La XLIV reunión de los Amigos de INSTAURARE se ocupó de los 500 años de la «Reforma» luterana



El pasado jueves 18 de agosto tuvo lugar en el santuario mariano friuliano de la Madonna di Strada, en Fanna (Pordenone) la XLIV reunión anual de los Amigos de Instaurare, organizado por la revista INSTAURARE omnia in Christo en colaboración con el Comité de los Congresos Filosóficos de Údine. El tema general fue «A quinientos años de la Reforma: introducción a un primer balance de las consecuencias morales, políticas y jurídicas del protestantismo». Continuaba así, en cierta manera, los trabajos del reciente XXIV simposio de The Roman Forum en Gardone Riviera y de las V Jornadas Hispánicas de Derecho Natural celebradas en Méjico en abril último. El Padre Leone Tagliaferro, O.F.M., celebró la Santa Misa por el rito romano tradicional. Tras la apertura de la reunión y el saludo a los participantes, intervino el profesor Miguel Ayuso, presidente del Consejo de Estudios Hispánicos Felipe II y de la Unión Internacional de Juristas Católicos, sobre «La matriz protestante de la cultura política y jurídica moderna». Siguieron comunicaciones, debate y almuerzo. Para la sesión de la tarde no pudo asistir personalmente el profesor John Rao y se leyó su ponencia «Lutero, la Iglesia y la sociedad política: una reforma necesaria pero errada» por el profesor Giordano Brunettin.La oportunidad de considerar la cuestión se debe al hecho de que en 2017, el año que viene, se cumplirá el 500º aniversario de la pseudorreforma luterana. Esta Reforma que se presentó como «religiosa», tuvo consecuencias notables en el plano moral, político, social, jurídico y económico. Está de hecho en el origen del mundo «moderno», no tanto en sentido cronológico cuanto, sobre todo, en sentido axiológico. Lutero preanunció la Modernidad. Con todo lo que significó cuando se presentó como «fuerte» y también cuando, como ahora, se presenta como «débil». Lutero favorece el nacimiento del Estado moderno, pone en movimiento los nacionalismos y la secularización; así como la afirmación del subjetivismo, sobre todo moral; sienta las premisas de una nueva concepción eclesiológica, con la cual se enfrentarán (pero con metodologías y resultados muy distintos) dos concilios: el de Trento y el Vaticano II.La Reforma es un fenómeno complejo, que mostró su verdadera naturaleza sobre todo con las consecuencias que ha traído gradualmente en el tiempo: la Revolución francesa y el americanismo, por ejemplo, no habrían nacido y serían incomprensibles sin la Reforma luterana. Ha «condizionado» incluso a la Iglesia (es decir, a la Iglesia Católica), sea en la oposición a la misma (Concilio de Trento, Contrarreforma) sea en la «apertura» vaticanosegundista. Actualmente se intenta «revalorizar» la Reforma desde posiciones supuestamente católicas, asignándole erróneamente el papel de una renovación necesaria para la misma Iglesia (Católica). Es un error grave, tanto como el mismo error de Lutero, cuyas consecuencias negativas siguen pesando hoy.


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