Pablo Rodríguez Gómez
Hace un mes ,aproximadamente, se disolvía Unidad Alavesa. El ultimo fracaso electoral y las deudas económicas la hicieron inevitable.
Sin duda alguna, esta es una mala noticia para todos aquellos que aspiramos a una España libre de nacionalismos totalitarios y excluyentes. Y especialmente todos aquellos que anhelamos unas Vascongadas sin persecución, sin amenazas, sin terrorismo y sin muertos; que pasa por desmantelar el mito que legitima el perpetuo control que los nacionalistas ejercen sobre las instituciones vascas.
Actualmente el nacionalismo vive un momento dulce, no tiene nadie enfrente. El PSE rehén de los compromisos del PSOE con la Esquerra, muestra todos los síntomas de sufrir el síndrome de Estocolmo; el PP sigue blandiendo su ya manido “patriotismo constitucional” justo en el momento en que se esta abriendo un nuevo proceso constituyente vía reforma estatutaria.
Son muchos los que alegan que este momento dulce se debe a la traición socialista al “Pacto Constitucional”. Ingenuidades. En frente no tenemos un adversario político al uso, tenemos una pseudo-religión con sus mitos, ritos, iconografía, subcultura, héroes...y que se sirve de las instituciones políticas que controla para realizar su siniestro apostolado. Y curiosamente ha sido la vigente Constitución la que ha dado rango de oficialidad al credo nacionalista asumiendo como de todos la cultura e iconografía nacionalistas; para los incrédulos ahí está la ikurriña bandera ,hoy oficial, diseñada en una sobremesa por unos aburridos Arana & cia.
Frente a la falsa religión nacionalista que es base de toda legitimidad, sólo se puede alzar con esperanza de éxito la bandera de la Verdad Histórica y del foralismo.¿ El nacionalismo presentaría su plan soberanista con una Unidad Alavesa, con cinco escaños como tubo en su día, foralista, reivindicando su “hecho diferencial histórico”( vemos como el lenguaje nacionalista se puede volver en su contra) y proponiendo la escisión y constitución de Álava en Comunidad Foral al modo de la Navarra; o con unas Unidades Guipuzcoana y Vizcaína desgastando los feudos tradicionales del nacionalismo?. No, yo creo que estaría a la defensiva.
Quizás esta reflexión puede ser acusada de voluntarista. Unida Alavesa y el foralismo político han sido derrotado, han desaparecido. Pero,¿era Unidad Alavesa un partido realmente foralista?...
Unidad Alavesa fue una escisión del PP encabezada por Pablo Mosquera, hoy flamante nuevo militante del PSdG; sin un discurso original ni referentes ideológicos propios y regresando al redil popular en las elecciones antónimas del 2001. Su éxito se baso exclusivamente en el carisma de su líder y a unas circunstancias políticas muy concretas. Unidad Alavesa ya había nacido con fecha de caducidad.
Una alternativa política desde el foralismo sólo puede surgir, con aspiraciones de éxito y continuidad; desde un alavesismo y foralismo sociales fuertemente vertebrados y cohesionados: asociaciones culturales y deportivas, círculos de opinión, colectivos de amigos de la Historia, medios de comunicación...También se hace necesario la aparición de una nueva generación de pensadores conservadores y tradicionalistas que, liberados de las rémoras del maximalismo y del pasado; adapten el ideario Tradicional y Foralista a las nuevas realidades del s. XXI.
Este es el único camino valido para desmantelar el Régimen Nacionalista en las provincias vascas; y que debe ir acompañado de la recuperación y difusión de la Historia de España en toda la Nación con el fin de incorporar a las mas jóvenes generaciones ,que en su mayoría desconocen cuando no desprecia; a esta gran empresa común que nos une sin la cual nuestro ser individual y libertad seria una mera ilusión; a esa empresa común que aun se llama España.
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