse
en las ciencias náuticas durante varias expediciones hacia el Nuevo Mundo. Estuvo en el sitio de Gibraltar de 1781 y la defensa de las baterías
flotantes, al igual que la mayoría de los hombres de su generación, hecho por el que consiguió el ascenso a alférez de navío. Se destacó luego
en la primera expedición a Argel sobre el buque Carmen, donde entró en combate contra un número superior de rivales durante 1783, así como
también en la segunda expedición de 1784, bajo el mando del almirante Antonio Barceló, sosteniendo la defensa del navío de línea San Fernando.
A tenor de ello sería designado teniente de fragata, pues asumió al final de la campaña la autoridad de una bombarda* que le permitió cubrir
con gran arrojo la retirada de las tropas. Su firme comportamiento náutico en las rutas americanas para traer caudales le valió el grado de
teniente de navío en 1790, alternando las acciones en el Mediterráneo y el Atlántico durante toda la campaña de la Primera Coalición. Tras la
Paz de Basilea y el Pacto de San Ildefonso con París en 1796, el nuevo enemigo fue otra vez Gran Bretaña, destacándose Gomendio en la
defensa de Cádiz de 1797 al mando de una lancha de asalto perteneciente al navío Concepción dentro de la Escuadra de Mazarredo. De hecho,
mantuvo a raya cerca de la rada del puerto a los británicos de Nelson, junto a otras unidades de Ignacio de Olaeta y Justo Salcedo, hasta que
desistieron de la invasión. Entre 1804 y 1805 le fue otorgado el grado de segundo comandante del navío San Ildefonso. Ya hemos referido su
entereza durante Trafalgar, haciendo de escudo del Príncipe de Asturias, el buque de Gravina. Sin embargo hubo de rendir su barco, el referido
San Ildefonso
, cayendo prisionero de los ingleses. A partir de 1808 participó en la toma sobre aguas gaditanas de las naves del almirante francés
Rosilly, asumiendo a lo largo de la contienda contra los franceses la jefatura del navío que tanto había defendido, el Príncipe de Asturias, esta
vez a las órdenes del almirante Villavicencio. . Fallecería en Oñate, su tierra natal, durante 1841.
http://www.foromaritimovasco.com/doc...20GOMENDIO.PDF
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Re: Euskal Herria, cuna de héroes hispánicos
Francisco Hidalgo de Cisneros (Orio 1721 - Cartagena 1794)
E
l perfil del marino profesional ya formado dentro de las nuevas pautas de la Armada ilustrada del XVIII se corresponde abiertamente con
Francisco Hidalgo de Cisneros. Nacido en Orio, Guipúzcoa, representa además el inicio de una de las sagas más destacadas de marinos entre esta
centuria y el XIX. No debemos olvidar la importante cohesión que se gestó a partir de Gaztañeta entre la Marina de la Ilustración y el ámbito de
las familias vascas del mar, cualificando abiertamente los contextos náuticos. Francisco Hidalgo de Cisneros entró en la Armada como guardiamarina
en 1738. Dados los parámetros de la época, desde el principio fue adiestrado tanto en las ciencias náuticas como en el arte de la guerra.
Sus conocimientos y preparación resultaron básicos al entrar en combate contra la Escuadra del almirante británico Mathews durante la Campaña
de Provenza. En aquella ocasión los ingleses sufrieron un grave descalabro a manos de la Flota hispano-francesa a raíz del control de los ejes
estratégicos del Mediterráneo. Por su valía fue ascendido en 1770 a capitán de buque, iniciando singladuras de supervisión estratégica en la rutas
entre el Atlántico y el Mediterráneo a través del Estrecho de Gibraltar. Su designación al Apostadero de Cartagena sería pareja a su propio
nombramiento como brigadier de la Armada, cargo con el que comenzó la segunda y difícil campaña del Norte de África frente a los buques
corsarios argelinos. En muy duras condiciones llevó a cabo diversos transportes de tropas para la defensa de Melilla, uniéndose luego a la Flota
del almirante Pedro González de Castejón en el ataque directo sobre la ciudad de Argel. A raíz del inicio de la Guerra de la Independencia
norteamericana y la alianza de la coronas de España y de Francia con los sublevados, desde 1781 mandó sus naves contra la escuadras británicas,
tanto en el Atlántico, como en el Mediterráneo, así como en la cobertura de los ataques sobre Gibraltar. Su ascenso a teniente general se produjo
en 1790, justo cuando comenzaba a resquebrajarse el pacto histórico franco-español ante los sucesos posrevolucionarios. Falleció a la par que laCorona de Madrid salía de la Primera Coalición frente a Francia en 1794, tras dirigir varias operaciones contra intereses galos, esta vez en alianza
con Gran Bretaña.
http://www.foromaritimovasco.com/doc...20CISNEROS.pdf
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Re: Euskal Herria, cuna de héroes hispánicos
Ignacio de Olaeta (Guernica 1757 - Cádiz 1815)
I
gnacio de Olaeta fue uno de los pocos supervivientes de la batalla de Trafalgar. Nació en Guernika (Vizcaya) y entró en la Armada como
guardia-marina en 1773. Tras perfeccionar sus conocimientos científicos en el navío San José, participó luego en la expedición del Norte de
África a las órdenes de Pedro González de Castejón, lo mismo que Mazarredo y Francisco Hidalgo de Cisneros, consolidándose en estas reyertas
sobre Argel un importante grupo de oficiales vascos. Dicho núcleo vasco volvió a concentrarse en las acciones de 1781 sobre Gibraltar, así
como en los combates contra la Flota del almirante británico Howe. Durante 1782 Olaeta fue ascendido a teniente de navío y desde entonces
sus singladuras se localizan especialmente en el Nuevo Mundo, destacando el rescate del buque La Limeña en las costas del Brasil, así como
la misión recibida del virrey de Nueva España en 1789 para fortalecer las defensas marítimas entre Veracruz y La Habana. A tal efecto, y hasta
1794, terminó en aquel puerto cubano la construcción de los bergantines Saeta y Volador, que junto a la goleta Flor de Mar y el navío Castilla
guarecieron el litoral caribeño de británicos y franceses. Entre 1794 y 1795 participó en las ofensivas contra la Francia de la Primera Coalición,
localizándosele luego en la dura refriega del cabo de San Vicente de 1797 ante Inglaterra. Formó parte, al igual que los mejores marinos de la
época, de la defensa de Cádiz frente a Nelson a las órdenes de Mazarredo, mandando en aquella ocasión la fragata
Atocha. Entre 1800 y 1805
estuvo primero en las campañas de Brest y Rocauben, para luego asumir la autoridad sucesivamente de algunos de los mejores buques de la
Armada, siendo los casos del San Pablo, el Neptuno, el Concepción o el Castilla. Como ya hemos señalado, durante Trafalgar se halló al mando
del Santísima Trinidad con el rango de capitán, debiendo amargamente rendir el buque tras un abusivo asedio de seis navíos ingleses. En 1808
se unió a Ignacio María de Álava en la toma de la Flota de Cádiz contra los franceses como comandante del navío Neptuno. Durante toda la
Guerra de la Independencia, y en potestad del navío Miño, ayudó a traer caudales para la causa de la libertad desde los puertos de Verecruz y
La Habana, aquellas plazas caribeñas en las que tanto celo había puesto años antes al objeto de su defensa. Murió en Cádiz en 1815 con el
grado de jefe de Escuadra.
http://www.foromaritimovasco.com/doc...E%20OLAETA.PDF
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Re: Euskal Herria, cuna de héroes hispánicos
Domingo de Boenetxea (Guetario 1711 - Ojatitura 1778)
E
n las nuevas tendencias navales del siglo XVIII, la búsqueda del conocimiento estaría indisolublemente unida a los marinos por medio de las
expediciones de límites y las expediciones científicas. Dentro de tal actividad Domingo Boenechea condujo varias de aquellas nuevas singladuras,
que abrieron el mundo de la guerra al mundo de la ciencia. Nacido en Getaria, recibió desde niño la plena influencia de la tradición vasca del
océano, incorporándose muy joven a la Armada. Quería conocer y quería navegar. Estudió matemáticas, astronomía, pilotaje e hidrografía, siendo
uno de los adalides de las nueva tecnología de la navegación. Su principal travesía la llevó a cabo a partir de 1772, cuando tras salir del puerto de
El Callao por designios estratégicos del virrey del Perú se dirigió a la medición y descubrimiento de los archipiélagos del Pacífico oriental. Seguía
de algún modo las rutas del viejo almirante británico James Coock. De este manera, reconoció la existencia de la isla del Rey Jorge, así como de
las poblaciones y costas de Othaití y de la isla de San Carlos. Estableció amplias mediciones hidrográficas y apuntó las áreas donde se podrían
instalar fondeaderos para el intercambio comercial y cultural con los indígenas, trazando importantes cartas marítimas. A partir del 28 de octubre
del mismo año descubrió además las islas de San Quintín, San Simón y San Judas, Omaito y Todos los Santos. Por otra parte, rebautizó el
archipiélago de Othaití con los nombres de Amat y Santo Domingo, probando incluso nuevas rutas de navegación durante su regreso a la costa
americana del Pacífico. Así pues, con su navío Santa María Magdalena gestó en aquella singladura el eslabón clave que llevaría posteriormente
a marinos ilustrados de la talla de Dionisio Alcalá Galiano o del propio Cosme Damián Churruca a las obsesión por las nuevas fronteras de los
océanos. Murió gravemente enfermo en la localidad ultramarina de Ojatitura, reconocido por todos como científico y hombre de la mar.
http://www.foromaritimovasco.com/doc...0BOENECHEA.PDF
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Re: Euskal Herria, cuna de héroes hispánicos
Martín de Bertendona (Bilbao 1530 - 1607)
E
l almirante Martín de Bertendona es otro de los grandes pilares de la Armada del siglo XVI. Natural de Bilbao, se halló desde temprana edad en
las singladuras oceánicas durante las guerras contra Francia, ganándose pronto la confianza de sus mandos. Formaba parte de una importante saga
familiar marinera muy cercana a la Corona. Precisamente su padre, Martín de Bertendona y Gondra, fue quien en 1554 trasladó al entonces príncipe
Felipe, futuro Felipe II, hasta Inglaterra en su nave al objeto de contraer matrimonio con María Tudor. El príncipe Felipe eligió personalmente el barco
de Bertendona y Gondra de entre los muchos buques guipuzcoanos y vizcaínos que le habrían de acompañar. En el caso de Martín de Bertendona
hijo, éste pasaría con el tiempo a servir en la Armada hispana de los conflictos de Flandes, destacándose en las acciones del final del gobierno del
duque de Alba sobre aquel territorio, especialmente tras la derrota naval de Enckhuyssen de 1573. Incorporado a las unidades navales del nuevo
gobernador Luis de Requesens, quien intentó llevar una política de pacificación, hubo de participar sin embargo en el socorro de Middelsburgh durante
1574, al haberse rebelado de nuevo la mayoría de las provincias flamencas. En el período comprendido entre la Unión de Utrech de 1579 y la capitulación
de Amberes de 1585, Martín de Bertendona asciende rápidamente por su valía y conocimientos náuticos, siendo nombrado entonces general de la
Armada. Desde 1587 formó parte activa de los preparativos de la Invencible, asumiendo el mando de la Escuadra de Levante, o Escuadra de Italia,
en los ataques contra la costa británica de 1588. Su nave era en aquel tiempo la poderosa Ragazzona, de 1.549 toneladas de carga total. Sin embargo,
tras el desastre de la Flota, el regreso de Bertendona a La Coruña resultó harto complejo, pues como consecuencia de los temporales la Ragazzona
terminó encallada en El Ferrol, prácticamente con las cuadernas a la vista por la furia de las olas. No obstante, pudieron recuperarse los grandes cañones
del navío, que sirvieron en 1589 para la defensa de la costa gallega contra los ingleses. Entre 1590 y la muerte de Felipe II en 1598 lo encontramos
en la expedición de las Azores de 1591, donde sería derrotada la Flota británica, así como al mando de las escuadras ligeras del Atlántico para mantener
el paso abierto desde el Cantábrico a Calais. Entre 1602 y 1603 concertó con el rey Felipe III, a través del almirante Luis Fajardo, un asiento para la
construcción de diez galeones en astilleros vascos, médula espinal de la Escuadra de Vizcaya y por tanto de la Escuadra del Catábrico, a fin de
contraatacar a los enemigos ango-holandeses. Sin embargo, moriría tiempo después sin ver concluidos todos sus esfuerzos para la defensa del litoral
septentrional de la Península.
http://www.foromaritimovasco.com/doc...BERTENDONA.PDF
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Re: Euskal Herria, cuna de héroes hispánicos
Carlos de Ibarra (Eibar 1587-Barcelona1639)
S
iguiendo las singladuras de los “héroes del mar”, la figura de Carlos de Ibarra se une también a los efectos de la Guerra de los Treinta
Años. Nacido en Eibar, sus dotes marineras le dirigieron pronto hacia las rutas oceánicas, asumiendo el mando de varias flotas con destino a
América desde 1618. Los metales preciosos resultaban claves para mantener a la Corona en tan devastador conflicto. A raíz de ello, y como
las acciones bélicas no solo ocupaban Europa, sino que se extendían al Nuevo Continente, Ibarra forjó su leyenda como buen marino sorteando
tempestades y enfrentándose a holandeses, ingleses y franceses. Sin embargo, sería durante 1638 cuando llegó al cenit de su carrera. En aquel
año debía de conducir desde Cartagena de Indias hasta las costas hispanas más de veinte buques con cargamento de oro, plata y esmeraldas.
No obstante, parte de la Escuadra de Holanda sita en el Caribe tenía la orden de hacerse con tan preciado botín, que ascendía a casi 30 millones
de pesos. Carlos de Ibarra y sus galeones se enfrentaron hasta tres veces a dicha Escuadra a lo largo del Atlántico. La captura de una de las
urcas rivales y su llegada a Sanlúcar de Barrameda el 13 de noviembre del mismo año permitió saber que los holandeses perdieron las naves
insignia y capitana, así como otros cinco buques más. Las bajas holandesas llegaron a 450 hombres y, por supuesto, la Flota de Ibarra no había
sido apresada, arribando a su destino. No obstante, Ibarra pagó cara la victoria. Aparte de quedar inútiles varias naves y perder casi 200 hombres,
su salud se resintió de gravedad durante estas acciones en el Atlántico. Nunca se recuperaría del todo. Por su arrojo y buena mano marinera
le fueron concedidos los títulos de marqués de Caracena y vizconde de Centenera, dándosele además la autoridad de la Escuadra de Cataluña
en 1639, compuesta por 14 galeones. Sin embargo, a consecuencia de los conflictos allí desencadenados y las viejas secuelas oceánicas falleció
en Barcelona a los pocos meses de asumir su cargo. Paradójicamente, pocos guerreros subsisten en las aguas a su acción más decisiva.
http://www.foromaritimovasco.com/doc...E%20IBARRA.PDF
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Re: Euskal Herria, cuna de héroes hispánicos
Tomás de Ayalde (Usúrbil 1762 - Cádiz 1836)
S
i a Churruca es posible considerarlo como el exponente de la resistencia en Trafalgar, a Tomás de Ayalde se le debe asignar el grado máximo de
solidaridad frente al peligro tras la batalla. El brigadier Tomás de Ayalde nació en Usurbil (Guipúzcoa), entrando como guardia-marina junto a Churruca y Gomendio en 1776. Estuvo en el combate contra el almirante Howe a las órdenes de Luis de Cordova en 1782, pasando luego a la Comisión de
Filipinas que debía realizar las mediciones hidrográficas del Archipiélago. Era pues también marino científico y guerrero náutico. Tras ser destinado
luego a la vigilancia del Caribe, fue capturado por los británicos cuando se hallaba al mando de la fragata Mahonesa, permaneciendo algún tiempo
en prisiones inglesas. Después de su liberación, solicitó en 1804 puesto en Cádiz, donde permaneció asignado al navío San Leandro. Sobre este buque
resistió en Trafalgar el ataque de los británicos, pudiendo luego regresar a la rada gaditana. Pero las horas siguientes a la batalla serían pare él
trascendentales, pues al desencadenarse la terrible tormenta de los días posteriores fue el oficial que se internó en el océano para salvar a los náufragos
del encallado navío Neptuno, con olas de más de tres metros. Consiguió rescatar a la mayoría de la tripulación de aquel buque al mando de varias
lanchas, quedando para siempre inmortalizada su gran acción. Durante la Guerra de la Independencia participó activamente contra los franceses en
diversas refriegas de cabotaje, donde su labor resultó decisiva para el control costero del Sur de la Península. Una vez acabado el conflicto, se le nombró
Jefe del Arsenal de la Carraca en Cádiz, pero con el inicio de las grandes ofensivas emancipadoras en América fue trasladado a La Habana hasta 1822.
http://www.foromaritimovasco.com/doc...E%20AYALDE.PDF
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Re: Euskal Herria, cuna de héroes hispánicos
Juan Martínez de Rekalde (Bilbao 1538 - La Coruña 1588)
L
os marinos vascos han estado siempre presentes en algunas de las mayores hazañas de la Armada, pero también y con gran valor en sus
peores derrotas. El almirante Juan Martínez de Recalde es sin ambages el hombre de la Invencible. Nacido en Bilbao, su vocación marinera
le hizo navegar desde muy joven en la Escuadra de Vizcaya para más tarde escoltar tres flotas de Indias, logrando en este período gran fama
al obtener el rescate de un galeón cargado de oro en la isla Madera. Por sus méritos, recibiría el ya mentado anteriormente mando supremo de
la Flota de Laredo. Al igual que Miguel de Oquendo, del que era amigo y compañero, la forja del destino de Recalde estuvo pronto unida a
la poderosa figura del almirante Álvaro de Bazán, siendo acogido bajo su mando durante las expediciones a las Islas Terceras de 1582 y 1583.
Como consecuencia, le fue entregada la autoridad de la expedición a Irlanda frente a las ambiciones británicas, logrando un importante
desembarco de hombres. Corría el año de 1587 y se estaba larvando la invasión de Inglaterra. De hecho, tras el nombramiento supremo del
inexperto duque de Medina-Sidonia para aquellas operaciones, Martínez de Recalde asumió el rango de almirante de la Flota de invasión, el
corazón de la Invencible. Sin embargo, aunque la responsabilidad recayó en lo material sobre él, no pudo hacer valer la mayoría de sus decisiones
ante Medina-Sidonia, viéndose arrastrado a combates muy difíciles sin apoyo táctico. De hecho, en la refriega inicial con los ingleses de julio
de 1588, hallándose en la retaguardia de la Flota, quedó aislado y no tuvo más remedio que batirse con denuedo contra varios navíos enemigos.
Salió de la acción vivo y sin ser capturado, pero le costó perder numerosos hombres y la casi inutilidad de sus naves. La habilidad británica, las malas condiciones atmosféricas y las pocas aptitudes de quien poseía la potestad le acabaron llevando al triste final. Evidentemente, Medina-Sidonia no era el gran estratega Álvaro de Bazán. Hasta la dispersión de la Escuadra, Recalde se mantuvo firme a lo largo de toda la campaña de la Invencible sobre las costas de Inglaterra. Durante la singladura última recaló primero en Irlanda, dirigiéndose más tarde a La Coruña, herido y con graves fiebres. En este puerto fondeó su flota y su propia vida, pues falleció a los pocos días de arribar, agotado y lleno de amargura.
http://www.foromaritimovasco.com/doc...%20RECALDE.PDF
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Re: Euskal Herria, cuna de héroes hispánicos
Pedro de Zubiaur (Zenarruza 1541 - Inglaterra 1605)
E
l final del siglo XVI fue un tiempo convulso, lleno de grandezas y tragedias. Pedro de Zubiaur poseyó una vida propia de aquellas épocas.
Nacido en Zenarruza, desde su juventud a su madurez pasó casi cuarenta años dedicado al mar. En el horizonte habitual de esta etapa, encontramos
en sus orígenes a Zubiar destinado a las flotas que desde Bilbao debían apoyar al duque de Alba en Flandes durante 1568. Su habilidad en el
mar pudo derrotar durante aquel año a casi cuarenta navíos franceses que hostigaban a la Escuadra vizcaína en singladura Norte. Hecho prisionero
por los ingleses en las referidas acciones de Flandes y liberado tiempo después, participó sin éxito en la negociación de varios millones de
ducados capturados por la Escuadra de Drake. Iniciada la campaña de la Invencible en 1588 se mantuvo en las costas flamencas, llevando a
cabo brillantes acciones en Dunkerque y el litoral de Inglaterra, donde negoció el canje de los prisioneros hispanos tras la derrota de la gran
Escuadra. No temía Zubiaur entrar cuantas veces hiciera falta en la boca del león inglés. De hecho, partió para La Coruña embistiendo a los
británicos en sus puertos con los hombres y con la artillería de las naves que pretendían retener. No quedó aquí la carrera de este marino. En
1590 rindió a catorce naves holandesas, en 1591 destruyó una escuadra inglesa de 40 barcos y en 1592 volvió a vencer a los británicos del
almirante Wilckes en la rada del puerto de Burdeos. En 1595 fue a socorrer a las tropas hispanas en Bretaña, haciendo una amplia campaña
por el Atlántico, así como entre 1596 y 1597, incluso enfermo, lograba grandes victorias contra buques corsarios de Inglaterra, Francia y
Holanda. Continuó luego en la Campaña de Irlanda, donde defendió a católicos contra británicos, para entre 1600 y 1605 cubrir las rutas
oceánicas de la Flota de Indias, posibilitando que un gran cargamento oriundo del Brasil llegase a Cádiz intacto tras dejar atrás a varias unidades
enemigas. Fue de nuevo enviado a Gran Bretaña en diversas misiones, sorprendiéndole allí la muerte. En 1661 se trajeron sus restos definitivamente, quedando enterrados en tierra vasca. Al león de Felipe II no le derrotó el león de Gran Bretaña.
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Re: Euskal Herria, cuna de héroes hispánicos
Pascual de Andagoia (Alava 1495 - Centroamérica 1548)
D
e entre las familias vascas del mar destaca desde hace cinco siglos el nombre de Pascual de Andagoya. Explorador y geógrafo nacido en Cuartango, Alava, se mostró atraído desde el principio por la conquista de América. Marchó muy joven al Nuevo Mundo buscando fama y fortuna,
alcanzando pronto los confines de los Andes peruanos. Allí contactó por primera vez con los súbditos del Imperio Inca, lanzándose a la toma del área
de Biru. En su andadura se adelantó de este modo a los hermanos Pizarro. Se dirigió luego hacia el Norte para explorar el istmo de Darien, trazando
diversas cartas marítimas de la zona y cofundando la ciudad de Panamá. Como otros antes que él, seguramente se proponía buscar su particular versión del mito de El Dorado. No obstante, el pragmatismo pudo en esta ocasión sobre lo ilusorio de la empresa, permaneciendo en aquel nuevo territorio.
Como consecuencia de la ausencia de autoridad en áreas tan extensas de América, le fue conferido el rango de capitán general del distrito de Río de
San Juan, destacando por su administración y buen gobierno. En 1539 el emperador Carlos V le otorgó título nobiliario, si bien condicionó el uso de
sus privilegios al entorno peninsular, pues la Corona no deseaba por aquel entonces una nobleza poderosa en los territorios americanos que pudiera
amenazar por linaje su poder político. Andagoya murió en 1548 reconocido por sus paisanos, combinando las actividades de marino y conquistador
con las de cartógrafo, especialmente en lo referido a las mediciones hidrográficas de las áreas costeras de Centroamérica.
http://www.foromaritimovasco.com/doc...20ANDAGOYA.PDF
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Re: Euskal Herria, cuna de héroes hispánicos
Juan de Alzega (Fuenterrabía 1506 - 1580)
M
arino nacido en Fuenterrabía en el seno de una de las principales familias vascas del mar. Su padre llegó a ocupar el rango de general en la armada de Isabel la Católica. La tradición oceánica familiar permitió que se concentraran en Juan de Alcega amplios conocimientos sobre náutica, matemáticas y astronomía que le posibilitaron brillantes actuaciones contra los piratas del Mediterráneo en las primeras etapas de su carrera. Pasó más tarde a la Flota de Felipe II, siendo uno de los principales comandantes de aquella Escuadra en el viaje que hizo el monarca a Londres para reclamar el trono de Inglaterra. Se especializó además en las singladuras de las flotas transatlánticas de galeones que gestaban la ruta hacia América, como lo demuestra su Carta al Presidente del Consejo de las Indias fecha en Sevilla a 11 de abril de 1572, dándose cuenta de estar pronto a dar vela con la flota de su mando (Buen Gobierno de Indias). No obstante, y aun con los servicios otorgados en los derroteros de ultramar, la parte más destacada de su trayectoria estuvo vinculada al Golfo de Vizcaya. De este modo, prestó servicio como lugarteniente del capitán general del señorío de Vizcaya Juan
de Acuña, amparando a las flotas del Cantábrico. Se destacó posteriormente por su habilidad en maniobrar navíos durante la defensa de Bayona, siendo nombrado general de marina y caballero de Santiago. Su carrera se cerró entre dos grandes hitos de la Flota hispana: la batalla de Lepanto y el principio de la decadencia oceánica con la pérdida de la Armada Invencible.
http://www.foromaritimovasco.com/doc...E%20ALCEGA.PDF
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Re: Euskal Herria, cuna de héroes hispánicos
D. Juan de Garay (D. Juan López de Otxandiano y Zárate) (Orduña/Vizcaya 1528 - Punta Gorda 1583)
Juan de Garay (1528 - 1583), explorador y colonizador español.
Juan de Garay exploró el río Paraná y fundó, entre otras, las ciudades Santa Fe y Buenos Aires, esta última en su segunda fundación.
http://upload.wikimedia.org/wikipedi...n_de_Garay.jpg http://es.wikipedia.org/skins-1.5/co...gnify-clip.png
Monumento a Juan de Garay en Buenos Aires, frente a la Casa Rosada. Detrás de la estatua puede verse un brote del Árbol de Guernica, símbolo del País Vasco
Biografía
Juan de Garay nació en 1528. Su lugar de nacimiento es polémico, mientras unas fuentes señalan a la ciudad vizcaína de Orduña (España) otras apuntan al municipio burgalés de Junta de Villalba de Losa. Ambas localidades son vecinas y Losa era originalmente una zona vasca de Castilla. No se ha encontrado la fe de bautismo de Garay ni en Losa ni en Orduña. Murió en Punta Gorda, en la actual Provincia de Santa Fe (Argentina) en 1583.
Su infancia [editar]
No hay apenas referencias a la infancia de Juan de Garay. Si en cuanto al lugar de nacimiento hay dudas, también las hay en cuanto al año. No se sabe a ciencia cierta si nació en diciembre de 1527 o en enero de 1529 y muchas veces aparece el año 1528. Sus padres fueron Clemente López Ochandiano y Catalina de Zarate y lo crió el hermano de su madre el licenciado Pedro Ortiz de Zárate o Pedro Zárate.
La versión que apoya Orduña como su lugar de nacimiento dice que en 1535 debido al incendio de esta localidad la familia se trasladó al vecino pueblo de Villalba de Losa.
Cuando contaba con 15 o 16 años de edad acompañó a su familia a Perú ya que su tío Pedro Ortiz de Zárate fue nombrado oidor de la Audiencia de Lima con el virrey Blasco Nuñez Vela, salió para ese destino el 3 de noviembre de 1543 desde el puerto de Sanlúcar de Barrameda. Por diferentes motivos los Ortiz de Zárate retrasaron su llegada a Lima, donde entraron el 10 de septiembre de 1546.
Su estancia en Perú [editar]
Además de su tío componían la audiencia de Lima; Diego de Cepeda, Lisón de Tejeda y Juan Álvarez. La rigidez en el gobierno de Núñez Vela generó enfrentamientos, que llegaron a la guerra civil con los partidarios de Gonzalo Pizarro. Juan de Garay fue fiel a su tío que estaba de parte del virrey y participó activamente contra Pizarro.
En marzo de 1547 muere su tío, después de recibir la visita de su yerno Gonzalo Pizarro, casado con su hija Ana de Salazar.
En los enfrentamientos civiles conoció a Martín de Robles (que lo arrestó en una huida al norte de la capital) y Garay cuenta que le conoció en casa de su tío ya muerto este pues...
Porque aunque era muerto el licenciado, pasaban siempre en aquella casa vascongados servidores de V.A.(el rey) con quien Martín de Robles se acompañó
Juan de Garay hizo la campaña de La Gasca, en la que participaba el capitán Robles hasta la batalla de Sacsahuana.
En 1553 formó parte de la expedición de Núñez de Prado a Tucumán (Chile) siendo virrey Antonio Hurtado de Mendoza, marqués de Cañete. Núñez fue apresado por Francisco de Aguirre en la población del Barco (actual provincia de Santiago del Estero) por problemas de jurisdicción de soberanía. En 1555 Núñez fue nombrado gobernador de Tucumán y en su expedición Juan de Garay le vuelve a acompañar y participa en la intervención aún después de morir Núñez.
En el periodo de 1548 a 1568 centró sus actividades en el entonces conocido como Alto Perú, actualmente Bolivia, donde participó en la fundación de Santa Cruz de la Sierra el 26 de febrero de 1561 de la que fue regidor de su cabildo y tuvo asignada una encomienda de indios. Sobre el año 1564 se traslada a la Asunción y trae a la que sería su esposa, Isabel de Becerra y Mendoza (hija de Francisco de Becerra e Isabel de Contreras) con la que tiene los primeros hijos. Luego, fuera de ese matrimonio tendría un hijo varón llamado El Mozo y que figuró con él en la fundación de Buenos Aires.
En Paraguay [editar]
En 1568 su pariente Juan Ortiz de Zárate fue nombrado capitán gobernador del Río de la Plata (tercer adelantado) y este nombra lugarteniente a Felipe de Cáceres quien, a su vez, nombra capitán a Juan de Garay pidiéndole que traiga a gentes a la provincia de Paraguay.
Juan de Garay se trasladó a Asunción con su familia, llego el 11 de diciembre de 1568. En diciembre, el día 8, de ese año le nombran Alguacil Mayor de las provincias del Plata.
Por encargo del gobernador de esta plaza, y para facilitar las comunicaciones entre Asunción y la metrópoli, Garay emprendió una expedición por el Paraná que culminó con la fundación, el 15 de noviembre de 1573, de la ciudad de Santa Fe, en la confluencia de los ríos Paraná y Salado (o Saladillo).
En 1573 Martín Suaréz de Toledo, teniente gobernador de Asunción, le encargó una expedición por el río Paraná que tenía cono finalidad fundar una ciudad que facilitara la salida al mar de Paraguay y la comunicación con la metrópoli.
Juan de Garay organizó una expedición integrada por 80 mancebos de la tierra¹, en un bergantín, embarcaciones menores y caballos, con 75 nativos guaraníes y 9 españoles. Se componía de dos grupos, uno por tierra, a cargo de Francisco de Sierra, recorrería la margen izquierda del río, evitando los bosques del Chaco, llevando las carretas, el ganado, los caballos y otros elementos necesarios para la fundación, y otro por el Paraná, que mandaba el propio Juan de Garay. Salió de Asunción el 14 de abril de 1579, (con la escolta que llevaba preso a España a Felipe de Cáceres) aunque un grupo, el que iba por tierra lo hizo meses antes.
Tal como indica el poder de Toledo Juan de Garay llevaba:
llevan muchas armas y municiones e mucho número de caballos, bastimentos, ganados, plantas, semillas, gente de servicio, fragua e todos los demás pertrechos necesarios
Los dos grupos se encontrarían en un lugar llamado La Punta del Yeso, justo enfrente de la actual Cayastá, avanzando juntos por el río San Javier, entonces llamado río de la Quiloazas, donde confluyen de los ríos Paraná y Salado.
Garay decidió desembarcar muy pronto y eligió la orilla sudoeste del río (lo que es hoy Cayastá) construyendo un pequeño asentamiento allí. Desde ese lugar partió una pequeña expedición de exploración para encontrar un lugar más apropiado. Durante estas exploraciones de búsqueda coincidió con Jerónimo Luis de Cabrera que también estaba explorando el Paraná intentando fundar una ciudad para apoyar la recién fundada Córdoba. Como resultado de este encuentro Juan de Garay decide dar la categoría de ciudad al pequeño asentamiento y regresa el 30 de septiembre a Cayastá.
Fundación de Santa Fe [editar]
El 15 de noviembre de 1573 Juan de Garay funda oficialmente la ciudad de Santa Fe . Según recogió el escribano Pedro E. Espinosa, Juan de Garay, en píe, junto al al palo rollo, símbolo de la Justicia y el poder Real, realizó la fundación con ls siguientes palabras:
Yo Juan de Garay, Capitán de Justicia mayor en esta conquista y población del Paraná y Río de la Plata... Digo que... fundo y asiento y nombro esta ciudad de Santa Fe, en esta provincia de Calchines y Mocoretás, parecerme que en ella hay cosas que convienen para la perpetuación de dicha ciudad: agua, leñas y pastos, pesquerías y casas y tierras y estancias para los vecinos y moradores de ella y repartirles como su majestad lo mande...
Elegidos los miembros del cabildo, que fueron nombrados por el propio Juan, estos le nombraron, de común acuerdo, Teniente Gobernador de la nueva ciudad.
Entre las opciones de ubicación de la ciudad estuvo, incluso, la de hacerlo en Banda Oriental en San Gabriel. Esa ubicación duró 80 años, lo que se conoce como Santa Fe Vieja ya que luego se trasladó unos kilómetros por motivos de seguridad, debidos a los ataques de los indígenas. El traslado dura 12 años, comienza el 5 de octubre de 1650, y termina el 23 de mayo de 1672. Los nombres de la ciudad fueron cambiando hasta llegar al actual nombre de Santa Fe De La Vera Cruz.
Gobernador de todas las provincias del Río de la Plata [editar]
Al año siguinte participa en la fundación de la ciudad de San Salvador junto al río Uruguay.
El 7 de junio de 1574 es nombrado, de Justicia Mayor, teniente de gobernador y capitán general de todas las provincias del Río de la Plata. Y es reconocido por las autoridades locales en Asunción en un viaje que realizó junto con Ortiz de Zárate en febrero de 1575.
El nombramiento de teniente de gobernador y capitán general de todas las provincias del Río de la Plata se debió a la ayuda prestada por Juan de Garay a Juan Ortiz de Zárate a su regreso de España. Cuando la expedición que traía a Ortiz de Zárate remontaba el Paraná fue atacada por los indios charrúas a la altura de la isla de San Gabriel o Sacramento y pidieron ayuda Garay por mediación de un amigo suyo, un indio llamado Yumandú.
El 26 de enero de 1576, al morir Ortiz de Zárate, quien designa socesora a su hija Juana de Zárate. Esta señora tenía muchos pretendientes al tener una considerable fortuna y posición, era nieta de un Inca, al final se casa con Juan Torres de Vera y Aragón con la ayuda de Garay y en contra de la voluntad del virrey de Perú que manda encarcela a Torres y a Garay pero Garay ya había regresado a Asunción.
El 9 de abril de 1578 es nombrado teniente de gobernador y capitán general de todas las provincias del Río de la Plata por Torres desde prisión.
Los dos años siguientes los empleó Garay para realizar numerosas expediciones de colonización y realizo mucho trabajo de organización en la ciudad de santa Fe (ordenanzas sobre la cría de ganado, hace cumplir los mandamientos de regualción de los indios, etc). En 1579 funda las ciudades de Villa Rica del Espíritu Santo y Santiago de Jerez.
Juan Torres de Vera y Aragón, que ocupa el cargo del difunto Ortiz de Zarate, le encarga fundar una ciudad en el estuario del Río de la Plata. El lugar elegido es en el que ya se había ubicado antes la ciudad fundada por Pedro de Mendoza en 1536 y destruida por los indios poco después, la ciudad de Nuestra Señora del Buen Aire.
Fundación de Buenos Aires [editar]
En enero de 1580 se comienzan los preparativos de la fundación, la segunda fundación, de Buenos Aires. Se pretendía poblar la nueva ciudad con gentes de Asunción, para ello se promulga un bando ofreciendo tierras y otras mercedes, se apuntan 200 familias guaraníes y 76 de colonos. Se lleva todo lo necesario por el río, en una carabela (la Cristóbal Colón) y dos bergantines entre otras naves menores, la expedición salió el día 9 de marzo de 1580. Además de los colonos iban 39 soldados. Una parte del convoy va por tierra y salió un mes antes.
El domingo 29 de mayo de 1580, Juan de Garay llegó a la boca del Riachuelo. Desembarcó justo en el lugar donde años antes lo había hecho Pedro de Mendoza e instaló un campamento, la columna que viajaba por tierra llegaría un mes después. Para el miércoles 11 de junio ya se había levantado un pequeño asentamiento, algo más hacia al norte de la fundación anterior, que daría base a la nueva ciudad de Buenos Aires. Ese día se realizaron las ceremonias fundacionales. Es importante recalcar una parte del acta fundacional:
... estando en este Puerto de Santa María de los Buenos Ayres, hago y fundo una ciudad... La iglesia de la cual pongo su advocación de la Santísima Trinidad... y la dicha ciudad mando que se intitule Ciudad de la Trinidad
Se plantó el árbol de justicia o símbolo de la ciudad, y tal como se acostumbraba y era obligatorío en tales casos, blandió la espada en las cuatro direcciones y dio un tajo a la tierra para señalar la posesión y repartieron tierras entre los 65 pobladores que lo acompañaban, algunos presentes en la primera fundación. Fueron nombrados alcaldes Rodrigo Ortiz de Zárate y Gonzalo Martel de Guzmán y se formó el cabildo con seis regidores a la vez que se asignó el escudo de armas de la nueva ciudad, cuadrado blanco, con águila negra coronada, con las alas totalmente desplegadas, sosteniendo la cruz roja de Calatrava en su pata derecha. También se asignaron indios. Todo ello quedo registrado en el acta del acontecimiento redactada por el escribano Pedro de Xerez.
La nueva fundación fue atacada por los indígenas, mandados por su jefe Tububá pero Garay fue advertido del ataque por Cristóbal de Altamirano, que estaba prisionero de Tububá, lo cual sirvió para organizar la defensa. En ese ataque Fernández de Enciso mató a Tububá.
En octubre de 1580 vuelve a Santa Fe volviendo en febrero del año siguiente. Ese año va por tierra hasta Cabo Corrientes en busca de la mítica ciudad de los Césares (donde hoy se asienta la ciudad de Mar del Plata) regresando en enero de 1582 de donde vuelve a Santa Fe y a Asunción, en donde se empieza a ver que la nueva ciudad puede desplazar su capitalidad.
La Ciudad de La Trinidad en Nueva Vizcaya [editar]
El acta fundacional de la nueva ciudad llama a esta ciudad de La Trinidad, como queda consignado más arriba, en recuerdo de la llegada al puerto que tuvo lugar el domingo de la Santísima Trinidad. No ha habido disposición alguna en todo este tiempo que cambiara este nombre por el de Buenos Aires, hasta que en 1996 el Gobierno local le dio su actual nombre: Ciudad Autónoma de Buenos Aires. El puerto de esta ciudad recibió el nombre de Santa María de Buenos Aires.
Ortiz de Zárate denomina oficialmente a la región como Nueva Vizcaya, en honor a su tierra natal, y es allí, en Nueva Vizcaya, donde se fundaría La Trinidad es decir, Buenos Aires.
Fallecimiento [editar]
En marzo de 1583 acompaña a Sotomayor San Juan y en el trayecto de Buenos Aires a Santa Fe el convoy, que estaba compuesto de 40 hombres, un franciscano y algunas mujeres. El 20 de marzo se desorientan y entra en una laguna desconocida, Juan de Garay decide pasar la noche en tierra y el campamento es atacado por los indios querandíes matando a Garay, al franciscano, a una mujer y a doce de los soldados. El suceso ocurrió cerca de las ruinas de Sancti Spíritus, el antiguo fuerte de Caboto.
http://es.wikipedia.org/wiki/Juan_de_Garay
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Re: Euskal Herria, cuna de héroes hispánicos
Domingo Martínez de Irala, (1509-1556) Explorador y conquistador español, nacido en Vergara (Guipúzcoa), en 1509 y muerto en Asunción (capital de Paraguay), en 1557, víctima de unas repentinas calenturas. Ejerció el cargo de gobernador del Río de La Plata. Está considerado como una de las personalidades más notables de los primeros conquistadores españoles de América y el padre fundador del actual Paraguay. Gracias a su tesón y esfuerzo, fue capaz de abrirse paso y superar a otros caudillos conquistadores más poderosos y mejor preparados que él.
Miembro de una familia acomodada, en 1534 se trasladó a América junto con el adelantado Pedro de Mendoza en su expedición al Río de La Plata, en 1536, y participó en la primera fundación de la ciudad de Buenos Aires. Su figura comenzó a despuntar ese mismo año tras ser nombrado capitán de una de las tres naves que partieron, el 14 de octubre, de Buena Esperanza para remontar el río Paraná, al mando de Juan de Ayolas, cuya misión era descubrir la Sierra de La Plata. La expedición remontó el curso entero del Paraná hasta el lugar en el que Ayolas decidió fundar la ciudad de La Candelaria, el 2 de febrero de 1537, cuyo gobierno encomendó a Irala mientras que la expedición prosiguió el camino hacia el oeste, y se adentró en El Chaco en busca de los fabulosos tesoros que, según todas las noticias, encontrarían en aquellos parajes. A pesar de las órdenes recibidas por Ayolas de permanecer en La Candelaria a la espera del regreso de esta expedición, Irala no pudo resistir tanta pasividad y llevó a cabo una serie de pequeñas incursiones por el río hasta que, en febrero de 1538, al mando de 33 hombres, se dirigió a Asunción, ciudad recién fundada por Juan Salazar. Cuando Ayolas, cargado de riquezas y de noticias, regresó a La Candelaria se encontró sin el apoyo esperado de Irala. Toda la expedición de Ayolas fue exterminada por los indios payaguaes. Irala se defendió de las acusaciones de traición vertidas por Ruíz Galán, por lo que adujo la necesidad de abandonar La Candelaria ante la falta de víveres. Pero, lo cierto es que, una vez que llegó a Asunción, el veedor real Alonso de Cabrera, en 1539, legalizó la sucesión que en su día realizara el propio Ayolas en la persona de Irala, cuyo trágico destino aún no se conocía, al que convirtió en gobernador transitorio del Río de La Plata. En su nuevo cargo, Irala emprendió una expedición de castigo contra los indios agaces, al mismo tiempo que Gonzalo de Mendoza hacía lo propio contra los indios carios. A finales de 1539, Irala dio comienzo a una expedición cuyo objetivo principal era recabar información sobre el paradero de Ayolas, para lo cual se internó por El Chaco. Cuando por fin tuvieron noticias del triste final de Ayolas y sus hombres, Irala decidió abandonar Buenos Aires y concentrar a todos sus hombres leales en Asunción, zona mucho más fértil y apropiada para desarrollar una ciudad de nuevo cuño como era ésta. Además, en este lugar Irala encontró la colaboración de los indígenas y el lugar indicado para ejercer sin ninguna clase de trabas su autoridad. Tras una serie de ataques sin cuartel a los indígenas más díscolos, Irala pacificó toda la región y la sometió a un rígido gobierno en base a una política colonizadora. Irala mandó a todos los colonos de Buenos Aires abandonar la ciudad y trasladarse a Asunción, no sin cierta oposición por parte de éstos.
En 1542, la Corona española nombró nuevo gobernador del Río de La Plata en la persona de Álvar Núñez Cabeza de Vaca, famoso ya por entonces merced a sus aventuras y expediciones corridas por buena parte de los actuales Estados Unidos de América. El nombramiento de Vaca disgustó sobremanera a Irala por cuanto que barría de un plumazo la enorme autoridad que venía ejerciendo en toda la región y porque retrasaba la expedición al Perú que Irala llevaba preparando desde hacia bastante tiempo. Cabeza de Vaca nombró a Irala maestre de campo, cargo que para nada aplacó las ansias de poder de éste ni mucho menos su rencor hacia el que, según él, le había robado un cargo que le pertenecía por derecho. Irala y un puñado de sus hombres más fieles tramaron una conspiración para desacreditar a Cabeza de Vaca en la Corte española. Para tal fin, mandaron a unos frailes al Brasil para que, desde allí, embarcaran rumbo a España y así dar noticias de las supuestas arbitrariedades y del mal gobierno de Cabeza de Vaca. Pero, los conjurados fueron descubiertos a tiempo. Todos los implicados fueron condenados a la máxima pena, excepto Irala, el más culpable de todos, al que Cabeza de Vaca perdonó por necesitar sus servicios en una empresa de conquista que el gobernado tenía en mente: explorar todo el río Paraguay hasta la frontera con el Perú, en busca de unas tierras donde se suponía que había ingentes cantidades de oro y plata, auténtica obsesión de todos los conquistadores.
En septiembre del 1543, Irala partió de Puerto de los Reyes, ciudad que antes había fundado él mismo, rumbo al Perú. En la expedición, que alcanzó las cincuenta leguas rió arriba, Irala venció a los indios guaicurnes que encontró en su camino. Pero, secundado por el contador real Felipe de Cáceres, Irala determinó desprenderse de las normas y objetivos diseñados por Cabeza de Vaca y llevar a cabo la expedición según sus propios dictados, sin nadie que frenase su crueldad para con los nativos ni las costumbres licenciosas y brutales de sus hombres, a los que prácticamente permitió que cometiese cuanto abusos les apetecieran. En marzo de 1544, Irala fue obligado a regresar a Asunción por el presidente de la Audiencia del Perú, Pedro de La Gasca, que había decretado el derecho exclusivo de la exploración y conquista de esas tierras a los españoles dependientes de LIma. Una vez de regreso a Asunción, Irala aprovechó la oportunidad y su posición en la ciudad para promover, el 25 de abril, el "motín de los comuneros". Cabeza de Vaca fue procesado y enviado a España bajo la custodia directa del veedor Cabrera, en marzo de 1545, al que de inmediato se le sumó Juan de Salazar, acusado éste de intentar proclamarse gobernador en virtud de una supuesta designación secreta de Cabeza de Vaca.
A partir de ese momento, la autoridad de Irala sobre la zona sería omnímoda e indiscutible, tras lo cual se proclamó teniente de gobernador. Junto con Nufrio de Chaves, Juan Gabriel de Lezcano, Felipe de Cáceres y Francisco de Mendoza, sus cuatro colaboradores más fieles, Irala se dedicó a gobernar despóticamente toda la región. Irala cometió abuso tras abuso y tropelías con los indígenas, a los que prácticamente redujo a la condición de esclavos. En 1547, Irala prosiguió en su empeño de llegar a la fabulosa Sierra de La Plata, lugar, por otra parte, que sólo era producto de la imaginación de los conquistadores, alimentada por las propias ansias de riquezas de los conquistadores y por las leyendas que iban pasando de boca en boca. La expedición partió del puerto de San Fernando en dirección al interior de El Chaco, donde se aplicó una marcha forzada y se abrió paso a sangre y fuego contra los indios mayas. Cuando por fin se dieron cuenta de que habían llegado sin darse cuenta al Perú, la expedición regresó a Asunción desencantada, en un trayecto de vuelta todavía mucho más brutal y salvaje que la ida. Irala fue depuesto del mando por los que anteriormente le habían apoyado; en su puesto nombró a Gonzalo de Mendoza.
Una vez en Asunción, la suerte se volvió a aliar con Irala. Los partidarios de Cabeza de Vaca destituyeron a Francisco Mendoza, que había sido puesto al mando transitorio de la ciudad mientras que durase la expedición, y le decapitaron poniendo en su puesto a un enemigo acérrimo de Irala, Diego de Abreu. Ante el cariz que había tomado la situación en Asunción, Irala fue repuesto en el mando por sus antiguos partidarios y logró expulsar, por dos veces de la ciudad, a Diego de Abreu, que acabó refugiándose en la selva. Después de una serie de intentos por atraérselo a su causa, Irala mandó a Felipe de Cáceres en su búsqueda hasta que lo encontró y lo ejecutó allí mismo, en 1553.
De nuevo en el poder y sin enemigos aparentes a la vista, Irala se dedicó a desarrollar con entera libertad y tranquilidad su política conquistadora, mucho más pausada y suavizada que la anterior. Irala llevó a cabo fundaciones de nuevos poblamientos y labores de infraestructura necesarias en la región. Por fin, ante la falta de candidatos capaces de hacerse cargo del gobierno de la región, la Corona dio por buena la autoridad de Irala y ratificó, el 4 de noviembre de 1552, su nombramiento como gobernador. En ese mismo acto se nombró como primer obispo efectivo del Paraguay a fray Pedro Fernández de la Torre, al mismo tiempo que el emperador Carlos V prohibía taxativamente a Irala la práctica de nuevas conquistas o expediciones militares.
Dueño y señor de todo el Paraguay, Irala hizo caso omiso de las advertencias reales y encabezó, a comienzos de 1553, una nueva expedición con destino a su gran obsesión: conseguir todo el oro posible. Para ello se dirigió hacia el norte, en dirección de la también mítica tierra de El Dorado, por lo que fracasó de nuevo en el empeño. Para que la noticia no fuera conocida en la Corte, mandó cerrar prácticamente los accesos naturales a la región, de tal modo que no dejó salir a nadie del país sin su consentimiento. También llevó a cabo un nuevo repartimiento de indios que no gustó a nadie, ya que el número de indígenas era exiguo en comparación con los encomendadores españoles. En una interpretación muy sui generis de la orden para no seguir avanzando más, Irala interpretó que ésta no iba en contra del acto de poblar o repoblar ciudades, por lo que, en una nueva muestra de osadía, fundó un gran número de ciudades en Xarages, al norte de El Chaco, y en la región de Guairá, al este, donde ya había fundado, en 1554, la ciudad de Ontiveros.
Domingo Martínez de Irala murió en 1556, en Asunción, víctima de unas fiebres repentinas cuando apenas había iniciado un programa colonizador consistente en fundar ciudades nuevas a las que iba repoblando con elementos españoles y mestizos, fruto de las continuas mezclas sexuales que eran permitidas y fomentadas por el propio Irala entre los colonizadores y los indígenas.
http://www.todo-argentina.net/Litera...z_de_irala.htm
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Re: Euskal Herria, cuna de héroes hispánicos
D. Francisco de Ibarra (Eibar 1539 - Nueva Vizcaya 1575)
FRANCISCO DE IBARRA,
Conquistador de Nueva Vizcaya y fundador de la ciudad de Durango, en México.
F rancisco de Ibarra, como enviado del virrey Velasco, dirigió a mediados del siglo XVI la conquista del territorio de los tepehuanes, que perteneció a los antiguos indios de lengua nahua y raza ándida, al noroeste de México, al que le dio el nombre de Nueva Vizcaya. Territorio que se erigiría en estado de Durango en las Constituciones de 1814 y 1824. De modo que al territorio se le trasladó el nombre de la capital, pues la máxima culminación de aquella conquista constituyó la fundación de la ciudad de Durango en 1563.
No se sabe a ciencia cierta qué fue lo que le indujo al eibarrés Francisco de Ibarra para bautizar con esos nombres la conquista y la fundación. Era la época en que a efectos externos "Vizcaya" y "vizcaino" eran sinónimos de "Vasconia" y "Vasco" y esa equivalencia hace suponer, lógicamente, el bautismo de Nueva Vizcaya, en cuanto a Durango es posible que tuviera vínculos familiares.
Pero no sirve especular en el tema si no disponemos de la documentación precisa y centrémonos en los Ibarra de Eibar haciendo constar que las primeras noticias del linaje se remontan al alto medievo. Existen datos documentales de que en el arrabal de la villa se reunía el vecindario eibarrés cerca de la casa de Ibarra de suso o Ibarra-goikoa para resolver los asuntos municipales. En la misma época hubo en ella alcaldes de apellido Ibarra.
La noticia más antigua, de la familia Ibarra de Eibar, es de cuando en 1452 Martín López de Ibarra y su hermana María dividieron a medias el patrimonio familiar con todos sus montes, heredades, casas, molinos, huertas y demás pertenecidos; formando desde entonces las dos casas de Suso y de Yuso. Ambas casas, próximas entre sí, se conservaron en el antiguo arrabal de la villas hasta la última contienda civil, en la que ambas fueron destruidas. La más notable era la de suso (goikoa), con torre central de planta cuadrangular, sin duda la que se cita en documentos del siglo XV, a la que se amplió periféricamente la casa palaciega durante el siglo XVI. por Pedro Ibarra y Eguiguren. Contador de resultas de S.M. Carlos V el Emperador. De ahí se popularizó la casa con el nombre de "Kontadorekua" (del contador). Dicho Pedro de Ibarra se casó con Ana de Unzueta, heredera del solar Unzueta de parientes mayores del bando oñacino, sito en el mismo Eibar, y se proclamó Señor de la casa Unzueta, como se puede leer en su lauda sepulcral existente en la Colegiata de Cenarruza (Vizcaya), que antiguamente fue la parroquia de la parcialidad oñacina.
Como vínculo del linaje Ibarra, aquella ampliación renacentista de la casa que vino a llamarse "kontadorekua", ostentaba el blasón sobre el balcón abierto en el ángulo de la fachada. Tras la pérdida troncal del linaje, el inmueble pasó a otras manos y a diversos destinos hasta su adquisición, en 1861, por el renombrado arcabucero de S.M. y hábil orfebre Eusebio de Zuloaga, y el destino trajo al mundo en dicha casa palaciega a su nieto el pintor Ignacio Zuloaga, cuya fama es conocida en el mundo entero.
Volviendo a los Ibarra podemos señalar que entre los primeros eibarreses que emigraron al Nuevo Mundo figuran Martín de Ibarra y Laurenbide en setiembre de 1526 y Ortuño de Ibarra y Mendilibar en 1538. Del segundo se sabe que partió con destino a la conquista de la Nueva España (México) y llegó a ocupar el cargo de tesorero general de aquel reino y factor de S.M.
Sabemos que los descubrimientos mineros fueron resultado de los esfuerzos del alavés Cristobal de Oñate, siendo vicegobernador de Nueva Galicia, quien trató de encontrar recursos económicos suficientemente ricos para mantener y estabilizar la población de aquella provincia. En 1546, Oñate encomendó a una expedición compuesta de esclavos indios y españoles de su propio grupo, capitaneados por otro vasco llamado Juan de Tolosa, a quien acompañaba Miguel de Ibarra. Partieron de Guadalajara en agosto de 1546, para dirigirse al lugar donde hoy se alza Zacatecas. Después de diversas exploraciones, el resultado final o principio de una serie de descubrimientos fue la localización del primer yacimiento, "la mina pobre que dicen de Miguel de Ibarra", para mediados de 1547, por atribuírsele a este el descubrimiento, según informe de Juan de Tolosa. Y es cuando entra en acción Diego de Ibarra, sobrino de Miguel. La oportuna presencia de los Ibarra en Nochistlán, asociados a Tolosa, nos confirma que también ellos estaban explorando los recursos naturales del Norte.
Desde ese momento Diego de Ibarra, sobrino de Miguel, pasa a ser el principal protagonista en la explotación minera de Zacatecas. Diego, que había llegado a Nueva España hacia 1540. muy a tiempo para poder participar en la campaña del Mixton con su tío Miguel, después de la derrota de los indígenas, juntos emprendieron varias exploraciones hacia el Norte de Nueva Galicia, combinando sus esfuerzos con los de Juan de Tolosa. A Diego se debe, principalmente, el hallazgo y explotación de la más importante veta argentífera de San Bernabé, el 4 de junio de 1548, a unos cuatro kilómetros al Nordeste de Zacatecas y compartió su prosperidad en las décadas de 1550-60 y, ya rico, casó en 1556 con doña Ana de Velasco, hija de don Luis de Velasco, segundo virrey de la Nueva España. De ahí aquella copla zacatecana:
Si la de San Bernabé
No diera tan buena ley,
No casara Diego de Ibarra
Con la hija del virrey.
El hecho representó la principal fuente de crédito para las expediciones de su sobrino Francisco de Ibarra, el cual, durante un breve período anterior a su prematura muerte, ocurrida en 1575 a la edad de 37 años, exploró extensas regiones hacia el Noroeste de Zacatecas, fundando la provincia de Nueva Vizcaya, cuyo primer gobernador fue. Sucediéndole en el cargo su tío Diego desde 1576 y vivió éste hasta avanzada edad. En 1600 seguía exigiendo su recompensa por los cuantiosos gastos que había hecho en la conquista de Nueva Vizcaya, que según afirmaba ascendían a más de 200.000 pesos.
Boyd-Bowman señala como significativo el hecho de ser tres vascos de entre los cuatro fundadores reconocidos en la fundación de Zacatecas. Nos dirá que los apellidos vascos dominan toda la historia de la explotación y colonización del Norte de Nueva España en aquel período y aún en el siglo XVII: Francisco de Ibarra y Francisco de Urdiñola, en Nueva Vizcaya: Juan de Oñate, en Nuevo México, Martín de Zavala, en
Nuevo León. Subrayando que entre los emigrantes vascos existía la tendencia, más que entre los demás españoles de América, de agruparse con otros que hablaran la misma lengua y tuvieran el mismo origen regional.
El objetivo de Francisco de Ibarra consistía primordialmente en el descubrimiento de nuevas minas y lo alcanzó plenamente.
La expansión minera hacia el Norte fue paralela al aumento de las actividades misioneras, y se afirma que desde 1553 existía un hospicio franciscano en Nombre de Dios, al norte de San Martín.
A decir verdad, la hostilidad de los indios no obstaculizó las exploraciones hacia el Norte después de 1560, como en la década anterior. Francisco de Ibarra, que en 1554 dirigió su primera expedición, a los dieciséis años de edad, llegó al sitio donde más tarde se levantó Mazapil, a Avino, al valle de Guadiana y quizá regreso a Zacatecas pasando por la zona de Sombrerete, continuó sus exploraciones en la década de 1560-1570. Según cuenta su biógrafo Mecham, cuyo texto nos servirá de guía en las líneas siguientes. Las empresas de Francisco fueron financiadas por su tío Diego, probablemente con el dinero obtenido de las explotaciones mineras. Poco después de 1560, Francisco ya era un minero importante en los reales del Norte, sobre todo en Avino, lugar que él mismo había contribuido a colonizar. También desempeño un papel importante como minero explorador y defensor contra las incursiones indias en San Martín, pero sólo fue en 1562 cuando emprendió la expedición cuyo resultado fue la creación y colonización de la provincia de Nueva Vizcaya. Fue Diego de Ibarra quien sugirió dicha expedición, reviviendo con su proposición el plan concebido en 1558 por el virrey de Velasco para la conquista de las regiones de Copalá (que más tarde recibieron el nombre de Nuevo México). Ese proyecto había sido abandonado por la necesidad que existía en ese momento de enviar fuerzas a la Florida, pero Diego de Ibarra se ofreció más tarde para emprender a su propia costa tal empresa.
Francisco debía encabezar las fuerzas de la expedición y Velasco se mostró conforme con las condiciones, de manera que en 1562 lo nombró capitán general y gobernador de las tierras que conquistara más allá de San Martín y de Avino. De todo ello resultó una exploración que fue verdaderamente zacatecana, ya que fue financiada con dinero de Diego de Ibarra y estuvo compuesta de hombres reclutados en la ciudad. A fines de 1562 y principios de 1563 Ibarra pasó por San Martín. Nombre de Dios y Durango, hecho que a la larga demostró ser de mayor importancia. Nombre de Dios existía como misión franciscana desde 1558, pero Ibarra la dotó de identidad secular, nombrando funcionarios municipales, fijando los límites de la población y otorgando mercedes de tierras a sus habitantes.
En cambio, Durango, situado en el valle de Guadiana, constituyó una fundación completamente nueva creada por Francisco de Ibarra, que desde el principio se propuso hacerla capital de su nueva provincia de Nueva Vizcaya. Construyo edificios con sus fondos personales, llegando hasta ceder la totalidad de la producción de una de sus minas de Avino para el desarrollo de la ciudad.
El sitio fue bien escogido, porque está rodeado de tierras labrantías y de pastoreo de buena calidad y cuenta también con importantes yacimientos de mineral de plata, algunos señalados por el propio Ibarra y otros descubiertos a posteriori. En los tiempos de Ibarra su población ascendía a unas 500 almas.
Más tarde continuó sus exploraciones hasta muy al Norte, recorriendo Culiacán, Chiametla y Sinaloa, llegando después hasta el norte de Chihuahua.
De cualquier modo, su obra más importante fue la definición de la Nueva Vizcaya (actual estado de Durango) y la fundación, en 1563, de la ciudad de Durango, porque éstos fueron dos pasos en firme hacia la colonización de nuevas regiones del Altiplano.
Juan San Martín
http://www.egoibarra.com/Egoibarra/E...barra-1996.pdf
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Re: Euskal Herria, cuna de héroes hispánicos
D. Francisco de Urdiñola y Larrumbide (Oyarzum/ Guipúzcoa 1552 - Nueva España 1618)
Francisco de Urdiñola nació en el valle de Oyarsum de la provincia de Guipúzcoa en 1552 , y se sabe que tendría unos 40 años cuando estuvo en Mazapil en 1592 . Sus padres fueron Juanes de Urdiñola e Isabel de Larrumbide Echenagucia y Ugarte. Su arribo a la Nueva España y especialmente a Nueva Galicia y Nueva Vizcaya , debe de haberse efectuado entre los años 1572 y 1576. Fue Conquistador y Explorador Español.
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Re: Euskal Herria, cuna de héroes hispánicos
D. Pedro Antonio Olañeta
Pedro Antonio Olañeta. [1] (h. Elgueta,Guipúzcoa, España 1770 - Tumusla, Bolivia, 2 de abril de 1825). Militar español.
Hijo de una familia humilde de Vizcaya, emigró a América con sus padres hacia 1787. Fijó su residencia en la zona de Potosí y Salta, dedicándose al comercio e ingresando en la carrera militar. Alcanzó una gran fortuna con sus actividades mercantiles, sobre todo entre el Perú y el Virreinato del Río de la Plata, donde -en Jujuy- llegó casarse con una bella criolla de apellido Marquiegui y llegó a poseer una estancia. Al producirse la Revolución de Mayo en 1810 caudillo , volcándose de un modo absoluto (y absolutista) al bando "realista" (es decir proespañol) . De este modo es que participó como comandante en las campañas contra las incursiones de los independentistas de la zona Argentina contra el Virreinato del Perú, estando entonces Olañeta a las órdenes del general Goyeneche. Destacó en sus acciones contra los insurgentes en la provincia de Jujuy, zona que atacó en repetidas ocasiones y cuya capital consiguió ocupar en 1817 hasta que fue rechazado por Martín Miguel Juan de la Mata Güemes. Más tarde ascendió a coronel y permaneció bajo el mando de Joaquín de la Pezuela.Ascendido a general de brigada, se vió obligado a aceptar el pronunciamiento de 1821 en favor de José de la Serna e Hinojosa para el gobierno del virreynato del Perú.
Su condición de
absolutista , enemigo de la
revolución liberal de España que era a su vez contraria al viejo régimen de
Fernando VII, y bajo la influencia de unos consejeros adictos a la independencia como su sobrino
Casimiro Olañeta, terminó por enfrentarle fatalmente con La Serna, y sublevándose el
15 de enero de
1824 se declaró en desobediencia al gobierno constitucional del virreynato del Perú y defensor del trono español. Jerónimo Valdés, que partió de Arequipa, le propone un arreglo pacífico mediante el convenio de Tarpaya el 9 de Marzo de 1824. Paralelamente La Serna, antes de saber del convenio, ya hace la abolición del régimen constitucional en 11 de Marzo de 1824. Pero Olañeta niega autoridad alguna a José la Serna. Valdés que queda situado en Cochabamba recibe la orden del 4 de Junio de 1824 para usar la fuerza.
Todo el ejército realista del Alto Perú, más de 5000 hombres, se repartian con Olañeta que se hallaba en Potosí, con el Coronel Marquiegui y su segundo el comandante José Maria Valdez (llamado Barbarucho) en la Plata (Chuquisaca), y con el brigadier Aguilera en Cochabamba. En Oruro Jerónimo Valdés reune al cuerpo sur del ejército real del Perú que incluye los dos batallones del regimiento Gerona, el 2º del Imperial, el 1º del primer regimiento del Cuzco. Su caballería con tres escuadrones de granaderos de la Guardia, y el escuadron de granaderos de Cochabamba y dos piezas de montaña. Le acompañan los oficiales Carratalá, Valentín Ferraz, Cayetano Ameller, La Hera y Rafael Maroto. Con un grupo Valdés se dirige a Chuquisaca, y con otro Carratalá a Potosí.
El 12 de Julio de 1824, se da la batalla de Tarabuquillo (cerca de Chuquisaca), el comandante Barbarucho (barba roja) con el primer batallon de la Union rechaza la carga de 800 caballos de Valdés, cuyo ejército se compone de 4000 hombres. Barbarucho pierde 80 hombres y sus enemigos rondan los 500.
El 3 de agosto de 1824 Barbarucho está en Suipacha con el Union, Carlos Medinaceli en Cotagaita con el Cazadores y el Chichas, y Francisco de Ostria con el regimiento de Dragones americanos en Cinti, mientras Olañeta con dos escuadrones de Tarija se situa en la misma Tarija. El 5 de agosto de 1824 en Salo (Potosí), Barbarucho con 250 del batallon Union se enfrenta a Carratala que va con 700 del Gerona, quién es hecho prisionero. En Santa Victoria, Valdés a su vez hace prisionero al general Marquiegui, cuñado de Olañeta.
13,14 y 17 de Agosto de 1824, se dan los combates de Cazón (cerca de Cotagaita), Cotagaitilla y La Lava (Potosí).El general La Hera es herido cerca del poblado de Cazón mandando a 25 Granaderos de la Guardia y dos compañías de Cazadores de Gerona y del Imperial. Valdés emprende una penosa retirada de 400 leguas en treinta y tantos días con la pérdida de más de 2000 hombres y la mayor parte de sus caballos y cañones siendo alcanzado por Barbarucho cerca del poblado de La Lava, en ése combate muere el jefe del Gerona Cayetano Ameller, pero Valdés consigue una victoria decisiva. Al amanecer del 17 de agosto Barbarucho es hecho prisionero y Jerónimo Valdés avanza nuevamente hacía Chuquisaca. Entonces Valdés recibe la noticia de la Batalla de Junín y toma la dirección contraria al Cuzco.
En Oruro, Olañeta a fines de septiembre de 1824 recibió comunicación de Bolivar con fecha 21 de mayo desde Huaraz, y ocupó Cochabamba con 2.000 soldados (incluidos los 600 del 1º de Fernando VII de Aguilera). El 26 de Diciembre llego a Cochabamba la noticia de la batalla de Ayacucho. En enero de 1825 Barbarucho ocupó Puno. Pero con el avance de Sucre en el año 1825 las ciudades del Alto Perú como La Paz caen una tras otra sin resistencia,lo mismo ocurrió con Potosí el 29 de marzo. Cuatro días más tarde, en un intento desesperado por resistir, Olañeta murió en la batalla del Tumusla, según algunas versiones asesinado por uno de sus soldados, otras versiones dicen que durante el combate se despeñó con su caballo.
Tras la desaparición del Trienio liberal y durante la Restauración absolutista en España, el rey Fernando VII nombró a Olañeta Virrey del Río de la Plata a título póstumo
http://es.wikipedia.org/wiki/Pedro_Antonio_Ola%C3%B1eta
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Re: Euskal Herria, cuna de héroes hispánicos
Vascos en América
Ignatius. 16/06/2006 - 12:17. Sociedad
http://www.undiadefuria.org/imagenes...ac31580adc.jpgHace algún tiempo, en 1992, cuando la conmemoración de los 500 años de la conquista de América, Arzalluz se descolgó diciendo que los vascos se sentían unidos a los indios porque también ellos habían sido colonizados. Se olvidaba de la colaboración, si no entusiasmo, que pusieron los vascos en la conquista y colonización de América por España.
Resumo algunos datos extraídos de euskonews:
"Antes paisano que Dios": frase con tufillo blasfemo, fue común entre los vascos de aquellas épocas y es frase que sintetiza el ánimo de los vascos que participaron en la Conquista y en la fundación de la institucionalidad colonial americana. Un hecho, repetido en todo el Nuevo Mundo, que se explica por el carácter cerrado del euskaldun (desconfiado de los “otros”) y por la diferenciación que nacía del idioma. El euskera los unía y les permitía mantener secretos sin necesidad de pasar a la clandestinidad.
Al finalizar el siglo XVI, la comunidad vasca de Potosí, que controlaba las fábricas mineras (el 80 por ciento de las 132 fábricas eran de vascos en 1580) que tenía mayoría en el municipio (de los doce regidores seis eran vascos) y dominaba el mercadeo de la plata (de doce mercaderes ocho eran vascos), se constituyó en hermandad de ayuda mutua en el templo de los agustinos del lugar, aunque no se oficializaron los estatutos. Y lo mismo ocurrió por aquellos años en la Ciudad de los Reyes (Lima), donde algunos vascos se reunían, con fines iguales y la misma informalidad de los de Potosí, en el convento de San Agustín.
Podemos nombrar descubridores como Domingo de Lequeitio, Alonso de Ercilla, Juan Sebastián Elcano, locos como Lope de Aguirre (que pretendía unirse a los vascos del Perú para fundar allí un reino independiente de España), curas como fray Juan de Zumárraga y conquistadores como Domingo Martínez de Irala (Paraguay), Francisco de Ibarra (México occidental), Legazpi y Urdaneta (Filipinas). El papel de la Compañía Guipuzcoana en la formación de Venezuela en el siglo XVIII fue fundamental. El último caudillo realista fue el vasco Pedro Olañeta.
http://www.undiadefuria.org/node/view/3846
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Re: Euskal Herria, cuna de héroes hispánicos
Simplemente Impresionante.
Un Dia Habrenos De Hacer Una Enciclopedia Patriotica. Este Documento Ya Lo Tenemos
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Respuesta: Re: Euskal Herria, cuna de héroes hispánicos
Cita:
Iniciado por
DON COSME
D. Juan de Urbieta Berástegi y Lezo
Juan de Urbieta Berástegui y Lezo (
Hernani, ? - Hernani
1553) fue un soldado de infantería vasco que alcanzó gran fama y notoriedad por haber hecho prisionero al rey
Francisco I de Francia en la
Batalla de Pavía que se libró entre españoles y franceses el 24 de febrero de
1525.
Rodeados por las tropas imperiales, el rey de Francia y su escolta que combatían a pie, intentaron abrirse paso rompiendo el cerco. De pronto, Francisco cayó del caballo, y al erguirse, se encontró con un estoque en su cuello. Era el soldado Juan de Urbieta que lo hacía preso. Diego Dávila, granadino, y Alonso Pita da Veiga, gallego, se juntaron con su compañero de armas. No sabían a quien acababan de apresar, pero por las vestimentas supusieron que se trataría de un gran señor. Informaron a sus superiores. Aquel preso resultó ser el rey de Francia.
Urbieta obtuvo fama y honores a raíz de aquel suceso. El emperador
Carlos I concedió a Urbieta un escudo de armas y un diploma acreditando sus méritos. Fue ascendido a Capitán de Caballería y obtuvo los títulos de Caballero de la
Orden de Santiago y Contino de Su Majestad. Por otro lado el propio Francisco I escribió una carta a Urbieta agradeciéndole su comportamiento durante la captura y el haberle permitido salvar la vida.
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Murió el 15 de agosto de 1553 en su Hernani natal y fue enterrado al pie del presbiterio de la iglesia parroquial. Siglos más tarde sus restos fueron profanados por soldados franceses durante la
Guerra de la Independencia. Llevan su nombre la principal calle de su ciudad natal así como una céntrica avenida de
San Sebastián y una importante calle de Madrid.
Juan de Urbieta - Wikipedia, la enciclopedia libre
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Nicolás de Soraluce, guipuzcoano y celoso de las glorias patrias, remitió en su día nuevas noticias a Víctor Gebhardt sobre Juan de Urbieta:
Soldado vizcaíno que puso su espada en el pecho de Francisco I y le intimó la rendición al caer el monarca francés derribado con su caballo entre el fragor de la pelea, en la batalla de Pavía. Era capitán de caballería y natural de Guipúzcoa (antiguamente se denominaban con el nombre general de vizcaínos a los naturales de cualquiera de las tres provincias vascongadas):
Carta de Francisco I, Rey de Francia, a los 10 días de su prisión en la batalla de Pavía
Francisco, por la gracia de Dios, rey de Francia. Hacemos saber a todos aquéllos a quien tocare, que Juan de Urbieta, del señor don Hugo de Moncada, fue de los primeros que se hallaron en nuestro riesgo cuando fuimos presos delante de Pavía, y nos ayudó con todo su poder a salvar la vida, en que le estamos en obligación: y entonces nos pidió diésemos libertad al dicho señor Hugo, su amo, nuestro prisionero. Y porque esto es verdad, hemos firmado la presente de nuestra mano en Pizgueton a cuatro días de marzo de 1525. FRANCISCO (Traducción hecha con autoridad del teniente de corregidor de Valladolid a 15 de julio de 1615 a petición de doña Marta de Alcayata, viuda del capitán Sebastián de Urbieta)
Testamento de Juan de Urbieta, otorgado en la Villa de Hernani a los 22 de agosto de 1553, ante Martín de Percaztegui.
Después de la invocación de la fe, de algunas mandas y de fundar un mayorazgo a cuyo goce llama a Juan Esteban de Urbieta, su hijo natural, se lee esta cláusula: “Y en la mejor forma, manera y facultad y fuerza que sea y ser pueda para la conservación del dico mayorazgo y mejorazgo, y puedo, y se requiere para valer y ser estable, firme y valedero para siempre jamás, de derecho y de fecho de los dichos bienes que tengo y poseo y armas y devisa que Su Majestad me hizo merced, para que las trajiese y pusiese en donde yo quisiere; que son un escudo y dentro del escudo un campo verde, y junto al campo el río Tesino pintado con las ondas de la mar, y por encima del río un campo blanco, y en el campo verde debajo un medio caballo blanco, en el pecho una flor de lis con su corona y el freno y riendas coloradas y la rienda caida al suelo y mas un brazo armado con su estoque alzado arriba. Todo está dentro del escudo apegado un yelmo, alzada la devisa, y encima del yelmo por timbre el águila negra imperial partida con dos cabezas, todo pintado como parece por el privilegio y merced que de ellas me hizo Su Majestad por la prisión del rey de Francia y otros servicios. Y es mi voluntad que después de mis días los haya, tenga, herede y posea y suceda en todos ellos el dicho Juan Bautista de Urbieta, mi hijo natural, legitimado por Su Santidad y el emperador nuestro señor”.