Precioso! G Galaico.
Pues hoy un ratito al templo a contemplar, orar y enorgullecerse de nuestra Santa Madre.
Y aún con llanto, rogarla por el alma de la que nos engendró, que a muchos ya Dios decidió llevársela, para que este en su Reino Celestial.
Que hermosa es María, nuestra Inmaculada carne, madre virgen de nuestro amado Jesucristo. ¡Gloria a Dios! Acudamos a nuestra Iglesia. Hoy es día de ello.... Y lo bien y en paz que llegas luego a casa: ¡No tiene precio!.
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