Tema: Voy a montar una banda terrorista

Voy a montar una banda terrorista
por Jesús Laínz

El Semanal Digital
2 de junio de 2005

Hace bastantes años, cuando era más niño que ahora, creí que mi vocación era la de arqueólogo. Más tarde me pasé a veterinario, lo que no duró mucho, pues llegué a la adolescencia seguro de estar destinado a la arquitectura. Acabé en leguleyo.

Pero hoy es el día en el que he descubierto mi vocación oculta, aquella que, de haber sido percibida a tiempo, me hubiera garantizado un futuro profesional brillante, muy bien remunerado y de alta proyección social.

Si algún día me da por asesinar a mi esposa por celos o a mi padre por avaricia, me apresuraré a reivindicar el hecho, a explicar que lo hice por motivos políticos y a presentarme no como parricida, sino como terrorista. Porque, por lo visto, quitar la vida del prójimo con la excusa de un afán ideológico está premiado. Como si ello implicase una perversión menor. Como si fuera una circunstancia atenuante.

Yo creía que la firmeza y la dureza contra los asesinos fanáticos era la mejor manera de acabar con ellos. Creía que hacerles ver que debían abandonar toda esperanza y que no tenían escapatoria era el mejor modo de evitar que se renovasen las filas terroristas. No en vano así ha sucedido con la denominada kale borroka o terrorismo de baja intensidad, que desapareció en cuanto la gamberrería separatista comprobó que se iba a por ellos –sin el compadreo de la Ertzaintza– y que sus padres tenían que empezar a pagar los autobuses quemados.

Pero no. Ahora resulta que gobernantes, opinadores y obisparras de vario pelaje aparecen dispuestos a negociar, a comprender, a ofrecer salidas, a ceder, a dar la razón a estos generosos luchadores por la desquiciada patria virtual que inventó el mentecato de Arana, que han sembrado y perpetuado los hipócritas nacionalistas "moderados" y en cuyo altar se han sacrificado un millar de vidas que nunca volverán.

Por todo ello me voy a apuntar al negocio, ahora que tan altos réditos ofrece. Se me ocurren a bote pronto varias causas políticas por las que empezar a poner bombas, entre ellas la de forzar a los gobernantes de Estepaís a que revisen el modelo autonómico que ha conducido al actual desquiciamiento. Me consta que muchos ciudadanos secundarán la idea.

Manos a la obra, pues. Dentro de un par de centenares de víctimas alcanzaremos la categoría de interlocutores (¡y sin haber pasado por la urnas!), fijaremos el calendario político de España, podremos exigir un trato deferente, saldremos de la cárcel como héroes y hasta nos pondrán un piso.

Espero sus llamadas.


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[fuente]

Sant Martí, por un momento he creído que te habías vuelto loco.