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CitarLamentamos el fallecimiento de Doña Carmen.
Vayan nuestras condolencias a Jose Arturo Márquez de Prado y a toda su familia.
Nos unimos en las oraciones por el eterno descaso de su alma.
Que el buen Dios la guarde junto a los Bienaventurados.
Miembro Respetado
R.I.P.
Ontem, por correio electrónico, recebi esta tristíssima notícia, chegada de Espanha:
Lunes 24 de septiembre, a las 20:00, en la Iglesia de la Milagrosa en la calle García de Paredes de Madrid, Misa funeral por Carmen la esposa de José Arturo Márquez de Prado, fallecida este mes de agosto.
Se ruega una oración por su alma y la asistencia para quién, como fiel esposa, acompañó durante toda su vida a su marido en toda una vida consagrada a la Causa carlista.
Márquez de Prado foi um notável Chefe-Nacional dos gloriosos requetés. Sua Mulher, que Deus chamou a Si, era uma distintíssima Senhora, que aliava uma alegria cativante ao mais fino trato. Sempre fui honrado com a amizade de ambos, e nunca encontrei fechadas as portas da casa onde viviam.
A Márquez de Prado, enquanto o não puder fazer pessoalmente, aqui lhe deixo um apertado abraço com os mais sentidos pêsames pela dor que o atingiu, pedindo que encontre o possível conforto para este penosíssimo transe, na Fé intemerata de que deu largas provas ao longo de uma vida tão fecunda no amor a Cristo Rey, como era de esperar de um autêntico boina roja!
Joaquim Maria Cymbron
MOVIMENTO LEGITIMISTA PORTUGUÊS
Miembro Respetado
Lamentamos el fallecimiento de Doña Carmen.
Vayan nuestras condolencias a Jose Arturo Márquez de Prado y a toda su familia.
Nos unimos en las oraciones por el eterno descaso de su alma.
Que el buen Dios la guarde junto a los Bienaventurados.
Miembro Respetado
Que en paz descanse Doña Carmen.
Dios la tenga.
Última edición por Nicus; 22/09/2012 a las 06:07 Razón: Faltó algo
“Es ésta nuestra finalidad, nuestro gran ideal. Caminamos para la civilización católica que podrá nacer de los escombros del mundo de hoy, como de los escombros del mundo romano nació la civilización medieval. Caminamos para la conquista de este ideal, con el coraje, la perseverancia, la resolución de enfrentar y vencer todos los obstáculos, con que los Cruzados marcharon sobre Jerusalén. Porque si nuestros mayores supieron morir para reconquistar el Sepulcro de Cristo, ¿cómo no vamos a querer nosotros —hijos de la Iglesia como ellos— luchar y morir para restaurar algo que vale infinitamente más que el preciosísimo Sepulcro del Salvador, es decir, su reinado sobre las almas y sobre la sociedad, que Él creó y salvó para amarlo eternamente?”.
Plinio Corrêa de Oliveira.
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